Capítulo 1: Un Día Normal.

El sol alumbraba todo el parque, un día como cualquiera en ese lugar; cada empleado se encontraba haciendo sus labores correspondientes incluso se tomaban unos minutos para descansar. Afuera de la muy conocida casa situada en medio del parque; dos amigos estaban sentados, escuchando música, bebiendo sodas y conversando muy a gusto como acostumbran hacer muy seguido sin estar trabajando como debían.

-Oye amigo debemos volver al trabajo o Benson se va a enfurecer.

Rigby voltea a verlo frunciendo el ceño- No de nuevo, ya me aburrí de lavar el carrito y ve siempre queda igual, no tiene nada sucio.

-Pero no hemos acabado, mira ahí tiene unas manchas de tierra en los neumáticos.

-¿¡Y qué!? Cuando lo usen volverán a ensuciarse, mejor dejémoslo así para que molestarnos, nos ahorraremos tiempo de ahora en adelante.

-No Rigby anda ven, vamos a limpiarlos.- (se pone de pie, pero su amigo no). ¡RIGBY! Levántate ahora acabaremos y después ya estaremos libres… a menos de que Benson nos encargue otra cosa.

-En ese caso hay que fingir que no hemos acabado con el carrito y así no tendremos que hacer otra cosa ¿eehh?

-¡Flojo!

-¡Oye! Tú eres igual y no trates de negarlo.

-Si pero no tanto como tú, veme ya estoy de pie y ahora mismo terminaré el trabajo, a lo mejor la siguiente tarea será para ti solo -le lanza una mirada retadora.

-¡Ohh claro que no!- se levanta de un rebote y comienza a limpiar los neumáticos rápidamente con una esponja.

-Hem ¿No qué no?

-¡Cállate!

Mordecai y Rigby se encontraban ahora limpiando después de su largo descanso, ponían un gran esfuerzo al limpiar porque esas manchas al parecer no eran fáciles de quitar, lo que provocaba que ellos se la pasaran tallando y tallando fuertemente.

-Musculoso debería hacer este trabajo él es quien hace tantos giros, no nosotros.

-Lo sé amigo pero es parte de nuestra paga, además el hace tareas peores a esta ¿recuerdas?

-Si, si lo que digas.

-Entonces deja de quejarte.

-Mira nada más ¡Qué asco!

-¡Es solamente tierra, mapache!

-¡¿Qué tal si no?! Hay muchas personas que traen a sus perros y además dejan unas...

-Jaja vamos Rigby deja de protestar y sigue limpiando.

-Eso hago ¿que no ves?

En ese momento otro carrito golf se acercó a ellos y una voz con un tono estricto comenzó a hablarles, hasta que ellos voltearon un poco espantados porque los había tomado por sorpresa revelando la figura del gerente del parque, su jefe y a veces amigo.

-¡Se suponía que ya debían haber terminado de lavar ese carrito!

-Ahh Benson es que estas manchas no se quitan y nos hemos pasado tratando de quitarlas pero es en vano.

-¿Podríamos dejarlo para mañana?

Benson lanzó a ambos una mirada molesta y apretaba los labios con su rostro rojísimo, así su típica cara enojada. Entonces "¡Pow!"; Mordecai soltó a Rigby un fuerte codazo en el brazo.

-¡Auuch!- exclamó sobándose la zona adolorida.

-¡No! Y apresúrense a terminar porque después tienen que recoger la basura del área de juegos.

-De acuerdo Benson -le da una sonrisa nerviosa.

-Eso espero -arranca el carrito en el que se encontraba para irse de ahí.

-¿Lo ves? Te dije que nos encargaría otra tarea, puff hay que terminar ya.

-¡Aburrido!

-Vamos amigo tenemos queee… -se había quedado inmóvil, boquiabierto, con los ojos agrandados de sorpresa incluso dejó caer al piso la cubeta llena de agua y jabón junto con la esponja.

-¡¿Qué pasa?!

-La la la la… -comenzó a tartamudear.

-La la ¿qué tratas de cantar o qué?

