ESCUELA Y MÁS ESCUELA
MI NUEVO RIVAL
Era el primer día de clases en el instituto W. Un coelgio en donde se acptaban alumnos de todas las nacionalidades y edades ya que había secciones de primaria, secundaria, preparatoria y universidad para todo aquel que estuviera interesado en otros países y sus culturas.
Eran las 7:30 de la mañana así que todos los alumnos llegaban ajetreados buscando las listas donde se indicaban los grupos y horarios, en pocas palabras había una bola de adolescentes amontonándose en el tablón de los anuncios.
-muy bien West, ahora solo tienes que ir ahí y buscar tu horario- dijo un muchacho de cabello blanco y ojos rojos que parecían peligrosos
-pero hay demasiada gente- dijo el hermano arqueando una ceja al ver a todas las personas que se daban de empujones para ver las listas
-sé un hombre y quítalos de tú camino ya que tu awsome hermano no estará aquí en todo momento para ayudarte-
-gracias a Dios…- murmuro el rubio de ojos azules
-¿dijiste algo?- preguntó su hermano mayor
-ah… no nada… iré a ver si puedo encontrar mi salón- dio un suspiro y empezando a caminar con resignación hacia el tumulto de gente.
-hey Gilbert- llamarón al albino que volteó para encontrarse con sus dos mejores amigos: Francis, un chico francés algo pervertido y Antonio un español amable que siempre sonreirá pero que era todo un peligro cuando se enojaba
-hey chicos, ¿Qué tal sus vacaciones?- les preguntó a los muchachos que se acercaron rápidamente
-ahhhhh, fui a casa y debo decir que me dolió mucho tener que dejar mi adorada Paris- respondió Francis con falsas lagrimas en sus ojos
-yo también fui a mi casa, y me di un atracón de toda la comida que pude encontrar además de que ayudé a mi madre a cultivar algunos tomates- dijo el ojiverde con una enrome sonrisa
-seguramente se la pasaron fatal sin mi- dijo Gilbert pasando sus brazos alrededor de los hombros de sus dos amigos para acercarlos más a él
-por supuesto que te extrañamos mon amour, me hiciste mucha falta en las noches- dijo en tono seductor Francis ofreciéndole una rosa roja
-eso se lo dices a todos- le regaño Gilbert
-hablando de eso, la última vez que nos vimos nos dijiste este sería el primer año de tu hermano menor ¿Dónde está?- preguntó Antonio mirando todas las caras nuevas a su alrededor
-que buena memoria Antonio, ahí está, es esa cabeza rubia que sobresale- dijo señalando a Ludwig que de entre todos los alumnos era el más alto
-vaya, ha crecido mucho, hasta es más alto que…- pero Antonio no terminó la frase
-¿Qué te pasa?- le preguntó Francis al ver la cara embobada del español
-Ahhhhh, esos chicos, los mellizos de ahí son muy lindos- respondió Antonio con las mejillas sonrosadas
-uhhhh, al parecer alguien ya tiene un par de victimas en mente- dijo Francis localizando a los hermanos que al parecer estaban intentando salir de la bola de gente que los aplastaba, uno de ellos estaba lloriqueando mientras que el otro le reprendía
-yo también buscare algo de carne fresca- habló de nuevo el francés tratando de localizar alguna cara que se viera apetecible, hasta que sus ojos se toparon con un muchachito rubio, ojos azules y lentes que tenía una cara algo tímida. Francis sonrió con malicia al notar que todos ignoraban al chico, así que aquel jovencito sería solo para él
-y dime Gilbert ¿Este año te la pasaras molestando al buen Roderich otra vez?- preguntó Antonio sin despegar sus ojos de los hermanos
-no, creo que este año la siguiente víctima será Vash, me han dicho que su hermanita ha crecido bastante kesesesese- rió de manera maliciosa hasta que sintió como algo chocaba con su espalda, así que enfadado se volteó
-hey ten más cuidado si no quieres que te desfigure la cara- le dijo enojado a un chico rubio de ojos verdes que estaba algo encorvado por el golpe pero que después se incorporó
-ósea ¿Cómo está eso de que me vas a desfigurar? Como que a esta carita tus sucias manos no la van a tocar- dijo el chico poniéndose una mano en la cadera y con la otra se ponía el cabello detrás de la oreja. Tanto Francis como Antonio se quedaron atónitos ante las palabras del joven ya que nadie se atrevía a hablarle así a Gilbert.
