CAPITULO 1

Bien, sin más, me encontraba fastidiada, dolida, harta y ya no deseaba saber nada más del mundo que me rodeaba.

-¿Estas bien?- Pregunto la voz ronca y melodiosa de mi mejor amigo, asentí mecánicamente. El frunció el ceño.

-Solo… algo molesta, nada de qué preocuparse.- Murmure fastidiada.

Sasori, mi mejor amigo; Un chico bastante alto, lleno de pecas y de piel blanca, con un rojizo cabello lleno de rulos era sin más, mi mayor apoyo. Durante la preparatoria, tiempo en que había huido de casa para instalarme en la institución de la universidad, él me había profesado su amor y devoción por mí, y aunque no me era indiferente le había rechazado de una forma sutil y tranquila, puesto que yo tenía novio, y a pesar de nuestras constantes discusiones por creer él que tenía siempre la razón, le era fiel.

Le dedique una sonrisa ausente a Sasori y negó molesto sin decir palabra.

Teníamos poco más de seis años de conocernos, uno menos de lo que tenía conociendo a mi pareja. Y era el único al que podía y merecía ser llamado amigo.

-No quiero ni verle la cara, esta vez se ha pasado, y lo digo en serio, no creo poder reconciliarme tan rápido como las veces anteriores…- le respondí la pregunta muda en su mirada, me miro de soslayo y suspiro cancinamente.

-Te lo eh dicho un millón de veces, la venganza no es buena ni lleva a nada que no sea más que dolor y vacío. Si tanto rencor le tienes simplemente déjalo, sabes perfectamente que yo siempre estaré apoyándote bombón…-

Era cierto, sabía que nada bueno saldría de guardar todos los desplantes que mi novio hacia constantemente. Y es que era tan prepotente, arrogante y con un sex-Apple único, era simple saber porque me había enamorado de el en secundaria. Me apoye en el asiento del auto de Sasori y suspire pesadamente.

Sasuke, mi novio, era un chico de mirada onix, fría y segura, con un gran destello de soberbia y arrogancia única, cabello azabache, alto y de cuerpo atlético, con carácter bad-boy de "te romperé el corazón y me amaras más" que le identificaba en cuanto abría la boca para comenzar a decir frases frías y carentes de emoción hacia cualquier cosa que no fuesen videojuegos,trabajo o comida. Sin embargo me había cautivado en secundaria al ser mi salvador de armadura negra la mayoría del tiempo, pues en esa época, yo era la chica "sin chiste y empollona que nunca tendrá novio", claro, nunca fui fea, mi largo cabello rosado y mi piel blanca con algunas pecas eran muy adorables, y aunque lo odiara, tenía los ojos rasgados y de color jade tornasol, los cuales se encontraban oscuros la mayor parte del tiempo. Siempre fui de estatura micro, pues en ese tiempo no pasaba de los 130 centímetros, era delgada y fácil de maltratar. Cosa que mis compañeros habían disfrutado bien. Él había actuado como mi defensor y poco después comenzamos una extraña relación de cariño, en donde el me protegía y era temido por todos, al ser un chico de preparatoria con una aura tan oscura, en cambio yo era la pequeña "gatita" sin chiste a quien dejaron de acosar pero enviaban miradas llenas de odio y envidia (las mujeres claro está). Me enamore irremediablemente de mi salvador.

-Es que no comprendo, de un tiempo para acá comenzó a comportarse más y más frio, ya no le interesaba verme herida emocionalmente, ni se preocupaba por tener más tiempo para nosotros, ahora, rara vez lo veo los fines de semana, cuando salimos de la universidad. Sé que está ocupado siendo sub-jefe de la empresa, pero aun así. Me duele que me deje sola y no se disculpe por ello ni intente arreglarlo.- Murmure mientras cerraba los ojos y me acomodaba en el asiento.

-No quiero meterme mucho en tu relación, respeto eso aunque me duela y lo sabes, pero, sospecharía que está viendo a otra mujer. O al menos, con lo que me dices es muy probable.- me dijo mientras observaba la calle, giro el auto a la derecha y siguió de largo, iríamos a su casa a pasar el fin de semana, justo como el anterior, pues Sasuke había cancelado otra vez.

Me cubrí el rostro con mis manos y sollocé.

-Ya lo sé, ya he tenido esa sospecha, y no quiero descubrir la verdad, me dolería mucho.- Dije hipando.

