Titulo: Sinfonía Soledad
Autor: Suigetsu-kun.
Fecha de publicación: 15-08-2008.

Disclaimer: Naruto no me pertenece, pero la trama de este Fiction sí.


Por más que creía que su camino era un abismo de soledad y arrogancia en aquel mundo de apariencias, en los ojos de ella descubrió una nueva luz… aunque tardó. ¿Qué más daba? Él era Sasuke Uchiha, y no se dejaría en evidencia de manera tan fácil…


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"Fama...dulce vicio de doble filo"

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¿Por qué a mí?

-o-o-

- ¡Kya! –gritaba una muchacha de rubios cabellos muy emocionada en pleno salón de clases mientras ojeaba la última edición de la revista juvenil más popular de todo el país, Superestrellas -¡Tengo que ir! ¡Tengo que ir a aquel evento! –su emoción iba en aumento.

- Ya cállate, Ino –dijo un joven de voz cansada mientras caminaba en dirección a las ventanas para contemplar el cielo. Cómo amo las nubes, pensaba mientras se olvidaba de su fastidiosa compañera, quien no dejaba de gritar.

- ¡…es mi oportunidad de conocer al súper guapo Sasuke Uchiha! –comentó ojeando la revista, hasta que llegó a lo que era la "extensa" entrevista que le habían realizado para su cumpleaños número dieciocho, ocurrido hacía tan sólo una semana- ¡¿Qué?! …esto es apenas de nueve palabras –se sentó con cierta decepción en el que era su puesto.

- He oído que es poco comunicativo y de muy mal carácter –dijo una muchacha de rosados cabellos que estaba sentada a su lado- Quizás ya se le han subido demasiado los humitos a la cabeza y ya se cree mejor que todos –Debe ser un idiota, pensó con cierto enojo- ¿y qué fue lo que dijo? –preguntó sin interés, para evitar que su amiga comenzara a hacer un escándalo porque estaba hablando mal de aquel chico.

- Dijo "Son una molestia. No me interesa hablar con ustedes". –con decepción, cambió de página y la dejó en una en la que aparecía aquel muchachito sonriendo de manera alegre, lo que hizo que cambiara su expresión de decepción y babeara aún más que cuando comenzó a ver la dichosa revista.

Además de tarado, es engreído –la pelirrosa se fijó en la foto- pero debo reconocer que es bastante atractivo…aunque –se fijó en la sonrisa- me parece falsa. Debe ser un amargado total, de eso no hay duda.

- ¿Es hermoso, verdad? –preguntó la rubia a la ojiverde pues notó en interés que mostraba en la fotografía.

- ¿eh? –la pelirrosa miró en otra dirección para ocultar su sonrojo- Para nada. No es mi tipo –adoptó una expresión seria, pero en el fondo estaba muy abochornada.

Sí, cómo no, pensó la rubia mientras la miraba con incredulidad, pero creo que aún así, podré contar con ella, sonrió.

Sakura sintió cierto escalofrío al ver la expresión d su amiga. Eso siempre ocurría cuando le pediría alguna cosa que las terminaría metiendo en serios problemas. Esto no me está gustando.

Algunos segundos después en el salón se hizo un silencio total pues acababa de ingresar la que era la profesora de Anatomía, Tsunade, una de las senseis más temidas y a la vez más queridas, con quien Sakura tenía un lazo muy fuerte. Shikamaru regresó con lentitud a su lugar, que estaba adelante del de Sakura e Ino.

- Esto es problemático –dijo en voz baja.

- Buenas tardes –saludó la sensei con lentitud- Debo informarles que hoy realizaremos la clase en el laboratorio, así es que los quiero allí a las una y veinte, o sea, dentro de quince minutos- sin decir nada más, salió del salón con seguridad, dejando a los alumnos un tanto sorprendidos.

¿No está bebida?, era lo que muchos se preguntaban.

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Mientras Sakura sacaba de su casillero todo lo que posiblemente utilizaría en el laboratorio, Ino se le acercó y le pidió que la acompañara. Bueno, en realidad la obligó pues la tomó fuertemente del brazo y la llevó a un lugar apartado de aquel pasillo en donde se encontraban.

