Estoy de nuevo con vosotros/as para una pequeña continuación sobre lo que le sucede a Harry tras su decisión de quedarse en el ejercito. Será una historia de no muchos capítulos.

Agradezco todos los comentarios que ha tenido la historia de Harry en el ejercito muggle, me alegra que os haya gustado. Se sigue leyendo y eso me anima a escribir ésta pequeña continuación. Ha llegado a 225 comentarios y me he entusiasmado con cada uno de ellos (y si seguís dejando comentarios diciéndome lo que pensáis os lo agradeceré infinitamente)

Y como siempre anunciar que los personajes pertenecen a J. y que no gano nada con ello, solo pasar un buen rato.

CAPITULO 1 – ¿QUE SUCEDIÓ DESPUES?

El avión aterrizó sin contratiempos en el aeropuerto de Atenas, descendimos cargando nuestro equipo y vimos un vehiculo que se acercaba rápidamente. Un oficial de la policía griega venia en nuestra busca para trasladarnos.

- Espero que hayan tenido buen viaje, sean bienvenidos – nos saludó el oficial en un ingles algo difícil de entender

- Gracias, si fue un buen vuelo – le agradecimos subiendo al vehiculo

Nuestro gobierno había recibido una llamada de auxilio de las autoridades griegas, pidiendo ayuda para sofocar un incendio de devastadoras proporciones, que amenazaba a la población desde hacia ya dos días. Nuestro regimiento, el SAS (Special Air Service), fue el elegido por el gobierno británico para responder a esta petición.

Charly, Sócrates, Smity, Hugo, Troy, William Brian y yo mismo Harry Potter fuimos escogidos por nuestro superior al mando, el comandante Jefferson, Nuestro grupo fue movilizado y embarcado en un avión pocas horas después hacia Grecia.

Era de noche, una escalofriante luz roja iluminaba los cielos encapotados por el humo, dificultando la entrada de aire a nuestros pulmones. El fuerte viento y el calor sofocante junto con los gritos de la gente corriendo a nuestro alrededor nos daban una pequeña muestra de la envergadura de aquel enorme incendio. Una vez bajamos del vehiculo que nos había trasladado al lugar, buscamos a la persona al mando para poder presentarnos y recibir las órdenes oportunas.

Nos acercamos a un grupo de personas, se les veía agotados, sucios y algunos con la ropa desgarrada o con quemaduras en sus cuerpos, pero con la suficiente adrenalina corriendo por sus venas para seguir luchando contra ese monstruo que consumía inexorablemente todo lo que se encontraba a su paso.

- Desearíamos hablar con la persona al mando – me dirigí, en un perfecto griego, a un hombre de unos cincuenta años que estaba dando órdenes a gritos para poder ser entendido por sus hombres.

- Yo mismo, díganme

- Somos del ejército británico y estamos aquí para ayudarles. Indíquenos donde podemos ser más útiles

- Gracias por su colaboración, toda la ayuda es bien recibida

Resumió la situación, entregándonos planos de la zona con los focos del incendio marcados, la ubicación de los efectivos y los puestos de ayuda en caso de accidente. Nos señaló la zona que debíamos cubrir y nos deseó mucha suerte dándonos la mano calurosamente.

- Chicos, primero os voy a proteger con un par de hechizos, contra las quemaduras y para que podáis respirar mejor entre tanto humo – les susurré

Nos dirigimos hacia la zona asignada y empezamos a luchar contra las llamas que se levantaban ante nosotros con gran fiereza. Como siempre que utilizaba mi magia en zona muggle, mis compañeros me cubrieron para que nadie se fijara en lo que hacia. Convoqué poderosos hechizos de agua y desee en ello una pronta extinción de las llamas, bajo mi voluntad los hechizos iban apagando el fuego mientras Smity, Brian y Troy por un lado y William, Sócrates y Charly por otro, se aseguraban que no quedaran brasas encendidas para que no volvieran a avivarse. Mientras, Hugo controlaba los posibles cambios de la dirección del viento con un pequeño anemómetro que llevábamos en nuestro equipo y controlaba nuestra seguridad, cubriendo nuestras espaldas para evitar accidentes. Avanzábamos rápido y habíamos cubierto ya una vasta superficie en poco tiempo. Algunos efectivos que trabajaban cerca de nuestra zona al ver lo rápido que lográbamos extinguir las llamas copiaron nuestro sistema de trabajo y pidieron ayuda para que les avisáramos si el viento cambiaba de dirección.