El albino sonrió de manera diabólica y se acercó al rubio que no se inmutó
-oye mocoso, más vale que cuides esa lengua tuya si no quieres que cosas malas te sucedan- le amenazo a pocos centímetros de su cara
-como que a mí no me dices como debo hablarte- dijo con una mirada retadora ahora con las dos manos en la cadera
-tú te lo ganaste- dijo Gilbert tomando del cuello de la camisa al rubio y alzando su puño, pero de repente un jovencito castaño llego justo a tiempo para separarlos
-e…esperen… n… no se pe… peleen por favor- dijo poniéndose entre el rubio y Gilbert y temblando como una gelatina
-¿y tu quien carajos eres?- preguntó el albino también mirándolo amenazante
-oye Toris, meterse en una pelea es peligroso- le dijo el rubio como si nada pasara
-Feliks compórtate, es el primer día y ya te estás enemistando con los demás, un día de estos te vas a meter en problemas y no te voy a poder ayudar- dijo ignorando por completo a Gilbert que seguía esperando una respuesta
-perdónalo por favor, es que es algo… impulsivo…- se disculpo el castaño
-está bien, lo perdono… solo por esta vez- dijo el almenán cruzándose de brazos y sonriendo con autosuficiencia
-gracias, vamos Feliks- dijo tomando al rubio de la mano y alejándolo de ahí, el rubio le dirigió una última mirada al albino y le sacó la lengua mientras que Gilbert le hizo un gesto obsceno con la mano.
-ese chaval tiene agallas- dijo Francis mirando cómo se iban los dos amigos
-claro que no, solo es algo idiota- dijo Gilbert
-mmmmm ahora que lo pienso, nunca lo había visto por aquí- comentó Antonio
-seguramente es uno de esos ñoños de primer año- volvió a decir Gilbert terminando así la conversación pues era hora de ir a clases, así que solo se despidió de su hermano y se fue a su salón.
Cuando llegaron vieron que estarían de nuevo con sus compañeros del año pasado como por ejemplo Arthur ex amante y víctima número uno de los acosos de Francis, Iván, el tipo al que todos temían aun más que a Gilbert, Wang Yao el único que hablaba con Iván y que tenía un montón de hermanos, Roderich el némesis de Gilbert, Elizabetha, la ex novia de Roderich y presidenta del club de fujoshis de la escuela, Vash, el loco de fan de las armas, Gupta un muchacho muy serio y reservado y por ultimo Sadiq un turco amigo de Gupta. Esos eran los alumnos más relevantes de su grupo.
-otro año juntos mon amour creo que deberías empezar a resignarte a que algún día serás todo mío- dijo seductor Francis acercándose a Arthur que le regaló una mirada asesina
-por mi puedes quedarte esperando mil años maldito frog face- respondió el ingles
-dios mío, ¿Qué no se pueden comportar como la gente normal?- preguntó Vash mas para si mismo que para los demás
-y eso lo dice alguien que está limpiando su escopeta en medio del salón- opinó Roderich de manera casual
-cállate maldito señorito si no quieres que te vuele la cabeza- le dijo Vash apuntándole con su arma
-pero que bella escena, apenas es la primer hora y ya están haciendo sus demostraciones de amor- dijo burlón Gilbert acercándose a los chicos que lo miraron con odio
-tú también quieres tragar pólvora ¿o qué?- le dijo Vash ahora apuntándolo a él
-guárdate tus detalles románticos para cuando estés en la cama con el señorito podrido- dijo dirigiéndose a su asiento. Roderich solo guardó silencio sabia que meterse en aquel tipo de peleas absurdas solo era una pérdida de tiempo.
Después de la pequeña discusión todos se fueron a sus lugares pues el profesor ya había llegado.