- ¿Qué te pasa, Ino-cerda? –preguntó Sakura mientras se arreglaba la manga de la blusa, que Ino había arrugado.

La rubia la miró con cara de "lo que te voy a pedir es de vida o muerte", lo que puso de inmediato a la ojiverde en alerta.

- Quiero que me acompañes esta tarde al Centro Comercial Hyuuga…pues ¡allí estará Sasuke Uchiha! …y no tengo pases para ingresar.

- ¿Y yo qué tengo que ver con eso? –preguntó, arqueando una ceja.

- Pues…que como tú eres novia de Neji y su familia es dueña de ese lugar…puedes pedirle unos pases para que ingresemos.

Sakura se quedó pensativa algunos momentos.

- No quiero –contestó luego de un rato- ese tipo no me cae bien y no gastaré mi tiempo yendo a un evento donde esté él…y ahora –dio media vuelta y comenzó a alejarse- debo ir a preparar mis cosas para la clase.

Ino cruzó los brazos y en sus ojos apreció un brillo extraño.

- ¿Es tu última palabra? –preguntó la ojiazul con tono desafiante.

- Por supuesto…nada me hará cambiar de opinión. Nada.

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No comprendía por qué, pero allí estaba, en casa de la cerda, esperando a que se cambiara de ropa y se arreglara de la manera más atrevida posible para asistir a aquel estúpido evento con el "guapísimo, inteligente y súper guay Sasuke Uchiha" como atracción principal. Eran las cuatro de la tarde y faltaban tan sólo dos horas para que comenzara el dichoso evento. No puedo creer que esté metida en este asunto, pensó, y sin querer, recordó todo lo que tuvo que hacer para que Neji le diera las entradas –que para su mala suerte, eran válidas para tener una pequeña entrevista con aquel tipo durante diez minutos-, convencerlo de que ella no asistiría, que se quedaría estudiando en casa, y que eran un regalo para Ino por motivo de su cumpleaños.

¿Qué haces aquí a estas horas, Sakura? ¿No me dijiste ayer que tenías clases y por eso no me acompañarías al almuerzo con mis tíos? –le preguntó su novio alzando una ceja.

Sakura se quedó muda. ¡Lo había olvidado! La noche anterior, cuando Neji la llamó para pedirle que lo acompañara al dichoso almuerzo, ella le dijo que tendría clases, lo que era cierto. "Maldita Ino, además de tener problemas con Tsunade sama por habernos escapado de su clase, los tendré con Neji… ¿qué hago? Si le digo que me escapé de clases con Ino notará que yo también iré a aquel evento, pero si le digo que no tenía, dirá que ayer le mentí y no me hablará durante un mes… ¡piensa, Sakura, piensa! Sí…. ¡lo tengo!"

- Teníamos clases con Tsunade sama y pues… llegó bebida –Neji relajó un poco su expresión seria- Yo ya te contado cómo es… le gusta la parranda, el juego y esas cosas, pero como es la mejor en su especialidad la toleran y sigue haciendo clases –sonrió con naturalidad. "Por suerte, Neji kun la conoce, así es más fácil que se trague el cuento"- y pues, como hoy es el cumpleaños de Ino, quería regalarle unos pases para el evento que hay hoy en el Centro Comercial de tu familia.

El joven de ojos perlados contempló a su novia algunos segundos, intentando encontrar en su actitud algo que le llamara la atención, pero al no encontrar nada "sospechoso", aceptó lo que su novia le decía y sacó de uno de los cajones de su escritorio unos pases y se los entregó.

- Ahí hay tres que al mostrárselos al encargado del asunto, les permitirán tener diez minutos a solas con la "estrella" que allí estará, que no tengo la menos idea de quién se trata –se sentó en su cómoda silla y se fijó en la expresión de su novia, quien mantenía la vista fija en el suelo- Por cierto, ¿tú lo sabes?

Sakura se fijó en él durante algunos segundos y luego negó con la cabeza.

