Bueno esto es un fic crack que se me ocurrió a eso de las 12 de la noche (como siempre jajaja) Basado en el dibujo de Horikoshi del volumen 14, y en el dibujo de Horikoshi donde están todos con trajes de fantasía (segunda encuesta de popularidad)
Advertencia: Este fic hará uso de varios personajes que solo han salido en el manga. Aunque es un AU de fantasía, si no vas al día con el manga podrías spoilearte.
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Capítulo 1: Escape.
(I)
En un lejano castillo, rodeado de frondosos bosques, vivía una pequeña princesa. Eri, como la llamaban, anhelaba ser libre. Su "padre", el poderoso Rey de los Ocho Preceptos de la Muerte, la mantenía prisionera dentro de sus aposentos.
Y es que la pequeña tenía dentro de sí un poder inigualable. Un poder que le garantizaría a su padre, el control absoluto de su pequeño reino; e incluso, el control de reinos aún más grandes y poderosos que el suyo propio.
Por favor, por favor estrella del norte, todo lo que deseo es ser libre algún día clamaba de día y de noche la niña de cabellos plateados desde el balcón de su cuarto.
Quién lo diría, que el deseo más anhelado de la cautiva princesa pronto se cumpliría.
(II)
Los preparativos para la Fiesta Real anual se estaban llevando a cabo. Solo que esta no iba a ser una celebración cualquiera, no señor. La celebración de este año sería una especial, ya que tendrían de invitado de honor nada más y nada menos que al heredero del poderoso Rey oscuro: All for One.
Tomura era su nombre. Poco se sabía sobre el joven heredero, pero había muchos rumores habían sobre él.
Algunos decían que podía transformar en cenizas todo cuanto tocase. Otros decían que el joven gustaba de coleccionar las manos de sus enemigos, usándolas a veces como parte de su vestimenta.
Pero quizás uno de los rumores menos populares, pero más inquietantes de todos, era el que decía que en realidad, el joven heredero era parte del linaje una antigua hechicera…
Hechicera quien en tiempos pasados, fuera la enemiga número uno de All for One.
Sea como fuere, el Rey de los Ocho Preceptos de la Muerte, Overhaul, se preparaba para darle la bienvenida a tandistinguido invitado.
(III)
La vida de Izuku Midoriya había sido normal hasta ahora. Bueno casi. Si a ser aprendiz secreto de un viejo ermitaño de las montañas se le podía llamar normal, claro.
Ese día, Izuku se había dispuesto a hacer sus quehaceres habituales como siempre. Después de ayudar en las labores de su hogar, se disponía a ir a entrenar con el que era su mentor, un ermitaño llamado Toshinori Yagi quién vivía en lo más recóndito del bosque que rodeaba la aldea de Izuku.
Y es que el sueño más grande del joven aprendíz era ser como su ídolo, el paladín más poderoso de todos: All Might.
Aunque habían pasado pocos años desde su muerte, All Might había logrado convertirse en una leyenda.
Él logró lo que parecía imposible: Que todas las criaturas; mutantes, faes, humanos e incluso dragones lograran convivir en armonía. Era una época de paz en la que las personas podían usar su magia en libertad y el sueño de todo niño era convertirse en un paladín como All Might o en una poderosa bruja o hechizero.
Por eso, a All Might también se le llegó a conocer como el Símbolo de la Paz.
Pero esa paz no duró mucho. El poderoso hechizero conocido como All for One amasó un ejército de mutantes y magos que derrotó a los aliados de la Paz, controlando a casi todos los reinos, empezando así una nueva era de silenciosa tiranía.
Aunque todo parecía seguir siendo "normal" la verdad es que no lo era. Antes las personas y los mutantes convivían en perfecta armonía. Ahora, la gente "normal" les temía. Por eso era común que en lugar de referirse a ellos como mutantes, les llamaran aberrantes.
Antes se podía usar magia en libertad, ahora estaba tan regulada que era casi prohibida. Para usar magia de forma legal, debías jurar lealtad incondicional al oscuro rey All for One.
Jurar lealtad a un rey no tenía nada de malo o raro, pero All for One era la excepción. Sus seguidores debían acatar sus órdenes por más malévolas que estas fueran. Era bien sabido que los que le habían jurado lealtad y después se habían rehusado a obedecerle sufrían un horrible destino.
Era por ello que aunque casi todo ser viviente tuviera la capacidad de usar magia, muy pocos lo hacían ahora. Y si lo hacían, era en la clandestinidad.
