LOS PERSONAJES NO SON MÍOS, PERTENECEN A J. K. ROWLING.

UNA NUEVA HISTORIA QUE ESPERO QUE OS GUSTE. MIL GRACIAS POR LEER Y SI PODÉIS AGRADECERÍA ALGÚN REWIEW. NOS LEEMOS.

"Cuando mejor es uno, tanto más difícilmente llega a sospechar de la maldad de los otros."- Cicerón.

-No me lo puedo creer.- decía Hermione Granger al salir de la clase de Astronomía a medianoche.

-¿El qué hayas tenido tanta suerte?- dijo Pansy Parkinson apoyada en la pared con pose arrogante.- No te quejes, mi compañía es una de las más codiciadas de todo el colegio.

-Pues no puedo imaginar porqué.- dijo secamente siguiendo su camino.

-Aparte de cirugía estética, me parece que también necesitas gafas.- dijo la morena andando detrás de la castaña.- Mañana a las cinco Granger, no llegues tarde.

Giró hacia la izquierda, mientras que Hermione subía por la escalera de la derecha hacia la Sala Común de Gryffindor. Iba a matar a Harry y a Ron por faltar a la clase.

-¡Vosotros dos!- dijo asustando a sus dos amigos que jugaban concentrados al ajedrez mágico.- ¿Se puede saber por qué no habéis ido a Astronomía?

-Fue su culpa.- dijeron al unísono señalándose.

Hermione frunció aún más el ceño, preguntándose a ver cuando esos dos iban a madurar. Ni se molestó en contestar, era tarde y el día siguiente prometía ser duro. Se levantó radiante, el otoño acababa de comenzar pero los días seguían siendo luminosos. Ginny le había ido a buscar y habían bajado juntas a desayunar. Poco después aparecían Ron y Harry, a los que Pansy adelantó dando seguras pisadas. Hermione antes de girar bruscamente la cabeza, pudo distinguir su característica sonrisa de suficiencia.

-¿Ayer por qué estabas tan enfadada?- le preguntó Harry nada más sentarse, Ginny la miró detenidamente.

-Por la misma razón por la que vais a estar vosotros.- contestó maliciosamente.- Ya que no vinisteis a clase, la profesora Sinistra ha decidido vuestras parejas para el trabajo.

Sacó de su mochila un par de pergaminos y se los entregó a los chicos. Guiñó un ojo a su amiga para que prestara atención a sus caras.

-¡¿Malfoy!? ¡¿Zabini?!.- dijeron a la vez. Hermione y Ginny rieron a carcajada limpia.

-¿Y a ti con quién te ha puesto? ¿Con Bulstrode?- inquirió Ron.

-Mucho peor.- dijo desanimada.- Con mi peor pesadilla…

-¡PARKINSON!- los tres gritaron tanto, que todo el Comedor les miraba.

-¡Hey Granger! ¡Ya sabía que soñabas conmigo pero no esperaba que lo dijeras a los cuatro vientos!- rió la Slytherin desde el otro lado.

La castaña que estaba bebiendo zumo de calabaza se atragantó con él, derramando su copa y la de Ginny de un manotazo, haciendo reír a todos los alumnos.

-¡Tranquila Granger que no te tocaría ni con un palo!- se le escapó una risotada cristalina y teñida de maldad.

-¡Señorita Parkinson! Demuestre los modales que se le han dado. O al menos disimule que los tenga.- le contestó la profesora Mcgonagall.

Pansy no tuvo más remedio que seguir comiendo, sin poder disfrutar un poco más de cómo la Gryffindor se irritaba. Desde la mesa de las serpientes, tenía una visión perfecta de cómo esa sangres sucia temblaba de ira de pies a cabeza, pero como siempre nunca se atrevería a responderle. Qué bien se lo iba a pasar esta tarde. Se relamió los labios sensualmente y le mandó un beso a Hermione. La castaña se levantó como un resorte, aún con el tenedor en la mano, que lo agarraba como si fuera un tridente y salió como un huracán.

-Es arrogante, superficial y muy idiota.- decía Hermione a la hora de comer, paseando descalza por la hierba delante de sus amigos.- Os doy permiso para que me embrujéis.

-Vamos Hermione, no es para tanto. Solo tienes que aguantarla un poco, una vez acabado el trabajo, todo volverá a la normalidad.- la animó Harry.

-Pero si aún no hemos empezado y ya me ha sacado de mis casillas.- respondía tocándose el puente de la nariz.- Es la persona más idiota que conozco.

-Lo sabemos, nos lo has dicho unas cuarenta veces. Pero por mucho que lo repitas no va a dejar de serlo.- razonó Ginny.

-No puedo quitármela de la cabeza. La estrangularía con mi propias manos para que estuviera un segundo callada.- resopló con fuerza.

-¡No sssabía que te fuera el sssado Granger!- gritó Pansy, los cuatro Gryffindors miraron a todos lados pero no la vieron.

Hermione se apoyó en un árbol cercano con los ojos cerrados. En cuánto los abrió se encontró cara a cara con una serpiente que la contemplaba sonriente y sacaba su bífida lengua casi rozándole los labios. Del susto que se llevó la agarró detrás de la cabeza y tiró hacia abajo, tirándola de la rama. Aún sujetando a la víbora Rusell, notó en la palma cómo empezó a ensancharse y a tomar forma humana. Pansy sacó una última vez su lengua y le lamió la mano que la sostenía del cuello. Hermione estaba atónita y no soltaba a la Slytherin.

-Quita tus asquerosas manos Granger. ¡Ya!.- gritó cuando la castaña no se daba por aludida.- Recuerda, a las cinco.

Se marchó con paso raudo hasta el interior del castillo con los cuatro amigos estupefactos mirándola.

-Me parece que acabo de firmar mi sentencia de muerte.- dijo Hermione lamentándose.

-La pregunta es: ¿Qué hacía Parkinson aquí? ¿Por qué nos espiaba?- Harry se tocó el mentón pensativo.- Y si…

-¿Qué?- apremió Ron impaciente.

-¿Y si trabaja para Voldemort?- finalizó el moreno con sospecha.

-¡Oh, por el amor de Merlín, es Pansy Parkinson!- dijo Hermione sin creérselo.

-Sí, pero ha sido mucha casualidad que nos haya tocado así en el trabajo. Estoy seguro de que han amañado el sorteo para poder espiarnos.- dijo Harry levantándose de un salto.

-Sigo sin creer que esos tres tengan la suficiente inteligencia como para planificar una cosa así.- contestó la castaña, empezando a andar.

-Al menos, prométenos que tendrás cuidado.- intervino Ginny, sabiendo lo confiada que podía ser su amiga.

-Está bien.- dijo cansada Hermione de las locas ideas de sus amigos.

Lo que la chica no sabía, era que Harry había pillado a Malfoy siguiéndole un par de veces por el colegio. No quería alarmarla ni tampoco que los Slytherin supiesen que habían descubierto su estrategia.