Los personajes no me pertenecen hermanos.
Tooth Pov
-Y tú… ¿por qué estás aquí?- le pregunté a una chica que estaba a mi lado. Me moría de aburrimiento.
-Traté de escapar- respondió fría, sin mirarme.
Yo estaba en detención por lo mismo, era mi segundo día de encierro, no quería seguir ahí, extrañaba mi hogar, quería saber de mi hermano.
Fue esta la primera vez que vi a Astrid, una joven de la misma edad que yo, 17, alta, rubia, con un brillo de inteligencia en la mirada. Nunca imaginé que más tarde se convertiría en mi compañera de aventuras y por qué no decirlo, mi mejor amiga.
Nos conocimos en el lugar menos propicio, la Resistencia Sur de la Antártica, un refugio secreto, para todos aquellos sobrevivientes del hemisferio sur del planeta. Una desconocida, y hasta el momento incurable enfermedad, que se propaga rápidamente a nivel mundial, nos obliga a mantenernos aquí, aisladas.
No es tan malo como suena, esto parece una enorme ciudad congelada, con campos de entrenamiento, talleres, laboratorios y bibliotecas por doquier. No tengo idea de cuantas personas vivirán aquí, pero una vez entras, está prohibido salir.
Como refugiados del virus, tenemos ciertas obligaciones que cumplir, muy tediosas, por lo demás. Por ejemplo, todos los días, los supervisores de rojo, hacen una revisión de salud, nos toman exámenes de sangre con unos aparatos pequeños que llevan chips incorporados, para verificar que no estemos infectados.
Recuerdo la primera vez que me tocó ver un arresto…
Se llevaban a un chico alto y moreno, le calculé unos 18 años. Su examen salió positivo, le tomaron la temperatura, y estaba más baja de lo normal. (Síntoma de fase 1) Al instante, su cara se desfiguró en una mueca de horror, comenzó a sudar, se le llenaron los ojos de lágrimas y calló al suelo.
-¡Me doy asco!- gritaba –No me mires, es vergonzoso- me dijo en cuanto notó mi presencia a su lado.
Yo no supe que hacer, mi cuerpo se paralizó al ver como se sacudía sin parar.
-¡Suéltame de una vez! Ya es tarde para mí- les decía a los supervisores que trataban de inyectarle algo.
-Eh Rider, muchacho, aún no te ha llegado la hora, tranquilízate, te llevaremos a cuarentena, es primera fase. Y tú Thompson, no andes de mirona.
Lo tomaron entre los dos hombres y se lo llevaban, cuando en eso, una pequeña chica llegó corriendo desesperada, con la intención de abrazar al joven.
-Para Rapunzel, no te acerques.- le dijo poniéndose en pie lo más rápido que pudo.
-¿Qué pasó? ¿Estás bien?- preguntó ella muy preocupada.
-No es nada- sonrió
-No me mientas, sabía que esto pasaría, no digas que no te lo advertí.- dijo sollozando suavemente.
-Eres lo más importante para mí, pero no te puedo pedir que sigas conmigo.
Ella suspiró y dijo
- Juntos saldremos de esto.
Él trató de besarla, pero lo pensó, se detuvo y retrocedió.
Esa escena quedaría grabada en mi mente por varias noches y me acompañaría durante días.
La pareja que ni siquiera conocía, conmovió mi corazón, algo nadie había hecho hace un buen tiempo.
Mi vida en la resistencia fue muy difícil, sobre todo el primer año, en que me oponía a seguir esas estúpidas reglas, ¿por qué necesitaban que demostráramos tanto respeto? ¿Tenía cara de ser obediente? Ni hablar.
Ese periodo lo pasé casi a diario en detención, son incontables las veces que intenté escapar de la prisión, pero no obtuve mayores resultados. El castigo que me daban: horas extras de entrenamiento físico, pero para mí no era gran cosa, esa es mi clase favorita, y mi especialidad.
Hoy se cumplen 3 años desde que llegué, 3 años desde que conozco a Astrid, y precisamente hoy, se desteñirá un poco el encierro para nosotras.
Estamos hartas de ver cómo arrestan todos los días, cada vez a más personas por estar infectados, la sala de cuarentena no da más, está repleta, y no es un lugar muy apacible.
Debemos hacer algo, rápido.
-Primero planearemos todo muy bien, no se nos tiene que escapar ningún detalle, o será el fin- dijo Astrid en voz baja para no despertar a las demás.
-Comencemos- le respondí -Ve tomando nota-
En eso, sacó de no sé dónde, uno de sus aparatos que construía, creo que no he mencionado que mi amiga vive entre tornillos y tuercas. Lo había visto antes, consistía en una placa con un micrófono, que mientras ella iba hablando, este escribía textualmente lo que decía.
-Necesitamos comida y agua, es primordial.
-De eso me puedo encargar yo, no tendré problemas con entrar en la bodega de noche y tomar lo que quiera.
-Muy bien, sé cuidadosa, que nadie te vea. El transporte corre por mi cuenta, tengo que hacerle unos arreglos al comando de la camioneta, pero no es nada.- asentí- Lo otro… estar entre todos esos infectados no es seguro, habrá que tener a mano limitante de fase 1 y 2.
-¿Quieres el antídoto listo o solo los ingredientes?
-Tiene que estar terminado, es en caso de emergencia, no me voy a poner a prepararlo en el momento.- dijo con esa voz de sabelotodo tan típica en ella.
-Será un poco difícil, sabes que lo tienen más que resguardado.
-Difícil pero no imposible- sonrió –Tendremos que trabajar en equipo, cuando llegue el momento te explicaré mi plan.
