Bueno este es mi nuevo fic. Tengo las ideas muy frescas en la mente asi que espero actualizar esta semana.
Espero les guste. ¡Disfruten!
Los personajes pertenecen a StephanieMeyer.
Edward POV
¿Ayudar? ¿Por qué no? Digo, la gente siempre necesita a los demás. Yo no era la excepción. Ayudar a los demás podría sentirse bien. Solo que no entendía porque en un sábado. Un día para descansar, ¿no podíamos ir un día de entre semana? No sé, un lunes tal vez. No es que no me gustara ayudar a la gente, pero insisto ¿un sábado? Mis papás siempre me habían educado a ayudar a los que tienen menos oportunidades que yo. No es que mi familia tuviera todo el dinero del mundo, pero vivíamos bien.
Estaba realmente cansado, la noche anterior había ido a la fiesta de Mike Newton. Un chico de mi escuela, no era de mis personas favoritas, pero no podía negar que daba buenas fiestas. Yo no había bebido de más, ni mucho menos, pero después de todo quede cansado.
-Edward ¿Quieres hacerme el favor de salir de esa cama en este momento? Se les hará tarde- Grito mi mamá, por tercera vez, desde el otro lado de la puerta de mi recamara. Mi mamá era la mejor mamá que existía: cariñosa, amable, tierna, pero eso sí, era de temerse cuando no hacíamos caso.
-Está bien- Dije de mala gana. Tenía mucho sueño.
Me levante, saqué ropa cómoda- unos pants deportivos y una playera- y me metí a bañar. Dure en la ducha cerca de 15 minutos y baje a desayunar. Cuando llegue ahí ya todos estaban iniciando su desayuno. Mi papá estaba leyendo una revista médica, listo para irse al trabajo.
Mi papá era medico en Forks, podía presumir que uno de los mejores. Lo único malo es que a veces tenía que cubrir turnos en fines de semana, pero aun así siempre encontraba una forma de pasar tiempo con nosotros: con mamá, mi hermano y conmigo.
-Por fin bajas flojo. Ni siquiera yo me tardo tanto- dijo mi hermano Emmett metiéndose un pedazo de hot cake en la boca.
-Déjame en paz- Dije sentándome en la silla que mi papá acababa de abandonar. Hice a un lado el plato y la tasa de café que estaba ahí.
-No peleas- Dijo mi mamá y eso basto para que nos calmáramos. Emmett y yo nos la pasábamos peleando, pero era solo una forma de "diversión" no era muy difícil ver el cariño que había. Mi familia no era perfecta, claro que no, pero eran lo mejor en este mundo para mí.
Termine de desayunar y me levante junto con Emmett, pusimos nuestros platos en la barra y nos acercamos a mamá para despedirnos.
-Esme ¿has visto mi suéter azul? Lo deje en la silla la ultima vez- dijo papá entrando en la cocina.
-Lo lave ayer, Carlisle, debe estar en la cesta de ropa limpia-dijo mi mamá distraídamente mientras ponía en orden la mesa. Mamá a pesar de tener mucho trabajo como diseñadora de interiores, siempre se hacía cargo de todo, era como la mujer maravilla.
-Gracias-Dijo papá subiendo rápidamente.
-Bueno, nosotros nos vamos-Dije dándole un beso en la mejilla a mamá seguido por Emmett, quien hizo lo mismo.
-Un suéter-dijo mama como una orden. Siempre estaba lloviendo en este punto del mundo.
-Si mamá- dijimos al unísono- ¡Adiós, papá!
Nos fuimos en el gran Jeep de Emmett. Íbamos a pasar por Jasper y Rosalie así que necesitábamos espacio. Porque aparte íbamos cargados con "regalos". Jasper y Rosalie eran gemelos, los conocíamos desde que habíamos llegado aquí, ya casi un año, fueron los primeros amigos que tuvimos en Forks, Vivian a cinco minutos de nuestra casa. Ellos también eran algo así como nuevos, llevaban 3 años viviendo en Forks. Su mamá era una gran diseñadora de modas y había pedido vivir en un lugar tranquilo y su esposo, un gran empresario, le cumplió el capricho. Eran grandes personas.
Llegamos a tiempo a la escuela. Todos tenían cara de sueño. Muchos tenían en sus facciones que no querían estar aquí. Nosotros no asistíamos a la escuela local de Forks, íbamos al único colegio privado que había en la ciudad. Mucha gente de aquí no estaba muy acostumbrada a no salirse con la suya o a hacer este tipo de actividades. La directora había decidido que teníamos que aprender más sobre el ayudar a la sociedad, por lo cual nos había programado una visita al centro psiquiátrico local, donde podíamos ayudar aunque fuera con una plática a la gente de ahí. Sería de gran ayuda, o eso dijo la directora, ya que ellos están solos y necesitan compañía.
-Muy bien-dijo la directora desde el altavoz-cada quien puede ir en su auto, pero no pueden desviarse del camino ¿entendido?-esperó un momento por alguna replica que nunca llegó y continuó- ya nos están esperando ahí. Sean amables.
