Era una tediosa mañana, Sherlock Holmes no atendía al profesor, no quería saber que tenía que decir. Miró por la ventana a fin de distraerse cuando avistó a un chico de pelo oscuro y alto trabajando en la tienda donde a veces compraba. *¿Cómo no se había fijado en ese chico? ¿En qué pensaba cuando iba a comprar?* Pensó mientras miraba como el chico baría el polvo.

Muy bonito señorito Holmes, acaba de ganarse un castigo por distraerse en mi clase – dijo el profesor deslizando una nota de castigo en la mesa de Sherlock – a las 4 le quiero aquí para su castigo.

Entendido – respondió Sherlock e intentó atender lo que podía a la clase para no ser doblemente castigado.

Cuando la clase termina, es el primero en salir. "El profesor el idiota" Piensa. Va a su taquilla donde deja los libros y busca a Watson para ir a comer algo. Es la 1 y tienen hasta las 2 para hacerlo.

A las 2 vuelven a clase, queda una. La más pesada del día. Cuando termina Sherlock va al castigo.

- Así me gusta - dice el profesor - no se ha escaqueado. Bien, para que lo sepa esta hora será productiva. Hará una redacción sobre los olores. Dentro de una hora le mirare si la tiene.

Sherlock asiente, no tiene ganas de hacerla. Pero cuando antes termine, antes podrá fijarse en el chico de la tienda. Que ahora está colocando cosas en los expositores de fuera.

"Que guapo" piensa Sherlock "¿Cómo se llamara? ¿Dónde vivirá? ¿Cuantos años tendrá?" Se pregunta mientras mira por la ventana "Concéntrate" Mira el papel en blanco y empieza con la maldita redacción.

Al cabo de 20 minutos la termina. El joven de cabellos oscuros sigue colocando cosas. Sherlock piensa en ir a hablar con el cuándo el maldito castigo termine. Pero luego se da cuenta de que no sabe que le dirá.

Termina el castigo, le entrega la redacción al profesor y se marcha. Luego sale del edificio. Watson le espera, pero no le hace caso. Camina a la tienda. Pasa por el lado del joven, entra y al que está a dentro le pide un par de manzanas.

- Jim dos manzanas rojas - grita el tendero mayor.

"Bien, ya se su nombre" Piensa Sherlock.

- Aquí las tienes - se las da a Sherlock - son 0,63.

Sherlock le paga y sale de allí a buscar a Watson. Que está cansado de esperarle para que luego no le haga caso. Sherlock mira a Watson y luego empieza a comer una de las manzanas. La otra se la da a Watson sin mirarle a la cara.

- Tu manzana - comenta Sherlock dándole un mordisco a la suya.

Gracias - John la acepta mientras caminan a la residencia que no está lejos de allí.

Cuando llegan, Sherlock se pone con los deberes, John coge su portátil y escribe en el maldito blog como lo llama Sherlock.

Son jóvenes, pero John dedica horas a ese blog en el que cuenta chorradas como las llama Sherlock.

"Jim" Susurra Sherlock mientras hace los deberes de matemáticas.

A las 7 vayan a cenar, la cena no es muy apetitosa, aunque John come bastante.

- Despacio - comenta Sherlock - te vas a atragantar.

No lo creo - responde John - come algo.

Sherlock quiere ir a comprar más, quiere verle. Le da igual comprar algo que no quiere, con tan de verle. Algún día deberá dar el primer paso. ¿Pero cuando?

Watson saca a Sherlock de las nubes. Ya ha cenado y está esperando a que este reaccione.

- Vamos - comenta Sherlock levantándose y llevando la bandeja a su sitio - apura.

- Ya va - dice Watson recogiendo todo.

Sherlock se acuesta en la cama mientras Watson se ducha. Piensa en Jim. Pero, ¿qué le pasa? Parece un adolescente de esos comunes que se enamoran por alguien y viven pensando en esa persona a todas horas.

Al final en esa posición en la que esta se queda dormido.

Al día siguiente se levanta antes de que la alarma suene, así que se ducha, Watson duerme como un tronco y no se da cuenta de los ruidos. Se viste y sale de la residencia. La tienda ya está abierta. Entra y mira las cosas de comer que hay sin prestar atención, está buscando a Jim y no lo encuentra.

Así que sale cabizbajo, cuando sale, se choca con alguien. Cuando se da cuenta de quién es, sonríe tímidamente.

- Lo siento - dice Jim con un cuidado y sensual acento inglés - no veía por donde iba.

- No pasa nada - articula Sherlock algo nervioso - deja que te ayude a recoger.

- Que amable - comenta Jim sonriendo - por cierto me llamo Jim.

- Yo... - Sherlock no termina la frase porque Watson le interrumpe.

- Sherlock - grita Watson - se ha ido sin hacer la cama. Yo no sé la hare.

- Que pesado eres John. Déjame libertad. Pareces mi hermano - dice Sherlock mirando desafinadamente a John - ya la hare luego que es sábado.

Watson se marcha farfullando algo por lo bajito. Sherlock se disculpa por la escena y le explica a Jim que Watson solo es un compañero de habitación y nada más. No quiere que Jim piense algo que no es.

- Hemos empezado un poco mal - empieza Jim - ¿Qué te parece quedar estar tarde aquí para ir a tomar algo y conocernos mejor?

Sherlock se queda mudo. Jim le ha propuesto algo que le encanta, pasar más tiempo con él y sobre todo sin tener a Watson cerca ni jefe de Jim.

- Vale - respondió Sherlock algo nervioso.

- A las 4 y media vente a buscarme - comenta Jim terminando de recoger lo que había caído - no te retrases que quiero pasar un tiempo con alguien a solas.

"¿A solas? ¿Qué insinúa?" Se pregunta Sherlock intrigado mientras camina de vuelta a la residencia a su habitación para preparase para la "cita" si se podía llamar cita.