Fue una dura noche, poco a poco se veían los resultados del esfuerzo humano para ganar al fuego. El viento amainó al llegar la madrugada y los hidroaviones y helicópteros pudieron elevarse para lanzar agua en un interminable ir y venir. Cuando veía una descarga de agua, le lanzaba un hechizo para duplicar la cantidad de agua que caía desde el avión o helicóptero. Al fin a media tarde se consiguió, sólo quedaban pequeños focos que se iban extinguiendo rápidamente.

La gente se fue retirando a descansar, dejando un reten que controlaba los restos humeantes. Los bomberos del lugar nos invitaron a comer a un barracón que se había montado provisionalmente cerca de donde estábamos, pudiendo descansar un rato. Llevábamos unas 20 horas trabajando sin descanso.

- Ha sido una experiencia agotadoramente inolvidable – comentó Sócrates dejándose caer en una silla

- Estoy de acuerdo contigo – afirmó Smity

- El poder de los elementos es digno de respeto – musité agotado por el desgaste de magia que había realizado.

Unas sonrientes lugareñas nos sirvieron a todos abundante comida y bebida de sus propias reservas, sólo tenían palabras de agradecimiento por haber salvado a su pueblo de sucumbir a las llamas.

Como era el único que hablaba griego hice de intérprete para mis compañeros y tuve una agradable charla con el oficial de bomberos que encontramos en un principio. Nos llevaron a sus instalaciones para que pudiéramos ducharnos y cambiarnos de ropa, antes de que el mismo oficial de policía que nos había trasladado el día anterior nos recogiera para volver al aeropuerto y partir hacia Londres.

Con el corazón lleno de la gratitud de los griegos y satisfechos por un buen trabajo, embarcamos en el avión que las fuerzas armadas británicas nos habían enviado para volver, viendo por la ventanilla el triste paisaje de tierra quemada que dejábamos atrás. Esa gente tenía mucho trabajo en reconstrucción de los lugares dañados.

Cuando entramos en el cuartel, presentamos nuestro informe y fuimos hacia el barracón para descansar, siempre nos daban el día libre cuando volvíamos de una misión. Pero fui interceptado por unas pequeñas manos que me sujetaron de la cintura

- Harry… - me llamó con voz dulce

- Hola Katherin – sonreí al girarme y ver a mi preciosa princesa, la abracé dándole un fogoso beso

Oímos a mis compañeros silbar y reír pero no les hice caso. Katherin los saludó algo avergonzada y nos separamos de ellos para pasear un rato cogidos de la mano

-¿Cómo fue la misión? – preguntó mirándome de arriba abajo para ver si tenia alguna herida

- Bien, preciosa, luchamos valerosamente contra las llamas y ganamos, los griegos pueden estar tranquilos por sus casas y los monumentos arqueológicos han sido salvados – sonreí para no preocuparla.

Hacia un año que salíamos juntos y éramos muy felices. Estaba completa y locamente enamorado de ella y no me gustaba contarle todas las desgracias que llegábamos a ver. Era tan dulce que quería protegerla de aquel mundo cruel que tantas veces veía en primera persona junto con mis compañeros. Siempre cuando volvía de una misión ella estaba allí para recibirme y darme un beso. Eso de ser la hija del comandante le daba carta blanca para entrar y salir del cuartel e información de primera mano de cuando salía en misión o de cuando volvía de ella. Aunque nunca conseguía que su padre le explicara donde estaba o que misión estaba cumpliendo.

