HOLA

Bien, yo aquí de nuevo con este experimento, repito, es un experimento... un momento ¿No se han percatado que todos mis Fic's son un experimento? O_O Bueno, vamos a lo que importa en realidad, Este Fic es CLASIFICACIÓN "M" Por su alto contenido Sexual y Violencia, incluso vocabulario altisonante, así que si eres MENOR DE EDAD o muy SENSIBLE con este tipo de Lecturas, FAVOR DE NO LEER.

Comenzaré agregando que, si en los próximos días este "EXPERIMENTO" llega a recaudar 15 Reviews, haré el enorme esfuerzo por darle seguimiento al mismo ritmo que los Demás Fic's que tengo Pendientes.

Otra cosa que quiero comentarles, ¡ME COSTO HORRORES ESCRIBIR ESTAS ESCENAS! Pero era algo que llevaba mucho tiempo pensando si lo escribía o no, Ya saben, siempre hay un momento para un Escritor en el que se deja llevar por su lado "oscuro" bueno, eso me pasó a mi.

RESPECTO A LA HISTORIA: Sinceramente no sé que Parejas poner, los protagonistas son:

Tom Riddle.

Hermione Granger.

Draco Malfoy.

Pansy Parkinson.

Theodore Nott.

Blaise Zabini.

Vincent Crabbe.

Gregory Goyle.

NOTA.- Puede leerse como algo enfermizo, lo sé, pero yo jamás había escrito algo así y cómo ya había leído varios Fic's con temática Oscura, pues se me antojó ir en contra de los estándares de lo que normalmente hago, de verdad espero que les Guste, si no, pues me avisan y quito la Historia.

Un enorme Saludo y Gracias por Todo.

BlackAthena66

NOTA 2.- De verdad, de verdad, de verdad... Esta Historia contendrá un alto indicé de Violencia y escenas eróticas, quedas Advertida, luego no quiero leer Mensajes diciéndome que quedaron traumadas de por vida ¡Leen bajo su responsabilidad!


Corpus Tenebris

Resumen

Voldemort ya no podía escapar, la muerte era inevitable y su cuerpo ya no soportaba tanto poder, pero el astuto Mago encontró una manera para burlar a la muerte pero para eso necesitaría la ayuda de una Bruja poderosa, sonrío cuando recordó a quien tenía en sus mazmorras. Dos cuerpos, un objetivo.

Prologo

La luna Llena brillaba siniestra mientras la sangre era derramada por cada campo del mundo mágico, la cantidad de mortífago había incrementado los últimos meses, más familias Sangre Pura se unían a sus filas, sonrío mientras se materializaba justo frente al campo de batalla, la gente iba y venía, sus mortífago sobrevolaban el cielo oscurecido, nadie parecía reconocerle, nadie recaía sobre él, como si fuera uno más del montón, Tom Riddle lanzó y evadió varios hechizos, asesinando a varios de sus opositores en el camino.

Finalmente la había encontrado, después de meses de ardua búsqueda, la Bruja se encontraba al otro lado, con ese Hombre Lobo y el hijo de los Longbottom que la custodiaban como si de la misma reina se tratara, Granger se había convertido en el estandarte de esperanza y fuerza que la Orden del fénix había necesitado después de que él mismo hubiera acabado con Harry Potter, sonrío abiertamente mientras se deshacía de un Mago que se cruzó en su camino, mandó por los aires a otro y así, fue acercándose a los acorralados Remus Lupin, Hermione Granger y Neville Longbottom.

Se detuvo a escasos metros frente a ellos, esperando el momento en que se percataran de que su depredador los había alcanzado, fueron los ojos de ella los que se fijaron en los azules de él después de unos segundos, Granger había sentido su pesada mirada sobre ella, al principio no lo había reconocido pero al sonreírle ella misma comprendió de quien se trataba. Lanzó un Bombarda Máxima para distraerlo y mientras trozos de piedra y polvo se levantaban por toda la zona, Hermione intentó escapar junto con sus amigos, el grito de Guerra, muerte y dolor era una danza macabra que no dejaría de sonar nunca, no hasta que uno de los dos cayera, Harry ya había muerto, Ron había desaparecido, cuando Hermione Granger comprendió que Lord Voldemort iba tras ella, comprendió perfectamente que tenía que hacer hasta lo imposible por salir de su radar. Pero aquello le fue imposible

¡Corre Hermione, sálvate! – gritaba Neville mientras intentaba ganar tiempo para que escapara.

¡No, vamos todos o no voy sola! ― respondió ella mientras volvía, pero Remus se había interpuesto. ― ¡Yo me quedaré, Neville, ve con ella, ahora! ― gritó el hombre mientras tomaba al muchacho por las solapas y lo empujaba hacia Hermione. ― ¡Remus, No! ― chilló la castaña mientras Neville la obligaba a andar, Remus le sonrío mientras le observaba fijamente. ― Tengan mucho cuidado chicos. ― fue lo último que dijo el hombre lobo antes de lanzar un hechizo de neblina, Hermione salió corriendo hacia el bosque junto con Neville, de Hogwarts no quedaba nada solamente sus recuerdos, la bruja y el mago continuaron corriendo tomados de la mano, la muchacha se detuvo de golpe cuando escuchó un aullido, aquel sonoro y macabro sonido hizo eco por todo el lugar. ― Remus… ― susurró la joven mientras intentaba regresar. ― ¡No Hermione, tenemos que irnos, tengo que salvarte! ― Le gritó el muchacho mientras volvía a tomarla de la mano, ambos desaparecieron entre la arboleda del bosque.

Llevaban horas corriendo de un lado a otro y el cansancio les había rebasado finalmente, ambos, tanto Neville y Hermione decidieron ocultarse dentro de la corteza de un viejo árbol hueco mientras la lluvia lo empapada todo, Hermione había conjurado el Protego Totalum, lo cual les permitía pasar inadvertidamente por esa zona, Neville y Hermione se abrazaban fuertemente mientras esperaban que la lluvia se detuviera, la situación era grave, el ejercito de Dumbledore se había dividido y ahora desconocían en que condición había terminado la batalla entre Mortífago y Magos de la Orden. ― Todo va a estar bien Hermione, te llevaré a casa donde todos nos estarán esperando, incluyendo Remus. ― Hermione sonrío tristemente ante las palabras dichas por su amigo, pero ella sabía que era solo un intento por calmarla, una mentira blanca que intentaba creer. ― Eres un mal mentiroso Neville. ― Le susurró ella mientras levantaba la mirada hacia él. ― Hermione, créeme prometo que todo va…

Pero a Neville le arrebataron su oportunidad de terminar aquella oración, una fuerte explosión sacudió la tierra hasta que el viejo árbol comenzara a derrumbarse, Hermione se estremeció de pies a cabeza mientras ella y Neville intentaron protegerse de la caída, la castaña y el mago se llevaron varios golpes por todo el cuerpo, pero ninguno mortal, parta cuando ambos intentaron salir del árbol, una fuerza invisible arrastró a Neville hacia el exterior, un segundo más tarde Hermione le seguía, la joven bruja cayó pesadamente sobre las hojas secas y la hierba húmeda, la castaña intentó ponerse de pie, había perdido su varita durante su traslado de un lado a otro. ― ¡Neville! ¡Neville! ― llamó la muchacha mientras se ponía de pie, Hermione quedó prácticamente petrificada a causa de su miedo, delante de ella se encontraba aquel misterioso muchacho que había reconocido como Tom Riddle o mejor conocido como Lord Voldemort.