-ah… muy bien muchachos, espero hayan pasado unas buenas vacaciones y que hayan descansado para que este semestre se esfuercen mucho, ahora debo darles un anuncio. Al parecer este año se nos unirán dos alumnos nuevos trátenlos bien y denles una cálida bienvenida- explicó el maestro
-alumnos nuevos, eso suena interesante- le susurro Antonio a Gilbert que sonrió con malicia.
Los esperados nuevos alumnos entraron al salón, se trataba de un chico castaño de ojos azules y un rubio de ojos verdes… los mismos de hacía poco…
-pueden presentarse- les indico el maestro
-mi nombre es Toris Lorinaitis, mucho gusto- dijo con una sonrisa tímida
-vamos Toris deberías ponerle como que mas estilo a esa presentación- su amigo solo sonrió nervioso –ah como sea, yo soy Feliks y espero se acostumbren a mi fabulosa presencia- dijo guiñándoles un ojo a todos
-parece ser que el "awsome" tiene competencia- dijo de repente Elizabetha entre risas contagiando así a los demás
-cállate lesbiana, nadie es competencia para mí- dijo orgulloso Gilbert
-¡no me digas lesbiana, maldito narcisista!- le gritó la castaña
-huy ósea como que me encantan las peleas de gatas- dijo Feliks para calmar un poco el ambiente
-¿a quién le dices gata?- preguntaron al unísono Elizabetha y Gilbert
-ja ja ja tranquilos, no vayan a sacar las garras todavía- les dijo el rubio divertido
-oye te lo advertí hace un momento controla tus palabras o esta vez tu amiguito no te va a salvar-
-señores por favor tranquilícense, estamos en una escuela no en una alberca con lodo y bikinis- dijo el profesor y todos lo miraron raro por el comentario tan desatinado –ah… ejem… bueno, continuemos con la presentación, al parecer Toris y Feliks son familiares de Iván- dijo el profesor mirando unos papales. Todos los alumnos voltearon a ver al ruso que solo sonrió de manera infantil como solía hacerlo
-es verdad, siempre hemos sido como una enorme familia- dijo en tono feliz
-el vivir en una misma casa no nos hace una familia- recriminó Feliks con un tono serio, pero Toris le tomo del brazo y le mandó una mirada que parecía decirle que no dijera mas
-Feliks, siempre has sido el rebelde… tal vez por eso no te tocó estar solo…- le dijo Iván alegre pero que solo provocó que el rubio frunciera el seño. Gilbert no pasó por alto aquella bizarra conversación y las reacciones de los involucrados.
-muy bien, suficiente de charlas, ya pueden tomar asiento- los dos chicos tomaron fueron a sus respetivos lugares.
-esos dos son familiares de Iván, seguramente son peligrosos- le dijo Antonio a Gilbert que estaba algo pensativo.
La mañana pasó tranquila, bueno relativamente tranquila ya que las riñas entre compañeros, insultos y balazos no podían faltar, y así fue hasta la hora del receso, todos salieron como despavoridos desesperados por algo de comer.
-hey Toris, como que buscamos a Edward y a Raivis ¿no? Esto de estar mucho tiempo sin comida hace que me ponga mal y eso no es nada "nice"- escucharon decir a Feliks que caminaba a un lado de Toris
-ese tipo es muy raro- comentó Gilbert tomando su cartera y saliendo con sus amigos
-ja ja ja si, tiene una personalidad algo extraña- opinó Antonio
-Gilbert mon ami, al parecer ese chico te interesa- dijo Francis recogiéndose el cabello en una coleta
-no es que me interese solo se me hace raro... además no puedo permitir que alguien sea mas awsome que yo- dijo decidido
-Gilbert se siente amenazado ja ja ja- se burló Antonio
El trío de amigos salió al patio para comer algo, pero entonces Francis vio a cierta persona…
-luego los alcanzo chicos, tengo algo que hacer- dijo despidiéndose, los otros dos se miraron y se encogieron de hombros para seguir con su camino.
