Capítulo 1

Isabella Swan

Mi despertador sonó, como de costumbre, a las 7:30, pero la diferencia era que no estaba en mi cama ni en mi casa… estaba en la casa de mi mejor amiga, Alice Cullen, junto con mi otra mejor amiga, Rosalie Hale… pero para mí, simplemente Ali y Rose.

Me presento. Mi nombre es Isabella Swan (Bella para mis amigos y un idiota), tengo 17 años y mi apariencia, para mí, es simple. Tengo un largo cabello color caoba, llegando a mi cintura y ondulado en las puntas, ojos chocolate y una estatura "promedio" pero Emmett se empeña en decirme que soy enana (aunque nada en comparación de Ali, ya que ella me llega a la barbilla). Soy una persona extremadamente torpe y despistada, pero para sorpresa de muchos, amo los zapatos con taco alto y que de una pisada podes terminar en el hospital. Esos son mi debilidad. Mi mala suerte puede llegar a límites insospechados, teniendo en cuenta, que hace 2 años, casi muero en manos de una furgoneta conducida por un ebrio. Me gusta leer, en especial novelas clásicas, donde siempre hay algo interesante por pasar… Aún lloro cuando Romeo se suicida pensando que su amada está muerta, y más cuando ella le sigue en el camino de la muerte. La música es otro tema. Adoro el Rap, pero también la música clásica, me relaja, más para estudiar.

Y mi despertador sigue sonando… así que mejor lo apago, antes de que una malhumorada Rose se despierte, echando fuego por los ojos, como en todas las mañanas posteriores a algunas de sus salidas de una noche.

Me paré, pero, como no, me caigo al suelo en el intento… y se escucha una tonta risista del otro lado de la pared.

-Idiota- gruñí, mientras me paraba por ropa para bañarme en el baño del cuarto de huéspedes.

Al salir con un jean negro ajustado y una camiseta azul marino, me encontré con la imagen más graciosa de la semana… A Rose, la perfección personificada, con una maraña en su hermoso cabello rubio, los ojos entrecerrados mirando a la almohada, con ganas de seguir durmiendo y una mano rascando su mejilla. Su pijama de corazones estaba totalmente corrido, (me atrevería a decir que estaba puesto al revés). No pude evitar echarme a reír como una desquiciada cuando la vi e, inmediatamente, saqué mi celular para tomarle una fotografía, cosa que hice, y ella se dio cuenta ya que salió corriendo de su cama para correrme fuera de la habitación gritándome:

-¡Isabella Swan, borra esa maldita foto, o te prometo que lo lamentaras!-

-¡Alcánzame, Rose!- Reí, pero me atraganté al segundo siguiente a notar un pequeño problema…

Mierda, las escaleras. Habían dos opciones… dejar que Rose me alcance o arriesgarme a caer, solamente para que esa foto sea un gran recuerdo de Rose sin peinarse ni maquillarse…

-¡Isabella Swaaaan!- Con ese grito, me atreví a arriesgar mi suerte al tirarme por las escaleras… y llegando al final de ellas sin lesionarme, algo bastante curioso en mí… pero mi felicidad duro poco, ya que al dar dos pasos más tropecé con mis propios pies.

Cerré los ojos esperando el porrazo contra el suelo, pero en respuesta, unos pétreos brazos envolvieron mi cintura, mandando unas desconcertantes, pero extrañamente conocidas descargas eléctricas alrededor de mi cuerpo.

Cuando estuve segura de que no tocaría el suelo, abrí mis ojos, encontrándome con un par de ojos esmeraldas mirándome burlonamente. Lastimosamente, esa mirada la conocía y odiaba, y mucho. Era Edward Cullen, mi molestia personificada.

Edward Cullen.

El despertador de la pieza de al lado sonó. Gruñí. Odiaba levantarme temprano, pero era necesario.

Mi nombre es Edward Cullen, tengo 17 años y soy el capitán del equipo de fútbol americano de la preparatoria de Forks, y mis co-capitanes, son mis dos mejores amigos Jasper Hale, uno de los grandes conquistadores de la escuela, y Emmett Swan, el hermano de una de las personas que más desagradaba en el mundo. Mi cabello era de color cobre, medio cobrizo, siempre despeinado sin intención, ya que este era un enemigo natural de los peines. Soy alto, pero no como Emmett, que me sobrepasa, simplemente por una frente. Me encanta el Rap, pero Debussy es grandioso para estudiar. Tengo el abdomen marcado, gracias a las horas de entrenamiento semanal. Sumado todo esto, la mayoría de las chicas me consideran un sex simbol, pero era todo lo contrario. No voy a negar que tuve mis relaciones con las chicas… pero fueron pocas, solamente dos: Bree Tanner y Tanya Denali. Y una resultó ser peor que la otra.

