Disclaimer: Resident Evil pertenece a Capcom.
Advertencia: Muerte de personaje principal. Armas bio-orgánicas. Final alternativo de la campaña de Chris.
La bestia ruge enojada, golpeando con brío la puerta de acero que le ha dejado al lado contrario. No logra romperla al igual que las anteriores.
El suelo tiembla bruscamente como si también pudiera sentir miedo al percibir el peligro que desprendía la presencia de esa horrible arma orgánica. Luego de oír ese traqueteo del metal Piers Nivans no duda en escoltar presurosamente a Chris. El hombre abre una puerta que los lleva a una habitación de mayores dimensiones.
El monstruo vuelve a rugir.
Ahora, el piso no es el único tiembla.
Como si fuera una jodida broma, la habitación parece vagamente querer retrasarlos, dejando otro obstáculo que es ridículamente fácil comparado con lo que han pasado para llegar a ese lugar. Todo cambia cuando el suelo comienza a temblar de forma más brusca, y esta vez no para. Un paso en falso los haría caer en el profundo vacío debajo del largo pasillo.
Lo que antes fue tan simple como sortear una piedra, se transforma en algo analógico a tratar de escalar el monte Everest.
Claro, no faltaba que todo se fuera a la mierda.
Haos ruge y esta vez su rugido no suena ahogado.
Suena cerca. Malditamente cerca.
De forma extrañamente rápida, pasan todos los problemas del camino, que se va destruyendo a sus espaldas. Entran de golpe a una habitación semi-inundada en donde se hallan con un grupo extenso de cápsulas de emergencia. Eligen la que está más cerca, que a pesar de que está a menos de un metro de distancia, no relaja ni pone de buenas a los dos. Corren hacia ella con las fuerzas que les quedan y mientras Chris se acerca para configurarla, Piers se queda rezagado observando con atención el sector por donde posiblemente llegará la bestia, su pistola lista para ser usada.
—Genial, con esto podremos escapar —dice Chris, mientras aprieta los últimos botones de la caja rectangular—. Bien, ahora vayámonos de este maldito lugar.
El sonido provocado por Haos les da a conocer que está casi sobre ellos, que en cualquier momento podría aparecer y embestirlos con una de sus grandes y largas manos. Entonces se vuelve malditamente obvio que no podrán salir a la superficie sin que el monstruo logre atraparlos, no si salen juntos.
Es ahí cuando aparece el renombrado "héroe".
Piers es un buen francotirador, y una de las razones es porque jamás le quitaba la vista a sus víctimas. Por desgracia, Chris nunca ha sido uno de sus objetivos, y por lo tanto no puede prever sus acciones.
Es sorprendido por una mano le empuja a la altura del pecho, provocando que tropiece dando unos pasos poco ágiles pasos para atrás hasta que su espalda choca con la pared interior de la cápsula de emergencia. Un blanco techo que no se asemeja en donde estaba hace unos momentos se expande sobre su cabeza. Es cuando los hechos le golpean con fuerza. Recupera su equilibrio y corre al otro extremo a pesar de que la puerta acaba de cerrarse.
Golpea el vidrio esperando que Chris entendiera el mensaje.
El capitán lo mira y sonríe.
—Esa cosa no puede salir de aquí —dice de una forma tan relajada que a Piers le causa rabia que no piense en sus familiares, que no piense en qué va a pasar si él muere— . Además, ésta es una buena forma de finalizar por lo que he luchado.
—Maldita sea, Chris, ¿de qué mierda estás hablando? Abre la puerta.
No han llegado tan lejos para ésto.
Pero Chris hace de oídos sordos. Acciona la cápsula de escape empujando de una palanca roja y unas luces de advertencia se encienden alrededor de Piers, creando sombras de colores sobre el perfil serio y concentrado de Chris.
Piers vuelve a golpear el vidrio de la máquina con rabia, desesperación y miedo.
Y ese miedo es tan grande, que hace que su rabia se expanda.
—Abr-
La puerta es derrumbada y criatura aparece enojada y buscándolos.
No lo buscó seis meses para llevarlo a su muerte.
—Por el futuro, capitán —dice Chris, despidiéndose.
Avanza hacia Haos, quien se acerca destrozando todo a su paso, también inundando. Cuando el hombre está lo suficiente cerca, la criatura lo ve.
—¡No!
Es lo último que Piers puede presenciar, impotente. Todo lo que lo rodea sale impulsado a la superficie.
Capitán.
Entonces esa palabra antes tan apreciada por él se torna un amargado recuerdo.
Abajo, donde está Chris y Haos luchando, explota. El agua se mueve tan violentamente por la explosión que hace caer al francotirador. La cápsula sale a la superficie y la compuerta se abre dejando entrar rayos del sol junto a ruidos del aire siendo cortado constantemente de lo que pronto será su única salida del océano. Los dedos se Piers se enroscan sobre la superficie lateral de la cápsula.
Se queda sentado, mirando el azul intenso de la inmensidad del cuerpo de agua debajo de él. Siguen saliendo burbujas.
Sus manos se crispan.