El francés caminó con su típica elegancia hasta quedar casi frente a otro muchacho
-hey Francis, ¿has visto a Arthur?- le preguntó un muchacho rubio de ojos azules que usaba lentes y una chamarra de cuero café
-creo que aun esta en el salón, ¿para qué lo quieres?- le preguntó Francis
-vengo a darle la noticia de que pude entrar a la preparatoria, el año pasado se la pasaba diciéndome que repetiría el año, ahora puedo presumirle que los héroes no reprueban- y comenzó a reír estrepitosamente dirigiéndose al salón, Francis lo vio alejarse y después habló
-¿Cómo te llamas?- al parecer el francés estaba hablándole a la pared, hasta que una tímida voz se escuchó
-¿me preguntas a mí?- dijo la vocecita de un joven que iba unos metros detrás de Alfred y que al escuchar a Francis se volteó
-claro que sí, yo se que el otro tipo es Alfred, pero a ti jamás te había visto- el chico puso una cara de sorpresa, se sonrojó y miró al piso
-me llamo Mathew- dijo aun mirando al piso y con una sonrisita asomándose en su rostro sonrojado
-c'est un plaisir te connaître petit Mathew (es un placer conocerte pequeño Mathew)- le dijo Francis sonriendo de manera seductora
- le plaisir est mien (el placer es mío)- respondió el rubio
-ah, pero que lindura también hablas francés- dijo realmente feliz Francis
-sí, un poco… este…-
-Francis- completó el mayor –y dime, ¿Qué haces aquí?
-ah, yo estudio aquí, soy del primer año-
-¿y qué relación tienes con Alfred? Bueno, si se puede saber- Mathew por primera vez lo miró a los ojos, y Francis no pudo evitar sentirse nervioso ante esa mirada inocente
-¿no te diste cuenta?- preguntó Mathew, el francés negó con la cabeza –somos hermanos, hermanos gemelos- dijo señalando su cara, Francis lo miró detenidamente unos segundos y después cayó en la cuenta de que efectivamente ese pequeñín era idéntico a Alfred solo que con el cabello más largo
-wow, no lo había notado, perdona mi torpeza… no pensé que alguien como tú fuera a ser el gemelo de Alfred- dijo Francis, el semblante de Mathew se entristeció un poco al escuchar esas palabras
-nunca me imaginé que ese tipo fuera a tener un gemelo tan lindo- dijo finalmente el francés ofreciéndole una rosa roja al chico que se puso aun mas rojo cuando tomó la flor
-bueno petit Mathew ya me tengo que ir, espero nos volvamos a ver- y con una sonrisa se despidió, Matt se quedó en su mismo lugar y sonrió apretando la rosa contra su pecho, se sentía bien que alguien lo reconociera.
Mientras tanto España y Prusia buscaban un buen lugar para sentarse, o eso fue hasta que se toparon con un grupo de chicos de primer año
-¡West!- llamó Prusia al ver a su hermano menor acompañado de un chico de cabello castaño, España no pudo hacer otra cosa más que poner cara embelesada al ver que el otro niño era uno de los hermanos que había visto en la mañana.