¿Buscabas esto, sangre sucia? ― Hermione se estremeció y horrorizó cuando vio a Neville de rodillas justo al lado de Riddle, quien lo sujetaba fuertemente por los cabellos. ― ¡Déjalo ir, es a mí a la que quieres! ― chilló ella histéricamente. ― ¡Hermione, No, lárgate ahora! ― intervino Neville, pero un golpe en el costado de su rostro le hizo guardar silencio. ― ¡Cállate maldito traidor! – estalló Tom mientras lo arrojaba inconscientemente al suelo. ― Ahora, Sangre inmunda, vendrás conmigo por las buenas o por las malas… ― le ordenó mientras apuntaba con la varita de saúco al cuerpo inconsciente de Neville, Hermione se mordió el labio mientras sollozaba, sabía a qué clase de infierno iba a ir a parar si decidía irse con Riddle. La castaña dio un paso hacia él, quien en ese momento le ofrecía su mano, algo bastante sospechoso pero no se fijó demasiado en ello, Hermione se detuvo a un paso frente al mago tenebroso, quien sonreía de medio lado, la leona le hecho un último vistazo a Neville, quien para su sorpresa, Riddle se había olvidado de él. Dejándole con vida.

O ―

Tom se paseaba por sus aposentos de un lado a otro como una fiera encerrada, ya había pasado ocho meses desde que había capturado a la sangre sucia amiga de Potter, solo era cuestión de tiempo de que los demás lo hicieran también, lo que ahora le preocupaba era ese descontrol que tenía sobre su magia, sabía lo que estaba sucediendo y de no ser por Potter y sus estúpidos amigos, eso no estaría pasándole, crear nuevos Horrocruxes le llevaría mucho tiempo, tal vez meses o años, se maldijo una y otra vez mientras se paseaba dentro de su habitación, tenía que pensar en algo y pronto. Y así fue como Lord Voldemort viajó a Noruega en busca de alguna respuesta a sus problemas, lo que encontró lo dejó más furioso que cuando se había ido.

Por otro lado, bajo la humedad y oscuridad de las mazmorras, Hermione Granger se mantenía entre las sombras del frío lugar, sabía que no era la única prisionera, pero si la única a la que mantenían alejada de cualquier otro rehén, la joven yacía sobre el mugroso suelo, su cabello cubría su rostro mientras intentaba no pensar en cuanto tiempo llevaba en aquel lugar, si bien era alimentada correctamente, cosa que no dejaba de sorprenderla, el hecho de no haber vuelto al Mago oscuro, le sorprendía sobremanera, pero era algo que agradecía. Había escuchado rumores que el Mago tenebroso había estado viajando por toda Europa buscando unos transcritos y experimentando con algunas Brujas, Hermione no quería saber qué era lo que estaba haciendo, entre menos atenciones recibiera de ese monstruo, mucho mejor.

Fue precisamente una mañana de invierno cuando las puertas se abrieron de golpe, Hermione permanecía en la misma posición desde hace horas, la bruja soltó un chillido fuerte cuando fue violentamente levantada por los cabellos, el mortífago no dijo ni una sola palabra, solamente la empujaba y la dirigía hacia la sala de reuniones, la castaña poco a poco fue descubriendo que se encontraban en la mansión Lestrange al norte de Londres, no muy lejos de donde los Malfoy vivían.

¡Le eh traído a la sangre sucia mi señor, como lo ha ordenado! ― anunció el Mago mientras la empujaba, la falta de fuerzas le hicieron perder el equilibro e irremediablemente cayó sobre el suelo, Hermione intentó levantarse pero un pie cubierto por un ilustrado zapato de charol se lo impidió, la bruja se mordió la lengua para no gritar ante el dolor que sentía sobre su mano, la presión contra esta se hizo cada vez más potente, la risa de Riddle hizo eco en la recamara, Hermione seguía sin gritar, poco a poco la castaña levantó la mirada, grave error.

Vaya, Vaya… tanto tiempo sin vernos sangre sucia… ¿y ni un solo "como estás"? eres un caso perdido, inmunda… pero necesaria. ― Sus palabras no provocaron nada en la muchacha, hasta que la mano del Mago más temido de todos los tiempos se estrelló contra su mejilla. ― ¡Te dije que me saludaras, asquerosa sangre sucia! ― gritó el hombre mientras Hermione soltaba un grito de dolor, el golpe la había mandado al otro lado de la habitación, la joven vio la puerta de repente y tan rápido cómo pudo se puso de pie e intentó escapar, más todo había sido en vano, no había salida y la puerta estaba sellada, la risa de Riddle le hizo volverse, el hombre se había sentado sobre un pequeño sillón de terciopelo negro, estaba observándola con esos azules ojos profundos, tan brillantes y llenos de maldad. ― Si vas a matarme… hazlo ahora, Riddle…por qué no te voy a decir nada. ― Le dijo ella con voz ronca, Tom le vio recargarse a la puerta, como si aquello lograra mantenerla a distancia de él, el Mago no dijo nada, solo se limitó a contemplarla de pies a cabeza. ― Eres todo un desastre, Granger… y pensar que eres la bruja más brillante de tu generación, pero no te culpo, has estado enfrentándote al Mago más poderoso de todos los tiempos. ― comentó mientras se cruzaba de piernas y continuaba con la mirada fija en ella. ― No diré nada, no te diré dónde está el resto de la orden… ― Tom sonrío, sabía perfectamente que ella estaba intentando provocarle para morir, lo que la estúpida bruja no sabía, es que tenía planes exclusivos para ella. Se puso de pie. ― No voy a matarte… ― le dijo mientras observaba sus reacciones, la castaña se quedó sorprendida ante la declaración. ― Eres mi enemigo y yo soy el tuyo… pero eh encontrado algo mejor que hacer contigo en lugar de obsequiarte el placer de morir… ― Hermione no cabía de la sorpresa, la muchacha perdió los estribos en ese momento y salió corriendo, no sabía cómo o con qué, pero iba a matar a Voldemort con sus propias manos si era necesario. ― Una pena… ― Susurró el Mago mientras esbozaba una sonrisa socarrona, un segundo más tarde Hermione era tumbada sobre la enorme cama de una bofetada, la bruja chilló y se lanzó nuevamente hacia el Mago, quien al contrario de estar furioso por la actitud impertinente de la chica, estaba divertido.

Hermione sintió el líquido caliente resbalando por sus labio inferior, el desgraciado le había cacheteado tan fuertemente que le había roto la boca, se había quedado quieta cuando sintió el peso del Mago tenebroso subir a la cama, Hermione estaba atontada por el segundo golpe, poco a poco fue perdiendo el conocimiento tras un susurro de Riddle, le había hechizado.

