Iniciando Una Vida Nueva.
Capítulo I
- Hijos tenemos que hablar con ustedes.-Dijo el patriarca de los Malfoy sentado en uno de sus sofás favoritos junto con su esposa Narcissa.
- Si, ¿Qué pasa?- Dijo Braco.
- Verán la situación es esta, nos vamos a mudar.-
- ¿A dónde padre?- Bueno esto iba mejor de lo que esperaba.
- Inglaterra.-
- ¿Por qué?- Pregunto Hermione después de un rato.
- Trabajo.- Respondió.
- ¿Cuándo nos mudamos?- Fue el turno de Draco de preguntar.
- La otra semana. Tenemos tiempo de empacar, así que vayan.-
Sin más se fueron de la sala de estar dejando a Lucius solo. Cada uno se fue a su habitación a hacer maletas. No se querían ir pero que más les quedaba, el trabajo de su padre los hacia viajar de un lado para otro, no podían llamar hogar a cada casa donde se quedaban. Solo quedaba esperar, a ver cundo se volvían a mudar. Draco y Hermione decían que eran nómadas, ya que viajaban a todos lados sin quedarse en un lugar mucho tiempo.
También por ese motivo estudiaban en casa, si salían a conocer la ciudad, pero los estudios eran en casa, claro que contrataban a los mejores maestros de la ciudad. Lo que no sabían era que esta vez los iban a meter, a un colegio como todos los chicos.
La semana paso demasiado rápido, ya tenían todo empacado, solo faltaba ir al aeropuerto, y que el avión despegara. No querían irse ya se habían acostumbrado, pero siempre era igual, se acostumbraban a estar en ese país y se volvían a mudar.
Solo estaban diciéndole un último adiós a la casa y se irían al aeropuerto.
- Hijos.-
- Mande padre.- Dijeron los dos al unísono.
- Les quiero decir que ya no van estudiar en casa, van a ir a un colegio.- Silencio.
- Esperamos que se adapten bien a un colegio, ya que nos quedaremos definitivamente en Inglaterra.- Dijo Narcissa después de un rato.
- Ah.- Es lo único que pudieron decir ya que estaban atónitos por la noticia.
- Bueno entonces vayámonos.- Dijo Lucius.
Después de un rato llegaron al aeropuerto, todo iba bien. Pronto llegarían a Inglaterra.
Llegaros a Inglaterra sin ningún contratiempo, al parecer ya tenía la casa lista. Cuando entraron a la mansión, lo primero que hizo Hermione fue ir en busca de la biblioteca y sus preciados libros, eso causo que Draco rodara los ojos, él en cambio se fue a su habitación, quiera descansar.
Hermione después de ver que no le faltaba ninguno de sus preciados libros, fue a dar un tour por toda la mansión, ya que hace mucho que no Vivian ahí, nacieron en Inglaterra pero se fueron a vivir en otros países, por el trabajo de su padre. Hizo el tour desde la planta baja hasta el cuarto piso, le faltaba ver el sótano y la cochera, pero eso lo haría mañana, después de terminar de ver la casa, decidió darse un largo baño de burbujas, el baño era enorme la bañera parecía una mini piscina, al término de un rato se salió del baño y se fue a su cuarto con la pijama puesta, necesitaba dormir luego desempacaría, ahora era hora de dormir.
En la mañana se despertó, se ducho y se fue a desayunar, ahí estaba su madre desayunando todavía.
- Buenos días, madre. ¿Qué tal has amanecido?- Dijo reprimiendo un bostezo.
- Buenos días, he amanecido bien, ¿y tú, que tal?-
- Bien. ¿Dónde está Draco y mi padre?- Estaba algo extrañada ya que siempre desayunaban todos.
- Tu padre dormido, Draco está en su habitación.- En la cara de Hermione se le apareció una sonrisa.- ¿Qué tramas?-
- ¿Por qué crees que tramo algo?- Puso cara de inocente.
- Soy tu madre, te conozco y esa sonrisa no me gusta para nada.- Hermione estallo en carcajadas. En ese instante apareció un Draco, medio dormido y con la pijama todavía.
