Capitulo 1: Recuerdos.
"Hellsing no me pertenece, le pertenece a Kouta Hirano". Este fic es un AU así que solo tomare la personalidad de los personajes, por lo que Alucard no es un vampiro, y Hellsing no se dedica a cazar estos seres, pero si abra AxI aunque de una manera más sutil. Este reto participa en el reto 14 de la página la Mansión Hellsing.
La lluvia caía a raudales en la ciudad, figuras con finos abrigos y paraguas negros se protegía de ella a pasos presurosos caminaban por Londres, un lugar donde ese clima era algo habitual, vigilando el Big Ben Integra Hellsing observaba por la ventana de su Roll Royce oscuro las gotas de lluvia que se impactaban sobre el cristal; un suspiro lleno de vaho la ventana del auto, un pesar oprimía su pecho y volvía a vigilar el enorme reloj. En menos de quince minutos su vida cambiaria para mal, su estúpido tío se había salido con la suya logro deshacerse de ella, mandándola a su nueva cárcel.
Todavía recordaba la sonrisa siniestra que dibujaba sus facciones cuando el abogado lo anuncio como su tutor legal y que ella no podría disponer de su titulo nobiliario ni de su fortuna hasta los 21 años; su padre había muerto victima de una extraña enfermedad, y ahora con solo 17 años estaba a merced de su "cariñoso" tío, el desgraciado la mando a un colegio en el corazón de Londres donde la doncella aprendería el arte de ser una "buena esposa". Esto dejaría su fortuna en sus codiciosas manos, además del el puesto que su padre ostentaba ante la corona.
De solo pensar que todavía en pleno siglo XX existiera un colegio así, le provocaba arcadas, ella una "buena esposa", ¡ja!, eso jamás ocurriría, por que después de su padre no había algún hombre que se ganara su respeto, y es que a sus 17 años la muchacha era una inexperta en cuanto al sexo…masculino. Eso y su fiero carácter no la convertían en una "Rosa Inglesa"*, mas bien su personalidad era parecida a un viejo "Terrier"*.
Suspiro de nuevo empañando el cristal, ya habían llegado a una enorme verja de hierro que al reconocer los logotipos del coche los guardias les permitieron el acceso, el chofer busco la entrada del imponente lugar, un edificio estilo barroco de un color gris, ventanales grandes cubierto de negro, todo se veía deprimente, si… definitivamente este seria su nuevo hogar.
— Señorita, ya llegamos —. Dijo el chofer abriendo la puerta del auto y entregándole un paraguas y su maleta, la encamino hacia la puerta donde estaba esperando una maestra, su largo cabello negro, lentes redondeados y un traje de hombre, contrastaba con el lugar, al parecer las damas del colegio vestían como muchachos o tal vez era solo aquella joven.
Integra se despidió de su chofer, y acto seguido la joven de cabello largo se acerco. Le puso una mano en el hombro y la guió hacía la entrada de su nuevo hogar. La institutriz le dio una mirada, Integra sabia que su apariencia no concordaba con su jerarquía noble, vestida en pantalón de mezclilla americana, con unas zapatillas bajas y un abrigo de lana, se veía como una muchacha humilde y no como la rica heredera que era.
— Me llamo Rip Van Winkle, y seré tu maestra de canto — acercándose mas a la noble, Integra se percato de que la joven tenia un hermoso color de ojos celeste y muchas pecas.
— Integra Hellsing, un placer — saludo escuetamente.
— Una Hellsing, mis condolencias por la muerte de su señor padre, fue una noticia muy deprimente —. Ante ese comentario el ceño de Integra se frunció. — Una disculpa, no quise ser impertinente, bueno déjeme mostrarle el lugar —. Agrego la maestra apenada por haber ido muy lejos con sus observaciones.
Integra observo las instalaciones, por dentro el colegio no se miraba tan deprimente como ella imaginaba, pero algo la sorprendió, había muchachos en el alumnado.
— Señorita Winkle ¿Por qué hay alumnos varones en el colegio? — pregunto intrigada la rubia —. Pensé que el lugar era solo para señoritas.