Despierta sangre sucia… ― Poco a poco fue entendiendo lo que decía aquella voz, era un hombre, un hombre joven que se encontraba cerca pero a a la vez tan lejos, la castaña parpadeó varias veces hasta comprender donde estaba, nuevamente se encontraba en las mazmorras, la muchacha intentó moverse pero estaba fuertemente atada con cadenas mágicas, aún no se recuperaba del mareo, no supo qué fue lo que había pasado pero entendía que Riddle estaba jugando con ella. ― ¿Qué…que me has hecho? ― preguntó Hermione mientras intentaba moverse, el chillido de las cadenas le hicieron estremecer. ― Solo unos cuantos golpes que no van a matarte Granger… ― le susurró al oído mientras se acercaba a ella, Hermione comenzó a verlo tan claro, pero entre sombras y las luces que apenas iluminaban el pequeño espacio que era la celda, la chica logró sentir que algo andaba muy mal. Tom Riddle había sido un Mago cuyo poder no radicaba simplemente en su magia, era inteligente y astuto, una mente afilad ay privilegiada que le había otorgado ciertas habilidades, un manipulador ambicioso que le rehuía a la muerte, odiando a su vez su mismo origen, Hermione soltó un grito cuando notó cuanto frío le rodeaba, bajó la mirada y se percató que estaba desnuda, Riddle la tomó por la barbilla y le hizo mirarle. ― ¡Tú, asqueroso! ¡¿Qué has hecho con mis ro…?! ― Pero la bruja fue silenciada, sus ojos se abrieron de par en par mientras le miraba, Riddle comenzó a reír con arrogancia sin apartar la mirada de la bruja, se acercó a ella más de lo que se hubiera permitido hacerlo, más aun así, tenía que dar en marcha su plan antes de que fuera demasiado tarde. Sintió a la bruja sacudiéndose con violencia en un intento de separarse de él.

Sangre sucia… ― masculló Riddle mientras acariciaba el cuerpo de la joven, deteniéndose en el par de pechos, él realmente podía apreciar cuan blancos eran, sonrío ligeramente mientras cubría con sus manos los montículos. ― ¡Basta, soy una sangre sucia! ― en un intento desesperado, Hermione había recordado a Riddle su origen como aquello.

Lo sucedido después fueron sucesor que se gravaron en la mente de Hermione como fuego sobre la piel, Riddle le susurró a su oído aquellos planes que había pensado para ella mientras su espíritu era consumido por el odio y el abuso.

O―

Si las verdades absolutas existen, una de ellas era que el mundo le pertenecía, y mientras observaba a la mujer que yacía bajo su cuerpo desnudo y sudado, se percató que él no solamente era el poderoso dueño del mundo mágico, sino de la mujer que había estado gritando segundos antes, pero no de placer que él había tomado de ella y que se había negado a ofrecerle.

Con un movimiento de caderas, el Mago tenebroso despertó a la Bruja que había estado inconsciente, sonrío cruelmente cuando los vidriosos ojos de la muchacha le enfocaron fijamente ― Merlín bendito, por favor, no de nuevo. ― Susurró la bruja mientras frías lagrimas comenzaban a caer por sus mejillas ya pegajosas por las anteriores, había estado llorando toda la noche mientras el cuerpo masculino ultrajaba su cuerpo. ― ¡Cállate! ― exigió el hombre mientras estrujaba con sus manos la colcha que estaba justo a bajo de ellos, se levantó un poco y se movió aún más adentro de ella, la pobre desdichada se arqueó mientras su cuerpo reaccionaba a algo que ella no había pedido o deseado, pero los hechos eran esos, el Tenebroso Mago se había apropiado de lo poco que le quedaba, ya había perdido prácticamente todo, ahora, mientras se encontraba prisionera de los Mortífago y del mismo Lord Voldemort, ella había jurado que no podía existir peor prisión que aquella, que equivocada estaba.

Empuje, gruñido, empuje, sollozo, bofetada, risa

La bruja cerró los ojos fuertemente mientras su propio cuerpo era empujado una y otra vez, podía sentir sus pechos meciéndose de un lado a otro mientras el calor enardecía justamente en sus entrañas, se mordía la lengua, había perdido su orgullo pero se aferraría a su dignidad si mantenía la boca cerrada, ni un solo gemido para el hombre que estaba abusando de su cuerpo, aferrada a los recuerdos del pasado mientras el villano de toda la historia de su vida embestía en su interior, la Bruja de rizados cabellos no miraba, no escuchaba, solo sabía que la muerte se le había negado, ahora estaba en un infierno peor del que ya había vivido fuera de aquellas cuatro paredes.

Levantó la mirada hacia aquel que la obligaba, aquel que había tomado algo que había designado para alguien más, las lágrimas caían con más fuerza y sentimiento cuando el nombre de Ronald llegó a su mente, sabía lo que su novio había sufrido, lo que habían pasado los dos juntos y cómo había terminado él, después de que Voldemort había exigido su muerte, no lo había vuelto a ver después de eso pero sabía lo que le había sucedido, Pansy Parkinson se había encargado personalmente de hacérselo saber, ahora el cuerpo putrefacto de Ron se encontraba empalado a las puertas del Ministerio de Magia, la bruja no había parado de llorar desde entonces.

Hermione se estremeció cuando sintió su vientre encogiéndose, la muchacha mordió aún más fuerte su lengua al sospechar que estaba a punto de llegar el orgasmo, no podía culpar a su cuerpo por lo que estaba sintiendo, era la naturaleza, más su odio y rencor yacían sobre aquel que estaba tomándola a la fuerza.

Hermione lo observaba con profundo odio, su rostro cubierto entre luz y sombras que provenían de la habitación y del exterior le daba una apariencia aún más macabra de lo que ya era, la castaña recordó entonces cuanto miedo había sentido cuando le vio por primera vez, hubiera preferido mil veces ver a aquel monstruo deforme que había sido Lord Voldemort, pero ahora mismo, aquel cuerpo masculino, que se mecía de adelante hacia atrás en un intento de provocarla, no era otro más que Tom Riddle, el monstruo había muerto dando vida a un Hombre que llevaba a la bestia en su interior.

Que aburrida eres… ― se quejó con voz ronca mientras Penetraba a la bruja, Hermione se torció bajo de él en la espera a que volviera a salir de su cuerpo, más Tom se quedó en la misma posición, con su miembro enfundado con la calidez del cuerpo de la muchacha, empujó fuertemente en un intento de hacer reaccionar a la sangre sucia, lo único que había logrado fue un sonoro ronquido que había sido detenido por los labios fuertemente cerrados de ella, Riddle sonrío de medio lado mientras lo intentaba de nuevo, pero obtuvo la misma respuesta de parte de ella, Granger no estaba dispuesta a ceder ante él, no lo haría, Riddle ya había tomado su cuerpo, su orgullo, se había llevado a sus amigos y había penetrado no solo su cuerpo y su mente, que la hubiera despojado de todo lo que ella más quería no significaba que le ofrecería lo único que le quedaba, su dignidad sus ideales, poco a poco, mientras sentía como la muerte iba alejándose de ella, nuevas fronteras de pensamientos se abrían en su cabeza, el deseo por seguir viviendo no había dejado de brillar, pero tampoco resplandecía fuertemente, Hermione Granger solo era un cuerpo con una mente propia en esos momentos, que no muy lejos, Tom Riddle se daría cuenta que no solo había ultrajado el cuerpo de la Bruja más poderosa de todos los tiempos, sino que había despertado en ella a un Monstruo mucho peor que él mismo.

