ACLARACIÓN:
Esta historia parte de un remake de una vieja cuenta asociada que tuve cuando más pequeña, y de la cual no recuerdo con exactitud la clave: SERENAKOUTSUKI, para mi desgracia después de años que han pasado y veo mi atrocidad literaria, estoy de acuerdo con el enfoque que me dieron las redes de MALOSFICS y tienen razón, sobre todo por el contenido léxico-textual, el cual, después de todo, solamente pertenece a una niña pequeña de trece años, la que ahora tiene dieciocho y mejor uso de raciocinio para determinar cuáles son errores garrafales dentro de la literatura, sobretodo de escritores 'Amateurs' y que solamente lo hacen por diversión, y en mis historias.
Realmente me traen un recuerdo agradable el haberlas escrito, y me hacen vivir un buen momento, a pesar de todos los PUNTOS SUSPENSIVOS que hay en medio de la historia. Verdaderamente me hacen memoranza a momentos risibles en los cuales un amor platónico, sin futuro aparente, pudiera manifestarse para expresar lo que llevaba adentro.
Ahora, estoy escribiendo en un Bloc de Notas, debido a problemas con la computadora, por lo que pueden aparecer esos símbolos ilegibles, pero luego de transformarlo a un formato mucho más compatible con se corrigen automáticamente.
La verdad, este fic, al transformarlo me trae buenísimos recuerdos.
Y ahora, el disclaimer:
DISCLAIMER:
TODOS los personajes pertenecientes a la serie SAILOR MOON no me pertenecen, por lo que está totalmente desligado de lo que a la historia se refiere. Sólo han sido utilizados a modo de diversión y creatividad de la autora, y alguna semejanza de nombres no representa necesariamente la realidad y es sólo coincidencia.
Sin nada más que decir, espero que lo disfruten.
ARACELIE.
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Todo comienza cuando él parte hacia un lejano lugar...
La tarde caía suavemente y de manera aletargada y melancólica, una persona le recordaba.
Tendida de manera pesada en su cama, ella pensaba en él, el chico de cabellos oscuros y brillantes, a quién no podía quitar de su mente, y sentir aquello era algo tan extraño, algo que no había experimentado anteriormente, y ahora le pesaba tanto en el alma.
Lentamente comenzaron a brotar lagrimillas cuando recordó uno de los tantos momentos que había pasado con el chico de mirar zafirino.
"A decir verdad no soy una persona entusiasta como todos creen... Y pensé que no habría ningún problema si él no me escribía o me llamaba porque se dedicaría a estudiar... Pero, ¡No puedo vivir sola!... No puedo...
¡Te extraño Darien!"
"¿Y no puedo...?"
- ¿Reemplazarlo?...
"Déjame reemplazarlo."
El agua seguía cayendo de la misma manera como se presentaban los sentimientos de ambos chicos.
-Déjame... Reemplazarlo... ¿Es acaso que te extraño tanto que quisiera pasar un momento más a tu lado?
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En otro lugar, un chico de brillantes ojos azules se posaba en el balcón a observar a La Luna... Pequeña, brillante... Tan calma y capaz de transmitirle una calidez antes experimentada en donde vivía la chica de sus sueños, a quien por cosas del destino un día tuvo que dejar.
- ¿Estás bien?- Preguntaba un chico, aparentemente de la misma edad y cabello castaño.
- Eh, ah... ¡Sí!, sólo salí a mirar las estrellas.
- Y la recordabas a ella, ¿No es verdad?
- Yo...
- Por favor, debes olvidarla. Tú sabes que ella tiene novio y ella lo ama.
- No me lo recuerdes.- dijo con pesar en sus palabras.- ¿Que me cuesta estar lejos de su lado, sin saber realmente si se siente bien, si está mal...?
- Sinceramente, me parece muy feliz cuando está con Darien.
