(Uff.. Mi el primer capitulo de mi primer fic en fan fiction. Antes de que lean por ahí quisieran leer esto. , algunas aclaraciones mías. Este fic no solo es de Shaman King sino que también es un crossover con Valkyrie profile, un juego de RPG para playstation 1. Al principio pensé en basar mi fic en el manga de Sk mas que en el anime, pero hay un problema: Casi nadie leyó el manga por lo que mi historia quedaría muy descolgada. Decidí basarme en el fin de la pelea de shamanes que se lleva a cabo en el anime, por otro lado cambié algunas cosas y omití otras sobre el Valkyrie profile. No me voy a meter en la historia, solo para que después no sea acosada por puristas y demás... ojala les guste y será hasta que tenga otras aclaraciones que hacer sobre el fic.

Cáp.1: Midgard.

-br No! Ya basta! Déjenme ir!! Ahhh!! Por favor!! Yo... Yo... no soy una espía! Por favor! Piedad!!/br -

-Cállate! Por el honor de esta nación tu serás ejecutada!

-pero si yo nací en este lugar! He vivido aquí toda mi vida nunca los traicionaría! No soy responsable de que el destino me haya dado esta apariencia- Aunque, en tiempos de guerra, y con un espía del occidente entre ellos... El pánico y la desesperación son aun más fuertes que el sentido común. El deseo de sobrevivir, aun más fuerte que la moral. Aunque signifique matar a niños inocentes... sin pruebas... solo suposiciones..

-Cállate-y el hombre volvió a patearla, aunque ella estaba en el suelo- sabemos que eres una espía niña... por eso morirás- su vista se tornaba borrosa, un zumbido en sus oídos, lo único que podía percibir perfectamente era el olor de la sangre sobre el suelo... su sangre- serás ejecutada por este país y por la familia. -pero no llegó a oír el nombre de sus asesinos, simplemente se desvaneció.

Silmeria abrió los ojos, tan celestes como el cielo del mediodía. Los dioses la necesitaban una vez mas, Asgard requería de sus servicios. Camino hasta pasar la primera muralla que custodiaba la entrada a Valhalla, donde residió Odin, que cayó ante loki... el traidor. Actualmente, su hermana mayor, Lenneth continuaba siendo la señora de la creación. Ocupaba el lugar de Odín y comandaba a los dioses, esa fue la recompensa que obtuvo por matar a Loki. Se detuvo a contemplar el cielo, sin preocuparse por la misión que le esperaba. Ella sabía porque la habían llamado. A la menor de las tres diosas que gobiernan el destino. Lenneth no podría ocuparse del problema, por eso tuvo que llamar a alguna de sus dos hermanas, hrist sería la primera opción. La mas fuerte de las tres, a su vez la mas fría. El color negro le sentaba bien, su armadura.. Del color de la sangre de los demonios. Pero Lenneth no estaba convencida sobre la opinión de su hermana sobre su nueva posición, sobre el hecho que ahora Hrist la obedecería a ella y no a Odín. No querría inconvenientes con ella, después de todo las tres eran una de cierta forma.

Silmeria llegó hasta las puertas de Valhalla, la diosa Frei estaba en la puerta.

-Bienvenida a Valhalla!- Dijo Frei mientras se acercaba para abrazarla.

-....-Silmeria permaneció en silencio.

-Haz estado dormida por mas de un milenio!-frei continuaba mirándola con alegría.

-Ha sido tanto?-

-Pues claro que sí! Pero ahora "Lady Lenneth" té esta esperando adentro.

-Hablaremos después Frei- Silmeria se alejo con una sonrisa, al acercarse a las puertas estas se abrieron solas. Caminó por todo el pasillo que dirigía la cámara de Lenneth.

-Aquí estoy, como me llamaste Lenneth, a tu servicio.-Silmeria casi se arrodilla ante Lenneth, pero recordó que después de todo era su hermana.

-No necesitas sen tan formal con nosotros, hermana- Silmeria no había notado, antes de las palabras de Lenneth, que un humano estaba a su lado. Era Lucian. Poco sabía del, salvo que era el humano por el cual Lenneth había luchado contra loki y había desobedecido las ordenes de freya. Silmeria no se explicaba como podía existir amor entre dioses y humanos.

-Cómo tu digas, pero dime, que ha pasado para que yo haya sido despertada?-

-Midgard esta en peligro- Midgard el segundo de los mundos, el mundo que los humanos llamaban "tierra". -No sé si estas al tanto sobre la pelea de shamanes y su estado actual...