Llegamos a su "casa" que más bien era una mansión, y su nana nos saludó alegremente. Fuimos a la sala y me senté en el amplio sofá de piel mientras me tranquilizaba. Sasori se sentó a mi lado y me desordeno el cabello en un gesto cariñoso, a un seguía siendo pequeña después de tantos años, a lo mucho media 140 centímetros. Y eso a él le encantaba, pues se divertía tratándome como una muñeca de porcelana.

-Bombón, no te desanimes. Veamos una película. ¿Hotel Transilvania te apetece?- Dijo mientras me guiñaba un ojo. Yo solo me ruborice y me hice ovillo en el sofá.

-Deberías dejar de tratarme como si fuese una niña, bobo, que ya pronto cumpliré 21.- murmure entre mis rodillas. El carcajeo y su ronca voz me hizo sonreír.

-Claro, 21, pero mientras sigas midiendo 140 centímetros seguiré tratándote como tal, además, dudo mucho que sigas creciendo. Ya estás en la edad límite.- Me sonrió altanero, le lancé una almohada y me cruce de brazos.

-Me importa un comino, aún tengo esperanza. ¡Tú! Tonta jirafa. – Y era cierto, yo apenas y le llegaba al pecho, ni si quiera mi coronilla le llegaba a los hombros. Bufe y me deje caer en el sofá mientras Sasori ponía a reproducir la película.

….

Ya eran las 6 de la tarde, y se suponía que a esa hora Sasuke salía de la oficina. Pero aun así, no recibí ni una llamada. Deje mi celular en la mesilla de la habitación de huéspedes en la que me quedaba siempre que venía. Entre a la sala y encendí el Xbox, necesitaba una ración de gears of war para calmar la ira que crecía en mi interior junto con el agujero de mi estómago.

-Venga, para jugar al gears seguro el imbécil no te ha llamado. ¿Estás bien?- Pregunto fijando su ambarina mirada en la pantalla, mientras tenía una ardua batalla de motosierras con un horrible y repugnante locus.

-Tú lo has dicho. En fin, ¿Qué hay para la cena?- le pregunte sin desviar mi mirada de la pantalla.

-Tienes suerte bombón, que hoy eh preparado la cena yo y me ha quedado estupenda. Filete con crema de champiñones y pasta.- Puse pause a la misión que tenía frente y corrí hacia el comedor, yo amaba la pasta de Sasori.

Eran las 10 de la noche cuando por fin recibí un mensaje de Sasuke, tome el celular emocionada y lo leí esperando algo dulce.

"Diviértete con el cuatro-ojos,

Olvide llamarte, recién salgo del gimnasio. Luego quedamos."

Apreté el celular con fuerza. Cada vez sus mensajes eran más fríos, antes solía decirme que me amaba bastante seguido. Pero hace meses que no lo decía ni por asomo. Me recosté contra la almohada y llore. Sasuke en ningún momento sintió celos, y alegaba diciendo que confiaba en mí. Era obvio, pero me molestaba que no mostraba interés en mis amistades (Sasori únicamente). Ni en lo que me gustaba o interesaba, sencillamente ya me estaba cansando.

La puerta de mi habitación se abrió, y Sasori entro después, le observe por el rabillo del ojo y me sentí fatal, seguro había comenzado a llorar fuertemente. Él se sentó en la orilla de la cama, el pantalón de mezclilla oscuro se ciñó a sus piernas y su camisa de lino negra se arrugo. Acaricio mi cabello con una mirada triste y eso solo me hizo sentir peor, la palabra "lastima" llego a mi cabeza. Me hundí mas en la almohada que abrazaba.

-Ya deja de preocuparte por él. Llevan 4 meses igual, no sé cómo lo soportas.- Me senté en la cama y atraje la almohada a mi pecho.

Le observe decidida.

-Terminare con él, no le daré el lujo de dejarme botada. Ya no mas.- Su mirada ambarina me observo sorprendida y me dio una sonrisa comprensiva.

-Bien, te llevare mañana por la mañana a su oficina. Ahora, duerme.- Me recosté de nuevo y cerré los ojos, decidí dormir y olvidar momentáneamente lo mucho que me dolería mi decisión.

….

La mañana siguiente llego, y al girarme en la cama me topé con algo tibio y confortable, Sasori se había quedado dormido a mi lado después de que llore por la noche. Restregué mis ojos en un gesto perezoso y me puse de pie para dirigirme al baño y tomar una ducha, hoy debía ser fuerte, hoy debía tomar una decisión después de tantos años.

