LA ESTRELLA DEL NORTE
Había mucho frio en la ciudad de Auroris donde los pequeños pokemon vivían felices, en paz y armonía hasta que un día cayó un meteorito cerca del pueblo en donde residían y el pequeño solin que era un skitty fue a ver qué paso rápidamente.
Por el camino se encontró con su amigo riolu, niku que siempre le apodaban riolumancito.
—¿Qué haces? —interrogó su amigo al encontrarse.
—Iré a ver qué sucedió —respondió sin más caminando nuevamente, pero al ver a su amigo lo seguía preguntó skitty—. ¿A dónde vas?
—Voy a ver contigo que es lo que cayó del cielo —aseguró Niku y sin perder más tiempo ambos fueron corriendo al punto más alto de la colina y bajaron la pendiente en trineo a toda velocidad.
— ¡Waaaaaaa! —gritaron ambos mientras se morían de frió al abajar la pendiente llegando hasta donde estaba un hermoso cristal de muchos colores—. Wwaaaa, es hermoso —dijo Niku acercándose un poco seguido por su amigo.
—Oye se escucha un sonido. —dijo Solin.
Los amigos fueron a ver de qué se trataba y encontraron con un jirachi llorando.
—Waaaaaaaaa, me caí del cielo en el meteorito. —Jirachi lloraba desconsoladamente por lo que le acababa de suceder.
«Rayos pobre bebé en menudo destino ha caído» —pensaron los amigos, un poco confundidos y sin más decidieron ayudar a jirachi llevándolo a la colina del lucero.
Durante su camino cada uno conoció un poco más a su nuevo amigo y al llegar a la colina Niku recordó algo y lo dijo explicándole al pequeño Jirachi el motivo por el cual estaban en ese lugar.
—Aquí se puede tocar el cielo o al menos eso dicen mis papas —comentó Niku un poco dudoso.
—Bueno Jirachi quizá esta sea la única solución que tenemos —murmuró solin—. Perdón —se disculpó tristemente porque no sabía si funcionaria.
— ¿Entonces si me pongo aquí volveré a casa? —interrogó jirachi muy confundido, porque al ser pequeño algunas cosas no comprendía muy bien.
Al ver que ambos asentían el pequeño jirachi se poso en el pedestal pero nada ocurrió.
—No sé, que pasa. Pensé que si se posaba en el pedestal algo pasaría —dijo niku.
—Animo niku y jirachi —dijo para que sus amigos dejaran esa expresión triste—. Si de algo sé es que cuando deseamos algo con todo el corazón lo podremos lograr —expresó solin mientras le guiñaba a jirachi.
Jirachi se sonrojado con aquella declaración y le dio un besito en la mejilla y con suave voz le dijo: —Muchas gracias, quizá pronto volveré a casa.
En ese momento de la nada salió la aurora boreal y como si de un arcoíris se tratase muchas luces de colores alzaron a jirachi sobre el firmamento.
—Aaaaw si está funcionando mira está volando —dijo niku con emoción—. ¡jirachi ojala vuelvas pronto! No te olvidaré nunca mientras seas feliz también yo lo seré —comentó con lágrimas en los ojos y como si esas palabras fueron las últimas de solin a jirachi.
—Todas las luces en el cielo son estrellas —susurró mirando al cielo pensando en todo lo que pasando juntos—, jamás olvidaré a mi amiga que aunque fue por poco tiempo tuvimos todos aquellos hermosos recuerdos y que aquellos momento serán albergados en mi corazón —dijo mientras aparecía una pequeña sonrisa melancólica en sus labios—. Lástima que nunca le dije lo que sentía quizá si lo hubiera dicho ella se hubiera quedado conmigo o hubiera tenido el valor de irme al cielo con ella.
Solin se quedo solo contemplando el cielo estrellado bajo una aurora de invierno
Fin