- ¿Por qué hacen tanto escándalo?- Dijo tallándose los ojos.
- Buenos días, a ti también hermanito.- Dijo con un notorio sarcasmo.
- Buenos días. ¿Feliz?- Le dijo ya totalmente despierto, cuanto amaba esos diálogos con su hermana.
- No empiecen.- Intervino Narcissa, que ya estaba viendo las intenciones de sus hijos.
- Pero mamá, ¿ahora que hicimos? Solo tenía un dialogo con mi queridísimo hermanito.- Dijo fingiendo inocencia.
- Si, madre. Solo era un dialogo inofensivo.- Dijo Draco haciendo un puchero.
- Tenían que ser gemelos.- Dijo Narcissa exasperada.
- ¿Quiénes tenía que ser gemelos?- Pregunto entrando Lucius al comedor con el cabello húmedo.
Draco y Hermione se echaron a reír. De repente Draco se cayó de la silla.
-Ya… ¿Hermanito… Te hicis… Hiciste… Daño?- Pregunto entre carcajadas, haciendo que Narcissa y Lucius también rieran.
Draco sobándose, se levantó y le empezó a hacer cosquillas.
-No… Por… Por fa… Por favor… Para- Trato de quitar a su atacante pero era inútil. Se agarraba el estómago tratando de controlar el ataca que de risa pero le era imposible, le dolía el estómago horrible.- Draco… Para.- Pero Draco hacia caso omiso.- ¡Para!- Grito dándole una patada sin querer en sus partes blandas.
Draco se dobló y cayó en el piso, Hermione trataba de controlar su respiración, pero le resultó imposible. Después de un rato se dio cuenta que su gemelo, estaba tirado en el suelo retorciéndose de dolor. Se levantó alarmada, y le dijo:
- ¿Draco estas bien?, ¿Qué te ha pasado?- Estaba preocupada pues no sabía que le pasaba.
- Tú me golpeaste.- Fue lo único que dijo, luego se quedó acostado en el piso. Lucius y Narcissa se miraron unos segundos y luego se volvieron a reír.
- No es graciosos.- Dijeron al unísono los gemelos, haciendo pucheros similares.
- Bueno ya.- Dijo Lucius.- Hay que desayunar.- Se sentó en una silla donde su café ya estaba listo.
Hermione y Draco lo imitaron. El después de esa escena ya no sucedió nada más, fuera de lo normal, desayunaron en silencio. Hasta que Lucius rompió el silencio.
- Tenemos que comprar las cosas, para el colegio.- Draco y Hermione se vieron a los ojos un instante. Se les había olvidado que ya no iban a estudiar en casa.
- ¿Cuándo iniciaremos el colegio?, y ¿Cuál es el colegio?- Pregunto Hermione, tomando un sorbo de té.
- El lunes.- Respondió Narcissa.
- Pero es mañana.- Se quejó Draco haciendo un nuevo puchero.
- Por eso necesitamos ir ya a comprar las cosas.- Dijo su padre imitándolo.- Así que vete a duchar y cambiar.-
- ¿Qué tiene de malo mi atuendo?- Pregunto fijándose en su pijama, ya que él era el único que tenía pijama.
- Estas en pijama.- Dijo su padre simplemente.
- Bueno si ya estás listo Draquito, vámonos de una vez.- Dijo Hermione con una sonrisa que daba miedo.
- No, ya voy, ya voy. No tardo.- Dijo para luego echarse a correr.
Todos volvieron a reír, menos Draco que se apuraba en arreglarse.
Después de comprar todo lo necesario para el colegio, desde libros, hasta los uniforme, todos quedaron satisfechos, Hermione y Draco se perdieron en el centro comercial, ye que su madre se quedó todavía viendo ropa. Una muchacha de cabello negro y piel blanca, (no tan blanca como la de Draco o la de Hermione). Le dijo a Draco:
- Hola, y… Adiós.- Dijo en una voz sugerente, y con una sonrisa seductora.
- Zorra.- Dijo en un susurro Hermione mandándole un beso con la mano, cuando paso alado de ella. La chica se quedó boquiabierta y su amiga aguantaba la risa por la cara que puso.