- Sabes que cuando estás fuera, siempre me preocupo por ti – me susurró abrazándome

- No debes preocuparte tanto preciosa, siempre vuelvo

- Pero no siempre en buenas condiciones – me riñó, recordando la multitud de veces que acabábamos en la enfermería, tanto yo como mis compañeros. La abracé para que no pensara más en ello.

Nuestro equipo se había especializado en las misiones más peligrosas bajo el mando directo de nuestro comandante en jefe y ayudados por el capitán Peter Magma, que muchas veces nos acompañaba. Nuestra fama era reconocida mundialmente por un 100 % de éxitos y nuestro regimiento era reclamado para solucionar los problemas más complicados y difíciles. Durante ese año habíamos cumplido misiones de rescate de rehenes en Israel, desmontado una red de narcotraficantes, habíamos localizado y desactivado explosivos, nos utilizaron para protección de altos gobernantes en viaje oficial a nuestro territorio y hasta habíamos participado en el rescate de los supervivientes de un avión que cayó en una zona montañosa de muy difícil acceso. Con mi magia podía realizar acciones que la gente normal no podía y mis compañeros me apoyaban y cubrían para que pudiera hacerlo. Nos habíamos convertido en una familia donde todos protegíamos a todos. El mundo mágico vivía una época de tranquilidad y reconstrucción y la Ministra Bones sólo me contactaba para tener charlas de amigos de tanto en tanto, como si no quisiera que perdiera el completo contacto con ellos.

- Esta noche he preparado una cena con Hermione y Ron – continuó Katherin - desean verte, hace días que no saben nada de ti y como eres muy difícil de localizar, me llamaron para que te avisara y quedáramos cuando pudieras. Díselo a Smity, Hermione esta loca de nervios igual que yo cada vez que salís en misión. Ron también vendrá acompañado de su novia Sandy

- ¡Vaya par!– me quejé – no deberías avisar a Hermi cada vez que nos vamos, así no estaría nerviosa y tú sabes que Smity la llama siempre que volvemos dándole el parte

Hermione amaba realmente al loco de Smity y éste la adoraba y amaba infinitamente, era extraño ver dos personas tan opuestas compenetrarse como lo hacían. Hermione era estudiosa, seria y siempre predominaba su lado lógico y Smity era alocado, divertido y en él predominaba su lado aventurero. En cuanto a Ron continuaba con Sandy, la rubia de ojos castaños, que nos había presentado en mi 18 cumpleaños y era aprendiz de aurora como él.

Estábamos sentados tranquilamente en una mesa de la cantina, Katherin, viendo que bostezaba disimuladamente, sonrió dulcemente y removiendo mi alborotado pelo dijo que debía ir a descansar. Se fue y yo me dirigí al barracón. Cuando entré los encontré a todos profundamente dormidos. Ví una nota sobre mi cama, de Smity, que decía que ya había hablado con Hermione y sabía lo de la cena, puse la alarma de mi despertador y me tiré a la cama y me dormí en segundos.

Abrí los ojos por el molesto sonido del despertador, todavía estaba cansado pero debía levantarme sino quería que Katherin diera la alarma en el cuartel. Desperté a Smity que estaba en las mismas condiciones que yo, nos duchamos y arreglamos para salir con nuestras princesas.

- Quiero un montón a Hermione – me explicaba Smity – pero a veces me ahoga con su proteccionismo

- Si, me sucede lo mismo con Katherin. Se preocupa tanto, que a veces cuando volvemos heridos me da miedo que se entere

- ¡Pero que valientes! – Oímos la adormilada voz de Charly – ¿tenéis miedo de dos preciosas damiselas?

- Son capaces de enfrentarse a lo que sea, pero se acongojan por unas faldas – se rió Sócrates que también había despertado

- ¡Oye! – Se quejó Smity – yo no tengo miedo a Hermione – y bajando la voz añadió - pero es que cuando me mira con aquella mirada…

- Conozco esa mirada de Hermi, la tuve que soportar desde los once años cada vez que mi cabeza trazaba algún plan o no estudiaba lo que ella creía era suficiente – me reí recordando las broncas de Hermione en Hogwarts - ya veréis vosotros dos cuando caigáis en las redes de unas faldas, par de valientes – les dije a Charly y Sócrates para defendernos

Reímos un rato, hablando de cómo podían ser las futuras señoras de Charly y Sócrates, mientras ellos se reían de nosotros que éramos unos perritos falderos que nos tenían sujetos con correas.