Abrió aún más las piernas de la bruja y se amoldó aún más a ella, embistió tan fuertemente que no pudo evitar soltar una carcajada al notar los movimientos rítmicos de los pechos de la bruja, susurró un hechizo y pronto Hermione se sorprendió al notar como sus manos y se paralizaban a lado de su cabeza. ― ¡¿Qué haces maldito cerdo?! ― chilló la joven, un segundo más tarde recibió una bofetada tan fuerte que le había roto el labio inferior. ― Asquerosa impura, agradecida deberías estar por incluirte en mis planes… ― le susurró Riddle justo antes de cubrir uno de sus pezones con sus labios, Hermione se tensó en el momento que que sintió la húmeda boca sobre ella, el enemigo de todo lo vivo lamía y acariciaba su cuerpo, penetraba lentamente para luego golpearla con fuerza, no pudo evitar lo ocurrido después. Lo había perdido todo y su cuerpo le traicionaba vilmente.

Un sonido, un traicionero sonido que no pudo seguir encerrando cuando sintió cómo el orgasmo hacía meollo con su mente, Tom se estremeció por primera vez de pies a cabeza cuando su miembro fue abrazado por las paredes resbaladizas de la vagina de la Bruja, Hermione le vio levantar la cabeza y dejar por la paz su pecho, ambos se miraban perplejos por lo que estaba pasando, Riddle sin ser consiente del todo empujó con fuerza, agarrándose con ambas manos del cabecero de la enorme cama, Hermione se arqueó lo más que pudo a efecto del orgasmo, un ronco gemido salió de sus gargantas cuando la poderosa energía se apoderó de ellos, Hermione se maldijo una y otra vez en su mente mientras las lágrimas caían sin oposición sobre sus mejillas, no sabía si era por odio así misma o por la fuerza que el cuerpo de su violador ejercía sobre ella, movió las piernas un poco e intentó empujarse a sí misma, pero lo único que ella había logrado es que Riddle volviera a embestir en contra, ella se apartaba y él la buscaba; Tom abrió los ojos cuando el poderoso orgasmo comenzaba a disminuir, tenía las pupilas dilatadas por la excitación, pero podía ver claramente la imagen de Granger bajo suyo, sonrío cínicamente sin parar de empujar en su contra, sentía a la bruja mover sus piernas a su costado, piel contra piel rozándose, haciendo fricción, cuando inesperadamente ambos fueron atacados una vez más por ese calor abrazador que no había buscado ella, sintió a la bruja envolver sus caderas con sus piernas, sabía que aquel movimiento había sido inconscientemente, pero aun así no pudo dejar de sentirse satisfecho por lo que había logrado.

―O―

Ella respiraba entrecortadamente mientras que Tom se apartaba de su cuerpo, saliendo dentro de ella lentamente, el Mago tenebroso estaba a un centímetro de retirarse por completo cuando se detuvo, contempló lo que tenía en frente, ahí en su atractivo pero siniestro rostro no había nada, solo un gesto vacío, Hermione cerró los ojos lentamente, estaba agotada y le importaba ya una mierda lo que Riddle pudiera hacerle.

Levantó la mano después de percatarse de que ella había caído en el sueño, acarició su mejilla empapada de lágrimas y continuó bajando, sintiendo la piel de la bruja impura con las yemas de sus dedos, continuó recorriendo hacia el sur, se detuvo en esos preciosos pechos danzantes, pellizcando el pezón, sonrío cuando la vio estremecerse, levantó la otra mano y con ambas empezó de nuevo el erótico recorrido, se detuvo una vez más sobre su vientre, observó fijamente el pequeño ombligo de la muchacha y no pasó por desapercibido esas pequeñas gotitas de sudor provocadas por los rítmicos movimientos a los que la había sometido, bajó y bajó hasta que paró otra vez sobre sus caderas y luego un poco más abajo, levantó las piernas y la moldeó a él, quien estaba ya arrodillado sobre la cama, Hermione estaba profundamente dormida ya, no era consciente de lo que estaba pasando y poco le importaba lo que la mocosa sangre sucia pensara, se movió un poco más, se su garganta salió un gemido suave y satisfecho, entró en ella despacio y suave mientras la sujetaba por debajo de las rodillas, la miraba dormir y cerró los ojos por un momento mientras continuaba meciendo sus caderas en círculos lentos tomando de ella el placer que buscaba, levantó la cabeza, sus azules ojos enfocaron la techumbre barroca pero en realidad no miraba nada, aquello era una completa delicia, había pensado Tom mientras se percataba cuan resbaladiza estaba el interior de la bruja, entreabrió los labios cuando nuevamente experimentó el movimiento abrazador del interior de su obligada amante.

Volvió su mirada hacia la muchacha que se movía ligeramente, no pensó en nada, no dijo nada y no hizo nada más que recostarse sobre ella, en ningún momento había contemplado separarse del cuerpo de la Bruja.

Y así, después del monstruoso acto que se había cometido dentro de aquellas cuatro paredes, Tom Riddle cerró los ojos y quedó profundamente dormido sobre los generosos pechos de la bruja, aquella que lo salvaría de la muerte, aquella de la cual heredaría su poder.

―O―

Draco se sobresaltó cuando las puertas de los aposentos del Lord se abrieron de par en par, el fuerte golpe lo había asustado, aquello ya era normal para el rubio muchacho, aquel que el miedo era su pan de cada día, inclinó la cabeza ante el paso del señor tenebroso, pero levantó un poco la mirada, lo suficientemente alta para mirar y lo basto para que no se percataran de su osadía, Draco atestiguó de la mirada de despreció que recibieron sus padres de parte de Voldemort, del cómo el cuerpo de Lucius se tensaba ante la presencia del Mago tenebroso, empuñó sus manos cuando notó también a su temblorosa madre.

Aséala, perfúmela y arrópala con las mejores telas y cúrale las heridas… a mi regreso quiero ver como si nada hubiera pasado… ¿Han entendido? ― Ordenó Lord Voldemort mientras acomodaba su oscura túnica, Draco Malfoy se enderezó en el momento en que el Tenebroso amo había desaparecido de sus vistas, el cambio en el ambiente había sido notorio.

Si mi señor― Respondieron sumisamente el matrimonio Malfoy, Draco solo se mantuvo en silencio, observando cómo se alejaba Lord Voldemort hasta desaparecer.