- Sólo sé que le gusta a Ino y a las que la van acompañar –y agregó, antes que le preguntara- yo me quedaré en casa estudiando. Dentro de algunos días tendré un examen muy importante y hay algunas cosas que aún no entiendo. "Que se lo crea, que se lo crea".

Neji la contempló algunos segundos y luego se centró en los papeles que tenía sobre su escritorio, que tenía que atender con urgencia. "Veo que no podré encargarme de este asunto personalmente".

- Bueno, Sakura –se levantó y se acercó con rapidez a ella y le tomó la mano- Debo irme a preparar para el almuerzo con mis tíos.

- Sí…te entiendo –sonrió y lo besó con suavidad en los labios- Me llamas a la noche, ¿sí?

- Por supuesto –sonrió.

- ¡Ya estoy lista! –gritó Ino desde su dormitorio y luego apareció frente a su amiga luciendo una mini falda de color negro y una blusa blanca que le quedaba un tanto ajustada- ¿Cómo me veo?

Sakura la miró con sorpresa.

- Sí, te ves bastante bien. ¿Vas en plan de conquista, Ino cerda? –preguntó con una ceja alzada.

- Y tú, ¿vas a ir así? –la miró de pies a cabeza con el ceño levemente fruncido.

Sakura llevaba puesta una falda que le llegaba justo a las rodillas y una blusa que cubría bastante bien sus atributos, y unas sandalias que le llegaban un poco más debajo de las rodillas. En otras palabras, parecía una monja. No entiendo cómo alguien tan sexy como Neji san se fijó en alguien tan conservadora como tú…pero bueno, así es la vida.

Sakura iba a responderle que sí, que nada le importaba arreglarse para un evento donde estaría un tipo al que detestaba a pesar de lo poco que sabía de él y que se sentía cómoda vestida de aquella manera, pero optó por lo contrario al notar que si no lo hacía, Ino se la pasaría criticándola todo el día.

- ¿Puedo cambiarme aquí? –lanzó un suspiro, al vez que la rubia sonreía.

- ¡Claro! –la tomó de la mano y prácticamente la arrastró a su dormitorio.

Sakura quedó boquiabierta al entrar. La última vez que estuvo en aquel lugar –hacía menos de dos semanas-, no había tanta ropa como en aquellos momentos y tantas fotografías del engreído actor pegadas en las paredes.

- Está un "poco" cambiada –dijo con una gotita en la cabeza.

Ino ni siquiera escuchó el comentario de su amiga pues estaba muy concentrada eligiendo la ropa que le prestaría. Estuvo buscando un buen rato, hasta que encontró lo que le parecía perfecto: una falda de color blanco y una blusa de la misma tonalidad, lo que a Sakura le agradó pues había usado ese mismo conjunto cuando tuvo su primera cita con Neji como novios hacía ocho meses, El único pero que tenía era que volvería a vestirse así para ir a conocer a un tarado niño bonito que quizás no tenía ni una pizca de cerebro. ¿Por qué me metí en esto?

Una vez que se colocó la ropa que su amiga le había prestado, se miró al espejo y quedó conforme: se veía bastante bien. Salió de la habitación y se reunió con su amiga, quien la miró con aprobación.

- ¿Lista?

- Creo que sí –contestó la pelirrosa mientras pensaba en las posibles excusar que debería dar una vez que tuviera que atenerse a las consecuencias de su "aventura" para "conocer" a Uchiha Sasuke. Mejor lo dejo para después.

Salieron de casa con rapidez y la pelirrosa se sorprendió al ver ahí esperándolas, a Shikamaru de manera aburrida. Llevaba puestos el mismo chaleco negro y jeans con los que asistió a clases.

- Y él, ¿qué hace aquí? –le preguntó la ojiverde a su amiga, pero ésta estaba igual de sorprendida.

- Escaparon de clases –contestó él con tono cansado- Supuse a que a Ino en una chifladura se le ocurrió pedirte ayuda para asistir al evento de aquel tipo, y no te pudiste negar porque tal vez te amenazó con revelar alguna parte "oscura" de tu pasado o inventaría alguna. Tú, conociendo de lo que es capaz Ino, accediste, y como no tenían los pases que exigen para entrar a esos problemáticos eventos, fuiste a pedirle a Neji, no sin antes inventarle miles de excusas y convencerlo de que no asistirías. Bueno, finalmente accedió y… -recordó un detalle que prefirió omitir- te entregó los pases.