-Midgard?-Silmeria siempre encontró a los humanos como seres sumamente sorprendentes, pero no se explicaba como la reina de los dioses se preocupa tanto por ellos como para despertarla.

-Así es, cada 500 años los humanos tienen un torneo para decidir quien es el rey de los susodichos "shamanes". Este torneo también es importante para nosotros ya que con la renovación del rey shaman se renueva el sello que hemos puesto en Midgard para evitar que los seres de las tinieblas puedan regresar de su tumba. Por diferentes motivos este torneo se ha suspendido y no ha sido elegido un nuevo rey de los shamanes, por lo cual...-

-El sello se ha roto!-Exclamó Silmeria- Imagino por que esto es de tu preocupación hermana, pero lo que no puedo entender es para que me necesites-

-Una legión de espíritus malignos se preparan para el ataque contra midgard. Esto causaría un daño irreparable tanto para ellos como para nosotros, por eso, tu deber es buscar guerreros que hayan sido shamanes para pelear de nuestro lado-Lenneth tomo un gran suspiro.-Sin embargo, estos guerreros designados a combatir en nuestro ejercito... siguen con vida, aunque.... He tenido una premonición, sobre sus muertes. Tu solo síguelos, tu deber es permanecer a su lado de manera invisible para que cuando su muerte llegue su alma no pueda ser robada por los demonios.- Lenneth se pudo de pie, movió su brazo apuntando a Silmeria quien quedo revestida con la armadura de las Valquirias.

-SILMERIA VALKYRIE! Mándanos guerreros que estén dispuestos a pelear por su mundo! Que el destino te guíe! Rezaré por tu suerte-Lenneth le dirigió una sonrisa a Silmeria quien se transporto inmediatamente a Midgard.

Había sido envidada a la ciudad de Tokio, sobrevolaba sus cielos, lejos de la vista de los humanos. Cero sus ojos, comenzó con su concentración espiritual.

-Sus nombres... sus nombres... de los guerreros.... sus nombres son....: Asakura Yoh, Horokeu Usui, Tao Ren, Faust VIII, Diethel Lyserg, Tamamura Tamao....-Silmeria volvió en si, sintió que uno de ellos se encontraba cerca de la muerte. El primero de la lista, Yoh Asakura, estaba por morir. ______________________________________________________________________

-Yoh!!-Manta corrió al lado de su amigo.

-No.. no te preocupes Manta, este espíritu... no... no es lo suficientemente fuerte.. como para vencerme! Todo saldrá bien, ya lo verás- Yoh conservaba esa mirada de tranquilidad.

-Amo Yoh, este enemigo no es como los anteriores, parece que solo quiere matarlo a usted, que haremos amo?- Dijo el espíritu del samurai. Él creía en su amo Yoh, pero sabía que la vida se la estaba acabando, que no faltaba mucho para que recibiera el golpe final.

_no seas tan duro conmigo Amidamaru, además si no derroto a este demonio- dirigió una mirada a Anna, quien estaba desmayada en el suelo. Había intentado detener al demonio, pero este estaba enviciado tratando e matar a Yoh. Lugo dirigió su mirada manta, quien estaba completamente indefenso. Pensó que después de terminar con él, los mataría a ellos, no... él tenía que ganar, había demasiado en juego. Silmeria observó el suceso desde el plan astral. No entendía como aun al borde de la muerte, el humano seguía peleando.

-Vamos Amidamaru! Un Golpe mas!! Todo o nada!!! AH!!!!!!!!-Pero la cuchilla de harusame no llego a tiempo, las garras de la bestia se había clavado en el. Se estaba desvaneciendo.

-YOH!!! NO!!-Manta corrió a su lado.

-Ma.. manta...-yoh le sonrió, el demonio se había detenido.-no, no llores, por favor, no...

-Te ayudaré, pero solo una vez humano-Una voz fuerte se escuchó en el patio de la posada En. Una muchacha, de unos catorce años apreció. Su cabello era castaño claro y sus ojos, aunque algo fríos, azules como zafiros. Su armadura celeste brillaba así espectralmente. La doncella de batalla.

-Quien eres?-Preguntó yoh, con sus últimas fuerzas.

-No te molestes en permanecer vivo, todo se te explicará mas tarde. Yo me ocupare de enviar a esta criatura a nifleheim, nuevamente. Y viendo como Manta lloraba desconsoladamente y como la chica blandía su espada hasta acabar con la bestia, yoh cerró sus ojos, hasta que ya no los pudo volver a abrir.