Al fin se ha largado ese hijo de las mil putas. ― Masculló Draco mientras observaba el sitio donde había estado segundos antes.

¡Draco, por favor!…sabes perfectamente que las paredes pueden escucharnos…- suplicó Narcisa mientras se miraba hacia su hijo, sus azules ojos lo miraban suplicantes y su muchacho hijo no soportó aquello, desvió la mirada hacia otro punto en específico, justamente más allá de su Padre y Madre, allá en la lejanía que los separaba la enorme habitación sobre un enredijos de sabanas y colchas se encontraba una mujer. ― Me pregunto qué le habrá hecho ― comentó mientras daba un paso al frente, sabía de quien se trataba, sabía perfectamente quien era la mujer que yacía en la alcoba del Señor Tenebroso.

La sangre sucia… ― murmuró su padre quien ya estaba a su lado. Y al verla dentro de la lujosa habitación, sobre la cómoda cama, sintió algo extraño removerse dentro de su pecho ¿Era lastima lo que sentía por Granger? El rubio se sobresaltó cuando la vio removerse sobre las camas, la joven bruja se sentó a como pudo con ayuda de sus manos, estaba temblorosa y fría, pero aun así no se cubrió, pudo verla desnuda, con sus torneadas piernas dobladas y sus brazos cruzados por sus pechos, la muchacha poco a poco fue volteando hacia él.

Y por un momento, por un par de segundos, Draco Malfoy y Hermione Granger, se miraron fijamente, sin resentimientos, sin odios, en la mirada de la castaña no había nada, ni siquiera brillo, ella estaba espiritualmente muerta, Voldemort se había encargado de ello, Draco se estremeció cuando su madre pasó por su lado, la mujer se acercó rápidamente a la bruja y la cubrió con la sabana, fue cuando Draco y su Padre que estaba ya a su lado, se percataron de las miradas que se lanzaron ambas mujeres.

Vas a estar bien, ya estas segura… ― le susurró Narcissa mientras sonreía, Lucius quería reprochar aquello, odiaba su situación, detestaba y le repugnaba la idea de servir a la amante sangre sucia de su señor, pero tampoco es que odiara a aquella chiquilla del todo, pues gracias a ella, su esposa, su hijo, incluso él mismo, estaban vivos, en pésimas condiciones, pero eso a sufrir la ira de Voldemort y sufrir tortura por la eternidad, habían sido salvados.

Gra…Gra..Gracias… ― Tartamudeó Hermione mientras se encogía de hombros y bajaba la mirada, Narcisa se mordió el labio inferior, había visto los golpes que magullaban el rostro de la muchacha, iba a costarle tiempo y magia curar aquellas heridas, sobre todo ahora más sabiendo que sus poderes habían sido limitados.

Tenemos que prepararte para su llegada ¿Entiendes, verdad? ― Narcisa se giró hacia su esposo y su hijo. ― Estará bien, pero necesitaré ayuda para curar los golpes. ― les dijo la matriarca tras volver hacia la castaña, nadie dijo nada más, las puertas de la habitación se cerraban frente a Lucius y Draco, Narcisa por otro lado preparaba un cambio para Hermione mientras esta intentaba ponerse de pie, estaba desnuda y desprotegida, aún seguía temblando, la rubia mujer se giró para mirarla, había rasguños por todo su cuerpo, en especial sus piernas, justo bajo sus caderas y no pasó desapercibido el caminar lento y pausado de la bruja, Narcisa cerró los ojos y apretujó las manos sobre las telas, pensando en cuanto daño le habían causado a aquella pobre criatura, si bien Hermione era hija de Muggles, Narcisa entendía perfectamente la importancia de esa niña para Lord Voldemort, no por nada había sido elegida entre muchas otras más, brujas sangre pura y mestizas, como la bruja más poderosa.

Hermione se sobresaltó cuando el agua fría golpeó sin misericordia su espalda, se mordió el labio inferior para suprimir el dolor y las lágrimas, no iba a llorar, no de nuevo y eso era algo que se había jurado en el momento en que le vio marcharse, al alejarse él, Hermione sintió una enorme paz invadiendo completamente su ser.

Draco y Lucius estaban esperando dentro de la habitación mientras en lo que Narcisa y Granger salían del baño, su madre había logrado preparar un poco de ungüento de salvia para curar las heridas, ambos rubios se paseaban por la habitación sin siquiera reparar en el otro, en especial Draco en su Padre.

Draco. ― Llamó Lucius mientras detenía su andar, el nombrado muchacho se detuvo justo frente a la cama, observando lo que ahí había pasado.

¿Qué? ― contestó de mala gana el joven sin siquiera levantar la mirada, Lucius empequeñeció ante el tono despectivo que su propio hijo había utilizado con él, pero sentía que lo merecía, él mismo era el culpable de todas sus desgracias.

Nada… ― murmuró mientras se acercaba al ventanal y se asomaba, fue precisamente en ese momento cuando la puerta del baño se abrió, Narcisa y Granger salían a paso lento, cosa que no pasó por desapercibido por Draco y su padre, que miraban ahora.

Eh curado las heridas en… ciertas zonas de su cuerpo, pero me temo que no podré seguir haciéndolo, mi magia necesita reposar… ― comentaba la mujer mientras abrazaba a Hermione y le empujaba con cuidado hasta lograr sentarla sobre la cama, Draco se acercó a su madre y a la bruja, se detuvo en seco cuando notó lo pérdida que estaba la castaña. ― Está sedada Draco, si dejo que la toques… se pondrá cómo la última vez y en lugar de curarla vamos a lastimarla. ― comentó su madre mientras le quitaba los húmedos cabellos de la cara.

¿Dónde tiene más heridas? ― preguntó el muchacho, Narcisa liberó un suspiro.

En las piernas, los pechos y en la espalda baja… además de las evidentes, Lucius, te agradecería si me ayudaras a curar las heridas en su espalda, hijo, tú ayúdame con las de su rostro y brazos. ― Lucius dudó en acercarse, pero finalmente lo hizo, Narcisa traslado a la castaña al pequeño banco que estaba metido justo bajo el tocador, su cuerpo envuelto en una larga bata estaba listo para ser reparado, como una muñeca de porcelana que se había caído torpemente de las manos de un niño, así era como Draco veía a Hermione.

Narcisa deslizó la bata lo suficiente para dejar al descubierto la espalda de la muchacha, Lucius tuvo que morderse la lengua para no gritar una maldición, Narcisa y su esposo se miraron fijamente.

Yo lo haré. ― Intervino Draco Malfoy haciendo a un lado a su padre, Lucius notó como su hijo se relajaba estando más cerca de la muchacha, Narcisa iba a declinar la decisión de su hijo, pero solo una mirada de Draco bastó para convencerla, la varita de Draco Malfoy apuntaba justamente a la espalda de la muchacha.

Draco demostró que de entre los tres, era él quien más fuerza poseía, el muchacho en ningún momento levantó la mirada de esa espalda que poco a poco comenzó a recuperar su tono de piel normal, las heridas se cerraban con lentitud, los rasguños desaparecieron uno tras otro, era una pena que el dolor causado por ellas quedarían en la mente de la bruja.