Las dos jóvenes lo miraron boquiabiertas. Les sorprendía lo intuitivo que podía ser el muchacho…o lo metiche.

- …y se escaparon de clases para arreglarse y llegar al lugar temprano para ingresar sin tanto problema –concluyó, sin hacer mucho caso a las miradas de las jóvenes- Quizás la suerte está de su parte, pues cuando llegamos a clases, Tsunade sama estaba un poco "pasadita" de copas y tuvimos que suspender la clase hasta la próxima semana y bueno…voy a acompañarlas, aunque sea muy problemático.

- ¿Qué? –a Ino eso le parecía una franca estupidez.

- Voy a acompañarlas. Quiero comprobar con mis propios ojos si ese tipo es tan grandioso como lo pintan.

También tenía otra razón, pero no quería explicárselas. Era demasiado problemática.

Las muchachas suspiraron con resignación –mejor dicho, Ino- y comenzaron a avanzar mientras Shikamaru las seguía. Tengo el leve presentimiento de que esta situación va a terminar mal, pensó el joven mientras metía sus manos en los bolsillos.

Desde una esquina, un joven de negros cabellos y extraños ojos, observaba toda la escena.

- En estos momentos va saliendo con su amiga y otro chico de aspecto aburrido. Tenías razón, Neji san –el joven hablaba con mucha seriedad por un teléfono celular.

- Entonces síguelos a una distancia prudente. Y que no te reconozcan, Lee –la voz del castaño sonaba calmada- Cuando llegues me das un nuevo informe. Adiós –colgó.

El pelinegro, luego de lanzar un hondo suspiro de cansancio, se dispuso a seguirlos.

¿Por qué le habrá mentido mi flor de cerezo? Pero estoy seguro de que eso no es lo que le importa a Neji san. Hay otra cosa.

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- A veces pienso que tanto tú como Naruto en vez de ayudarme, quieren hundirme –comentaba un joven de azabaches cabellos y profundos ojos negros mientras se acomodaba en el automóvil que los llevaría al Centro Comercial Hyuuga, luego de haberse zafado del acoso de la prensa que no lo dejaba en paz ni un solo momento- Esto es cada vez más molesto.

- Deja de quejarte, Uchiha –le dijo risueño el que estaba sentado a su lado- No sé si te molesta que hayamos elegido el Centro Comercial Hyuuga como el lugar, o que sea la fastidiosa Karin quien organiza tu evento.

- Mejor cállate, Suigetsu –dijo el pelinegro un tanto irritado. Además de eso, tendré que soportar a fastidiosas muchachas que estén encima de mí en todo momento, los gritos de Karin para espantarlas y dar esa pequeña entrevista a niñitas molestas, pensó mientras se cruzaba de brazos y cerraba los ojos.

El automóvil comenzó a avanzar con lentitud debido a la enorme cantidad de periodistas que se encontraban en el lugar tratando de obtener algunas palabras del joven actor, pero lo único que habían conseguido era un "piérdanse" antes que ingresara al automóvil. Llevaban mucha horas afuera de aquel hotel como para resignarse, y si era necesario, detendrían el vehículo hasta que el joven se dignara a concederles alguna declaración. Sólo así lo dejarían en paz.

El pelinegro estaba dispuesto a decirles "alguna cosa" más cuando sonó su teléfono móvil. Contestó de mala gana.

- ¿Qué quieres, usuratonkachi?

- ¡Hola, Sasuke teme! –respondió del otro lado del teléfono enérgicamente- Te tengo algunas noticias que "alegrarán" aún más tu jornada.

- Habla rápido –en su voz mostraba cierta impaciencia.

- Aunque te parezca estúpido, Hyuuga ha contratado a una persona para que le haga una nómina con todos los posibles "candidatos", y en ella figuran nombres muy interesantes (según lo que he averiguado): Sai, Shikamaru Nara, Rock Lee, Shino Aburame, Sasuke Uchiha, Kiba…

- ¿Estoy en esa estúpida lista? –preguntó entre sorprendido y molesto.