— Y lo era, hace menos de un año se aceptaron varones en sus instalaciones, al parecer el nuevo director piensa que el comportamiento de ser un buen cónyuge no es exclusivo para jovencitas —. Dijo la muchacha con mirada soñadora. — Espero que su tío no se moleste por que el internado no es exclusivo de mujeres—. Agrego alarmada.
— supongo, que no tendría por que — comento la rubia, eso seria esplendido al parecer no estaría recluida como una monja en ese lugar.
Después de todo el recorrido, la maestra la deja en su dormitorio, el cual al parecer, seria compartido con otra alumna. Integra observo la habitación, no era de su desagrado pero tanto tono neutral la estaba volviendo loca. Esperaba que su compañera no fuera una SNOB, odiaba ese tipo de damas, ella era muy distante con las chicas de su edad, por lo que su padre le dio una educación en casa.
Al parecer su nueva compañera no estaba en el cuarto por lo que la noble decidió que era momento de desempacar sus escasas pertenencias, solo había llevado algunos libros, y muy poca ropa, unas cuantas fotos que adornarían un corcho de madera que estaba de lado de su cama y escritorio, una cofre con llave donde guardaba su joyería; esta última era herencia de su padre y su madre, de la que no tenia ningún recuerdo ya que la dama había fallecido el día en que Integra nació, pero gracias a las fotos que Arthur, que era el nombre de su padre, guardaba, ella sabia que su madre era una mujer hermosa con rasgos árabes, según contaba su progenitor su esposa era hija de un jeque muy rico, pero la joven renuncio a toda su fortuna con tal de esta a su lado. Integra guardaba la foto de la boda de sus padres, el un hombre rubio de enormes ojos azules vestido en un frac negro, su madre una árabe hermosa de piel morena y cabello lacio negro, ella había heredado los rasgos mas bellos de ambos, su pelo era rubio y sus ojos eran azules como su padre, pero su piel era morena y sus ojos atigrados como los de su madre.
— Hola ¿eres mi nueva compañera? — dijo una voz dulce que la saco de sus recuerdos. Integra dirigió su mirada a la dueña de esa voz, observando a la jovencita se topo con una muchacha rubia al igual que ella y de ojos azules, solo que la chica tenia las proporciones de pechos y trasero mas desarrolladas, incluso parecía sacada de una revista de caballeros, esas que su padre ocultaba en su oficina pensando que ella no sabia de su existencia.
— Integra Hellsing, acabo de llegar el día de hoy al colegio — agrego extendiendo su mano la chica en cambio le dio un abrazo, provocándole asfixia con sus grandes senos.
— Mi nombre es Seras Victoria, y me alegra que seas mi compañera, no había sido asignada ninguna a mi habitación — dijo la rubia soltándola y provocando que el aire estuviera de nuevo en sus pulmones.
Integra le dio una mirada rápida, al parecer la chica era la inocencia en persona, a un con ese físico, parecía mas virgen que ella. Agradeció a todos dioses que no fuera una arpía venenosa.
— ¿Por qué no tenías una compañera? — pregunto la noble a la curvilínea rubia, la cual bajo la mirada avergonzada, y sus ojos azules se llenaron de algunas lagrimas traicioneras, Integra se arrepintió de haber preguntado, al parecer la razón no era de agrado de la muchacha.
— Las chicas del colegio me odian, creen que estoy maldita. — susurro Victoria con lágrimas gruesas cayendo de sus mejillas. — soy la hija del caso Whichapel.
El caso de Wichapel, claro que todos conocía la historia, el joven jefe de policía, el cual era un talento innato de excelente posición y reputación en Londres, había logrado apresar a un grupo de mafiosos, entre ellos al líder de la pandilla, provocando la furia del resto del grupo. Los cuales asesinaron y violaron a su esposa, antes sus ojos para después torturarlo hasta la muerte, dejando en orfandad a su hija, quien fue la única sobreviviente de dicha tragedia al estar de campamento. Pero cuando fue dada en adopción se gano mala fama, ya que se rumoraba que la menor estaba maldita, debido a que después del accidente los familiares que la adoptaban… murieron de maneras extrañas.
— Conozco tu historia. Y no me importa — dijo la noble dándole una sonrisa sincera, lo que provoco que el llanto de Victoria parara de golpe. Después de todo eso de las maldiciones y cosas sobrenaturales, era una tontería.