Sentí el agua tibia correr por mi menudo y pequeño cuerpo, suspire. Ya estábamos en vísperas navideñas y el frio comenzaba a sentirse en el ambiente, yo amaba este clima, me hacía sentir melancólica. Al salir me dispuse a vestirme con unos leggins de vinipiel y un suéter térmico color vino, resaltaban mis pecas y mi pálida piel. Suspire cansada mientras comenzaba a cepillar mi cabello.

-Despertaste, debiste avisarme, mira que soy un desastre por las mañanas mocosa.- Medio murmuro Sasori mientras se sentaba en la orilla de la cama y se restregaba los ojos.

Sonreí.

-Sí que lo eres tonto.- le mencione mientras le lanzaba una almohada. –Yo preparare el desayuno, te esperare abajo.-

Me encamine hacia la cocina, aun no sabía exactamente qué hacer con respecto a lo de hoy, eran las 8.32 de la mañana y ya sentía que era tarde. Mi celular vibro mientras batía la masa para panqueques, lo tome y vi un mensaje.

"Lamento si no he podido tener más tiempo juntos. Pero sabes que te amo y quiero mi vida a tu lado. Mi pequeña ."

-¡AGH ¡Estúpido…- En verdad me sentí frustrada.

Deje el móvil en la mesa de la sala y me adentre de nuevo en la cocina, debía distraerme y pensar con la mente fría. Ya no quería salir dañada. Y justo en este momento estaba considerando que Sasuke era bipolar. Pasando casi 37 minutos el desayuno estaba listo, me encamine al comedor y serví.

Sasori ya estaba sentado observándome con una ceja alzada y un deje de reproche en su mirada.

-Eh… ¿Sucede algo?- Le pregunte. Sus rojizos cabellos se mecieron en negación y suspiro.

-En serio, comienzo a pensar que ese imbécil tiene un radar o algo. Cada vez que planeas terminar con él hace algo para que te arrepientas…- Le observe dudosa, el me mostró mi celular.

-Ha sonado el teléfono y le he contestado yo. Se molestó. Ya sabes, él no sabe que te quedas a dormir con tu "mejor amigo", lo siento, ha sido por impulso, aún estoy adormilado. Le eh dicho que he pasado por ti temprano para ir al parque temático. Aun así se ha puesto furioso y me colgó. Quizá te llame en media hora.- comenzó a comer y yo le imite mientras pensaba en lo que haría el día de hoy.

A pesar de todos los años que teníamos juntos, Sasuke nunca fue un novio muy cariñoso, quizá los primeros meses de relación, pero después comenzó a enfrascarse en su trabajo y en otras actividades, al principio, le entendía, él quería salir adelante y se esforzaba por ello, pero, comenzó a desplazarme y le soporte. De un tiempo para acá, le parecían importar más sus amigas y amigos que lo que yo opinaba, comenze a verle de una manera diferente, mas dolida.

Comenzó a reclamar el dinero que gastaba en nuestras citas (el cual no era mucho y a veces yo era quien pagaba la cita), sabía que estaba mal, pero eso de igual manera, lo soporte. Pensé, me ilusione con el hecho de que cambiaría.

Fije mi vista en Sasori y él ya me estaba observando. Agache mi mirada sonrojada. Si bien el era todo lo contrario a Sasuke, no sabía exactamente que le había agradado de mí, es decir, Sasori siempre me menciono lo hermosa y perfecta que era para él, que a pesar de ser solo mejores amigos el aún tenía la ligera esperanza y siempre me apoyo pero aun así me sentía bastante mala. Claro está que no me era indiferente, quizá, incluso en otro tiempo me habría enamorado de él y no de Sasuke. Pero era masoquista, y estaba encadenada emocionalmente a un chico que era bipolar y que probablemente ya gustaba de otra chica, y lo más probable es que fuese de su oficina, que más si no.

Termine mi desayuno y Sasori los puso en el lava trastos.

-Quieres que vayamos de una vez… bombón- susurro entre preguntando y afirmando, yo me quede quieta frente a la puerta de la sala.

-Yo… bueno, supongo que al mal paso darle prisa.- Murmure mientras tomaba mi bolso de la sala y guardaba mi celular, me puse mi chaqueta negra de piel, (regalo de mi madre) y me plante de frente a Sasori. El tomo su chaqueta y las llaves de su auto.

...

-Honestamente borreguito, no sé qué puedo hacer o decirle… tengo miedo y siento pánico, ¿Qué tal si me agarro a llorar antes de decírselo, o que tal si me arrepiento, o si solo termino peor…?- El me tomo la mano mientras miraba la autopista y sonrió hacia el frente.