-hey parece ser que ya has hecho amigos- le felicitó el albino al rubio que solo asintió con seriedad
-y uno muy lindo por cierto- dijo España sonriente, a lo que el castaño le respondió la sonrisa
Ludwig miro con desconfianza al español pues ya conocía su fama de pederasta así que disimuladamente se puso un paso frente a su nuevo amigo
-me llamo Feliciano, y soy amigo de Ludwig- dijo muy animado colgándose al brazo del rubio que se puso nervioso
-mucho gusto, nosotros somos Antonio y Gilbert es el hermano mayor de Ludwig- presentó Antonio y Feliciano al parecer estaba emocionado
-ahhhh, ¿tú también tienes un hermano mayor?- preguntó feliz el pequeño italiano
-claro, y tiene al mas awsome del mundo- dijo Gilbert pasando su brazo por el hombro de Ludwig que suspiró mientras que Feliciano sonreirá como un tonto
-acabas de mencionar que también tienes un hermano ¿Dónde está?- preguntó casualmente España
-no lo sé, me dijo que no quería verme y que dejara de molestarlo y se fue…- dijo con tristeza Feliciano así que Gilbert y Antonio que tenían cierta debilidad por las cosas lindas (entre ellos las personas) decidieron consolar al pobre adolescente abrazándolo y acariciándole la cabeza ignorando las protestas de Ludwig que intentaba salvar a italiano que disfrutaba de los mimos pervertidos de los dos más grandes… o eso era hasta que cierto italiano malhumorado llegó
-¿¡que mierda que le están haciendo a mi hermano bola de depravados!- gritó un chico muy parecido a Feliciano que tenía el ceño fruncido
-nii-chan- dijo alegre el menor, su hermano lo jalo del brazo arrebatándolo del abrazo de los otros dos
-oye, tranquilo que solo estábamos consolando a tu hermanito kesesesese- dijo Gilbert
-la puta madre estaban consolándolo, ya sabía que no se podía confiar en nadie de esta escuela todos son unos malditos raros- después se dirigió al menor –¿y tu porque carajos te estas dejando manosear por estos tipos?- le espetó a Feliciano que solo sonrió
-no me estaban haciendo nada malo, además uno de ellos es el hermano de Ludwig- dijo feliz y después el mayor de los dos le dedicó una mirada asesina a Ludwig
-pido disculpas por parte de mi hermano y su amigo- dijo el rubio pero aun así Lovino seguía acuchillándolo con los ojos
-oye…- empezó a decir Antonio
-¿Qué quieres?- preguntó el castaño sin quitarle los ojos de encima al rubio
-tú también eres muy lindo- dijo abrazando de repente a Lovino que se quedó estático unos segundos y después empezó a forcejear con la cara tan roja que brillaba
-suéltame maldito pervertido- gritaba mientras intentaba zafarse del abrazo del español que no soltaba y menos al ver el sonrojo del chico
-que tierno- decía sintiendo como el italiano se ponía mas rojo y más violento
-¿Qué estas sordo o solo eres imbécil? Que me sueltes maldita sea- gritó dándole un cabezazo al moreno que lo soltó. Lovino respiró con dificultad unos minutos y después se echó a correr
-¿viste Gilbert? Es tan tímido- dijo emocionado el español viendo como el chico corría por el patio
-ah… parece ser que le caes bien- dijo feliz Feliciano haciendo que Antonio se alegrara un poco más, aunque Gilbert y Ludwig no sabían cómo eso era posible.
El receso pasó tranquilo, hasta que regresaron a clase en donde Gilbert fue interceptado por cierto rubio vanidoso
-ósea, ¿Cómo que tu eres Gilbert?- le preguntó el ojiverde al alemán que lo miró algo molesto
-si, ¿Qué quieres?- preguntó preparándose para golpearlo pues ya habían tenido ciertos roces antes, Feliks rodó los ojos y después suspiró
-como que te tengo que pedir disculpas por lo que paso en la mañana… no fue mi intención hablarte mal y mucho menos decirte gata- dijo jugando con las puntas de su cabello
-¿y a que se debe ese repentino cambio de actitud?- preguntó Gilbert sonriendo y cruzándose de brazos
-pues a que Toris me obligó a pedirte disculpas así que como que las tomas o las dejas porque el que yo pida perdón como que no pasa todos los días ¿si me entiendes no? Así que aprovecha la oportunidad-
-¿vienes a pedir perdón con esa actitud?- dijo Gilbert sintiendo su ego elevarse un poco mas
-Obvio, digo, tú llegaste a amenazarme por un accidente y luego te pones a discutir con otra tipa solo porque no aceptas el hecho de que soy demasiado fabuloso, más bien deberías ser tu el que este disculpándose conmigo- Gilbert torció el gesto
-¿fabuloso dices? Ni siquiera me llegas a mis awsome tobillos-
-ja ja ja ósea como que estas totalmente desubicado el único awsome aquí soy yo y que te quede bien claro- se hizo el cabello hacia atrás con un movimiento elegante de su mano y se fue caminando con paso tranquilo hasta su lugar
-esto es guerra- pensó Gilbert al ver al rubio que sonreía con egolatría.