Nos presentamos al capitán para informar de nuestra salida del cuartel y conectamos nuestros móviles para que nos tuvieran localizados. Cogí a Smity del brazo para desaparecernos discretamente, apareciendo en un callejón al lado del restaurante en Londres, donde habíamos quedado.

- Con la de veces que me has trasladado de esta manera y no llego a acostumbrarme, sigo mareándome

- No te apures Smity, es normal, tu cuerpo no tiene magia y se revela ante ella. Vamos ya deben estar esperándonos

Y así era, Hermione, Katherin y Sandy hablaban animadamente, mientras que Ron hacia cara de aburrido con tanta charla femenina.

- Gracias a Merlín, chicos – nos abrazó Ron – un poco más y muero de aburrimiento entre tanto cotilleo

- No será para tanto Ron – me reí, ya dando un beso y un abrazo a Hermione y a Sandy y besando a mi princesa.

- ¿Cómo fue por Atenas? – nos preguntó Hermione agarrada de la cintura de Smity

- Todo perfecto, salvamos de las terribles llamas a la antigua ciudad de Atenas, Harry nos protegió para que no nos quemáramos – dijo Smity, utilizando casi las mismas palabras que yo había dicho a Katherin cuando recibí la misma pregunta

- Este par está programado para salir con las mismas excusas siempre y nunca nos enteramos de lo que hacen realmente – masculló Katherin – Harry casi me ha dicho lo mismo cuando le he preguntado yo.

Nos miramos con Smity y empezamos a reír

- Anda entremos – nos salvó Ron, sabiendo que no podíamos hablar de lo que hacíamos con nadie, al ser un auror se encontraba en la misma situación.

Fue una cena agradable y hablamos y reímos hasta bien entrada la noche. Me interesé por como le iban los estudios de abogacía a Hermione, hacia ya un año que cursaba tanto la carrera en el mundo mágico como en el muggle al mismo tiempo y siempre iba desbordada de trabajo, explicándome que los del mundo mágico eran más sencillos que en el mundo muggle.

Pero no todo podía ser perfecto y los móviles de Smity y el mío sonaron casi al mismo tiempo. Nos miramos preocupados y contestamos.

- Debemos dejaros – les comenté – tenemos ordenes de regresar

- ¿Qué sucede? – preguntó asustada Katherin

- Nada peligroso princesa, tenemos que salir en una misión sin complicaciones

Pagamos, salimos del restaurante y nos despedimos, yo besé a Katherin y le volví a repetir que no era nada peligroso, mientras Smity hacia lo mismo con Hermione que también estaba preocupada.

- Cuídamelo Harry – me pidió Hermione besando mi mejilla

- Claro Hermi, siempre lo hago, no te preocupes, está en buenas manos – dije pasando mi brazo por encima de los hombros de Smity

- Y cuídate tú también, no hagas locuras – continuó en un tono severo

Smity y yo nos miramos recordando la conversación en el barracón sobra la "mirada" de Hermione y reímos, sin que el resto supiera el porque.

Cuando llegamos al cuartel, fuimos a cambiarnos de ropa y nos dirigimos a la sala de estrategias donde ya nos esperaban el capitán Magma y el comandante Jefferson junto a nuestros compañeros.

