DESDE EL ALBA.
LOS PERSONAJES DE LA TRILOGÍA LOS JUEGOS DEL HAMBRE PERTENECEN A SUZANNE COLLINS.
Éste fanfic participa en el Minireto de marzo para el Torneo entre Distritos en la Arena, del foro "Hasta el Final de la Pradera".
DISTRITO 11, AGRICULTURA.
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En el Distrito 11 hay dos tipos de cosecha. Ambas, conducen al mismo camino. La diferencia radica en cuanto duras antes de sucumbir por completo.
La primera cosecha, depende de la suerte. Si eres elegido, la «fortuna» te envía a una abrumadora oscuridad en donde tu percepción de la vida cambia drásticamente; un escenario en dónde los demás se deleitan observando tus intentos de aferrarte a una mísera esperanza, escurridiza.
En cambio, la segunda cosecha; depende de la fuerza de tu voluntad. Te obliga a no caer en una tentación tan pesada en la cual tu peor condena es ver cómo tu trabajo es aprovechado por otros; produciendo un rencor que corroe tu corazón, colándose por cada parte de tu ser con impotencia. Hacerte de tripas corazón, para evitar armar un revuelo que sólo ocasione un dolor físico bajo el látigo de los agentes de la paz y condena social para tus seres amados. En palabras simples, se trata de soportar el hambre y trabajar, siempre trabajar.
¿Irónico no? Los habitantes del Distrito 11 tenemos que levantarnos cada día del año a primera hora, con apenas algunos rayos del sol apareciendo por los campos para ir a vigilar los sembradíos, regar los huertos, frutales, maizal y trigal. Evitar que los animales del campo se lleven las verduras o se den un festín con las mazorcas. Rociar a mano desnuda los pesticidas y repartir fertilizante a los arbustos, hortalizas y campo en general para que sus frutos sean los mejores, de la más alta calidad libre de plagas.
Aunque de todo aquello, lo más duro es la «cosecha». La verdadera cosecha.
Ocurre a mediados del año, días antes de que vengan a llevarse a los chicos a ésa matanza cruelmente disfrazada de juegos. El Capitolio procura abastecerse bien; para engordar y hacer que sus títeres den un buen espectáculo.
Estos días, todos nos levantamos aun cuando el sol no ha salido. Dispuestos a soportar el calor todo el día, oscureciendo aún más nuestra piel
Incluso, nos proporcionan los lentes de visión nocturna para escoger las perfectas bayas, frutos, verduras; el trabajo muchas veces abarca la noche. Nuestra labor no es sencilla, tenemos que procurar obtener lo mejor, revisando cada uno cuidadosamente antes de empacarlos y ver cómo nuestro empeño y esfuerzo, no es para nuestro disfrute. Son, de las pocas fechas en que los niños no tienen que ir a la escuela. Se necesitan demasiadas manos para recoger los alimentos de todo el territorio. Y mientras en el Capitolio se regodean entre sus manjares, nosotros hacemos esfuerzos para no olvidar pronto la sensación de tener algo en el estómago.
El tiempo pasa lento, fatigoso, desesperante. Tal vez lo único bueno de todo esto, es que se nos da una ración de comida extra desde hace una semana para resistir mejor el cansancio de la jornada diaria.
Somos el Distrito 11, proveedor de alimentos al país. Pero somos también, los que menos gozan de ellos.
Y mañana… es la segunda cosecha. La última vez que mi nombre está en la urna junto a las otras diez de teselas. Tal vez por primera vez, quisiera seguir aquí, bajo el sol, arrancando las mazorcas de su escudo de hojas.
—¡Tresh suficiente con éste surco! ¡Vamos por el trigo!
—¡Voy!
Porque si algo tenemos los del 11 aparte de rencor y hambre, es instinto. Y el mío me dice… que no estaré cuando el maíz y el trigo estén listos de nuevo.
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Notas Finales: ¡Gracias por leer! 577 palabras de historia, muchos sentimientos sin ser totalmente mostrados. Espero haya sido de su agrado ^^
¡Saludos!