-Pase lo que pase, si te arrepientes o no, si lloras o no, yo estaré aquí, en el auto, esperándote, ya sea con la frente en alto, o llorando a mares, he de admitirte que odio que llores, pero sé que a veces necesitas desahogarte y descuida, aquí estaré.- Mi mirada se nublo y sonreí. Eres tan especial…

En una hora y ya estábamos estacionados en el aparcamiento de la oficina en donde trabajaba Sasuke.

Me arme de valor y Salí del auto, me dirigí a recepción, en donde un amable guardia me saludo con una sonrisa.

-Señorita Sakura, que gusto verla, ¿Busca al señor Sasuke?- Yo asentí. –Oh que bien, al parecer acaba de salir de una junta, ¿quiere que le avise que llego?- Y esta vez negué.

-Descuide señor Sarutobi, Quiero darle una sorpresa, fue un gusto hablar de nuevo con usted.- Le sonreí y me dirigí al ascensor.

No flaquees, se fuerte, el no podrá contigo, eres fuerte…

Y el mantra que me dedique lo repetí hasta que el ascensor de detuvo frente al pasillo que daba con su oficina.

Y ahí me sentí morir.

Justo cuando las puertas se abrieron, lo primero que pude ver fue a Sasuke abrazando cariñosamente a una chica voluptuosa de cabello ondulado color fuego y fosforescentes labios rosas.

Carraspee, llamando la atención de ambos, Sasuke la soltó inmediatamente y su mirada seria me observo dudosa.

-Amor, Que sorpresa, no me avisaste que vendrías a verme, mira, te presento a Karin, ella es de mis mejores empleados.- Lo observe y voltee hacia la pelirroja, ella me miro de arriba abajo y sonrió altanera. – Karin, Ella Es Sakura, mi prometida.- La mirada de la chica mostro molestia, pero aun así me sonrió.

-Un gusto, Saku. Tu prometido es un grandioso jefe…- Y ahí sentí como arrastro la palabra "grandioso". Sentí repulsión.

La chica en si no era fea, unos tres o cuatro años mayor a mi quizá, era alta, 163 centímetros aproximadamente, sin agregar lo de sus tacones de aguja. Tenía el cabello ondulado de color rojizo, era de piel bronceada, y rasgos maduros y seductores. Tenía una cintura media y una cadera proporcionada, pero en sí, era bastante voluptuosa. Me sentí pequeña dentro de mis leggins y mi chaqueta de cuero.

Respire hondo y le sonreí dulcemente hipócrita.

-Se lo grandioso que puede llegar a ser mi prometido.- No… Saku, tonta, para ahí no debe ir la conversación, tú vienes a algo importante. Voltee mi mirada hacia Sasuke.- Amor, creo que deberíamos ya sabes, tener privacidad un momento.-

Sasuke alzo una ceja y asintió.

-Luego hablamos sobre el proyecto pendiente- Le dijo cortante a Karin, ella se fue lanzando chispas por su mirada miel.

Nos adentramos a su oficina y me sonrió. Se acercó para darme un beso y lo detuve. El me miro sorprendido.

-Si es por Karin, estas imaginando cosas, sé que trata de ligar conmigo, pero no me interesa en absoluto...- Se excusó enseguida, yo agache mi mirada y me carcajee.

-No, no es solo por "este" problemita menor. Llevamos semanas sin vernos Sasuke, semanas, y quieres que actué como tu dulce y perfecta prometida siempre, ya no quiero esto para mí, ya no lo quiero, si para ser feliz a tu lado debo aguantar todo esto y tus malos tratos, prefiero rendirme y alejarme…- Suspire triste, me tomo bruscamente por los hombros.

-No puedes terminar conmigo, te vas a arrepentir y tendrás que venir a pedirme perdón, podemos evitarlo, puedes decirme lo que te molesta y puedo cambiarlo, yo te amo, y quiero mi vida a tu lado, entiéndelo, quizá aún falte un poco, pero quiero mi futuro contigo, no me imagino sin ti a mi lado…- comencé a llorar silenciosamente y levante la mirada topándome con la mirada confundida de él.