Al escuchar aquella frase, el recuerdo le golpeó en el pecho como cuando cae un balde de agua fría al cuerpo.
- ¿Podrías dejarme solo? - Pidió al hombre de ojos violáceos.
- Ella te hace mal, ¿Cuándo vas a comprender eso?
- ¡Déjame solo, Taiki!
Dicho esto, empujó al chico hasta la salida.
- ¡Seiya!... - y el portazo de la habitación calló las palabras por pronunciarse.
Seiya volvió al balcón y siguió en su búsqueda de encontrar en lo más recóndito del Universo el candor de la muchacha a quien amaba.
- Serena.
Cerró sus ojos mientras llevaba sus manos a sus labios, y un recuerdo emergía en su mente:
"- Señorita Kakyuu, ¿Puedo ir a visitarla? - preguntó luego de una intensa plática con la dama de rojos cabellos.
- Mi querida Star Fighter. - Su voz sonaba maternal. - Tú sabes que te quiero mucho, pero cada vez que me lo pides terminamos hablando de lo mismo de siempre.
- 'Ella me hace mal' - Dijeron al unísono.
- Si lo sabes. Entonces, ¿Cuál es la razón por la que preguntas?
- Princesa, por favor. - Mencionaba entre súplicas.
La mujer, sin mirarla, le responde:
- Lo siento, no puedo dejar que vayas.
- Pero... - Kakyuu la interrumpe.
- Esa es mi decisión.
Resignada, Sailor Fighter se retira de la habitación."
Abrió sus ojos nuevamente, y una sonrisa delataba lo que tenía pensado realizar.
- Princesa, de verdad no es mi idea desobedecerla, pero si no es ahora, no será nunca. - Tomó un par de cosas, entre ellas el llavero de osito, y decidió ir.
"Ya no puedo seguir soportando las negativas de Kakyuu, ha pasado mucho tiempo desde entonces... Quién no se arriesga, no cruza el río. Y este río inmenso no me impedirá llegar a ella, aunque sea sólo para ver cómo ha estado."
- Serena.
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Mientras tanto en Tokio, Serena había sido invitada a comer por sus amigas a casa de Rei Hino, debido al decaimiento en el estado de ánimo de la rubia. Las chicas sabían que algo raro estaba pasando con ella.
- Serena, ¿Qué es lo que te pasa?- Preguntaba Rei.
De forma distraída responde retrasadamente.
- No es nada.
- Es que te hemos visto demasiado cambiada, Sere.- Acotó Lita.
La muchacha sólo escuchaba.
- Desde que Seiya se marchó.- Finalizó Minako.
Al escuchar ese nombre, su reacción fue rápida.
- E-es sólo la pérdida de un... amigo, a quien llegué a querer mucho.
- Sinceramente, pareciera que Serena se ha enamorado de Seiya.- dijo pícaramente Minako.
- ¡Mina!- Gritaron las cuatro chicas al unísono.
Todas miraron a la susodicha, pero ella no presentaba ninguna expresión aparente. Más bien, parecía sumida en sus pensamientos, luego de que su amiga, rubia también, le hubiera mencionado aquello.
"¿Acaso eso es lo que está pasando conmigo?... ¿Será que me estoy enamorando de él? Es imposible. Yo aún quiero a Darien. Y todo lo que he pasado con él es especial. Pero, ¿Y Seiya? ¡¿Quién es Seiya para mí?!
Con Darien puedo pensar a futuro, en tener una familia grande y confortable, ser madura, comprensiva y no berrinchuda. Una mujer de carácter y justa. Con Seiya logro ser aquella niña que vive en el presente, o vivía, puedo disfrutar lo que hago sin remordimientos. Con Seiya no tengo miedo de ser yo, de comportarme como lo que soy, de ser verdaderamente yo, Serena Tsukino. Porque él me acepta como quién soy en el presente, y no por lo que he sido o por lo que seré.
