Disclaimer: Los personajes le pertenecen a sus respectivos dueños (J.K.Rowling y casas editoriales). Yo solo los uso para este fic por que, a mi criterio, son personajes que dan para mucho.
Advertencias: Spoilers del 6to libro (si no lo has leído detente aquí: te lo recomiendo); Slash (homofobos: adiós).
Esta historia ronda en mi cabeza desde que terminé el 6to libro. Pobre Draco, pero casi todas las escenas de Draco y Harry se prestan para Slash, o no?
Redemption
Capitulo1
Definitivamente el Ministerio de Magia distaba mucho de ser de sus lugares preferidos, pero ya no tenía ningún pretexto lógico que poner para seguir sin visitarlo. Además tanto Remus como Moody le dijeron que no estaría nada mal que fuera, solo para callar los rumores.
Se volvió al no escuchar las seis pisadas que debían ir tras él: Ron, Hermione y Tonks, su escolta directa. Sabía que había más ojos sobre él en ese momento pero que no los vería a menos de que algo los amenazara a los cuatro.
Ron se estaba atando un zapato, por eso se detuvieron, a unos metros de la entrada para visitantes.
Harry seguía pensando exactamente en lo que tenía que decirle a Scrimgeour, el ministro. Debía ser algo directo y cortante, pero no grosero. Después de todo, el ministerio les estaba otorgando bastantes facilidades para hacer su vida más cómoda: seguridad en las cercanías de la madriguera, las revisiones de correo y medios de transporte cuando así lo requerían. Además de que les permitió a los miembros de la orden entrar y salir a su antojo, sin tener que seguir horarios.
Desde luego, Harry sabía muy bien que todo esto se hacia solo por conveniencia. Solo unos movimientos y acciones de estratégica cortesía para hacer que él, Harry, por fin le dijera que si a la oferta antes hecha, para aparentar que estaba del lado del ministerio de magia. Nada mejor que tener a "el Elegido" de tu lado….
-Harry, vamos.
Cuando notó que ahora era él el que se había quedado rezagado se apresuró a entrar a la cabina telefónica.
La entrada fue como siempre, decir quien eras y adonde vas. Salvo que esta ocasión en la placa de Harry se leía "invitado especial del ministro" en vez de "visita al ministerio" como las de los demás. En la mesa de revisión de varitas los pasaron por alto, diciendo que no se molestarán en mostrarlas, si venían como acompañantes de Harry Potter la entrada debía ser inmediata.
Era sabido por la comunidad mágica que, aunque el nuevo ministro tenía una lujosa y gran oficina cercana al atrio, seguía prefiriendo estar en el cuartel general de aurores, donde estaba la acción y podía manejar todo directamente.
Cuando entraron al cuartel, todos siguieron a Tonks, que era la que sabía manejarse por allí. El cuartel estaba casi vació, muy diferente a cuando Harry lo vio hacía dos años.
-Ah! Potter, ya llegó- el ministro miró a los demás que lo acompañaban-requiero hablar con él a solas, si no les importa- les dijo.
-Harry nos daremos una vuelta por el atrio, ¿de acuerdo?- le murmuro Tonks y salieron.
-Pasa, y por favor siéntate.- le dijo Scrimgeour amablemente, demasiado hipócritamente para el gusto de Harry.- veo que al fin has tenido tiempo para venir por aquí. Recibí tus disculpas desde luego- añadió cuando vio que Harry quería hablar- sin embargo, nadie me dio un buen motivo- le dijo acusatoriamente.
-No podía salir de mi casa, es todo. Debía quedarme con mis tíos hasta mi cumpleaños.
-¿Ah si? ¿Y eso por qué?- le pregunto casualmente.
-Tengo mis razones.-le contestó lo más amablemente posible.
-Ah, si… ya veo. Otro de esos asuntos que no me conciernen y de los que preferirías no hablar, ¿no es así? Descuida, eso ya no importa, vamos al grano.
Harry trato de serenarse un poco. Ya sabía lo que venía.
-Como sabes, desde la muerte de Albus Dumbledore, Hogwarts ha estado cerrado.-Harry asintió mirando fijo al escritorio entre ellos.- y se ha decidido que no se reabran sus puertas, por lo menos el siguiente curso- Harry volvió a asentir.-Así que, básicamente no tienes a donde regresar este año…
-Si tengo a donde ir- le interrumpió Harry a media voz- por el momento me quedo con los Weasley, pero tengo mi propia casa y regresaré a ella dentro de poco.
-¿Tu propia casa?- le preguntó lentamente.
-Si, la casa que me heredó mi padrino, Sirius Black- Harry le dirigió una mirada inexpresiva- es mi casa y pienso volver a ella en unos días.
-oh… y… ¿Se puede saber donde…?
-Es inmarcable. Está aquí en Londres pero no puedo decir en donde exactamente.
-Bien, como quieras- murmuró Scrimgeour obviamente molesto mientras se volvía a sentar bien en su sillón- no te llamé específicamente para ver en donde diablos vas a vivir ahora, sino para volver a hacerte mi oferta. Ahora que Dumbledore ya no está y ya no te protege, ni te aconseja, tal vez puedas pensar más …claramente… mi propuesta, ya sin… intromisiones.- dijo en lo que él pensaba que era un tono delicado y amable.
Por supuesto que a Harry no le pareció tal, y mentalmente se rió de él, por pensarlo tan blando de carácter como para cambiar de opinión en tan solo un mes.
-Me temo que por ahora mis ideas al respecto no han cambiado: no quiero ser la mascota de sus aurores, ni ayudarle a usted con su imagen de "buen ministro" – le dijo diplomáticamente con una media sonrisa.
Rufus Scrimgeour era una persona muy tenaz, decidida y con un humor de los mil demonios. Se puso ligeramente rojo y apretó los labios, preparándose para alzar la voz, cuando un memorandum volador entró en el pequeño cubículo dándole justo entre los ojos. Lo tomo con tanta fuerza que si fuera algo vivo ya habría muerto, y lo desplegó. Murmuro "maldición" y se levantó del sillón.
-Tengo un asunto pendiente, no creo tardar. Pero no sé si tengas un motivo de "alta importancia" que atender- dijo sarcásticamente.
-En realidad no, puedo esperarlo si quiere.- inmediatamente se dio una patada mental, ¿para que prolongar más este teatro?
-Incluso puedes venir conmigo, si deseas.- murmuró el ministro poniéndose la capa- debo ir a la sala del tribunal para un juicio de alguien que tal vez conozcas. Tal vez te parezca divertido.- hizo un mohín de desden – y te des cuenta de que en el Ministerio de Magia se hacen las cosas como se debe.
Harry giró en su silla mientras el ministro se dirigía a la puerta del cubículo.
-¿De quien es el juicio?- le preguntó
-De un presunto mortífago que se entregó hace unos días- hizo una mirada de asco mientras miraba el papel arrugado que aún tenía en su mano- Hijo de un preso de Azkaban- murmuró y luego lo miró.- Draco Malfoy.