Una vez curada la espalda, Draco continuó con sus brazos, las heridas en estos eran leves, simples hematomas causadas por las manos de Voldemort, Draco pudo distinguir las marcas largas de los dedos del señor tenebroso, no dijo nada, no pensó en nada, solo observaba el perfil del rostro de la castaña, tan sumisa y pérdida por el hechizo, se posó delante de ella cuando terminó con sus brazos y hombros, el muchacho se estremeció cuando vio la cara de aquella a la que había odiado sin razones en su infancia, hoy también la odiaba pero tenía razones válidas, una justificación para su odio, jamás le perdonaría ser tan débil, haberse rendido tan rápidamente, no le perdonaría el haber sido atrapada y acorralada dentro de las mazmorras, no, de ninguna manera iba a perdonar a Granger el convertirse en la muñeca personal de Señor Tenebroso, jamás.

Draco no pudo soportarlo más cuando la bata se entreabrió mostrando un poco la zona de sus pechos, podía ver la piel amoratada completamente, había rasguños y rastros de sangre, los ojos grises del muchacho se levantaron hacia el rostro ya libre de magulladuras de la bruja, empuñó sus manos sintiendo su varita entre ellas. ― Draco, por favor tú y tu padre deberían salir. ― escuchó decirle a su madre mientras se acercaba con un extraño frasco de cristal color verde, el rubio lo observó un poco. ― ¿Qué es eso, madre? ― preguntó mientras le quitaba el frasco de las manos a la mujer. ― Cariño, esta pobre muchacha fue violada, es un ungüento especial para cierta zona, ahora tú y tu padre, pueden salir yo me encargaré del resto. ― tras la petición, Draco y Lucius salieron de la recamara asignada a Granger. Era la más grande y lujosa de toda la mansión, la habitación de sus padres.

O―

Pansy Parkinson se puso de pie de un brinco cuando las puertas se abrieron de par en par, la joven se sintió aliviada cuando vio entrar a Draco y a su padre, el resto que estaba dentro de la sala se mantenían tranquilos, pero por alguna razón, Pansy no podía estarlo sin Draco a su lado.

¿Qué ha pasado? ― preguntó Theodore mientras veía al rubio muchacho tomar asiento justo frente a él, Pansy se acomodó a su lado.

El silencio reinó por toda la sala, Draco lanzó una mirada a su padre, quien se encontraba con los Padres de sus amigos, Lucius interceptó la irada de su hijo, ninguno dijo nada, solo evadieron los ojos del otro.

Esa ya no es Granger…― comentó el rubio mientras se recargaba al respaldo de la silla, Blaise y Theodore le miraban sorprendidos.

¿A qué te refieres con que ya no es Granger? ― preguntó Blaise casi en un susurro, su moreno amigo había pasado horas horribles siendo torturado por cierto comentario despectivo en contra de Voldemort y precisamente después de eso el miedo en él lo agobiaba día tras días, después de eso no se atrevió nunca a levantar la voz, Draco sentía una enorme pena por su amigo.

La sabelotodo… está muerta, solo queda el cascarón que sospecho que dentro de poco va a desmoronarse, estaba golpeada de pies a cabeza, y aunque Madre la hechizó para sedarla… en ese cuerpo no queda nada de la aguerrida Hermione Granger, ella ya se ha reunido con cara rajada y la comadreja. ― Theodore Nott se puso de pie tras aquellas palabras, si bien él y Granger no habían sido los grandes amigos, él y Granger habían aprendido uno del otro tras haber llegado a Malfoy Manor.

Blaise por otro lado, simplemente observaba a Pansy, había notado como la muchacha se estremeció cuando escuchó el apodo de Ronald Weasley, para él no era ningún secreto el saber que su amiga se había enamorado del pelirrojo, había sido todo un horror verla desconsolada después de la muerte del pobretón, el moreno iba a ponerse de pie cuando las puertas se abrieron una vez más, tanto los adultos como sus hijos se pusieron en alerta, más su alivio había sido un regalo cuando se percataron que se trataba de Narcisa.

Querida… ― llamó Lucius, la mujer se acercó a su marido y a los que compartían su desgracia, Draco y sus amigos volvieron a su tema de conversación particular. ― ¿Cómo?

No ha querido dormirse, tampoco quiere desayunar como suele pasar después de las visitas del Lord. ― explicó la mujer mientras veía a los hombres que estaban frente a ella, aquellos mismos que habían compartido clase social en el mundo mágico, los únicos amigos que les quedaron después de la desgracia, Narcisa volteo a mirar a su esposo quien la había tomado de la mano para tranquilizar.

Me pregunto por qué ha traído a esa….niña aquí. ― Intervino Nathaniel Nott con sumo cuidado con sus palabras, Lucius y Narcisa se miraron cómplices.

Ustedes saben algo ¿Tan mala es la presencia de esa bruja? ― preguntó William Parkinson cruzado de brazos, el hombre de cabello oscuro fijo sus verdes ojos sobre los de Lucius.

El silencio de Malfoy me dice que es lo suficientemente malo como para que me dé un ataque cardíaco, de nuevo… ― Lucius se giró para enfrentar a Gregor Crabbe.

No es tan fácil de explicar… ― intervino Lucius mientras apretujaba suavemente la mano de su mujer. ― es tan audaz y oscura la verdad del por qué esa mocosa está aquí, siento que no puedo con el infierno que estamos cargando hoy, pero al pensar en esa niña… me siento en el paraíso. ― Las palabras de Lucius Malfoy viajaron por toda la enorme habitación, incluso Draco, Theodore, Blaise y Pansy junco con Vincent y Gregory se estremecieron ante aquella, se podría decir, pequeña confesión.

¿De qué estás hablando, Lucius? ― el que preguntó esta vez fue Flavius Goyle, Narcisa soltó a su esposo y decidió que ya era hora de intervenir, pero antes de que pudiera decir algo, Draco se apresuró hasta ellos seguido por los demás.

¿De qué habla Padre, Madre? ¿Por qué Granger está aquí en realidad? ― preguntó el menor de los rubios.

Yo en realidad, estoy interesado en saber… ― Susurró Blaise.

Blaise, por favor… ― le suplicó su padre, Tadeus Zabini.

Madre… Pensé que Granger estaba aquí para humillarnos y… ― Pero Draco calló inmediatamente ante la mirada llena de pena de su madre.

Cariño, eso solo es la punta del Iceberg, nuestra presencia aquí es meramente… para servir a la señorita Granger… pero lo que el Señor Tenebroso desea de ella, es algo mucho más oscuro que sus Horrorcruxes… ― aquella confesión hizo que la ira comenzara a hervir dentro de la sangre de Draco.

Narcisa, deja las parábolas para otro momento ¿Qué hace, Hermione Granger aquí, en realidad? ¿Para que la quiere el Lord oscuro? ― La ronca voz de Nathaniel Nott se hizo imponente ante todos, Theodore observaba a su padre y luego a la señora Narcisa, la mujer bajó la mirada y suspiró cansinamente.