En verdad creo sentir algo más que cariño por Seiya... Creo sentir que..."
- Lo amo.
Dijo sin pensar en si lo decía de manera verbal o lo pensaba, hasta que escuchó la reacción de sus palabras, en sus amigas.
- ¡¿Qué?! - dijeron las chicas.
Serena, tan sorprendida como sus amigas, no podía hablar luego de esto.
- Serena, no puedes estar enamorada de Seiya.
- ¡No puedes hacernos esto! - dijo furiosamente Amy- ¿Qué pasaría con Rini? ¿Y Tokio de Cristal? ¡¿Qué pasaría con todo?!
- Amy...- Rei intentó tranquilizarla.
- Yo... No lo sé.- Dijo con su vista dirigida hacia el suelo.- Tengo muchas cosas aún que pensar, y esto de tener a Darien no me hace más segura de lo que quiero para mañana, o tal vez en una semana más. Preferiría alejarme de todo.
Todas las chicas la estaban contemplando.
- Sé que he dicho que no puedo estar sola, pero lo necesito. Al menos teniendo la certeza de que no voy a dañar a ninguna persona en el proceso. Debo decírselo a Darien.
- No es necesario – dijo una voz que parecía dirigida desde el umbral de la puerta.
- ¡Darien!- dijeron al unísono.
- Darien, yo.
Pero fue interrumpida por el chico de cabello corto y oscuro, mientras se acercaba a su lado.
- Serena, tú sabes que lamento no haber estado todo este tiempo contigo, y sabes mis razones. Pero trato de saber de ti, de tratar de estar contigo, y justamente he venido por un par de días a la ciudad, para verte.
- Darien.
- Espera.- le tomó sus manos y las cubrió con las suyas.- Sabes que me demoraré, y yo sé que tienes necesidades que no puedo cubrir mientras esté lejos, pero aún así te amo como al candor del amanecer más hermoso que se haya visto jamás, adoro tus rabietas de niña, y aunque exprese que me disgustan es lo que te hace ser tú, Serena.
- Por favor Darien, no lo hagas más difícil— Lo soltó rápidamente.
- Serena.
- Yo. Necesito tiempo para pensar.
- ¡No tienes nada que pensar, Serena!
- Debo hacerlo.
- Parto hoy de regreso.
- Necesito tiempo, Darien. Entiéndelo.
- No hay nada que entender.
- Yo no quiero lastimarte, pero...
- ¡Pero qué!
- Terminamos.
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- Yo la quiero de verdad, por eso es que se lo he negado tantas veces.
Una voz femenina sonaba convencida de lo dicho.
- Pero Usted entienda. Ella la quiere, por eso se ha marchado.
- Deben buscarla, mis estrellas. Necesito decirle que la amo.
- ¡¿A-a Fighter?!
- Si.- en su rostro se notaba un sonrojo intenso en las mejillas.
- Pe-pero... Usted...
- Es difícil de explicar todo.
- Tiene que estar viajando a ver a Sailor Moon, princesa.
- Sailor Moon. — dijo a modo de recuerdo. — ¡Busquen a Fighter!
- Princesa, es lo que estamos haciendo en este momento. — mencionó Healer.
- ¡Encuéntrenla pronto! Debe de estar en La Tierra.
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Una estrella fugaz viajaba al Planeta Azul, mientras que todo en Kinmoku y Tokio estaba siendo un caos, por un lado estaban las guardianas de palacio de Kakyuu buscándola incesantemente, y por el otro, Serena que terminaba con su novio, sin encontrar Darien, motivos suficientes para terminar la relación.
"Sailor Moon, falta tan poco para verte…"
¿Qué pasará cuando llegue Seiya a Tokio?
¿Se reencontrará con Serena?
¿Qué pasará con Kakyuu y Darien?
No se pierda el próximo capítulo de: Tan Lejos, Tan Cerca. (Remake)
Hasta la próxima.
