Disclaimer: Harry Potter y sus personajes no me pertenecen. Son propiedad de J.K. Rowling. Sin embargo, esta historia es invención mía. ¡No la tomes sin permiso!
Rated: "M" por escenas subidas de tono.
Advertencias: Historia no apta para fans de Ronald Weasley.
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"Salvoconducto"
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— ¿Ronald?
Es la quinta vez que le llamo en lo que va de noche pero nada. Él está demasiado absorto en el partido de Quidditch que se transmite en algún canal deportivo de televisión mágica.
Sinceramente no sé para qué me molesto en llamarlo para que me ayude a poner la mesa para la cena. Llevamos cinco años de matrimonio y del hombre con el que me casé, no queda más que el recuerdo…
Me dirijo a la habitación que compartimos para darme una ducha rápida antes de cenar, y es que me siento absolutamente sucia, sudorosa y cansada. ¿Y quién no? Después de una larga jornada de trabajo en el Ministerio de Magia, tengo que llegar a casa a hacer los quehaceres y verle la cara a un marido por el cual no siento nada. Entro en el baño de la habitación y cierro la puerta, me despojo de la ropa y entro a la ducha. El agua está tibia y ayuda a que mis cansados músculos se relajen.
Hacer las tareas hogareñas en realidad no es lo que me molesta, después de todo tengo que hacerlas porque soy una persona ordenada y pulcra, lo que en verdad me revienta es verle a él. En el fondo siempre supe que casarme con él era un error, pero lo hice: me casé. Hice lo que se esperaba de mí al casarme con Ron Weasley después de que Harry se casara con Ginny.
Craso error.
Ahora sé que hay que hacerle caso a los instintos cuando un vacío en el estómago te dice, te grita, te suplica que no hagas lo que te propones hacer.
Salgo de la ducha y me seco con una gran toalla blanca, luego me pongo la ropa interior y unos jeans gastados junto a una camiseta desgastada. No me molesto en desenredar mis cabellos, solo tomo mi varita y le aplico un hechizo para que se seque, luego lo sujeto con una pinza descuidadamente. Ya ni mi arreglo para él.
Bajo las escaleras y pongo la mesa - ¡al diablo con hacerlo al modo muggle!-, con un golpe de varita; seguidamente, con otro golpe de varita, mando las fuentes de comida desde la cocina hacia el comedor.
Camino hacia la sala donde el pelirrojo está sentado como bosta frente al televisor, me aclaro la garganta antes de decir las palabras mágicas que le harán despertar de su letargo:
— La cena está lista.
No necesito decir más, él se levanta derechito hacia el comedor para llenarse el estómago. En realidad es para lo único que sirve. Durante el primer año de matrimonio la cosa no estaba tan mal, él trabajaba por las mañanas con George en "Sortilegios Weasley" y por las tardes estudiaba para Auror con Harry; yo creí que las cosas iban a funcionar, creí que Ron era alguien con futuro. Pero mi fe en él y nuestra relación de pareja se esfumaron de la noche a la mañana como un castillo de naipes bajo el soplo del viento.
Sé que es un hombre bueno digo, no me pega, no se emborracha ni nada de eso, pero no tiene ambiciones en la vida. Nada lo motiva, no quiere mejorar, él solo se conforma con trabajar en la tienda con George porque ni siquiera terminó el curso para Auror.
Me siento en la mesa del comedor justo frente a él y siento que estoy frente a un completo desconocido. Del amigo que nos acompañaba para arriba y para abajo a mí y a Harry en nuestras aventuras por Hogwarts, no queda nada. Sus ojos azules, antaño vivaces, ahora carecen de brillo, al igual que su cabello rojo que ahora está opaco.
Me ha decepcionado.
— Me voy mañana a ver un partido de Quidditch con Harry y Ginny-comenta con la boca llena y sin mirarme a la cara.
Típico de él, se irá desde la mañana y vendrá entrada la noche, pero ya no me importa porque yo también tengo un salvoconducto, algo que me hace sentir viva y huir de la realidad de este matrimonio que se acabó hace tiempo, pero que ninguno de los dos quiere reconocer…
Continuará…
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¡Hola!
Bueno aquí estoy yo con otra historia, pero va a ser cortita. Máximo tres o cuatro capítulos. Intentaré actualizar tan pronto pueda.
¡Gracias por leer!
Euni.
P.D. Esto solo fue un pequeño capítulo introductorio. Luego el texto será más sustancioso –espero-.