Mi romance con Bree fue medianamente largo. Duré con ella 6 meses… 6 meses en los que estuve ciego. Ella es hermosa, lo admito, pero es una zorra con todas las letras. El día en que terminamos, me encontré en los vestidores a casi todo mi equipo (digo casi, ya que mis fieles amigos estaban conmigo). Ellos estaban en una "agradable" plática sobre las veces que se habían acostado con MI novia. Todavía recuerdo la cara de todos en los vestidores cuando se dieron cuenta de que yo estaba escuchando todo.

Ese fue el día en que terminé con ella, dejándole como una completa zorra delante de la escuela.

Mi segunda novia fue peor que Bree, pero muy similar, con la diferencia que todo el instituto lo sabía. Ahí fue cuando Isabella recibió todo mi odio. Ella se obstinaba en hacerme abrir los ojos, ya que era la única de mis allegados que se atrevía a hablarme del tema. Cuando vi a Tanya tener relaciones con James en el cuarto de limpieza, me sentí como un verdadero idiota… otra vez. Y me seguía pasando cada vez que miraba a Bella a la cara. Ella, luego de que se enterara que había roto con Tanya, dejó de hablarme. Cuando le pregunté a Alice, mi hermana y su mejor amiga, me contestó:

-Ella te odia. La heriste muchas veces por tratar de defender a esa zorra. La humillaste, diciendo que estaba celosa, cuando sabías perfectamente que ella estaba con Black, cosa que por esa estúpida y tu inmadurez, él la dejó, diciendo que no soportaba tener una relación con una persona que no le daba ni la hora cuando tú estabas en la habitación. Pero ella no desistió, sólo porque sabía que toda la familia tenía una rabia infinita al no poder decirte nada, sabiendo que te enojarías con nosotros. Ella lo hizo por nosotros, pero especialmente por ti, sabiendo todo lo que sufriste luego de una relación similar.-

Ello me dejó sin palabras. Desde ese día, desistí el hablar con Isabella, sabiendo que era muy cabezota.

Pensar todo eso, sólo le llevó un segundo. Y ahora estaba ahí, dos años después de aquel miserable año. Dos años de haber empezado a odiar a aquella chiquilla tonta, por todos sus desplantes.

Al otro lado de la pared, se escuchó un golpe sordo contra el suelo, y se imaginó de quién podría ser ese golpe. Me imaginé a Isabella en el suelo sobándose el trasero o la cabeza. Solté una risita, recibiendo un gruñido como respuesta. Me contuve a no reír. Me metí al baño para poder despabilarme, acordándome de que cuando bajara me tendría que encontrar con los rostro de mis mejores amigos, preparados para reírse de mi pobre carita de dormido.

Me vestí en el baño y salí de mi habitación sin mirarme en el espejo, sabiendo que sería inútil el tratar de peinarme. En la cocina, mi madre, padre, hermana y mejores amigos me esperaban. Los últimos me miraban con cara de burla. Gruñí bajito, teniendo una sonrisa como respuesta.

Ni bien me senté en la silla el grito de Rose nos alertó de que Bella estaría en problemas si no corría… asique alguno de ellos tendría que ponerse en el pie de las escaleras, para evitar una salida al hospital. Todos me miraron. Suspiré y se levanté, dirigiéndome al rellano de la casa, viendo como Bella se debatía en seguir corriendo o enfrentar a Rose, que venía detrás como un toro enfurecido. Decidió arriesgarse.

Milagrosamente, llegó al final sin matarse, siguiendo su camino, con una sonrisa orgullosa en el rostro, para que después se le borrara cuando se tropezó con sus propios pies. Instintivamente, estiré los brazos, para envolverlos en su cintura, sintiendo una descarga eléctrica familiar. Cuando se sintió más segura de poder abrir los ojos, sus orbes chocolates se reflejaron en mis esmeraldas. En primer momento lo que vi, fue confusión, para luego reflejar un odio puro.

Se fue incorporando en mis brazos si dejar de mirarme a los ojos hasta quedar parada totalmente. Yo con mi cabeza inclinada y ella con la suya levantada, ya que le llevaba, más o menos, una cabeza. Mis brazos seguían envueltos en su cintura, como si fueran su lugar más natural en el mundo. Se sentía bien

-Cullen- Su voz en tono frío me despertó, pero había una extraña sensación en mi pecho… ¿dolor?- ¿Puedes soltarme de una vez por todas?

