Título: Drak doom.

Couple/Pareja: Harry x Draco

Generó: Romance, Humor, y lo que demás se me ocurra.

Clasificación: T

Disclaimer: Harry Potter es propiedad de J. K Rowlin, Bloomsbury Publishing, Scholastic Inc. Y AOL/Time Warner Inc.

Summary/Resumen: Quería todo de él, quería morderlo, violarlo y asesinarlo. Saciarse de aquel ser tan inocente. Quería que le temiera, que llorara y gritara por su vida, pero más que nada deseaba era que nunca se separase de él. Que rogara por su presencia y se dejara, para saciar su lujuria.

Inspiración: La historia pertenece a bloodyfangs1313; yo solo la he adaptado a un HarryxDraco.

Autora: Dramatique Licorne


I.

Caminaba desganado por las calles de la ciudad de Londres, había tenido un día amargo, de esos días en el cual se había despertado tipo cuatro de la mañana como era costumbre a causa de insomnio, en aquel tiempo se había detenido a ver como siempre el techo de su habitación o las persianas de la ventana; cuando había arribado al instituto había recordado que no había hecho sus deberes, por lo que obtuvo un horroroso cero en matemáticas y una reprimenda por parte del maestro quien con cada palabra parecía estar apuñalándolo.

Por si no fuera poco se había ganado, como si fuese una lotería, a los tres matones del instituto, quienes eran altos y musculosos que se la pasaban jugando futbol o practicando en el club de pelea. Al final de un pasillo lo había acorralado, burlándose de él, golpeándolo en el estomagó para dejarlo sin aire y así poder robarle su dinero.

Y para finalizar aquella larga jornada al llegar a su casa, recordando lo vacía que estaba, con falta de aquel calor familiar que nunca tuvo. Pues el haber sido abandonado en un orfanato a la tierna edad de tres años y no ser adoptado por nadie, lo había ahuyentado de ser sociable. Harto de aquel sufrimiento había decidido salir a dar un paseo para despejar su mente. A veces deseaba tener amigos, pero al momento recordaba que si los tenía ellos podían llegar a traicionarle, abandonarle e incluso lastimarle. Solo los niños lograban calmarle, pero luego recordaba que ellos creían y olvidaban. Había crecido siendo un chico tímido, inseguro e inexperto con respecto a la vida social, y todo lo que tiene que ver a cruzar más de cinco palabras.

Mientras caminaba junto con la música que escuchaba desde su mp3, perdió la noción del tiempo y cuando fue a darse cuenta, la oscuridad ya había cubierto gran parte del cielo y de las calles. Se sintió como un ratón en una caja. Apenas podía ver más allá de su nariz, y el frío típico de Londres levantaba aquella neblina que lograba dificultarle la visión. Trago saliva. Escondió ambas manos dentro de la chamarra y mordiéndose el labio espero que las farolas se encendieran, pero estas por lo visto no cooperaban.

Sin otro pensamiento, comenzó a acelerar el paso, rápido y nervioso, conocía ciertamente que en la noche aparecían aquellos seres, aquellos que desde hace un año habían hecho su aparición haciendo temer a cada persona por su vida. Él había leído cada periódico de los estantes, muchos habían comenzado con los típicos cuentos de 'chupa cabra' y otros como un animal extraño. Pero desde que las presas dejaron de ser animales y pasaron a ser víctimas humanas, comenzó a rondar los rumores sobre 'diablos de sangre', 'monstruos de las tinieblas', 'sanguijuelas'… 'Vampiros', aunque este concepto era el más inaceptable, pues todos aseguraban que todo aquello sobre estacas en el corazón, el ajo, crucifijos era una gran sarta de historias para asustar a doncellas y niños de hace varios milenios. En la actualidad, venga, era demasiado extraño.