La era del heroico All Might había terminado. Sin embargo Izuku aún soñaba con ser un paladín al igual que él para proteger a los más débiles.
Su madre solía contarle historias: sobre hadas, sobre el "Chosha", sobre héroes y heroínas de la antiguedad. Pero sin duda sus historias favoritas eran las de All Might. La de ese paladín lejano que con su legendaria espada, la One for All, había traído paz a todo un continente.
Su encuentro con el ermitaño Yagi Toshinori hacía un año le había dado a Izuku la oportunidad de cumplir su sueño. Yagi era algo misterioso y reservado y parecía estar enfermo todo el tiempo. Pero a pesar de su apariencia débil, el señor Yagi —como Izuku lo llamaba— lo había estado entrenando en secreto para ser un paladín.
Entrenar para ser paladín era algo tabú, pero no tanto como ser bruja o hechizero. Jurar lealtad a All for One no era un requisito, pues para ser caballero no necesitabas magia, tan sólo tus habilidades de combate y una espada.
Sin embargo, desde la caída de All Might, ser un paladín no era muy bien visto.
Antes elogiados por su heroísmo desinteresado, los caballeros de ahora eran una pálida sombra de los de antes, haciendo las cosas sólo por fama y dinero,rebajandose casi al nivel de los mercenarios.
Pero ni aún así Izuku dejó su sueño de lado. Pues en tiempos tumultosos como ése, ser un paladín significaba que podría salvar a las personas tal como lo hacía All Might.
Y mañana sería su ritual de iniciación como caballero.
Izuku estaba muy emocionado por ello. El señor Yagi le había dicho que después del ritual, debía emprender el "viaje del paladín" que era una tradición que todos los paladines seguían desde tiempos inmemoriables.
Ir alrededor del mundo, en busca de aventuras antes de decidir jurarle lealtad a algún rey o señor, o ser un paladín independiente y formar tu propia orden, tal como lo había hecho All Might.
(IV)
Izuku se adentró un poco a la parte norte del bosque para recojer algunas hierbas medicinales que llevaría en el viaje que emprendería al día siguiente del ritual de iniciación de caballero
Pero cuando se disponía a recojer unas hierbas medicinales, empezó a sentirse mareado y perdió la conciencia. Cuando la recuperó, notó que su cuerpo se sentía… extraño...
—Rápido, esa es la última que nos falta, todo debe quedarnos perfecto para el banquete ¡o si no!…
Un hombre le decía al otro que le acompañaba mientras sigilosamente se acercaban hacia donde estaba Izuku. Extrañamente, los hombres se veían más altos de lo normal, aunque en ese momento el joven no le dio importancia.
Mientras los hombres se aproximaban hacia donde él se encontraba, intentó preguntarles que pasaba pero en lugar de palabras, todo lo que salió de la boca de Izuku fue un…
—¡BAAAAAAAHHHHH!
—¡Rápido agárrala, antes de que escape!
Y así es como terminaría la vida del joven aprendiz. Izuku, quien soñaba en convertirse en un legendario Paladín como All Might, ahora se encontraba encerrado en una pequeña jaula, listo para convertirse en barbacoa real. Genial.
Piensa, piensa. Debe de haber una forma de escapar de aquí.
Pero por más que empujaba, la jaula no se habría. Lo más frustrante es que no era difícil de abrir, tan solo bastaba con correr el seguro desde afuera para abrirla. Si tan solo pudiera alcanzar el seguro de la puerta con sus manos… Pero el problema es que ahora en vez de manos, tenía cuatro patas. Estaba perdido.
(V)
Era la segunda vez que hacía eso en su corta vida. La primera vez que salió sin autorización de su cuarto, sólo había conseguido llegar hasta el pasillo. Esta vez, con los preparativos para recibir al príncipe Tomura, parecía que nadie se había dado cuenta de su pequeña travesura.
Con miedo pero a la vez emocionada, la princesita caminaba por el patio trasero. Era la primera vez que lo hacía sola, pues las pocas veces que se le permitía tomar el sol era custodiada por sus damas de compañía.
Disfrutando de su pequeña libertad, escuchó ruidos frenéticos provenientes de una esquina. Allí en una jaula, se encontró con lo que parecía ser… ¿una oveja?
Curiosa, se acercó hacia donde estaba el animal. A simple vista se veía como tenía un pelaje suave y esponjoso. El pobre animal luchaba para salir de la jaula, sin éxito.
—¿Una oveja? —dijo la pequeña con curiosidad y asombro.