- Ahora que ya estamos todos – dijo el capitán – Tenemos una misión urgente y partiréis esta misma noche, espero que hayáis dormido un poco en la tarde – y continuó, viendo nuestro asentimiento – Nos han notificado de una emboscada en Afganistán donde ha muerto un teniente coronel junto a un soldado de 18 años y seis de sus compañeros están gravemente heridos. La emboscada tuvo lugar en la provincia de Helmand, cuando su vehiculo blindado pasaba se detonó una bomba colocada en el camino. Por desgracia viajaban en un Viking, sabéis que este vehiculo blindado no es completamente seguro ante una bomba y que van a ser retirados sustituyéndolos por el Warthog, que es mucho mas pesado y resistente. Esta región ha sido imposible de pacificar y hay un contingente de marines americanos que trabajaran junto a nuestro personal del regimiento de Royal Marines para conseguirlo. Debido a algunos conocidos errores estratégicos de Londres, que no profundizaremos, han contribuido a alimentar las esperanzas de los talibanes y a convertir Helmand en uno de los centros de producción de opio del mundo. En febrero se consiguió en una operación conjunta con soldados afganos confiscar opio y sustancias para la fabricación de heroína por un valor de unos 59 millones de euros, además de munición diversa, rifles, y ametralladoras en la `población de Sangin. Eso privó a los talibanes de financiación crucial, el comercio de la droga financia directamente a los insurgentes. Vuestra misión será introduciros en la población y conseguir información para evitar las posibles emboscadas a nuestro ejército, vigilar los caminos donde las tropas pasan usualmente, consiguiendo protegerlo y salvar el máximo de vidas hasta que lleguen los nuevos vehículos blindados. La preparación de la misión la realizareis allí bajo el asesoramiento del brigadier Rolan Mcneir. El os informará de todo lo necesario, lleva dos años en esa plaza y esta muy introducido.

Después de acabar de explicarnos diferentes detalles sobre la misión y lo que se esperaba de nosotros, nos entregó un dossier con planos de la zona y documentación clasificada sobre los talibanes, sus líderes conocidos e información sobre los aliados para que lo estudiáramos durante el vuelo y nos despidió para que fuéramos a prepararnos, salíamos en dos horas.

- Señor permiso para hablar – le pedí al comandante, saludándolo firme

- Claro soldado

- Señor, acabo de dejar a su hija un poco preocupada, estábamos cenando cuando ha sonado el móvil para solicitar nuestra entrada al cuartel, ¿podría informarla de que estaré fuera algo más de lo que le he comentado?

- Claro Harry, yo me ocupo de ella, vete tranquilo – me sonrió mi futuro "suegro" - yo mismo la informaré que te fue imposible comunicarte con ella antes de marchar, pero cuídate y vuelve entero soldado

- Claro señor, gracias señor – le sonreí por la pequeña confabulación, el comandante era muy buena persona y quería mucho a su hija, le saludé firme y salí a preparar mi equipaje para partir.

Cuando tuvimos todo preparado, y después de haber desvalijado al furrier con el material que íbamos a llevarnos, volvimos a la sala de estrategias para recoger los pasaportes.

- Harry – me llamó el capitán

- Si señor

- Nos queda un último detalle, ¿podrías cambiar el color de pelo y la tez de tus compañeros con magia?, así podríais camuflaros mejor entre los afganos, la verdad el rubio y el pelirrojo destacaran mucho entre ellos, son un pueblo de pelo oscuro y tez morena.

- Si, creo que podría hacer algo que durada hasta que volviéramos

- Perfecto, mírate estas fotos para que te de una idea de su aspecto para acercarte lo mas posible – enseñándome un par de fotos de hombres afganos.

Puse cara de concentración mirando a mis aterrorizados compañeros, Charly estaba muy orgulloso de su rubio pelo y para William ser pelirrojo era un símbolo de su ascendencia escocesa. Al final convertí el pelo rubio de Troy y Charly y el pelirrojo de William en castaño muy oscuro, casi negro y oscurecí un poco la tez de todos, yo me puse una barba para endurecer un poco mis rasgos.

Aparecí unos espejos y nos reímos los unos de los otros viéndonos con aquel nuevo aspecto. Nos hicieron fotos para los nuevos pasaportes, en unos minutos nos entregaron uno con nuestro nombre real y otro con un nombre afgano y nos dirigimos hacia el avión que ya estaba con los motores en marcha para emprender nuestra nueva misión,