Hola a todos, hace tiempo que no escribo por estos lugares, como les dije hace mucho debo retirarme a mis historias personales, pero la realidad es que Juego de Tronos es una serie (tanto libros como programa de televisión) que me tiene cautivada. Y siendo sincera, quisiera exponer ciertas de mis teorías así como de los de otras personas que he estado leyendo en internet en esta historia.

Espero que sea de su agrado y le den una oportunidad, porque la mayoría de mis lectores son aficionados a Once Upon a Time y al SwanQueen. Así que espero que la historia l s llegue a atrapar.

Como saben ni los personajes ni el nombre de Game of Thrones y Canción de Hielo y Fuego me pertenecen, es de su autor y esto es una especie de tributo al autor y como diversión para mí y los lectores.

Espero no arruinar la historia, pues la respeto demasiado como para hacerlo. Es solo que como George se tarda tanto en escribir, pues me permití imaginar algo más.

Y ahora si los dejo con la lectura.


Invierno: Una Canción de Hielo y Fuego

Capitulo 1. El Norte Recuerda.

Jon

La noche era mucho más fría de lo habitual, una tormenta como ninguna otra pasada por los norteños en mucho tiempo azotaba el norte de Westeros.

A lo lejos se escuchaba un aullido de lobo, fantasma como era su costumbre se le perdía a Jon, el lobo estaba de caza y el bastardo lo sabía, pero era muy raro que el lobo aullara de esa manera.

Sentado en la mesa en solitario el reciente proclamado Rey del norte leía noticias del muro. Cosa que estaba demasiado pendiente en este aspecto, las preocupaciones del joven eran enormes, el invierno estaba sobre ellos, los acontecimientos desde la rebelión de su hermano Robb, la toma de Invernalia por los Bolton proclamándose como señores del norte, el hecho que haya permitido a la gente libre de más allá de la muralla haya cruzado el muro y la recuperación de su hogar eran eventos que en el presente afectaban mucho al norte, sobre todo en las reservas de alimento.

Y sin embargo, era lo debido, Jon comprendía que la humanidad tenía derecho a la vida en cualquier lado que se estuviese, además con ellos, los salvajes, tenía el apoyo para la tormenta de muerte que se avecinaba.

A pesar de esto, el joven sabía que tenía reserva alimenticia para unos tres años y era muy probable, que este invierno dure más que los anteriores. La gente antigua lo mencionaba a menudo y hasta ahora todas las creencias de su gente habían sido ciertas.

El aullido de fantasma fue mucho más profundo, Jon se levanto de la mesa dejando la carta que leía, tomo el cinturón con su espada ajustándoselo y se encamino por la ventana para mirar hacia el bosque de Dioses, al no percibir a fantasma, salió en su busca.

Sin darse cuenta sus pasos lo habían llevado al estanque que ahora se encontraba casi congelado, donde el arciano se levantaba imponente, el rostro talado seguía siendo tan extraño para él. Cuantas veces vio orar a su padre en ese lugar, pero entonces diviso una figura en una de las raíces, parecía estar orando.

La tormenta no dejaba que divisara bien quién era, levanto su brazo, cubriéndose un poco del viento y nieve y distinguió un mechón rojizo que ondeaba con el viento.- ¡Sansa!- Dijo en un tono preocupado, para acercarse con más prisa al lugar.

Pronto distinguió que la chica no estaba hincada en el lugar, sino desvanecida mientras su lobo huargo la cubría para mantenerla caliente y con vida. El hecho era que su hermana desde su proclamación se había mantenido indispuesta para todos, incluso para él. Era otra cosa que le preocupaba.

"¿Porqué estaba Sansa ahí?"- Se preguntaba mientras corría y la abrazaba, notó un pulso débil y su respiración entrecortada, parecía que le costaba trabajo hacerlo, la alzó en brazos y la llevo al castillo, por un breve instante paso su mirada a fantasma y esta decía todo el agradecimiento que tenia hacia el animal por haberle avisado.

