— Te quedan bien.
Dijo Conan al ponerle sus propios anteojos. Ai alzó una ceja, al ver la cara sonrojada de su novio.
— Tú y tu extraño fetiche —Respondió con burla, intentando de que su propio sonrojo, indetectable, no se agrave.
— No es un fetiche —Espetó con una sonrisa, tomando con dulzura los dos costados de su cara— Solo me gustan como te quedan.
Ella sonrió de lado, se las quito despacio y se las puso aun anonadado pequeño detective.
— Me gustan como te queda, mucho más de lo que tú a mí —Declaro Haibara— Porque...
Antes de que pudiera decir algo más, ella, se acercó lentamente mientras sus narices se rozan y lo besó suavemente.
— ¿Por qué? —Preguntó el detective al separarse con gran curiosidad, tan cerca que podrían volverse a besar.
— Averígualo, Conan Edogawa.
El aludido sonrió con dulzura.
"Porque verte usar anteojos, poder llamarte por ese nombre. Solo confirma que tú me elegiste sobre ella"
— Ya veo... —Empezó con la mirada fija en sus ojos— Ya lo entiendo todo.
— ¿Es así?
— Porque me veo más intelectual y tú tienes un fetiche con eso.
Ella lo miro escépticamente.
— Sigue soñando, detective.
— ¿Contigo?
— Si quieres.
La respuesta muy bien la sabía el detective.
"Si, quería"
Como volverla besar, y así lo hizo.