-Es que no lo entiendes, eres siempre tan frio conmigo, y siempre me reclamas el dinero que gastas conmigo, y yo…- Hipé. - … Y yo, cuando eras un estudiante de facultad don nadie siempre te apoye, emocional y económicamente, te ayude con proyectos te apoye en todo, y nunca te reclame nada… Nunca. Pero estoy cansada, de ti, de esto, de que me mires solo cuando necesitas algo, cariño o ayuda económica… perfectamente parece que me estas utilizando…- Y ya no puedo con esto… me estas rompiendo…

Me aleje de él y me puse frente a la puerta. Me abrazo por la espalda y sentí mi hombro humedecerse. Esta… ¿llorando?... imposible, el nunca…

-Amor, te amo, puedo cambiar, podemos mejorar, no te rindas… quiero algún día, ver a mis pequeños hijos jugar con su madre, a ti, sonriéndole a un pequeño pecoso en brazos… por favor.- No lo podía ver desde la posición que tenía, pero lo sentí hipar silenciosamente. Estoy segura que me voy a arrepentir…

-Sasuke… yo también te amaba, almenos eso creo ahora…- Esta vez, no sentí emoción cuando lo dije. Me sorprendí.-… pero, Entiende que casi nunca nos vemos, y cuando nos vemos, peleamos o me ignoras, no sé qué clase de amor es ese…

-Somos, una relación madura… No esperes que te repita que te amo todo el tiempo, o que lo demuestre siempre, tu y yo sabemos, sabemos lo que sentimos el uno por el otro, no veo porque debamos tener una relación melosa como chicos de secundaria, yo no soy así, no me pidas eso…- Me sentencio mientras me soltaba y me giraba para verlo de frente.

-Entiendo… pero al menos, esfuérzate por mí, yo ya lo hice por ti mucho tiempo.- le susurre mientras me daba vuelta y salía de su oficina.

….

Eran las 12 del mediodía y estaba en casa de Sasori jugando videojuegos con él en su habitación, no había podido decirle nada, no me atrevía a decirle que me había acobardado, no quería ver la decepción en su mirada.

-Tuviste miedo…- susurro de repente mientras matábamos zombis en Call of Duty, me desconcentre. – Te conozco…- Murmuro mientras ponía pause al juego.

Mi mirada seguía al frente, viendo a la nada en especial.

-Perdón… -Susurre mientras agachaba la mirada, Sasori me abrazo.

-No me pidas perdón tonta, te amo de verdad, no como ese imbécil, y lo que menos quiero es que te pongas triste o te lastimen…- murmuro.

Cerre los ojos desanimada tratando de pensar en como hacerlo la proxima vez, cuando algo tibio toco mis labios, no lo vi venir, Sasori me estaba besando, y yo, no pude hacer el más mínimo intento por apartarlo, sentía… calidez. Muévete… aléjate… Pero a pesar de mis débiles intentos, fracase.

El beso se profundizo, y solo pude sentir, aferre mis manos a su camisa roja, nunca había sentido esta sensación, no estaba segura de lo que era pero, me agradaba.

Sus manos comenzaron a recorrer mi espalda, aferrándose más a mí, el beso se tornó apasionado y un calor entro a mi cuerpo, Sasori se apartó bruscamente, yo, solo pude observarlo sorprendida.

-Lo… siento, yo no…- Ahora era yo quien lo besaba, me separo lentamente.- Bombón, espera, detente, no quiero que te arrepientas de esto, no de algo tan importante para mi…- Lo mire decidida, Sasori me había abierto los ojos, le sonreí tiernamente.

-Estoy segura, por primera vez, en todo esto, estoy segura de algo… por favor, te necesito…- Murmure sonrojada. Sentí sus manos tomando mi rostro y de nuevo sus labios comenzaron el vaivén contra los míos.

Las caricias se hicieron mayores, el beso se profundizo, sentí sus manos recorrer mi cintura, mi cuello, suspire. Cada caricia era tierna, llena de sensaciones que nunca creí sentir.

Y la ropa, poco a poco, desapareció.

-Estas… ¿Estas segura?...- Lo observe sobre mí, su piel, suave al tacto y su mirada tierna me conmovieron. Se preocupa por mí… Asentí, y en ese momento, sentí una molestia leve en mi entre pierna, se profundizo, y a partir de ese momento, fuimos uno solo.- ¿Te lastimo?...- Sentía un poco de molestia. Era mi segunda vez, pero aun así, no dolía como mi desastrosa primera vez.

Lo bese.

-Continua… por favor…- Los jadeos de ambos comenzaron a resonar, nuestros alientos se mezclaban entre besos, mis manos aferradas a su espalda, el sosteniendo su peso mientras sentía como penetraba en un vaivén lento y sensual.

Gruño, y eso me encendió.

-Te amo… - le sentí susurrar entre mi clavícula y mi oído, Gemí.

Y entre gemidos, amor y pasión, terminamos el día.