-¡De nada, Swan!-Dije maliciosamente para ocultar esa extraña sensación, pero aún sin soltarla- Por lo general, la gente dice "gracias" cuando otro lo ayuda…-

-Nadie te pidió tu ayuda- Y otra vez la frialdad de la voz de la castaña le hirió-Así que…- Hizo un gesto sugerente con las manos.

-¡Claro! ¿Quieres que llame a Rose para que te atrape? ¿O te vuelvo a dejar en el suelo?- Sonreí triunfante al ver que ella empalidecía. Sabía que no tenía escapatoria.

-Sácame de aquí, Cullen…-

Negué divertido. Al verme, ella se dio cuenta de lo que quería. Resopló.

-De acuerdo… Edward, ¿me harías el enorme favor de sacarme de aquí?-

-¡Claro, Swan!- Esta vez fue ella la que negó. Parecía divertida por algo.

-No Edward, si yo te llamo por tu nombre, tú tienes que llamarme por el mío… es el trato-

-De acuerdo, Isabella, con mucho gusto te saco de aquí- Ideando el plan en mi mente.

No terminó de decir "gracias" cuando la agarré como a un saco de papas y la colgué en mi hombro. Era bastante ligera, me atrevería a decir que pesaba menos que Tanya, pero saludablemente, ya que Tanya odiaba engordar y, si no estaba conmigo, estaba en el gimnasio. Cada vez que venía a mi casa a comer, obligaba a mi mamá a que le preparara una ensalada. En cambio, Isabella comía cualquier cosa sin inquietarse, pero era tan menuda que no engordaba, teniendo en cuenta que ella hacía más ejercicio con sus constantes caídas diarias. Ni siquiera la llevé al comedor, sólo salí directo al garaje, coreado por los gritos de la chica que tenía en el hombro, que no cesaron ni siquiera cuando la dejé en el asiento de copiloto de mi Volvo, abrochando el cinturón de seguridad en el camino, sabiendo que si quisiera liberarse le costaría. Subí tranquilamente en el asiento del conductor y, ni bien terminé de abrocharme el cinturón, se escuchó una puerta abrirse. Era la puerta de Bella que trataba de escapar, pero fue más rápido. La tomé por el brazo antes de que saliera y me estiré para cerrar la puerta y echarle el cerrojo. Ni bien lo hice, aceleré. Ella maldecía por lo bajo. Cuando estuvimos lejos de la casa Cullen, mi casa, paré para que ella pudiera acomodarse. Era muy gracioso verla enojada. Se asemejaba a un gatito que quiere parecer un tigre molesto. Cuando paré ni siquiera me dirigió una mirada, se limitó a ponerse el cinturón, pareciendo dispuesta a castigarme con su silencio. Reí entre dientes y puso el CD de Porta, Reset sin que ella se diera cuenta, pensando que el Rap la enfurecería más. Sin embargo, me llevé toda una sorpresa cuando puse Palabras Mudas.

-¿Palabras Mudas?-murmuró extrañada. Eso fue raro, él pensaba que era el único en el grupo que escuchaba Rap.

-¿Escuchas Rap?- Bella se limitó a asentir.

A partir de ese momento el viaje fue más relajado, mientras ambos cantaban el tema. Cuando llegó la parte de Gema, fue increíble como fusionaron el grave mío y lo agudo de Bella. Tenía que admitir que mi acompañante cantaba muy bien, llegando a registros que muchos no alcanzaban, interpretando perfectamente la voz de la rapera.

Cuando terminamos el tema, estábamos mirándonos como si quisiéramos saber cuándo nos habíamos detenido en la banquina de la ruta y nos habíamos desabrochado los cinturones para tener más movilidad. Recién ahí me fijé en su vestimenta. Esta decía a gritos que tenía el mismo estilo mío. Aunque tenía unos jeans oscuros y una camiseta azul, tenía unas zapatillas DC, parecidas a las que él tenía y un colgante con un MC grabado en un pequeño micrófono. Era un gran símbolo para los raperos. De hecho, él tenía uno igual, pero en un tatuaje.

-Así que… te gusta el Rap…-Dijo con una sonrisa- Es genial, a todas las personas que conozco no les gusta. Es más cuando se los digo, me miran como si me hubiera salido otra cabeza.

Ella se echó a reír.

-Te comprendo- Dijo aún con una sonrisa- Cuando Ali y Rose se enteraron, casi sufren un ataque… y cuando Jessica se enteró, dejó de hablarme. Gracias a ella Mike no deja de molestarme… piensa que es sexy que a una mujer le guste el Rap. Ahora, se está haciendo el rapero… ¡y ni siquiera sabe quién es Santa Flow!- Cuando llegó a este punto, su rostro estaba enrojecido.