- ¿Por qué le dijiste eso?- Pregunto Draco, conteniendo la risa.
- Porque lo es, ¿o me vas a decir que no?- Draco se quedó pensativo un instante.
- No, tienes toda la razón.- Dijo mientras le pasaba un brazo por los hombros.
- ¿Yo cuando no tengo razón?- Dijo dándose aires de superioridad.
- Cuando la tengo yo.- Le sonrió, ella entrecerró los ojos, después de unos segundos se echaron a reír.
- ¿Has visto la cara que puso?- Dijo después de un rato.
- Si, fue tan gracioso.-
- Alguna vez hay que repetirlo.- Dijo con aire soñador.
Entraron en varias tiendas, pero no compraban nada solo veían, hasta que Hermione vio un vestido. Era hermoso, la falda era abombada de color azul marino, con un cinturón a la cintura del mismo color, y la parte superior era blanca de manga corta, con detalles de listón del color de la falda. (N/A: No sé si me di a entender si, no me di a entender les pido mil disculpas.)
-Mira Draco, es hermoso.- Le dijo señalando el vestido.- Vamos.
Lo jalo hasta la tienda, no es que Draco pusiera mucha resistencia. Entraron a la tienda agarrados de la mano, y buscaron la talla de Hermione, mejor dicho ella lo busco hasta que la encontró, fue a medírselo…
Después de probárselo, salió para que lo vea Draco. Este se quedó viéndola un rato, luego hizo como si se limpiara una lagrima invisible y dijo:
-Cresen tan rápido.- Ganándose un golpe en el brazo, por parte de Hermione.
-Exagerado.- Dijo sonriéndole y recibiendo una devuelta.
Pero no era para exagerar se veía grandiosa en ese vestido, le quedaba como anillo al dedo, le hacía resaltar sus curvas y resaltar esa piernas largas, y torneadas. Después de volverse a cambiar y pagar el vestido, se fueron a buscar a su madre.
-¿Dónde crees que este?- Pregunto el rubio exasperándose.
-No lo sé, ¿si mejor le hablamos por teléfono?- Saco su celular y le marco sin esperar respuesta.
-… ¿Madre?... ¿Dónde estás?... Te esperamos en la entrada… ¿Ayuda?, ¿ayuda con qué?... ¿Cuánto compraste?- Hizo cara de pena, y no era de exagerar cuando su madre compraba era de temerle.- Está bien, ¿en qué tienda estas?... Vamos para allá.- Colgó el celular. Suspiro.
-Vamos, ¿Cuánto compro esta vez?- Pregunto con curiosidad. Hermione lo miro y se echaron a reír.
Cuando vieron a su madre, tenía como cuarenta bolsas alrededor de ella y veinte en los brazos. Suspiraron eso sí que no se lo esperaban, parecía que compro ropa para dentro de 20 años.
-¿Madre vaciaste la tienda o todavía quedo algo para los otros clientes? Porque si quieres te ayudamos a vaciarla.- Dijo Hermione con sarcasmo.
-Que graciosa, ahora ayúdenme que tenemos que regresar a casa.-
Llegando a casa Hermione se fue a dejar su vestido a su cuarto junto con las cosas del colegio, Draco se fue a la cocina, y Narcissa con ayuda de los empleados de la casa bajaron, todas las bolsas.
Después de un rato, todos bajaron a cenar mientras Lucius acababa de llegar. La cena transcurrió tranquila. Cenaron en silencio, pero era un silencio cómodo nadie se sentía tenso, inquieto o nervioso con él. Acabaron de cenar recogieron la mesa, Draco y Hermione se fueron a acomodar sus cosas, para que no se les hiciera tarde mañana. Sus padres se quedaron un rato charlando, y se fueron a dormir.
Hermione estaba leyendo en la biblioteca, le encantaba estar ahí es su lugar favorito, sentía paz, le gustaba el olor de los libros, la biblioteca era su santuario. Draco ya estaba dormido cuando Hermione se fue a dar un baño, termino el baño se secó con una toalla, se puso el pijama y se metió a dormir.