Yo se los podría explicar en su lugar, señora Malfoy… ― una Dulce y tenue voz femenina estremeció hasta el hombre más fuerte ahí presente, Draco Malfoy se giró sobre sus pies tan rápidamente solo para percatarse que Hermione Granger había aparecido, la bruja se encontraba en la entrada, envuelta en un vestido verde oscuro de mangas largas ceñido al cuerpo, a joven no se acercó ni un paso más ante las miradas de sorpresa de los demás. ―Hermione… ― Nombró la mujer de rubios cabellos quien prácticamente corrió hacia la joven, ambas mujeres se tomaron de la mano. ― Deja que yo me encargue… ― Aquella demostración de afecto dejó perplejos a los demás, en especial a Draco y a su Padre. ― No Narcisa, esto tengo que hacerlo por mí misma… si no puedo explicar mi presencia en esta casa… no seré capaz de otra cosa. ― Respondió la castaña mientras regresaba su mirada al frente, posó sus marrones ojos sobre los de Draco Malfoy.

El silencio se hizo absoluto, era frío y aterrador, Hermione Granger había aparecido sin ningún rastro de heridas o golpes, pero aun así para Draco Malfoy no había ningún rastro de esa fortaleza que caracterizaba a la ex Leona, al contrario, aun con esa tronadora voz, Granger no podía verse más Frágil.

Entonces… ¿Por qué el Lord te ha traído aquí? ― Preguntó Tadeus abandonando la sorpresa por la presencia de la amiga de Harry Potter, Hermione esbozó una sonrisa, Narcisa apretujó un poco sus manos contra los de ella. Draco y Lucius notaron el extraño comportamiento de la mujer.

Tienes que descansar Hermione, puede que tu cuerpo esté curado de las heridas, pero está cansado aún… ― le susurró la mujer, Hermione volteó a mirarla y esbozó una sonrisa.

Gracias señora Malfoy, pero no puedo quedarme tendida esperando a que el infierno llegue hasta a mí para hacerme arder… ― la castaña se giró hacia los demás, Pansy le miraba con un asombro. ― Señor Zabini, usted ha preguntado a Narcisa por qué el innombrable me ha traído hasta aquí… la respuesta es fácil, el señor al que ustedes por tanto tiempo han alabado y ayudado para llegar al poder, hasta que finalmente lo logró, ese mismo ser oscuro y lleno de maldad que los despojó de sus riquezas y su dignidad y orgullo… está muriendo. ― Draco se acercó a la que alguna vez, las últimas palabras dichas por la muchacha retumbaban dentro de su cabeza ¿Cómo era posible eso?

Granger… ¿Te das cuenta de la reverenda estupidez que estás diciendo? ¡Voldemort no puede morir, es inmortal! ― chilló Pansy Parkinson avanzando hasta llegar frente a la castaña, Hermione se mantuvo impasible, ni una sola emoción cruzaba por su rostro, Draco lo notó y aquello le preocupó sobremanera. ― Si lo que dices es verdad Parkinson, yo no estaría aquí y Voldemort no me estaría utilizando para obtener un cuerpo más poderoso y fuerte. ― contestó la leona mientras se apartaba del rubio y la morena, se acercó a uno de los ventanales y se apoyó de costado a la pared mientras observaba al exterior. ― Explícate Granger, entiendo que seas la bruja más inteligente de nuestra generación ¿pero que querría Voldemort de una…sangre sucia? ― Intervino Blaise ante la mirada de reproche de su padre, más aquel gesto fue ignorado por su hijo.

De mi inteligencia no quiere nada, Zabini. ― dijo ella mientras giraba su rostro hacia los presentes, Theodore admiró la danza de luz y sombras que se debatían por el cabello y el rostro de la muchacha. ― ¿Entonces, a que se debe que Voldemort esté muriendo? ― preguntó Theo, Hermione sonrío ligeramente. ― Es demasiado poderoso Nott, su cuerpo en cambio no lo es, Harry, Ron y yo logramos deshacernos de sus Horrocruxes, objetos tenebrosos que lo mantendrían con vida eternamente… ― Hermione se detuvo mientras pasaba lista con la mirada, Draco Malfoy se mantenía tranquilo pero al ver sus ojos platinos notó cierto grado de preocupación.

Entonces ¿Qué, Granger? ¿En qué parte entras tú en esta historia de inmortalidad y muerte? ― Theodore volteó a ver a Pansy, la chica parecía demasiado molesta respecto a la bruja de cabellos rizados. ― Voldemort está buscando un cuerpo. ― Dijo sin más Nathaniel Nott, rápidamente el Padre de Theo fue la atención de todos a su alrededor. ― En efecto Señor Nott, Tom Riddle está buscando un cuerpo… Pero no cualquier cuerpo… ― explicó Hermione alejándose de la ventana, Draco abrió lentamente los ojos en son de sorpresa.

El Señor Tenebroso requiere un cuerpo fuerte y mágicamente muy poderoso para lograr lo que nadie más ha intentado, si creen que la creación de sus Horrocruxes fue lo más horrible jamás imaginado que pudo haber hecho… esto es, de cierta manera, mucho peor. ― Intervino Narcisa mientras se acercaba a la castaña y la tomó de la mano, Pansy volteó a mirar a Draco, había un aire de compasión entre esas dos mujeres, algo que no lograba comprender del todo.

Aún no me explican que tiene que ver Granger en todo esto… ― habló una vez más Pansy, Theodore miró a su padre, quien parecía ya comprender el tema, pero el hombre se veía demasiado tranquilo, de no ser porque Theodore le conocía a la perfección, de no ser por qué él también ocultaba de esa manera cuando estaba perplejo, Theodore notó claramente ese brillo en los azules ojos de su progenitor, Nathaniel Nott estaba más allá que sorprendido.

Pansy, querida… la magia dentro de nosotros es el equivalente a la fuerza de nuestros cuerpos y nuestra alma, estos tres factores están fuertemente unidos, es un lazo que no podemos ver ni tocar, puede cambiar más no destruirse… el Señor Tenebroso ha estado acumulando poder desde que creo los Horrocruxes, los cuales serían el pilar para seguir manteniendo este poder…

Theodore abrió los ojos como platos cuando Narcisa explicó todo aquello, la lógica comenzó a tomar forma dentro de su mente, el muchacho de cabellos castaños y alborotados se giró hacia Granger, quien seguía con ese semblante tranquilo y desinteresado.

―…Pero los Horrocruxes fueron destruidos, dejando a Voldemort vulnerable… ― continuó diciendo la mujer, Draco dio un paso atrás, como si le hubieran lanzado un hechizo que hubiera golpeado contra su pecho, parecía dolido, sorprendido, él, al igual que Nathaniel y Theodore ya había comenzado a sospechar a donde iba todo aquello. ― Madre… ― susurró el rubio sin dejar de mirar a su progenitora y a Granger.

