El musical de Hamilton no me pertenece, es propiedad de Lin Manuel Miranda. Créditos de la imagen de la portada a Szin.


—¡Philip!—Gritó la morena tras despertar. Percatándose recientemente de que no se encontraba en el mismo escenario en el que estaba hace unos segundos.

Se encontraba acostada en la cama de una habitación casi a oscuras, con una ventana al lado que mostraba lo tenebroso que estaba el cielo, a excepción de la brillante luna que iluminaba bastante.

Entonces en menos de un parpadeo recordó todo. Afortunadamente aquella horrible experiencia que había visto frente suyo fue solo una pesadilla. Era un alivio saberlo, así que empezó a respirar tranquila.

—¡Theo! ¿Qué pasó? ¿Estás bien? ¡¿Acaso viste otra araña?!—Le preguntó preocupado su marido a quién despertó por su grito.

—P-Philip.—Dijo al verlo con vida, a diferencia de aquél terrible sueño que tuvo.—Perdón, tuve una pesadilla, eso es todo. No hay ninguna araña como la última vez, no te inquietes.—Le respondió mientras tocaba su mejilla, se sentía bien poder acariciarlo.

—Ah.—Se alivió.—Entiendo, sea lo que sea que hayas visto recuerda que no fue real.—Le besó la frente para reconfortarla.

—De acuerdo.—Sonrió tras mostrar un ligero sonrojo.—Aunque ahora creo que tardaré un poco más en dormir, es que parecía tan real…—Suspiró.

—¿Enserio?—Arqueó una ceja.

—Así es.—Asintió.—Verás, soñé que nos encontrábamos en una época antigua, era testigo de cómo retabas a un duelo a alguien, luego veía con mis propios ojos como alzabas la mano con la pistola que traías hacía el cielo, y entonces tú…—No pudo terminar la frase debido a que no pudo evitar empezar a llorar.

Inmediatamente su querido esposo la abrazó.

—Tranquila, nunca haré algo como eso. Además, los duelos dejaron de ser una cosa en el pasado, y de no ser así jamás haría algo tan estúpido como eso.—Le decía mientras secaba las lágrimas que su amada derramaba en sus mejillas.—Porque te amo y lo último que quiero es que sufras, en especial por mi culpa. Te prometo que nunca haré algo como eso, ¿vale?—

—Está bien.—Volvió a sonreír, pero esta vez su sonrisa era más grande.—También te amo.—Dicho eso ambos se dieron un cálido beso.

—Y bueno, ahora que ambos estamos despiertos…¿Qué tal si en vez de volver a dormir tenemos algo de "diversión"?—Alzó ambas cejas varias veces mientras ponía una cara coqueta que en vez de cumplir su propósito era más bien graciosa.

—Eres un tonto.—Dijo su cónyuge conteniendo su risa, para luego agarrar su almohada y darle un suave golpe en la cara con ella. Finalmente se la volvió a poner debajo de la cabeza y tras acomodarse cerró sus ojos otra vez.—Buenas noches.—

—Al menos lo intenté.—Murmuró él. Después le dio un beso en la mejilla y también se puso a dormir nuevamente.

Tras aquella conversación Theodosia volvió a estar tranquila aunque…lo que no sabía es que ese sueño era más que eso. No era ni nada menos que un vago recuerdo acerca de aquella vida pasada que terminó en tragedia para ella y su amado, pero afortunadamente se les había concedido a ambos la oportunidad de renacer en otro mundo donde pudieran ser felices.