¡Hola! ¿Cómo han estado?

Aclaraciones:

-Demashitaa! Powerpuff Girls Z no me pertence, sólo la historia es mía;

-Leve lenguaje inapropiado;

-Posibles cambios de personalidades;

-Perdonen la ortografía.

Sin más que añadir aquí les dejo.


Se despierta sobresaltada. Mira desorientada la habitación. Lleva su mano hasta donde está su corazón. Esa fue una horrible pesadilla, el sólo volver a recordarla le daba escalofríos.

Se levantó de la cama donde dormía con su abuela desde que era una bebé.

El piso estaba frío, pero no le importaba. Tenía que verla para que ese miedo se esfumara.

Abrió la puerta. Todo estaba en silencio. Esto la extraño, usualmente su abuela tenía la radio prendida en la piesita donde se ponía a coser o hacer ropa ya sea para ella o para otros. El comedor estaba vacio, pero la televisión estaba prendida. Se acercó hacia donde estaba el control para apagarla.

Se quedó quieta, aún con el control en la mano, miró el reloj que colgaba sobre la televisión. Era cerca del medio día.

Se dirigió hacia la cocina, pasó a través de una ventana y vio que estaba lloviendo.

―Últimamente está lloviendo mucho ― dijo para sí misma.

Siguió su camino y un olor delicioso llegó hasta sus fosas nasales. Se asomó por el marco de la puerta y ahí la vio. Estaba cocinando.

Se acercó sigilosamente y le dio un beso en su arrugada mejilla. Ella sonrió pero no le dijo nada, sólo siguío cocinando, lo que ahora veía, el hígado.

Su abuelita últimamente no le dirigía la mirada sólo le sonreía cálidamente, pero su silencio la estaba atormentando.

Desde hace meses que no le habla y eso le duele. Le duele mucho. Ella es como su madre, prácticamente vivió más tiempo con ella que con sus padres, y no le gustaba que ella le hiciera la ley del hielo.

Camino hasta la silla que había cerca de ahí y se sentó. Se quedó mirando como cocinaba su abuela durante varios minutos y empezó a sentir que sus parpados le pesaban y se obligó a si misma a estar despierta. No quería volver a dormirse y despertarse en su cama mientras su abuela salía sola de nuevo. Eso es lo que ella creía ya que no la encontraba por ningún lado y las luces de toda la casa estaban apagadas excepto las del patio y de la entrada de su casa.

Su abuela se giró y le sonrió de nuevo parecía que le iba a decir algo, pero en ese momento no aguantó más y se durmió. Siempre se dormía cuando su abuela le estaba por hablar.

Se despertó sobresaltada. Miró la habitación a oscuras, con la luz de la luna colándose por su ventana que estaba entreabierta. Se sentó en su cama.

― ¿Abuela? ― preguntó adormilada.

Quiso levantarse pero estaba demasiado cansada para hacerlo, sentía el cuerpo pesado. Y por una vez, se acostó y se fue a dormir.

Sentía que la estaban moviendo. Abrió los ojos pero los cerró rápidamente. La luz del sol la cegaba.

―Miyako ¿qué quieres desayunar? Puedo hacer unos omelets si gustas o un café... un té... no sé ¿qué quieras?

La volvió a mover.

―Un café... con tostadas puede ser ― le susurró.

Se desperezó y visiualizó una cabellera pelirroja.

Momoko.

― ¿Por qué estás aquí Momoko? ― le preguntó.

No recordaba haberla invitado a su casa y mucho menos que ella se haya quedado a dormir.

― ¿No lo recuerdas? Vengo todas las mañanas a...

―Perdón... no lo recordaba... ― le contestó.

No sentía ganas de hablar y volvió a acomodarse. No sabía porque tenía tanto sueño.

Se estaba durmiendo cuando sintió que la estaban observando. Abrió levemente los ojos y vio la silueta de su abuela al lado de su cama.

Le sonrió cansada pero feliz de verla. Su abuelita también le sonrió de vuelta.

― ¿Abuelita dónde estabas?

Sólo recibió una adorable sonrisa como respuesta.

―Dime algo por favor... no soporto tu silencio...

Su abuela seguía sin decirle nada.

― ¡Háblame! ¡ABUELA POR FAVOR! ¡YA NO LO SOPORTÓ! ― gritó desesperada y con lágrimas en sus ojos.

Quiso levantarse pero Momoko ingresó a su habitación con una enfermera.

Miyako las miraba confundida.

La enfermera se acercó con una inyección. Miyako la miró horrizada y quiso levantarse pero la habían sujetado de los brazos fuertemente. Sus ojos celestes se abrieron sorprendidos cuando vio a Boomer sujetandola.

Mirada azul se encontró con la celeste. Pero él apartó la mirada con lástima.

Miyako no comrendía que estaba pasando. ¿Por qué había una enfermera en su casa? ¿Por qué Boomer la estaba sujetando cuando ella quería escapar? No entendía nada.

Desesperada buscó a su abuelita y ella estaba en un rincón mirándola cálidamente. Eso la tranquilizó un poco. Su abuelita no permitiría que le hicieran algo.

Sintió un pinchazon en su brazo y eso la alertó. Empezó a moverse e intentó soltarse de las manos de Boomer que la estaban sujetando fuertemente. Comenzó a sentir su cuerpo pesado. Sus ojos se querían cerrar pero ella no quería dormir. ¿Por qué la querían hacer dormir? ¿Qué le querían hacer?

―Abuelita por favor... no dejes que me hagan esto de nuevo... ― dijo con voz adormilada.

No resistió mucho y dejó de forcejear contra Boomer y miró a su abuela una última ve antes de que sus ojos se cerraran.


Es corto lo sé, pero como que quería escribir tantas cosas y no me gustaba como quedaba el capítulo así que divide el capítulo, la otra parte la subiré en otra ocasión.

Sí hay alguna cosa que no entiendan pueden dejar su duda en los reviews, un inbox o dejarme un mensaje en mis páginas de Facebook.

¡Les mando besos y abrazos asfixiantes!

¡Nos leemos!

Eliih Him