Por Kaoru Kinomoto...
In the dreams
Summary:Ginny ha perdido a una persona muy especial, y sin pensarlo ese dolor la une al último humano que hubiera pensado. "Es tan sencillo poder soñar… sólo basta con cerrar los ojos e imaginar…"
Es tan sencillo poder soñar con lo que uno quiere. Sólo basta con cerrar los ojos, imaginar esa cosa y ya aparece como tuyo. Pero los sueños, sueños son… Es por eso que cuando despertamos y vemos que no tenemos lo que queríamos, sentimos un vacío en nosotros, pero el dulce recuerdo de lo "vivido" se queda en nuestro corazón.
Y ahora ella sentía ese vacío consigo. Necesitaba contención, alguien que la escuchara en silencio y compartir ese dolor que le apretaba el pecho.
Todo había pasado muy rápido. Tan sólo era una niña, una pequeña de quince años que había perdido a un ser muy preciado.
Su madre…
Y lo irónico de la vida, que haya pasado días antes de su cumpleaños.
Apretó su cuaderno en su pecho, sintiendo que así, como ella, con sus escritos, estaría más cerca de Molly.
Poco a poco fue quedando dormida, rodeada de un ambiente de paz, y soñando con su príncipe azul, que llegaba a quitarle todo lo amargo de su vida.
Pero no llegó nada azul a donde ella estaba. Con la orgullosa insignia de Slytherin cruzaba un rubio, quien se detuvo al ver un bulto recostado en un árbol. Se acercó cauteloso, y una sonrisa se dibujó en su rostro al ver quien descansaba ahí.
Ginny Weasley, la hermanita de Ron, dormía con el cuaderno estrechado en su pecho. Unas inmensas ganas de molestar llegaron a él, y agachándose frente a ella tomó el cuaderno de sus manos.
¿Qué había ahí para que lo cuidara de esa forma?... ¿algún secreto que lo ayudaría a echar abajo a esa familia?... ¿algo para divertirse un rato a costa de Weasley…?
En eso estaba, abriendo la primera hoja cuando una mano le arrebató el cuaderno. Ginny había despertado y ahora lo guardaba debajo de su túnica.
- ¿Qué hacías, Malfoy? – el rubio alzó una ceja.
- Es más que obvia la respuesta, Weasley – respondió tosco, observando sus pecas. Hubo algo que llamó su atención - ¿Llorando por Potter?, ¿acaso te diste cuenta que él nunca se fijaría en ti? – andaba buscando una riña, y su sonrisa se acentuó más al ver como ella fruncía el ceño.
Pero para su sorpresa, la pelirroja se abalanzó hacia él, y abrazándolo rompió a llorar desconsoladamente.
Ginny lloraba, lloraba y lloraba. El aroma del rubio no le desagradaba, y se dio cuenta de su pensamiento una vez quedó dormida. Todo parecía tan inusual, tan mágico, como un sueño… tal vez por eso no tuvo vergüenza de sus actos, quizás gracias al sueño y la imagen de Draco Malfoy consolándola fue que logró olvidar, por lo menos en ese momento, el dolor.
Esa tarde fue muy inusual en la vida de rubio.
Pero aprendió una gran lección: y es que el dolor, afectaba a todos por igual. No importaba la clase social. Él también había perdido a su madre hacía unos meses, y se juró proteger a la Weasley, sin importar su apellido.
Y así lo hizo…
Porque ahora, después de tanto tiempo, él sigue a su lado como el primer día. La ve a ella, recostada en él durmiendo tranquila. La toma en brazos y la conduce a la cama, donde la deposita y yéndose a su lado, le da el beso de buenas noches.
Habrá sido casualidad su encuentro, al igual que el mismo lazo que compartían. Quizás gracias a eso él se obligó a tragar una parte de su orgullo y ayudarla. Claro estaba que a escondidas se veían, "ya que un Malfoy no se junta con una Weasley".
Rió a su pensamiento. Ya había pasado esa etapa, y ahora se disponía a dormir al lado de la mujer que amaba. Como todas las noches de matrimonio…