Aun recordaba cuando las monjas les contaban aquellas historias, e incluso fue la última cuando decidió dejar el orfanato. Sor Dorian había sentado a todos los niños y adolescentes alrededor cuando se había ido la luz en el orfanato, todos estaban en el salón de deportes escuchándola atentamente. Él que ya había escuchado la historia repetidas veces no prestó atención, se había dedicado a planificar su ida. Cuando todo se había apagado y los ronquidos se mezclaban con suspiros, caminó en puntillas hasta la puerta trasera de la cocina que siempre mantenía sin seguro por los perros guardianes. Recordó haber visto su aspecto frente a un espejo que estaba allí en la puerta. El cabello rubio casi platinado que llegaba hasta los hombros con un pequeño flequillo que peinaba decentemente, sus ojos grises que llegaban a ser tan claro como las estrellas -eso decían las nenas a las que peinaba- que postraban en su rostro tan fino y aristocrático, una nariz respingona, una boca pequeña con labios un poco agrietados, cejas finas. Un ángel, según Colin, un huérfano que recién había aparecido allí. Su tez era tan pálida como el papel, y se veía demasiado delgado aunque tuviese una musculatura levemente marcada, medía 1,70 así que lograba ser un poco más altos que los chicos de su edad.

"¿Tío Draco?" Había sido la voz de Colin, quien le miraba con sus ojitos cansados.

"Colin. Vuelve a dormir" Le había dicho.

"¿Dónde vas?" Había suspirado, pues con siete años aquel niño podía cogerlas todas.

"Venía por agua, ¿Quieres?" El niño le había negado. Sin más se le acercó y depositó un beso sobre su frente donde caían leves mechones castañas. "Ve a dormir. Mañana será un buen día" Sonrió de medio lado al ver como el niño asentía y luego se alejaba soñoliento.

Y luego él, huyó.

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Draco llegó a sobresaltarse al escuchar un sonido estridente, así que alejó los audífonos afanado. Su corazón había comenzado a bombear sangre desesperadamente y lo que más temía, era terminar como aquellos que habían llegado a ser víctimas de aquellas bestias. Las noticias revelaban que los cuerpos encontrados eran violados, torturados y desmembrados y sin olvidar los colmillos que marcaban todas las partes del cuerpo hasta desgarrarlas…

¡Y de nuevo se ponía a perderse en sus pensamientos! Comenzó a mirar a su alrededor buscando algo por donde poder guiarse y volver de regreso a su casa. Cerró la cremallera de su chamarra hasta el tope y aceleró cada vez más el paso, mirando a cada momento tras su espalda. Llega a pegar leves gritos cuando algo lo sorprendía o encrespaba, tan asustado estaba que cuando se fijó en que estaba llegando a una calle más desconocida, dio media vuelta y retornó.

Al cabo de un gran rato donde el dolor en su pecho a causa del frio que aspiraba insistentemente y el malestar que comenzaba a tener en sus rodillas, llego a una banca donde se sentó y tomo aire profundamente. Estaba comenzando a helar más y vaya a ver la hora, pues él mismo conocía el frio propio de Londres. Sintió la pesadez sobre sus ojos y decidió seguir con su trayecto, pues no terminaría por dormir en una banca cómo el primer mes después de que se fuera el orfanato. Una vez erguido pego un grito horroroso cuando sintió como unos brazos rodeaban su torso desde su espalda y le dejaban inmóvil como una estatua.

¡DIOS, NO! ¡NO, NO, NO! ¡PORFAVOR!

Quiso gritar, pero la voz había desaparecido tras aquel grito que había lanzado.

– ¿Qué haces tan solo a esta hora humano? –Preguntó una voz gruesa y sedosa cerca de su oído. Sintió un peso de más al lado de su hombro y de acto se le puso la piel de gallina. Trató de decir algo, pero nuevamente la voz desaparecía como temiendo aún más que su propio dueño a aquel desconocido

Su corazón estaba por salirse de su pecho y estaba seguro que de un momento a otro se desmayaría y le valdría reverenda mierda todo de ahí en adelante.