-Jessica no sabe que a mí me gusta el Rap, porque si no me perseguiría más de lo que ya lo hace… todavía recuerdo la vez que se enteró que Riley Biers era rapero. El pobre tuvo que inventar que era gay para que lo dejara en paz…- Terminaron los dos destornillándose de la risa.

-Jessica es bastante idiota si no se dio cuenta de que sos rapero… tu ropa y estilo, ahora que me fijo, lo gritan-

Y era verdad. Llevaba un pantalón negro con una remera blanca con el símbolo DC en el centro. Sus zapatillas eran iguales a las de ella. Llevaba una gorra plana negra y llevaba todo con una elegancia combinada con perfección rapera que su acompañante tuvo que recorrerlo de arriba abajo. Sonrió satisfecho, y no sabía por qué.

-¿Te das cuenta de que estamos hablando de Jessica Stanley? ¡Es la chica más idiota que conocí en mi vida! ¡No se daría cuenta de que Eneyser es un rapero!- Ella asentía mientras reía.

-Cuando le dije que era rapera, ella me pregunto… ¿Eres rapera? ¿Qué es eso? ¿Eres de la gente que escucha a Barry Marley? ¡Ni siquiera sabía que era ser rapero! ¡O el nombre de Bob Marley!-

A este punto, ya estaba llorando de la risa golpeando el volante del auto con el puño y Bella retorciéndose en el asiento de copiloto.

-Espera, espera… esta es buena…-me interrumpió el sonido de El Yin y El Yang de SantaFlow… miré maravillado a Bella mientras sacaba su celular y ponía los ojos como platos al ver algo en la pantalla de su BlackBerry.

-¡Mierda Edward! ¡Acelera! ¡Nos retrasamos 2 horas! ¡Ali y Emm nos cubrieron con Jefferson, pero Jazz no va a poder con Banner…!

-¿Cómo que 2 horas?- Mientras aceleraba como un maníaco, vi la hora en el reloj del salpicadero. Maldición… más tarde no podríamos llegar. Llegamos justo para entrar a la clase que coincidíamos y Jazz nos miró aliviado. Vi a Swan sonreírle y ella iba a sentarse a su lado, pero el único puesto libre era al lado de Jessica, por lo que me adelanté, la agarré de la cintura y la arrastré al final de la clase, donde estaba el solitario banco que acudía siempre que llegaba temprano para que Jessica no me agotara toda la paciencia antes del almuerzo.

-¿Qué te crees que haces, Cullen?- Susurró colérica. No era bueno hacerla enfadar, más si esa persona era yo.

-Por favor, Isabella, me tenes que salvar de las locas que no saben quién es Bob, que en paz descanse- Hice un gesto teatral con mi mano. Ella sólo rodó los ojos y tironeó para soltarse de mí e ir a sentarse… ¡con Jasper! La miré indignado y ella sólo me sonrió cuando se sentó tratando de parecer inocente, pero detrás se escondía el mismísimo diablo. En un acto infantil, le saqué la lengua. Pero se me ocurrió algo. Si ella quería ignorarme, no lo lograría. No si tenía en mis manos un teléfono celular con WhatsApp, y si no tenía señal, con crédito. Y en el peor de los casos, con BlackBerry Mesenger. Ella no me ignoraría, no señor.

Sólo sonreí y me dirigí al último banco, ignorando a la chica Stanley que no sabía que más hacer para que le prestara atención. De suerte entro Banner y Jessica no tuvo tiempo a cambiarse de banco. Decidí mandarle ahora un mensaje a Swan. Busqué su contacto y sonreí al ver la foto. En ella, Bella estaba subida a mi espalda, agarrando mi pelo. Recuerdo que nos peleábamos y Emm sacó una foto del hermoso momento.

-Hola, Swan, no me extrañes, que te voy a hablar toda la clase.- Primero probé con el WhatsApp.

Sonreí nuevamente al ver que la conexión andaba.

Que comience la fiesta.

Holaaa! Las/os que leen sólo fics de Twilight no me conocen, seguramente, por lo que me presentare… soy h0ly o h0lynaight! Mucho gusto a todos, es un placer escribir para ustedes, más si llegaron a este punto del capítulo. Eh aquí algo que rescaté de la papelera de reciclaje de mi computadora… lo devuelvo o lo sigo? Ustedes elijen! Muchas gracias por leer esta idea medio loca que pienso cómo seguir… sugerencias?

En fin… gracias de nuevo!

P.D: No soy S.M ni por casualidad, por lo que los personajes que conocen no son míos, sólo la invención del fic. Aclaro que no gano beneficios de ningún tipo con escribir, sólo risas, y si quieren, comentarios suyos…gracias!

h0ly!