Había pensado escribir un one-shot sobre esto pero tras escribirlo, pensé que podía dar pie a un fic "multicapitular" así que... Eso es lo que voy a hacer. Los acontecimientos narrados son una pequeña ventana a un futuro alternativo e hipotético en relación a los acontecimientos sucedidos durante gran parte de la segunda mitad de la Cuarta Temporada. Los grupos reunidos no son los mismos reflejados en la pantalla pequeña.

Disclaimer: Obviamente ni la serie ni los comics me pertenecen a mí, sino a la cadena AMC y a Robert Kirkman. Yo las uso temporalmente por mero entretenimiento.


¿Por qué tú si puedes y yo no?

Sus pequeños pies enfundados en unas botas demasiado grandes para ella, corrían con velocidad por encima de la hierba, alejándose de su compañera de juegos ese día. Aguantó su risa echando un rápido vistazo a los calcetines de lana que sobresalían por encima de la caña de la bota, impidiéndole quedarse descalza en mitad de la carrera.

Sorteó a Carol y Tyresse quienes conversaban relajados en torno a la hoguera ubicada en el centro de su campamento temporal. Sus miradas divertidas se posaron en su menuda figura escabulléndose entre las tiendas montadas en dirección a los árboles. Sabía que no podía alejarse demasiado de ellos, pero tenía su cuchillo con ella y no pensaba perderse en el bosque. Sabía cómo no hacerlo, Daryl se había encargado de ello.

Sopesó qué árbol era su mejor ruta de escape y escondite hasta que pudiera volver al punto central ganando así la partida a la joven Greene. Sus dedos se aferraron a las ranuras del tronco de uno de los árboles y comenzó a trepar por él ayudándose con los pies. No era tarea sencilla y estuvo a punto de caer al suelo pero sus reflejos habían mejorado, y sus brazos aunque eran los de una niña pequeña, eran más fuertes.

Su respiración errática parecía ensordecida por los latidos de su corazón, palpitando en sus oídos impidiéndole escuchar con claridad la voz de Beth anunciándole que se acercaba. Tragó grueso, cerró los ojos y se aferró a la rama sobre la que se encontraba sentada. Poco a poco su corazón palpitó con más normalidad permitiéndole oír con más claridad.

Escuchó sus pisadas sobre la hierba, tenían esa agilidad propia de la chica rubia. El cazador le había enseñado a saber escuchar los sonidos, a reconocer los pasos de cada persona del campamento por si algún día lo necesitaba. "Quizá tengas que esconderte, y oigas a alguien acercarse a ti, pienses que es uno de nosotros y… no lo sea." Le había dicho insistiendo en cuán importante era esa lección para su supervivencia.

Pronto avistó entre las hojas del árbol en el que se encontraba agazapada su melena rubia revuelta y recogida en una coleta. Su trenza escondida entre sus cabellos rubios.

- Jude… Sé que estás por aquí.- Dijo la chica haciéndola sonreír. Se cubrió la boca con una mano para impedir que se le escapara la risa. – Te voy a encontrar, ya lo verás.- Dijo la joven con firmeza alejándose de su escondite en dirección opuesta.

Cuando dejó de escuchar sus pasos y creyó que era seguro volver a tierra, descendió del árbol con cuidado, salvando de un salto el último metro de altura desde una de las ramas más bajas. Se quedó completamente estática unos segundos y echó a andar silenciosa en dirección opuesta a la que Beth había desaparecido.

Cogió un diente de león del suelo acariciando con gesto ausente las semillas ya emblanquecidas, una de ellas voló hasta posarse sobre la hierba a sus pies. Judith caminaba centrada en la flor que tenía entre manos, rompiendo una de las primeras normas que le habían enseñado: estate atenta a lo que te rodea en todo momento, no te distraigas.

Tras varios minutos absorta en su diente de león cada vez más escuálido, escuchó un ruido similar al de un riachuelo. La pequeña Grimes alzó la mirada de la flor viendo varios metros más adelante a Daryl. Judith frunció el ceño al verle con los pantalones abiertos, la bragueta bajada y algo entre sus manos. Alzó las cejas sorprendida al ver que el riachuelo que había creído oír, provenía en realidad de los pantalones del cazador quien había escogido ese pequeño rincón para aliviarse la vejiga.

Judith miró a sus propios pantalones, estiró la goma de la cintura encontrándose con su ropa interior de flores. Volvió su mirada de nuevo hacia Daryl quien se estaba girando abrochando el cinturón del pantalón. El gesto quedó congelado a medio camino al descubrir a Judith como espectadora. La niña ladeó el rostro mientras se acercaba al cazador ignorando el rubor que había trepado por su nuca hasta cubrir su rostro, sus manos aun separando la cinturilla de su pantalón de su tripa infantil.