–Hummm –La burla de aquel le hizo comenzar a temblar notoriamente. Y estaba seguro de que su sangre bombeaba con tal rapidez que de seguro explotaría de sus venas –Veo que no eres muy hablador –Prosiguió con aquel tono burlón – ¿Cómo te llamas delicia? Mi nombre es Harry, un placer –Sintió como la nariz del desconocido apartaba unos pocos mechones y olía su nuca –Un gran, gran placer –El gruñido satisfactorio del hombre lo hizo palidecer más de lo que ya era.

–Dra-Draco… así… m-me lla-llamo… -Tartamudeo logrando hablar un tanto. Tal vez era un violador, y no de aquellos peligrosos seres que hablaban. No sabía que era peor. Notó como uno de los brazos que lo rodeaban se alejaba y lo ascendía hasta la cremallera, para comenzar a bajarla dejando a la vista su camisa blanca. Abrió la boca suspirando, y sí, ya tenía la idea de que su mala suerte terminaba con un jodido violador en medio de la oscuridad – ¡Ah! –El hombre agarró el cuello de su camisa, alejándola de su cuello – Porfa-vor. No. Porfa-favor, no. No me ha-hagas nad-nada –Lloriqueó, a punto de comenzar a soltar lágrimas.

Pero más fue su terror al sentir como algo húmedo corría por la extensión de su cuello, y en un intento de alejarse, le dio más acceso a su piel. La lengua lamió justo sobre su yugular, como si fuese un helado. Y ahí fue que creyó… era un vampiro. ¡Debía de serlo! ¡MALDITA FUERA SU VIDA!

Cerró los ojos esperando su destino. Tal vez solo así, se libraría de todas sus penas… ¿Resignación? No tenía de otra.

–Un nombre –El aliento choco ante la humedad de su nuca –Un tanto diferente, pero lindo. Draco –El susurro llegó hasta su oreja, para luego de un mordisco sobre su lóbulo lo hiciera abrir los ojos de golpe y jadear por lo bajo –Te agradezco, por no gritar. Así todo es más fácil –Pensó en la sonrisa que adornaba el rostro del hombre.

Mierda, mierda, mil mierdas… voy a morir, me va violar, me quitara la sangre como a todos y luego asesinar… ¡Joder! ¡Me va a desmembrar! Por favor que me suelte y me deje ir, por favor Dios…

–Tranquilo niño, aun no te probare –Se tensó. ¿Cómo diablos…? –Ya he cenado y estoy, ¿cómo lo dicen? Lleno –Draco solamente quiso llorar y poder correr, solo correr.

–Por-fa-favor… deja-me…ir –Sorbió las lágrimas que ya corrían por sus mejillas –Si… no me harás nada… déjame, por favor –Rogó esperanzado.

–Solo quería conocerte, humano –El tono temible paso a ser afable, relajante e incluso la fuerza que apresaba su cuerpo había disminuido –Pero, podría morderte –Nuevamente sintió la lengua pasando por su piel.

– ¡NO! –Gritó, y fue tan impactando oír la carcajada de aquella persona. El agarre lo dejo ir, y Draco no lo pensó ni dos veces. Le valía madre el aspecto del hombre, además el cansancio había desaparecido.

Echó a correr con todas sus fuerzas sin importar si su cuerpo estuviese entumecido por el frio. Dios vueltas y vueltas, esperando perder al hombre por si este lo había seguido. Llegó a un punto en el que su corazón comenzó a arder y termino por recostarse contra una pared totalmente agotado.

Al verse sólo en la calle y pocas luces de faroles encendidas, dejo escapar lágrimas de alivió. Se había salvado, y tal vez, solo tal vez, había sobrevivido a ese monstruo de las tinieblas.

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O conocido como mito, un vampiro.


-DramatiqueLicorne