Al día siguiente después del altercado entre ella y su compañera, ambas se fueron a su salón; Integra estaba en su primera clase, historia mundial, bostezo sin recato ocasionando que Victoria su nueva compañera se riera un poco de ella, la chica parecía muy motivada a pesar de que era la primera clase del día, y esta era nada mas y nada menos que a las seis de la mañana. Ambas se había desvelado hablando de sus familias, y compartiendo un poco de sus tristezas, pues irónicamente las dos son huérfanas, y su fortuna dependía de familiares que en su vida se habían preocupado por ellas. El resto de la clase las observaba después de todo ella era nueva, y su compañera tenia una fama sobrenatural, debían de formar una singular combinación.
— ¿Por qué luces tan feliz? — pregunto Integra extrañada alzando una ceja rubia provocando un dulce sonrojo en el rostro de Seras.
— Buenos días — exclamo una grave y varonil voz que hizo acallar los murmullos de los alumnos y generar la atención de la femeninas de la clase, quienes voltearon inmediatamente al frente, Integra se sorprendió al ver quien seria su maestro, era un hombre de unos veinticinco años, alto y de complexión robusta mas no musculosa, de tez blanca y cabello de color azabache el cual estaba escandalosamente largo para ser de un respetable maestro de colegio, su vestimenta aunque acorde con su profesión se veía notablemente descuidada, su calzado era una botas de montar de suela gruesa, su abrigo era de un extraño color rojo, todo en el parecía digno de una estrella de rock pesado, que de un catedrático. Pero sus ojos, eso ojos que anunciaban problemas era de un inusual color bermellón.
Integra abrió la boca por la sorpresa y al voltear a su alrededor se dio cuenta que no era la única, varias de sus compañeras subieron un poco sus faldas, y empezaron a hacer un aleteo de pestañas tan constante, que sus ojos pudieron haber salido volando de su cara, incluso la virginal Seras lo miraba con devoción. Pero a diferencia de las mujeres los jovencitos solo miraban con fastidio al sujeto.
— Tenemos una cara nueva — dijo con voz aterciopelada que provoco que Integra se pusiera en alerta, definitivamente el tipo era un narcisista, ella odiaba a ese tipo de personas —. ¿Cómo se llama señorita?
— Integra Wingates Farbrook Hellsing — dijo poniéndose de pie e inclinando la cabeza en señal de respeto. Varios murmullos se escucharon en el salón, el profesor levanto una mano, la cual se encontraba enguantada, haciendo que todos callaran.
— Bueno señorita Hellsing, mi nombre es Vlad Dracul, y soy el encargado de esta materia, así que empecemos a hablar de la historia, que por eso es que están en este salón — agrego el sujeto dándole una extraña sonrisa mientras sacaba una gafas redondeadas por demás extrañas y empezaba a narrar con su voz de barítono el comienzo de los reinos de la humanidad.
Integra evitaba observarlo y apuntaba en su cuaderno los datos mas importante, pensando que el extraño sujeto parecía un frikie con su indumentaria, y que compartía un nombre muy particular.
Terminando la clase, siguió química dada por un tipo singular de lentes redondos y cabello rubio con corte de hongo, el cual se la pazo hablando de cómo diseccionaría una inocente rana, Seras tuvo que ocultar sus ganas de vomitar detrás de un enorme tubo de ensayo.
— ¿Qué piensas de la escuela? — pregunto la chica a Integra en el receso mientras comían un sustancial almuerzo.
— Debo de decir que todo se ve muy novedoso, pero no dejo de pensar en el maestro de historia, es decir todas babeaban por él, incluida tú Seras. Como un sujeto de esa facha trabaja aquí —. Dijo la noble a lo que la rubia se sonrojo sin sospecha.
— Dicen las malas lenguas, que el Maestro Dracul es amante de una de las directivas principales del colegio — murmuro Victoria, ante la mirada anonadada de Integra.
— Veo que mi vida les atrae mucho, señoritas — la voz a su espalda dejo en una pieza a ambas chicas, oficialmente estaba en un problema, la cara del maestro Dracul no traía nada bueno.
N.A. No me maten, he vuelto de mi hiatus a reeditar nuevos fics y traerle sabrosura con esto. Saludos.