-La, lasss la las.

-¡QUÉ!

-¡Las manchas; desaparecieron!

-¡Qué loco!

-¿Tú las quitaste?

-No yo no fui apenas me doy cuenta.

En ese momento un gran silencio se hizo presente y luego se miraron a los ojos para después empezar a hablar de nuevo.

-¡Oh sí, la suerte está de nuestro lado, se desvanecieron después de tallar tanto!

-¡Sí que sí!

Ambos -¡OOHHHHH!

Terminaron de festejar y luego reír un poco.

-Bien, ahora vamos a recoger la basura.

-¡AYY no!

-Ándale, cuando acabemos; nos ocultamos de Benson para que no nos encargue más cosas ¿Te parece?

-Oh sí, me parece jeje.

Se aproximaron al lugar donde guardaban las herramientas que utilizarían para el siguiente trabajo, ya teniéndolas corrieron hacia la zona que debían limpiar.

-¡Tardaremos años!

-¡Claro que no Rigby! Acabaremos rápido es poca, ya deja de ser tan negativo.

-Esta bien.

Comenzaron a recoger toda la basura que encontraron y la mayoría era de golosinas en aquella área de juegos, la pasaron ahí; recogiendo una que otra envoltura y latas de gaseosa hasta por fin terminar. Antes de dar por concluida su tarea revisaron debajo de cada estructura que había ahí y al ver que no quedaba ni una sola basura; chocaron las manos y se dirigieron a un cesto de basura cada uno para vaciarla.

-Te lo dije amigo terminamos rápido.

-Ya lo sabía.

En ese momento Mordecai vio un carrito aproximarse y sacudió a Rigby del hombro para que también lo mirara.

-¡Ay no! Debe ser Benson.

-Hay que escondernos ahí- señala unos arbustos bastante amplios.

-De acuerdo hagámoslo.

-Rápido ahí viene.

Los dos amigos corren hacia aquellos arbustos y se esconden totalmente sin dejar rastro y asomaron sus ojos por unas ramas. Vieron que llegó Benson y se detuvo a mirar el área por completo para después dar una media sonrisa y con los ojos cerrados asintió con la cabeza y como que alcanzaron a ver que sacó su lista y palomeo dos recuadros, luego siguió su camino. Cuando vieron a Benson desaparecer salieron de su escondite.

-Fiuu al menos ya no tenemos que hacer nada más. ¡Chócala!

-Le corresponde al cumplido -Si amigo ahora tenemos la tarde libre, mira que puesta de sol tan increíble.

-Tienes razón es maravillosa, oye… -su mirada se fija en otra cosa y su sonrisa se desvaneció.

-¿Qué?

-¿Qué es eso? -señala un objeto medio oculto debajo de un árbol.

-¿Qué cosa?

-Eso –corre hacia el objeto, al perecer le llamaba mucho la atención.

-Espera Rigby, ¡Rigby!

Corre detrás de él y logra alcanzarlo, mientras que el mapache desenterraba el resto de lo que había encontrado.

-Wow ¡qué loco!

-¿Qué es?

Rigby mostró a Mordecai un medallón con la cadena negra resplandeciente y el objeto que colgaba era una calavera pequeña que parecía real de algún ser muy pequeño y en los ojos tenía incrustadas unas gemas brillantes obscuras. Ambos se quedaron sorprendidos, en su vida no habían visto nada igual a eso que sostenía aquel mapache de pelaje castaño.

-¡Que Cool! ¿De quién será?

-Ni idea pero yo lo encontré así que ahora me pertenece.

-Oye alguien debió perderlo y seguramente lo está buscando, tienes que devolverlo.

-¡Estas celoso porque yo encontré esta maravilla y tú no!

-Aun si yo lo hubiera encontrado trataría de devolverlo.

"¿Devolver qué?" Oyeron una voz que les hizo esa pregunta a sus espaldas y sorprendidos rápidamente se pusieron de pie sin mirar atrás. Lentamente giraron sus cabezas hasta encontrarse con quien les preguntaba.

Continuará…