Cuidó de su hermana personalmente esa noche, la mantuvo caliente en todo ese tiempo, primero quito su ropa húmeda por la tormenta, la vistió con ropa seca, le costó un poco de trabajo hacer esto, después de todo, ver el cuerpo desnudo de su hermana no era un tema algo fácil de digerir, pero no había tiempo, tenía que reponerla de la hipotermia que se la estaba llevando, así mismo notó las cicatrices que Ramsey Bolton le había hecho.- Juré protegerte…- Susurraba mientras la arropaba, para luego encender el fuego en la chimenea y mantener caliente el lugar.

Se quitó la capa humedecida y se sentó abrazándola, nada como el calor humano para calentar otro cuerpo, por un breve instante sonrió melancólico, pues Ygrette le había enseñado en práctica eso y el recordarla en ese momento fue un bálsamo en su corazón, acarició la cabellera rojiza de su hermana.- Besadas por el fuego…- Mencionó casi para él mismo, cuando su hermana comenzó a temblar y a la vez a reaccionar.

¿Jon?- Dijo un tanto perdida.- Esto devolvió de golpe de sus recuerdos al bastardo y contestó con una leve sonrisa.- Estarás bien Sansa.- Dijo después de un rato, costándole un poco de trabajo realizar la pregunta.- ¿Qué hacías ahí?

La chica aun le costaba trabajo respirar, pero entrecortadamente contesto.- Yo…- Jaló el aire mientras su rostro comenzó a crisparse de dolor, un par de lagrimas recorrieron las mejillas de la dama de Invernalia.- Morir…- La seriedad que Jon siempre presentaba, se quebró, sus cejas se juntaron mostrando su preocupación.- ¿Por qué?

La chica abrazó a su hermano ocultando su rostro en su pecho, sus puños arrugaron la piel del ropaje de Jon, este la abrazó más fuerte y beso su cabeza.- ¿Qué ocurre?- Lo cierto era que no lograba comprender lo que pasaba, estaban juntos, habían recuperado su hogar, él la protegería, se lo había jurado, pero sobre todo, no sería vuelta a dañar por Ramsey ni nadie más.

La mirada de Sansa se endureció al separarse de Jon.- Estoy embarazada.- Esa sola respuesta le cayó como agua fría a Jon. Una vez más Ramsey hería a su hermana, tanto que quería quitarse la vida para que la sangre de los Bolton no siguiera existiendo, tanto era el odio de su hermana que prefería eso a mantener vivo ese linaje.

La noticia había dejado como piedra a Jon tensando todos sus músculos y tanto apretaba la quijada que era evidente que temblaba." ¿Cómo protegerla de eso?" pensó. Además esa nueva vida no tenía culpa de lo ocurrido, si era justo, no solo llevaba la sangre Bolton, también la Stark. La miró con cierta preocupación para luego mencionar.- También es tu hijo Sansa… Lleva sangre Stark…- Dijo aún confundido como preocupado.

Lo sé.- Contestó en un tono frío y tajante su media hermana. Lo que demostraba que la vida que había llevado hasta ahora, la había convertido en otra persona, una completamente diferente a la que conocía y temía por el futuro de esta.


Daenerys

En otra parte del continente, en alta mar, la flota de la madre de dragones enfrentaría su primer gran tormenta y es que las condiciones climáticas eran adversas, no solo en poniente había cambiado el clima, mientras más se acercaban a su destino, más perturbaciones se encontraban, algunos de sus navíos, para precisar, exactamente los de los Dothraki habían presentado bajas, hundiéndose tras poca visibilidad, topándose con obstáculos como pequeños riscos de piedra o por rayos quemando los barcos, estos no eran expertos navegantes, quedaba claro y eran los que menos experiencia tenían en navíos.

Preocupada por esto, mandó a llamar a su pequeño concilio, de modo que en su embarcación se reunieron los hermanos Greyjoy representando la reciente alianza que tenían, Tyrion su actual consejero y mano, Missandei su gran confidente y traductora, Gusano Gris el capitán de su guardia, Varys su actual informante de noticias relevantes en westeros y un representante Dothraki. Los Tyrell y Martell estaban siendo el comodín sorpresa, de modo que no se encontraban sus embarcaciones navegando con ellos, sino que se habían adelantado por separado.