-De acuerdo- murmuré algo molesta por que me oculte las cosas.
-Lo demás es sencillo y lo consigo yo, guantes, gazas, desinfectante, algo de alcohol, nada del otro mundo.
-Momento, ¿con qué piensas defenderte? ¿Acaso crees que vamos a ir por ahí sin protección? ¿Ni una pistolita?
-Me extraña de ti Tooth, como si no me conocieras- dijo haciéndome un guiño –Eso está solucionado, las tengo fuera.
-¿Cómo que fuera?- no entendía nada
-Ya verás- ¡Maldita! cómo gozaba de mi ignorancia.
-Y supongo que tienes una idea para salir, ¿no?
-Claro. Mira, lo más importante es que no quiero que nadie sepa que nos escapamos.
-¿qué quieres decir? Obviamente se darán cuenta
-No. Te lo diré de una vez, hay que hacer correr el rumor de que estamos infectadas, de 1ra fase. Cuando tengamos listo todo lo que necesitamos, yo voy a la enfermería y pido que me hagan un chequeo, mientras tú te encargarás de tocar la alarma de seguridad, seguro que así la enfermera se descuidará y yo podré tomar algo del limitante que tenga a mano.
-Me gusta, y así las chicas del dormitorio pensarán que estamos en cuarentena. -deduje.
-Exacto-Aprobó Astrid
-¡No sabes cuánto me emociona esto!
-Baja la voz estúpida- me regañó
-¿Y cuando sería un buen día para partir?- le pregunté lo más seria que pude
-Según mis cálculos, en 1 semana. Tengo que terminar algunas cosas que nos serán útiles. Ahora, vamos a dormir que empezamos desde mañana.- fue lo último que dijo, me dio la espalda y comenzó a roncar.
-1 semana- susurré, antes de imitar a mi compañera.
-¡Jamie!- grité sobresaltada
-¡Tooth reacciona! ¿Otra vez ese sueño?- me preguntó Astrid
-No, fue diferente…
-Cuéntame mientras te vistes, hoy empezamos a poner en marcha la máquina- dijo haciendo un guiño, tenía un afán por hablar de un modo que solo yo lograba comprender.
-Ya sabes, en un bosque, mi hermano que me llama desde la oscuridad, me volteo y no hay nada… bueno, esta vez lo vi, estaba detrás mío, pero en muy mal estado, pálido, con las pupilas dilatadas y la piel resquebrajada se le caía a pedazos- tirité un poco antes de continuar- Traté de acercarme, pero no me podía mover, mientras él me decía que ya no lo soportaba, que no quería llegar a la fase final. Tomó una pistola y con ella terminó su vida. Todo frente a mis ojos atónitos. No lo pude detener.-Astrid me miraba sin hablar
-Tranquila- dijo, y luego hizo algo que no me esperaba y que nunca antes había hecho.
Me abrazó.
Astrid Pov
Acompañé a Tooth hasta su salón de entrenamiento, le tocaban pesas, y luego me dirigí rumbo al laboratorio 6, una enorme sala donde se impartían clases de ciencias, equipada con todo tipo de químicos que podía utilizar a mi antojo.
Iba tarde, así que aceleré el paso hasta el punto de trote medio, no me gusta hacer ejercicio demás o innecesario.
La clase comenzaría, no me quedó opción, corrí lo más rápido que pude, y faltaba poco, cuando de la nada se me cruza un maldito chico en el camino, por la velocidad no pude detenerme, choqué fuertemente contra él y ambos rodamos por el suelo.
Me levanté rápido, y ahí estaba él, sacudiéndose el polvo de los pantalones. Yo, esperaba una disculpa.
-Descuida, estoy bien- sonrió.
-¿Qué? ¡Mira cómo me dejaste!- espeté, mi bata blanca ahora era beige.
- Tú eras la que venía corriendo.
-Claro, porque iba tarde… de hecho, no sé qué hago perdiendo mi tiempo contigo- le dije antes de reanudar mi camino.
-¡Soy Hipo Haddock!- gritó mientras me alejaba.
"¿Y a mí qué?" pensé.
-¿Hofferson, que haces?- me gritó un instructor de turno
-Nada señor- "mierda me sorprendió"
-¡Date la vuelta y muéstrame las manos!
Obedecí. No tenía nada
-Puedes irte- me dijo mirándome fijo
"Eso estuvo cerca"
-Tooth, tengo los utensilios, casi me descubren- le dije con la respiración entrecortaba
-Yo, bajo la cama escondí la comida
-Perfecto, mañana voy a la enfermería y accionamos el plan. ¿Lo recuerdas?
-Cómo no, me encargaré de la alarma
-A las 15:00 hrs.
-Entendido
Tooth se ve tranquila, por mi parte, me gané un buen susto.
Mañana será un gran día.
Y bien..? Que dicen?
Ya se! Se que la personalidad de Tooth en realidad no es así, pero quise que fuera ruda y un poco fría, ya que en la mayoría de los fics la hacen muy serena y demasiado trabajo tranquila. Por eso quise que sea la protagonista de esta manera.
Y si, también lo se. Astrid no queriendo hacer ejercicio? Vanos! Creo que los cambios en los personajes no están taaaan mal.
Se preguntaran ¿por qué Tooth y Astrid? Bueno.. Después lo sabrán.. Pero también porque las amo :v
Por favor, deja un review si te gustó o no te gustó, o lo que quieras dejar XD no seas un seguidor faltaste, aparte debí saber si te gustó el fic para saber si lo continuo o no, DEPENDE DE TÍ HERMANO Y HERMANA!