- La tía Beth me dijo que tenía que agacharme cuando quisiera hacer pis…- Contaba la niña mientras se acercaba a él, absorta en su ropa.- Pero tú no lo haces, ¿por qué no te agachas, tío Daryl?- Preguntó la niña mirándole por fin. El dedo índice de su mano derecha señaló la bragueta de los pantalones del cazador.- ¿Me podrías enseñar a hacerlo de pie?- Arrugó la nariz en un mohín.

- ¿Qué?- Preguntó Daryl saliendo de su estupefacción.- ¡Ni por el forro de los….!- Se mordió la lengua antes de que las cejas de Judith desaparecieran tras su flequillo al escucharle.- No, Judith. No… No puedo, no puedes… No…- Nervioso quitó las manos de la niña de la cintura de su pantalón.- Vamos, no puedes andar por aquí tú sola, y lo sabes.- Le recriminó él por lo bajo empujándola del hombro hacia el campamento.

- ¿Pero por qué?- Preguntó Judith con un deje de rabia en su voz viéndose arrastrada por el menor de los Dixon.

- Porque eres demasiado pequeña para andar tú sola por ahí y…- Siguió Daryl farfullando por lo bajo intentando pensar en la mejor manera de abordar el tema con Carol o Beth para que le explicaran a Judith "las diferencias entre los niños y las niñas". Se pasó una mano por el pelo ahogando un suspiro.

- ¿Cuándo sea más mayor podré hacerlo de pie como tú?- Le preguntó con una sonrisa enorme que iluminó sus ojos fijos en los de Daryl.

- ¿Qué? ¡No! Tú no puedes mear de pie, Jude.- Atajó él por lo sano.- Bueno… poder puedes pero… No.- Insistió él rehuyendo la mirada de la niña.

- ¿Por qué puedo pero no puedo?- Continuó Judith sin comprender ni una palabra de lo que salía de la boca del cazador.

- Porque no, y ya está. Porque no puedes. Punto. Fin. Se acabó la historia.- Sentenció con un gesto de su mano parándose frente a la niña para dejar claro que no había modo de seguir hablando del tema.

Judith le miró enojada. Su enfado se convirtió en lágrimas silenciosas que nublaron sus ojos claros anclados a los de él. Daryl agachó la cabeza exhalando profundamente. Su maniobra no estaba funcionando.

- ¡No es justo!- Gritó golpeando el suelo con la planta del pie, enrabietada.

- No es cuestión de justicia, patea-traseros.- Susurró Daryl intentando hacerle comprender sin meterse en un cenagal.- Es que… Puedes hacerlo, pero no debes hacerlo.

- ¿Por qué tú si puedes y yo no?- Atacó de nuevo la niña limpiándose con fuerza las mejillas con el puño de la manga.

- Porque somos diferentes.- Respondió él tragando grueso. Viendo que aquello no iba a ninguna parte se agachó frente a ella, sus manos en cada cadera de la niña.- No todos podemos hacer lo mismo, ya lo sabes.

- Ya pero…- Se mordió el labio inferior desviando su mirada hacia la hierba.

- Hey,- Daryl le pellizcó el mentón con suavidad- no es malo que no puedas hacerlo.

- Pero yo quiero hacerlo.- Susurró Judith en un hilo de voz mirándole de nuevo con lágrimas en los ojos.

- ¿Por qué? Es una tontería, enana.- Su pulgar acarició la piel de su cintura bajo la camiseta, intentando relajarla.

- Porque así seré más como tú.- Le respondió la niña con la franqueza prendida de sus irises azules.

Franqueza y un atisbo de una necesidad de algo, campaban a sus anchas en esos ojos de niña. Daryl no supo qué contestar a la respuesta que le había dado la pequeña.

- ¡Te encontré!- Proclamó una voz a su espalda, sobresaltándoles a ambos. La sonrisa de Beth no tardó en tornarse en preocupación al ver la escena frente a ella.- ¿Ocurre algo?

Daryl negó en silencio mirándole por encima del hombro a la chica, dándole a entender que más tarde se lo explicaría. Sin embargo, probablemente no le haría partícipe de la última parte de la conversación, eso quedaría entre ellos dos, o eso era lo que él deseaba.


La idea para éste primer "Por qué" la saqué de otra que tenía por ahí rondándome la cabeza y con esto encontré la excusa perfecta. Por ser el primero y porque mantiene a flote esa curiosidad que todo niñ tiene, este primer capítulo se lo dedico a Hotarubi86. Espero que te haya gustado.

Muchas gracias si habéis invertido vuestro tiempo en leer esto. Sentíos libres de dejar un comentario con lo que penséis ;)

¡Nos leemos!

Ekhi