-¡Quieres mover el culo Dean!- Sam me gritaba entrando ya por la puerta de embarque.

-¿De verdad es necesario Sammy?- Dije mientras la señora de atrás me empujara para que subiera al avión.- ¿No te doy pena?

-Ni un ápice.- Respondió él.- Es nuestra culpa Dean, tenemos que encontrar ese cuadro y quemar lo antes de que...

Sam se calló al ver como le miraba la azafata, le entregó el billete y fue a sentarse, muy a mi pesar hice lo mismo.

-Vamos a morir, vamos a morir...- Comencé a murmurar mientras me agarraba con fuerza al asiento .

-Vamos, ya hemos pasado por esto antes.- Me susurro Sam.- Tenemos que quemar ese cuadro ¿Vale? Fue nuestra culpa el que se haya vendido ¡Y ahora alguien va a morir en Cardiff!- La señora de delante se giro con expresión extrañada.

-Es... Es un juego.- Me apresure a decir.- Un juego de rol.

La mujer volvió a sentarse bien, y Sam dejó el tema.

Lo había pillado, nuestra culpa, nuestro deber, solo tenía un problema ¿Por qué había tenido que salir de nuestro continente ese maldito cuadro? ¡Y por qué no íbamos en barco!

La voz que anunciaba el despegue sonó por todo el avión, me agarré aun con más fuerza al asiento y recé porque nuestro avión no se estrellara, o le ardiera un motor, o se le rompiera un ala, o se despresurizara la cabina o...

Sammy puso su mano sobre mi hombro, casi grité al notarla.

-Dean por dios no montes un numerito ¿Vale?- Asentí no muy seguro de lo que haría como empezara ha haber turbulencias.

El viaje se me hizo eterno, cada dos segundos tenía el presentimiento de que íbamos a morir todos, y ni siquiera tararear canciones de Metallica me tranquilizaba.

Por suerte el avión aterrizo sano y salvo y tras media hora apoyado en la pared del aeropuerto me vi con las fuerzas de moverme y salir de allí en busca de un hotel.

-Vamos Sam.- Dije separándome de la pared.- ¿Sam?- ¿Dónde se había metido?

Entonces sonó mi teléfono, tenía un mensaje.

"Por si te interesa estoy en el Hotel Mayor, a dos calles de aquí, ya he pedido habitación."

¡Sera hijo de! ¿Tanto le costaba esperarme? Salí del aeropuerto con la sangre hirviendo me, pedí un taxi dirección Hotel Mayor, cuando llegué me di cuenta de un pequeño problema, solo tenía dolares.

-Esto...-Empecé cuando el taxista me pidió la carrera.- Sí, bueno, es que soy estadounidense.

-¿Y?- Respondió secamente, si algo no cambiaba estuvieras en la parte del mundo que estuvieses es la sequedad de los taxistas.

-Bueno, pues es que solo tengo do.- Alguien golpeo en la ventanilla.- ¡Sam!- El taxista bajo a ventana y Sam coló la cabeza.

-Yo pagó.- Sam abonó el importe en libras, y menos mal, porque ese taxista tenía cara de asesino en serie.

-Gracias.- Murmuro mientras yo salía del taxi.

-¡Joder!-Dije ya entrando por la puerta del hotel- ¿¡Tanto te costaba haberme esperado!?

-Vamos Dean, la habitación esta arriba.- Vale, me estaba ignorando, asumido.

Subimos por lo menos medio kilómetro de escaleras, Sam era un as para encontrar malos hoteles, la próxima vez elegiría yo. ¿Dios mio pero cuantas plantas tenía eso?

Entramos en la habitación, tiré mi bolsa sobre la cama y me tiré yo tras ella, necesitaba echar una cabezadita.

-Ni se te ocurra dormirte Dean.- Dijo amenazante Sam.- Tenemos trabajo ¿Recuerdas?

-Son las ocho de la mañana Sammy, ni siquiera sabemos donde esta el cuadro ahora.- Suspire.- Solo media hora...

-No, si no sabemos donde esta el cuadro tenemos que buscarlo antes de que ocurra algo.- Contesto él.- Y con algo me refiero a una muerte.

-Lo pillo genio.- Mascullé levantándome de la cama.- ¿Y cual es el plan?- Mire la habitación.