—Nunca había visto una de verdad... —dijo mientras metía su mano entre la reja y tocaba al animal. De cierto es que era la primera vez que miraba una en vivo. Solo las conocía por los libros. Aunque en vez del blanco pelaje con el que el libro las ilustraba, esta era de color verde.
—¡BAAAAAAAAAHHHH! —Fue todo lo que pudo responder el animal, quien hasta entonces no había parado de moverse frenéticamente.
—¿También quieres escapar? —la oveja frente a ella dejó de moverse y la escuchó con atención. Eri notó que en sus ojos se distinguía algo… ¿humano? Como si pudiera comprender sus palabras.
—Lo sé. Yo también quisiera irme de aqui —decía al mismo tiempo que acariciaba el lomo del animal. Realmente era reconfortante sentir ese pelaje tan suave.
—¡Su alteza! —exclamó la vieja cocinera del palacio— Por todos los dioses, ¡qué hace usted aquí afuera! ¡Y sola!
Inmediatamente, la mujer empezó a llamar a los demás criados que se encontraban alrededor para que la auxiliaran con la princesa. Si el rey se enteraba que Eri había vuelto a escapar… las consecuencias iban a ser funestas…
—Rápido, escolten a la princesa hasta sus aposentos, antes de que alguien más se dé cuenta —dijo la desesperada cocinera.
Con una mano aún en el lomo de la oveja, se resignaba a su destino. El encierro, una vez más. Como siempre.
—Parece que me tengo ir —dijo la niña mientras se despedía de su nuevo amigo. Sin embargo, cuando miró a los ojos al animal, pudo sentir su desesperación. El tierno ovino hacía señales hacia la esquina superior de la jaula, como queriendo señalar a algo.
—¿Mmm? —. La niña entonces se percató que los desesperados señalamientos de la oveja apuntaban al seguro de la jaula. Con curiosidad infantil y sin pensarlo mucho, simplemente corrió el seguro, abriéndolo.
—¡BAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH! —. La oveja salió disparada de su prisión.
Entonces todo se descontroló.
—¡Hojo! Escolta a su alteza hasta su cuarto. ¡Mientras tu, Tabe, atrapa a ese animal!
Corriendo por su vida, el asustado animal era perseguido por Tabe, el capataz de aspecto terrorífico que siempre llevaba una bolsa de tela cubriendo su cabeza.
Sin embargo, en un giro inusual de los acontecimientos, justo cuando estaba por salir por la puerta trasera que daba hacia el bosque, el animal giró sobre si mismo y regresó hacia donde se encontraba la pequeña princesa. Con una fuerza inusual, tacleó al otro criado, el que se hacía llamar Hojo y se puso enfrente de la niña, con una expresión…
—¿Qué pasa? Vamos corre antes de que te atrapen —le decía Eri al felpudo animal. Sin embargo el animal continuaba con el lomo agachado y moviendo su cabeza le hacía señales a Eri para que lo montara.
―Quieres… ¿quieres que vaya contigo?
De repente recordó su cuento de hadas favorito. En donde una doncella escapaba de la torre donde la mantenían prisionera. Montada en un corcel blanco, que tiempo después se descubriría era un príncipe que había sido hechizado por una malvada bruja, la doncella escapaba hacia su libertad.
Eri siempre había soñado con escapar como en aquel cuento. Sin embargo nunca pensó que se le iba a ser realidad. Aunque en vez de corcel, lo que ahora tenía en frente era una tímida y felpuda oveja y en vez de príncipe encantado solo era un despitado aprendiz de caballero que por algún error había terminado en ese estado.
—¡BAAAAAAAAAHHHH! ―con ojos suplicantes e invitantes, el animal no paraba de señalar su lomo con la cabeza. Sin pensarlo más, Eri se montó en la oveja, quien inmediatamente después de que la niña subió en su lomo echó a correr a toda velocidad hacia la salida del castillo, para perderse en el bosque.
—¡Atrápenlos!
Los criados intentaron impedir que huyeran. Pero no pudieron hacer nada. El borreguito, junto con la princesa ya habían escapado hacia su libertad.
Continuará...
Nota de la autora:
Originalmente tenía planeado que esto fuera un oneshot pero ahora será un longfic. La verdad es que si pudiera dibujar, en vez de fic le haría fanarts a esta idea. Deku en forma de borreguito es lo mas tierno que hay y hasta ahora no he visto fanarts de Deku oveja con Eri, lo que es una lástima porque se verían tan tiernos xD. Pero en fin. A falta de habilidades en el dibujo, todo lo que me queda es escribir lo que se me ocurre. Ya que xD