El Señor Tenebroso necesita urgentemente otro cuerpo, uno que pueda soportar su enorme poder, pero sus intentos han fracasado uno tras otro y otro intento, a lo más que ha llegado es recuperar su juventud… pero eso no significa que sus fuerzas se renuevan…

Y es aquí donde entra la señorita Granger. ― Intervino Lucius para el sobresalto de los demás a excepción de Theodore y su padre. ― Durante mucho tiempo se ha…admirado la capacidad de la señorita Granger por evadir los ataques de los Mortífago, logró escapar a cada redada impuesta por el Señor Tenebroso, se enfrentó a Bellatrix y la venció en más de una ocasión, eso y otros detalles llevaron a convencer a Lord Voldemort de que era la Mujer indicada… ― terminó el hombre, el silencio reinó por unos segundos que parecían eternos, Draco respiraba con dificultad, parecía un pez fuera del agua, Blaise ya había entendido a donde iba todo aquello, enlazó los pequeños detalles dados por los Malfoy y las palabras de Granger, Pansy se sintió desfallecer cuando simplemente la palabra Mujer, Voldemort y Granger junto con la de un cuerpo nuevo comenzaban a tener forma dentro de su cabeza.

El que no debe ser nombrado quiere renacer de nuevo… ¡¿Pero es imposible, pretende utilizar a su…hijo?! ― chilló Pansy.

Cómo si en realidad a ese hombre le hubiera importado alguna vez sacrificar a las personas… ― comentó Hermione ante las miradas del resto. ― Además Parkinson… ¿Cómo pretende un hombre con el alma corrompida y rota, engendrar un hijo? No lo entiendo, pero supongamos que él logre… que él logre preñarme y ese niño nazca… hay que preguntarnos qué clase de criatura sería… ¿Sería un niño normal, un Mago tan talentoso como el padre, con la maldad corriendo por sus venas… o sería solo un cuerpo sin alma?

Narcisa soltó a Hermione de la mano, sorprendida por las palabras de la muchacha, si bien sabía él por qué Lord Voldemort quería a la bruja, no había llegado a aquella conclusión.

¿Un niño…sin alma? ― preguntó la bruja, la castaña le miró fijamente y le sonrío.

Un cuerpo sin alma, Narcisa, un recipiente el cual ocupar cuando lo desee, un nuevo cuerpo para Lord Voldemort… ― continuó diciendo Hermione Granger mientras se apartaba y se sentaba en el sofá, sentía el grupo de miradas sobre ella.

Esto es… aberrante… ¡¿Cómo pretende lograr algo como esto?! ¡Ese monstruo! ― chilló Pansy mientras se acercaba a Hermione y la tomaba por los hombros. ― ¡¿Cómo es que no has hecho nada para evitarlo?!

¿Cómo pretendes que haga algo contra él? ― preguntó la Leona mientras la miraba triste, Pansy la abofeteó ante la respuesta.

Eres Hermione Granger, la sabelotodo, la rata de biblioteca y amiga de Harry Potter… ¡ALGO SE TE DEBE DE OCURRIR MALDITA SEA! ¡Has permitido que abusara de ti todo este maldito tiempo! ¡¿Es que no te importa el resto del mundo?! ― Hermione, con el cabello sobre su cara por el violento movimiento de su rostro, levantó la mirada poco a poco. ― Estás describiendo a otra Granger, Pansy… ― Dijo la muchacha mientras se ponía de pie, el vestido verde crujió por el movimiento, Narcisa intentó tranquilizar a Pansy una vez estuvo lo suficientemente cerca.

Por favor Pansy, querida… Hermione no puede hacer nada en contra del Señor Tenebroso, es demasiado poderoso… ― Pansy no escuchó sus palabras, simplemente veía con furia contenida a la castaña, aquella bruja testaruda con aires de saberlo todo, aquella que siempre tenía una respuesta, la que no se rendía jamás, la que rompía reglas cuando era necesario, el rostro de Pansy se relajó poco a poco cuando comparó a aquella Granger con la que tenía en frente.

Tienes razón, esa Granger ha muerto y solo ha quedado un cadáver viviente en su lugar… me pregunto qué diría Harry Potter y Ron respecto a esto… ― y dichas aquellas palabras, Pansy salió a toda prisa de aquel salón, Hermione bajó la mirada, sus amigos, sus dulces e entrañables amigos, sonrío tristemente mientras desviaba la mirada hacia la ventana, el cielo se había oscurecido. Ahora que los demás sabían la verdad del por qué Lord Voldemort la mantenía con vida, esperaba que las cosas no fueran peores de lo que ya eran.

¿Qué piensas hacer, ahora, Hermione? ― Preguntó Narcisa Malfoy mientras acariciaba sus cabellos rizados, la joven volteó a mirarle. ― Parkinson tiene razón, tengo que hacer algo. ― dijo mientras se ponía de pie. ― Pero no puedo hacerlo sola, No puedo luchar yo sola, Señora Malfoy…

― Nosotros podemos luchar por ti, Granger… ― La castaña se giró rápidamente solo para encontrarse con el grupo de Slytherins, pero había sido Draco Malfoy el que había dicho aquellas palabras, el que se había ofrecido a ayudarla. ― Señora Malfoy…

― Querida, tú y nosotros podemos ser muy diferentes, pero en estos momentos Hermione, tenemos un enemigo en común. ― Hermione no pudo evitar sonreír ante aquello que escuchaba, si alguien le hubiera dicho antes que esas palabras saldrían de la boca de Narcisa y Draco Malfoy, se hubiera muerto de la risa, no lo hubiera creído jamás. ― Y cómo dicen por ahí los dichosos Muggles, Granger… el enemigo de mi enemigo… es mi amigo. ― Theodore ocultó sus manos dentro de los bolsillos de sus pantalones, Hermione volteo a a ver hacia la ventana, el cielo se estaba despejando y los rayos del sol comenzaban a colarse por el ventanal. Un nuevo día, pensó la muchacha mientras volvía su atención hacia Narcisa.

― Ojala Harry y Ron estuvieran aquí… ― dijo ella mientras se sentaba a lado de la mujer.

― Merlín te oiga, Granger… ― SUSURRÓ Pansy Parkinson recordando a cierto Mago de cabellera rojiza.

O―

Semanas antes de la captura de Hermione Granger.

Las nubes oscurecían el ambiente alrededor de la Mansión Riddle, Tom se encontraba en su despacho cuando el picoteo desde la ventana lo interrumpió abruptamente, el hombre permitió al ave de plumaje gris entrar, hasta que el sobre color marrón cayó sobre el escritorio, si bien había estado investigando la manera de evitar a la muerte, se había acercado lo suficiente como para saber que aún podía sobrevivir a la muerte de su cuerpo, la nota pertenecía a un viejo Mago que había conocido durante su juventud, Frederick O'Connel era un Americano de ascendencia Inglesa, nieto de un excéntrico Mago que al igual que él, deseaba superar los límites de la vida, lo que encontró fue simplemente como el Grial para los Cristianos.

Corpus Tenebris, leyó el Mago mientras se percataba de lo que aquel hechizo conllevaba.