- La persona que la realizó se basó en ciertos rasgos físicos que él le indicó.

- Entonces, es posible que…

- No lo creo 'ttebayo –dijo semi serio- Bueno, cuando te tenga más detalles te llamo –rió- Que te lo pases bien en tu evento. Adiós –colgó rápidamente.

Sasuke prácticamente tiró el teléfono a su acompañante y se llevó una mano a la sien, lo que era una mala señal para el de cabellos platinados, por lo que en un rápido movimiento, le indicó al chofer que partiera lo más rápido posible, y al montón de periodistas que se largaran de una buena vez.

Luego de algunos minutos, el automóvil partió a toda velocidad hacia el lugar del evento.

Será un día fatal, pensó el pelinegro. Sólo me falta que encima se me orine un perro y que aparezca Naruto en pleno evento diciendo esas estupideces que suelen pasársele por la cabeza.

Vaya que Naruto sí sabe hacer gruñir a Uchiha, pensaba divertido su acompañante mientras tomaba el teléfono móvil y lo dejaba sobre el asiento. Me gustaría mucho saber aquel secreto que guardan con tanto cuidado. Debe ser muy importante.

Continuaron avanzando a cierta velocidad por las calles de aquella fastidiosa ciudad. Calculó que llegarían al lugar del evento dentro de treinta minutos.

Será un día fatal, volvió a pensar.

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- ¡Eso no es del gusto de Sasuke kun! –gritaba una desquiciada mientras se paseaba de un lado a otro fiscalizando cada uno de los detalles de lo que sería el sector donde el joven actor llevaría a cabo su conferencia de prensa para promocionar su última película, denominada Otoño Sangriento- ¡Ni eso tampoco! –le gritó a una pobre muchachita que acababa de llevar al lugar un pequeño arreglo floral- ¡Llévatelo inmediatamente!

- Relájate, Karin –una joven de rubios cabellos y mirada desafiante se le acercó mientras ojeaba un montón de papeles- A Sasuke san no le gustan las chicas molestas, gritonas, chillonas, groseras y feas como tú.

- ¡¿Qué mierda dices?! –preguntó tan fuerte, que todos los que estaban por ahí cerca la miraron un tanto sorprendidos- ¡Eso es una cochina mentira! ¡Yo no soy nada de eso!

- Chicas, como que todos las están mirando –les dijo con sutileza un joven de cabellos blancos, que siempre llevaba cubierto su rostro con una horrible máscara- En serio, deberían bajar el tono.

- ¡Y quién eres tú para meterte en lo que no te importa! –la irritación de la pelirroja aumentó.

- Nadie importante –replicó con tranquilidad- Simplemente soy el consejero de Sasuke kun y le informo acerca de todo lo que ocurre aquí y las personas que realmente le convienen –de uno de sus bolsillos sacó un libro y comenzó a leerlo mientras se alejaba.

La pelirroja cerró los puños con fuerza y luego se cruzó de brazos. Le costaba aceptar que ese peliblanco y despistado de Kakashi tuviera una mayor cercanía e influencia en su Sasuke kun. Pero ya llegará el día en que pueda ponerte en tu lugar, enmascaradito de cuarta. Sonrió con cierta alegría.

De verdad esta tipa está media chiflada, pensó la rubia mientras arqueaba una ceja y se alejaba para continuar revisando aquellos papeles. Primero grita como una desquiciada y luego sonríe de manera estúpida, como si le estuviera sucediendo lo mejor del mundo. Creo que Sasuke san debería despedirla. Es un peligro para el equipo.

Algo similar pensaron los otros que habían observado la escenita, pero a ellos les preocupó aún más la actitud de la pelirroja pues ella era su jefa y tenían que soportarla.

Y todo por un estúpido niño bonito, pensaban otros mientras se resignaban a su labores y apreciaban cómo la de gafas volvía a guiarlos en sus labores con aún más "energía" que antes.

- ¡Sasuke kun detesta…! –sus gritos se hicieron escuchar por todo el recinto.