Nos dirigimos a nuestros carros. Íbamos en pequeños grupos para no tener que utilizar todos los autos.
Según lo que nos habían dicho este sábado nos quedaríamos en el área de los pacientes más controlados. Iríamos por varios fines de semana, la verdad no tenía idea de cuantos sábados iríamos, no había puesto mucha atención en la explicación.
Llegamos al centro psiquiátrico y entramos todos juntos. Observe la estructura. Era un lugar bastante grande. Al entrar, todo se veía en colores claros, muy claros, principalmente blanco. Habían muchas personas con filipinas (1) azules. Hombres y mujeres yendo y viniendo en los grandes corredores, este lugar estaba repleto de pasillos, puertas con números en ellas y grandes ventanas que dejaban entrar el poco sol que había. Algo que me llamo la atención es que había un pasillo que tenía una puerta que se veía bastante gruesa, metálica. A través de las ventanas se podían ver unos amplios jardines con bancas y mesas. Llegamos a una recepción donde ya nos esperaba una simpática enfermera y un doctor. Estaban parados discutiendo sobre algo.
-Hay que monitorear las reacciones de la paciente del cuarto doce-dijo el doctor. Cuando se dio cuenta de nuestra presencia, volteo y nos dedico una sonrisa.-Hola. Buenos días. Los estábamos esperando. –Dijo entregándole unos documentos a la enfermera- mi nombre es Daniel, cualquier duda que tengan pueden venir conmigo. Es bueno saber que hay lugares donde les inculcan el ayudar a los demás, es algo muy noble.-Mientras el doctor hablaba, se empezó a oír la lluvia.
El doctor empezó a hablar con la directora y la enfermera volvió a su silla detrás del mostrador. En eso entro un muchacho de tez morena, alto, musculoso, pero su cara mostraba que no tenía más de 16 años, venia con la filipina azul, como los demás, la única diferencia era que en la parte superior de su filipina en un extremo tenia bordado la palabra "Voluntario" y en el otro extremo una palabra que debía ser su nombre, el cual no alcance a ver con claridad. Lo más seguro es que fuera de la Push. Llego directo a la enfermera y la abrazo. Traía consigo una mochila. Le dijo unas cuantas palabras y se fue por los pasillos.
-Muy bien, hay cosas que tengo que explicarles antes de empezar. Primero que nada, pueden llamarme Daniel. Aquí intentamos familiarizarnos, llamar a todos por su nombre.-dijo con una sonrisa amable en el rostro. Se notaba que le gustaba su trabajo.- Deben cambiar sus ropas por unas filipinas que se les entregaran en aquel cuarto-Señalo a una puerta que estaba atrás de nosotros.- Esto es un uniforme obligatorio para los voluntarios y personal médico, para no interrumpir la calma de los pacientes y para hacer una diferencia sobre los pacientes- cuando dijo eso voltee a ver a los pacientes, todos traían una filipina parecida a la de los médicos solo que blanca.
-¿Cómo que interrumpir la calma?-dijo Erik, una persona muy aplicada en el salón, era quien siempre preguntaba este tipo de cosas.
-Muchos de los pacientes se alteran cuando cambia su percepción, como lo podrían ser los colores-dijo Daniel.- Algo muy importante que deben recordar es que pueden andar por los pasillos, pero si quieren entrar a los que están por allá-dijo señalando a la puerta metálica que había visto antes- deben pedir ayuda. No pueden ir solos.
Mientras Daniel estaba diciendo eso, la puerta metálica se abrió con gran estruendo, por ella salió una chica corriendo alarmada. Todo el personal que estaba cerca se puso alerta. La muchacha forcejeo con la puerta que daba al jardín hasta que logro abrirla y salir por ella. Me pregunte porque no la seguían, pero me di cuenta unos instantes después el porqué: un señor, bastante alterado y con expresión de furia, iba aventando todo a su paso. se necesitaron cerca de cinco enfermeros para pararlo y lograr sedarlo. Después de esto, el muchacho que había llegado a la recepción hacia un momento salió por la puerta. Imagine que en busca de la muchacha.
Daniel, que nos había empezado a empujar para quitarnos del alcance del caos, volteo hacia nosotros- Bueno, esa es una de las principales razones para ir acompañado a esa área- dijo intentando aligerar el ambiente.
-Bueno, vayan a cambiarse de ropa-dijo la directora intentando sacarnos de esa área.
Empezamos a caminar. Las mujeres entraron en una habitación y los hombres en otra. Cuando iba a entrar regreso Jacob- según el bordado de su filipina- y la muchacha. Los dos estaban muy mojados, la muchacha traía unos pantalones blancos-los usuales en todos los internos- y una sudadera blanca. Estaba hecha un desastre, pero aun así, aun con su cabello castaño revuelto y empapada, sus ojos castaños brillaban de una forma especial.
-¿Es enserio?-dijo la muchacha viendo su aspecto y empezó a reírse junto con "Jacob".
-Vamos, Edward-Dijo Emmett empujándome para entrar a cambiarme.
Si les gusto, les agradecería mucho un review.