La lluvia mantenía empapados a todos los presentes, sin embargo la reunión sería rápida, la dragona tenía claro que no podía dejar que su caballería se siguiera reduciendo sin que lucharan por su causa, después de todo ella era su Khalessi, quien velaba por ellos, sabía que tenía la hermandad y respeto de los jinetes Dothraki, lo único que no sabía es que si ellos aceptarían tan fácilmente su plan.

Su discurso comenzó en lengua Dothraki.- Sangre de mi sangre.- Missandei iba traduciendo en todo momento para todos los demás que no tenían el conocimiento de la lengua, Tyron había ocupado algo del tiempo libre en alta mar en aprender de Missandei la lengua, después de todo, debía hacerse entender para todos los súbditos de la reina sin apoyo, de modo que comenzó a entender un poco las palabras de Daenerys.

No pretendo quebrar nuestro orgullo como Khalasar, necesito que me apoyes a decirle a nuestros demás hermanos mi decisión.- El hombre osco la escuchaba con atención sin decir palabra alguna. – Son jinetes inexpertos en caballos de madera, cuando cabalgamos por las aguas, no imagine las adversidades que estamos enfrentando, necesitamos ayuda.

¿Qué clase de ayuda Sangre de mi Sangre?- Mencionó secamente el Dothraki.- Daenerys volteo hacia los Greyjor. Mencionando.- Su ayuda… Son amigos nuestros hermano, ellos tienen experiencia en caballos de madera.

El general Dothraki los miró.- Serían extranjeros entre nosotros Khalessi.- La mujer lo miró con determinación.- Son aliados.- Lo corrigió.- Ellos conocen el mar y serán excelentes instructores para que el Khalasar pueda cabalgar pronto solo y sin apoyo de nadie.

Somos jinetes Khalessi…- Volvió a mencionar con orgullo el general.- Y estoy orgullosa de ello Sangre de mi Sangre. – Por un breve instante la lluvia pareció cesar y solo sintieron el viento, esto fue causado por los tres dragones de Daenerys que sobrevolaban su embarcación en ese momento.

El Dothraki asintió no muy a gusto.- Informaré la desición Khalessi.- Yara por su parte observo el poder que tenia Daenerys para gobernar, la admiró por ello, ella misma había aceptado condiciones difíciles con tal de aliarse a ella, así que podía entender perfectamente cómo se sentían los Dothraki, entonces tomó la palabra.- Creo prudente que tanto yo debo enviar algunos de mis hombres a apoyar a tu Khalasar, como también parte de tu Khalasar este en mis barcos.

Missandei estaba traduciendo todo el tiempo, primero en Dothraki y después en lengua común para que todos estén informados.- Así se hará.- Contesto Daenerys complacida por la respuesta de la Greyjoy.

Fue así que tras esa decisión y no siendo nada fácil, los jinetes más peligrosos en existencia, no solo serían peligrosos en tierra, también lo serían en mar, con la ayuda de los habitantes de las islas de hierro.


Cercei

El ambiente en desembarco del Rey era lúgubre, el reinado de Cercei era a mano de hierro.

Y es que desde el reciente hallazgo de la concentración de fuego Valyrio en el septo de Baelor y el detonar del mismo, la reina león estaba obsesionada por encontrar más yacimientos. Y sabía de quien podía revelar la mayoría, solo faltaba que su hermano gemelo quisiera hablar.

Cercei sabía que no era querida entre sus súbditos y es que tras la explosión que hubo, la mayoría pensaba que pudo ser ella, un complot por el poder, asesinando a su propio hijo, haciéndola ver como un verdadero monstruo.

La reina había ordenado a la guardia que asesinara a todo hombre que escuchara mencionando que ella mando matar a Tommen. Y es qué lo único que la mantenía con cierta humanidad y de contenerse a las ansias de poder eran sus hijos, los cuales ya no tenía.