Definitivamente Sasuke kun más temprano que tarde se hartará de ti, muchachita escandalosa, pensó el peliblanco cuando ya estaba bastante lejos. Es más que seguro.

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Llevaba sosteniendo aquella conversación hacía más de quince minutos, y aún no obtenía nada que le interesara en lo absoluto, sino sólo nombres cuya única afinidad eran los rasgos físicos que él había determinado.

- Es lo más sensato, Hyuuga san –decía la voz de una chica tras el teléfono- No puede darse el lujo de realizar una mala jugada y darle ventaja a su enemigo.

- No es necesario que me lo digas, Tenten. Lo entiendo perfectamente –su tono mostraba cierta irritación- Si hay algo más, me llamas al celular. Estaré en casa de mis tíos en un almuerzo informal y puedes molestarme. Adiós –colgó con rapidez.

Esto será más difícil de lo que parece, pensó mientras se levantaba de su cómodo sillón y se dirigía a las escaleras. Quizás tendré que recurrir a esa persona. En su rostro se dibujó una mueca de frustración. Aquello no le hacía mucha gracia, pero era la única opción que le iba quedando si quería tener éxito y terminar lo antes posible.

- Antes que sea demasiado tarde –murmuró con cierta molestia y pesar.

Ahora sólo me queda esperar el reporte de Lee para que me informe de los pasos de mi novia. Me muero de ganas de saber cómo la estará pasando en aquel evento. Es una lástima que yo no haya podido ir.

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- Genial… -dijo en voz baja antes de taparse la boca y soltar un gran bostezo- No podremos ni movernos allí dentro… ¡auch! –sintió un codazo en su espalda.

Con cierta dificultad, se giró y horrible fue su sorpresa al notar cómo en menos de dos minutos –desde que llegaron- tras de ellos habían llegado un montón de chicas aún más escandalosas y ruidosas que Ino y que era tal su fanatismo, que llevaban en la frente unos listones que decían cosas como "Sasuke kun te amo", "soy tuya enterita", o "estás bueno", o también llevaban pancartas con el rostro del pelinegro, que irradiaban "alegría". Pero lo que más le sorprendió fue ver algunas en las que las muchachas anotaban sus números telefónicos. Volvió a bostezar.

No sé qué le encuentran a un chico como ese. No es la gran cosa.

La pelirrosa, que estaba en la fila antes que Ino y Shikamaru, miró su reloj: eran pasadas las cuatro y media de la tarde. Suspiró.

¿Por qué a mí me tiene que pasar todo esto?, lloró internamente.

- ¡Sakura! –aquel desquiciado grito de Ino la sacó de su trance. Maldita loca- ¡Es él!

Qué problemático, pensó el chico mientras se tapaba los oídos y trataba de salir de aquel sitio, pues una oleada de jovencitas que habían hecho la fila antes que ellos tres, comenzaban a avanzar de manera peligrosa hacia el interior del recinto, al igual que Ino, pues la "gran estrella" acababa de llegar. Pero no pudo pues fue arrastrado –al igual que Sakura- al interior del Centro Comercial por las chifladas que estaban atrás de ellos, logrando que en menos de quince segundos estuvieran en el interior del recinto.

Una vez dentro, Sakura y Shikamaru, con toda su fuerza y energía, lograron apartarse y se ubicaron delante de un gran pilar situado entre las escaleras y lo que era la entada al sector infantil –cuyo acceso se encontraba cerrado-, a unos dos metros de las barreras y a unos diez de la mesa que se había dispuesto para que el joven actor hiciera la firma de autógrafos. Qué problemático, pensó el chico. Debí haberme negado, pensó la joven mientras se fijaba en el otro extremo del recinto.

Entonces, ahí lo vio.

