Desde que su madre se fue había estado distinto, pensativo, sumergido en su mundo, su prometida se había percatado del extraño comportamiento de su prometido, andaba siempre deprimido y sumergido en sus pensamientos ni siquiera la idea de pelear con ryoga lo entusiasmaba, cuando este lo atacaba ranma tan solo lo evitaba sin ni siquiera dirigirle una palabra, pareciera que solo estaba allí en cuerpo porque su mente estaba en algún otro lado. Estaba preocupada, había querido preguntarle pero siempre alguien intervenía, cuando no era el maestro, eran las locas prometidas o el loco de kuno reclamando el amor de akane
Estaban todos reunidos en la mesa cenando como de costumbre solo que desde hace unos días no se hacían presente las discusión de ranma con su padre por la comida, un silencio se hacia presente un tanto incomodo para la familia y preocupante para akane, desde que ranma llego a su vida el silencio no era una opción y menos a la hora de la cena
De vez en cuando akane miraba a su prometido de reojo, realmente estaba preocupada, solo lo veía comer sin aliento, sintió cuando su prometido se levanto, agradeció por la comida y salio de ahí sin dar oportunidad de que alguien le digiera algo
Akane termino su comida y se fue a buscar a su prometido, lo encontró entrenando, parecía deprimido, cuando la vio detuvo su entrenamiento y le dedico una sonrisa que de lejos se veía fingida
Hola- Dijo el chico que ahora se dirigía hacia su prometida
Estas bien?- Pregunto muy preocupada la pequeña de cabellos azules
Claro, ¿Por qué no habría de estarlo?- Respondió ranma con un sonrisa
Pues te he visto muy distraído… - se detuvo unos segundo y prosiguió- desde que tu madre se fue – termino diciendo akane, estaba nerviosa no quería tocar mucho el tema de su madre pero de verdad quería saber el motivo del cambio de su prometido
-Bueno… callo un momento pensando en lo que iba a decir – La verdad es que quería conocerla pero por la estúpida promesa que mi idiota padre le hizo no pude- termino de decir ranma que tenía las manos hechas puños se veía la frustración que sentía
-Ranma… Pero algún día podrás encontrarte con ella- callo un momento buscando palabras para decirle – no será para siempre
-Lo sé… solo que … que de verdad quería conocerla – Bajo la mirada, tomo aire y luego volvió a ver a su prometida, no quería preocuparla ,así que le ofreció su más sincera sonrisa – No te preocupes, estoy bien – Termino de decir ranma quien ya estaba pasando al lado de su prometida – iré a darme un baño, buenas noches- y sin más se dirigió hacia el baño dejando a su prometida pensativa
Ranma estaba recostado en el tejado de la casa, estaba pensativo, desde que su madre se marcho sin conocerlo, estaba contemplando la idea de buscar la cura a su maldición, antes había considerado la idea, quería ser normal sobre todo por akane, pero no tenía dinero e irse a china caminando le tardaría mucho, no quería dejar sola a akane con toda la manada de locos que Vivian en Nerima y menos dejarla sola con todos los pretendientes que estarían listos para irse sobre ella, pero la llegada de su madre había sido el ultimo empujoncito que necesitaba para que decidiera irse a china a buscar la cura – Lo hare- dijo ranma en un susurro, decidido se levanto del tejado y se dirigió a su habitación, empaco algunas cosas en su mochila , escribió algo en una carta y salió por la ventana, no sin antes pasar por la ventana de su prometida, La abrió con mucho cuidado para que no se despertara, La observo un rato y en un susurro dijo – Volveré… y sin más salió cerrando la ventana