Era reina, la verdadera gobernante de Westeros y su mente ahora que tenia verdaderamente el poder, solo se iba a esa vieja superstición de cuando niña, la profecía de Maggy la rana, aquella bruja que había profetizado su fin.

Ese día, despertó con el eco de la voz de Maggy sobresaltándola. - Reina serás... hasta que llegue otra más joven y más bella para derribarte y apoderarse de todo lo que te es querido.- Cercei se sentó de inmediato sobre su cama, despertando a Jaime. Ella estaba sudando frío y su hermano y amante simplemente lucía preocupado.

¿Estás bien Cercei?- Jaime, sabía que su hermana sería incapaz de haber matado a Tommen y le preocupaba el hecho de que tan perturbada estaba tras la muerte de sus hijos, es por eso que comprendía como actuaba y solapaba sus actos.

Tras un par de respiraciones la mirada asustada de Cercei se volvió fría, miró a Jaime y volvió a atacar con la misma pregunta que le hizo la noche anterior después de haber hecho el amor.- ¿Dónde están el resto de los escondites de fuego Valyrio?

La leona estudiaba el rostro de su gemelo, podía ver la duda en su rostro y aparto la mirada de él tras su simple negación con la cabeza. Se levanto de la cama mostrando su desnudes y sin verlo, mientras escogía con que atuendo vestirse acabó diciendo.- Haz el favor de irte de mi habitación hasta que yo te mande llamar.

La rubia escucho mencionar su nombre, pero fue presa de un arrebato de ira. – Si no vas a ayudarme a gobernar, no me sirves…- Su voz se fue haciendo áspera y desolada hasta acabar gritando mientras se sentía abandonada por el último amor que le quedaba.- ¡Fuera de mi vista!

Los gemelos tenían un temperamento fuerte, notó como su hermano la obligó a ponerle atención tomándola fuertemente con la mano que le quedaba de uno de sus brazos. –¡Somos tú y yo Cercei, contra el mundo!- Esas palabras le sonaron vacías… De que servía un par de huérfanos peleando contra el mundo, solos eran dos contra el mundo, pero con los yacimientos de fuego valyrio podía ocasionar el suficiente respeto y temor para controlar a todo el mundo. Aun contaban con una milicia fuerte y ese armamento era lo suficientemente peligroso como para mantener a todos a raya.

Si es así dime.- Dijo tajante. Más la respuesta que escucho no fue del todo de su agrado, pero si tenía una oportunidad de conocer la ubicación, era esa, si era sincera, conocía a Jaime, tendría que darle una buena explicación, tal vez hasta venderle una idea heroica, para que su culpabilidad se borre y tenga una justificación.

He recibido informes perturbantes.- Comenzó la rubia. La cual fue interrumpida por su hermano.- ¿Informes perturbantes? – La reina, asintió.- Meñique.- El rubio no sabía que pensar de los chismes de ese hombre, sabía que no era de confiar.- El norte fue recuperado por los Stark.

Y es que para Cercei, sabiendo todas las injusticias que habían cometido a la familia Stark y a la actual señora de Invernalia, entendía que podrían ser invadidos por el norte y que estos tenían ventaja, el invierno había llegado y eran ellos quienes mejor se manejaban tras esas adversidades. Cosa que explicó a Jaime.

La leona contemplo a su hermano, sus reacciones, lo conocía tan bien como si fuera ella misma, entonces entendió.- ¿Sabías?- Jaime aflojo su agarre y entonces esta pudo zafarse y darle una bofetada.- ¡Tú sabías y no me habías dicho!

¡No!- Se defendió Jaime elevando la voz. El no sabía del todo, pero gracias a Brienne de Tarth conocía las intenciones de los jóvenes Stark de retomar su hogar, solo que lo creía imposible hablando militarmente. – Yo solo sabía de las intenciones… Pero era obvio…

Para Cercei, esto era un peligro, Sansa podría ser la mujer de la que se refería la profecía. – Ella es un peligro, nos pone en un peligro. El norte recuerda.- Y tras estas palabras y muy a su pesar, Jaime comenzó a mencionar los depósitos de fuego Valyrio que conocía.


Continuará...

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