No era precisamente grande, dos camas, recé porque hubieran cambiado las sabanas de la ultima vez, una tele que seguramente no se vería y una sola mesilla, con una radio.

-¡Una radio!- Dije ignorando a Sam y encendí la radio, me costo como dos minutos localizar una buena cadena.- ¡Eh! Thunderstruck, mola.- Me senté en la cama.

-Me estas ignorando ¿Verdad?- Negué con la cabeza antes de formar un "Sí" con la boca.- A ver, se supone que el cuadro fue vendido a los Thomson.

-Bueno caso resuelto, seguro que solo hay una familia apellidada Thomson en Cardiff.- Respondí con clara ironía.

-Ya, bueno, por lo menos he hecho más que tú.- Los ojos se me iban cerrando.- ¡Dean!- Salte de la cama en posición de pelea.- Vale, esta bien puedes dormir un rato.

-No, ya no quiero.- Dije irritado.- Vamos a buscar a esos Thomson, no hay tiempo que perder Sammy.

-Si te caes en mitad de la calle juro no levantarte.-Me "amenazó" Sam.

-Pero si tu eres el torpe hermanito.- Repliqué dirigiéndome al baño.

Me dí una buena ducha para despejarme, aunque creo que acabé más sucio que antes de la ducha ¿Cuantas estrellas tenía ese hotel ¿Menos cinco? Estaba decidido, nos cambiábamos de hotel, no pensaba dormir ahí, buscaría uno cuando saliéramos a comer y...

-¡Dean!- Grito Sam desde la habitación.- ¡Tienes que ver esto!

Salí de la ducha tomándome mi tiempo.

-¡Quieres venir idiota!- Me llamó otra vez.

Me enrollé una toalla al rededor de la cintura y salí a la habitación.

-¿Qué quieres Sammy?- Me hizo un gesto para que me acercara.

La tele estaba encendida en el canal de noticias locales, iba a decir algo pero Sam me hizo un gesto para que me callara y a regañadientes le hice caso.

Había ocurrido un asesinato, la policía había acordonado la casa y la joven y hermosa reportera no sabía todavía la causa de la muerte.

-Creo que es hora de que seguridad nacional haga una visita a la escena del crimen.

Sam asintió, comencé a vestirme, no me costo más de cinco minutos.

Según las noticias el asesinato no había ocurrido a más de dos manzanas del hotel. ¿Sería culpa de nuestro querido cuadro? Seguro.

-Oye Sam ¿De donde has sacado las libras? -Pregunté mientras íbamos en el taxi.

Estaba seguro de una cosa, el taxista nos estaba haciendo un tour turístico, que majo.

Echaba de menos a mi pequeño, solo rezaba por acabar esto rápido y volver a "casa", aun que fuera en avión.

-Bueno Dean, estuviste como media hora en el aeropuerto, me dio tiempo ha hacer muchas cosas.- Respondió, habíamos llegado a nuestro destino, Sam pagó.

-Ya, pues podrías haber buscado un mejor hotel.- Murmuré bajando del taxi.

A diez metros la entrada a una casa estaba acordonada, pasamos presentando nuestros carnes falsos, inspeccionamos el cuerpo.

-Es nuestro amigo el fantasma.- Susurre mirando las heridas que habían desangrado al señor Thomson.

-Sin duda.- Respondió Sam.- Bueno, solo tenemos que buscar el cuadro y quemar lo.

-Sí.- Dije levantando me.

Entonces vi el revuelo que se había causado en la zona, pregunté a un policía que se apartaba apresuradamente de la escena.

-Torhwood.- Le mire con expresión extrañada.- Operaciones especiales, Torchwood.

-Oh... Sí, claro, Torch... Torchwot.- Respondí intentando repetir el nombre que me había dicho el policía.

Este me miro mal y se aparto.

Entonces entraron ellos.

Dos hombres, uno alto y con una casaca militar y el otro más bajo y con cara de niñato, detrás entraron dos mujeres, una joven con media melena y las palas separadas, la otra asiática y ¡Dios mio! Que buena estaba... Silbé por lo bajo.

-¿Qué pasa Dean?- Preguntó Sam que acaba de darse cuenta del revuelo.

-Torchwood.- Dije, esta vez pronunciando bien el nombre.