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Tardaron diez minutos más de lo que había estimado. A su lado, su arrogante y cargante asistente no hacía más que bostezar cada diez segundos y lanzar miradas de aburrimiento a la revista que tenía entre sus manos. Además, de vez en cuando le pegaba con los codos o con las manos cuando trataba de acomodarse en el asiento para dormir en vez de prepararse para bajarse del incómodo y molesto automóvil. No sé en qué mierda estaba pensando cuando acepté que fueras mi asistente, pensó el pelinegro mientras se cruzaba de brazos, y miraba en cualquier dirección, buscando alguna trivialidad que lo distrajera y no lo dejara pensar en lo tedioso que podría llegar a ser estar en un lugar en el que todas las chicas se lo comerían con la mirada o le gritarían estupideces y que una que otra osada trataría de tirársele encima e intentarían robarle un beso –claro que no lo logaría, ya que la fastidiosa de Karin (sí, eso pensaba de ella y en reiteradas ocasiones se lo había declarado) sería mucho más rápida y las espantaría con una buena dosis de insultos que sólo a ella se le podían ocurrir-.

Él era consciente de que aquella vida no lo hacía feliz y que no le agradaba para nada, pero la aceptaba. Era su única salida –según el cabeza hueca de Naruto, más conocido como el Usuratonkachi, y el enmascarado más irónico y pervertido de toda la ciudad, Kakashi-.

- Hora de comenzar la diversión –dijo el de cabellos platinados mientras le dedicaba al Uchiha una sonrisita divertida, y bajaba antes que éste le lanzara una de esas miradas que atemorizaban a cualquiera.

Algunos segundos después, el pelinegro hizo lo mismo. En su rostro no había ninguna expresión que pudiera dar algún indicio de que aquella situación lo estaba fastidiando o que le agradaba, por lo que ni el de platinados cabellos que lo acompañaba ni el joven de grises cabellos que acababa de llegar pudieron deducir qué estaba pasando en el interior del Uchiha. Era como una misión imposible.

- ¿Qué tanto me ven? –preguntó el ojinegro con una ceja alzada ya muy cerca de la puerta que lo conduciría a una de las miles de habitaciones por las que tendría que pasar antes de aparecer ante aquel público de molestas niñas. Se había detenido al notar que ninguno de sus despistados colaboradores lo seguían y que lo observaban: uno con expresión divertida y el otro con serenidad- Mejor en vez de perder el tiempo, céntrense en su trabajo- indicó molesto mientras continuaba avanzando.

Al abrir la puerta, se vio rodeado de un montón de chicas que rápidamente se le tiraron encima y comenzaron a babearlo con sus besos, por lo que apenas pudo lanzar un gruñido para indicarles a sus incompetentes colaboradores que se las quitaran de encima. Tardaron en reaccionar, pero más porque les causaba gracia ver al Uchiha en el suelo "solicitando ayuda" –recalcar bien- que porque no hubieran escuchado su llamado. No todos los días se podían dar el lujo de ver a la gran estrella Sasuke Uchiha clavado al suelo y recurriendo a ellos para que lo sacaran de apuros.

Bueno, luego el pelinegro les lanzaría miraditas asesinas el resto de la jornada, pero era un precio que valía la pena pagar.

Aunque les tomó algún tiempo "espantar" a aquellas chicas –no tenían aquel poder de "convencimiento" ni tan malos modales como Karin-, al consultar el reloj se dieron cuenta de que aún contaban con el tiempo suficiente como para que el Uchiha se preparara y apareciera con una "radiante sonrisa" –no tenía nada de malo fantasear- en su evento, así es que lo jalaron con cierta calma a la habitación en donde elegiría su vestuario.

¿Por qué tengo que soportar todo esto?, pensó el pelinegro con molestia mientras se dejaba arrastrar pos su colaboradores. Es realmente molesto.

- Buenas tardes, Uchiha –aquella voz lo sacó de inmediato de sus pensamientos.

¿Por qué tenía que aparecer justo en ese momento?

- hn… -murmuró apenas. Lo que me faltaba.


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Holas a todos. Bueno, esta es mi nueva historia, con un capítulo bastante más largo de los que suelo escribir.

Si les gustó y quieren que la continúe, ya saben lo que tienen que hacer: me dejan un review. O también, si quieren hacer críticas, adelante, las acepto.

Saludos.

Sui-kun.

Como regalo de cumpleaños –que es hoy xD-, me complace anunciarles que muy pronto habrá continuación de esta historia :)


Next Episode: Confirmándolo: Un horrible día.