Hola! Lo que estan en letra cursiva -Bla bla bla- Indican un suenio o un pensamiento


La noche no dejaba ver casi nada a la pobre muchacha que aparentaba tener unos 20 años, corría desesperadamente entre los arboles de un bosque estrecho, su vestido color crema que le llegaba por encima de las rodillas estaba totalmente rasgado por las veces que ya se había caído al suelo, las plantas de sus pies descalzos estaban con heridas abiertas, sus piernas ya no daban más para correr, fue a ocultarse tras uno de los tantos árboles que había, se en curvo un poco, agarrándose de sus rodillas, tomaba aire a grandes cantidades, estaba realmente casada, pareciera que huía de algo o de alguien, su rostro demostraba temor y miedo, cuando de repente y sin previo aviso, levanto su vista fijándolo en él, ¡sí! Lo estaba mirando a él, su mirada parecía triste y comprensiva cuando un rayo ilumino el cielo oscuro.

¡Boom!

-¡Ah!...Ah….- El fuerte estruendo lo había despertado bruscamente de una pesadilla, tenía una sudadera ajustada Que le hacían notar a la perfección sus músculos bien desarrollados, la parte de su pecho estaba completamente empapada por el sudor.

-No quería asustarte, guapo- Dijo una mujer de rasgos asiáticos quien estaba cerrando la ventana por donde había entrado, un poco de aquella lluvia se había colado dentro de la habitación.

-¿Qué?... ah… ¿Ada?- Dijo un poco más tranquilo mientras alzaba un poco la cabeza para poder ver a la mujer quien caminaba con pasos ligeros hacia él, volvió a acostar su cabeza sobre la suave almohada.

-Claro, ¿por qué? ¿Esperabas a alguien más?- Dijo Ada sentándose al borde de la cama mientras acariciaba la frente llena de sudor de su querido agente.

-No, no es eso… solo una pesadilla- Dijo León mientras notaba por la ventana como la lluvia estaba enfurecida, echando rayos y truenos por todas partes, estaba claro que no tenía signos de querer escampar. –Pero, dime, ¿qué haces aquí?-

-Solo pasaba a darte las buenas noches-

-Serán buenas si te quedas esta noche conmigo- León le dedico una sonrisa picara

-Podría ser, la lluvia no da señales de querer escampar- Fingió estar resignada mientras miraba por la ventana a la lluvia caer con fuerza, luego fijo su mirada de nuevo en León.

-Pues ya sabes, en mi cama siempre serás bienvenida…- Dijo León moviéndose a un lado para que Ada pudiera acostarse -¿Necesitas ayuda con el vestido?- Tenia todas las intenciones en desnudarla.

-¿El vestido?-

-No creo que sea cómodo dormir con ello puesto- Dijo León sentándose y acercando sus manos a la espalda de Ada, en donde se encontraba el cierre de su distinguido vestido rojo, bajo el cierre con cuidado, dejando a si su espalda a descubierto, paso sus dos manos sobre las mangas del vestido dejándolas caer, León pudo notar los perfectos y bien definidos pechos de Ada.

-Tardas demasiado agente- Reprocho Ada un tanto divertida, se puso de pie, su vestido resbalo por su fina piel hasta llegar al suelo, estaría completamente desnuda si no fuera por las bragas negras que traía.

-Acuéstate o pegaras un resfriado…- Dijo León en tono juguetón pero con la lujuria en su mirada

-No se desespere Agente, que tenemos toda la noche…- Dijo Ada acostándose en la cama.

Ada sentía los besos de su atractivo amante, completo en su cuello sacándole suspiros de placer. Sus besos fueron subiendo hasta llegar a la boca entreabierta de la chica. La besó con pasión, amor y ternura que la chica inmediatamente correspondió. Abandonó sus labios para dirigirse al cuello y luego bajar a sus pechos.

-León- Suspiro excitada

La noche transcurrió con la lluvia quien era testigo del amor que sentía el uno al otro, esa noche solo era de ellos dos, besos, caricias, suspiros, placer.

Al día siguiente la lluvia había cesado, pero los cielos aun amenazaban con echar más agua, el joven agente estaba completamente desnudo, de la cintura para abajo le cubría una delgada sábana blanca, fue abriendo lentamente los ojos, una vez abiertos miro a su costado donde debería de encontrarse su amante nocturna. –Buenos días Ada…- Susurro con algo de tristeza en su voz, estiro la mano para coger la notaba que estaba sobre la almohada.

"Nos vemos, Guapo"

Perezosamente salió de la cama, recogió su ropa que estaba tirada en el suelo, fue hasta su cómoda y de ella extrajo una toalla, se lo lio alrededor de la cintura; quito un jeans de color negro y se metió al baño a darse una ducha. Una vez duchado y vestido bajo hasta la cocina, preparo un desayuno ligero, unos panes tostados con mantequilla encima y un vaso de jugo que no podía faltar en su menú, se proponía a dar el primer bocado cuando su celular comenzó a vibrar.

-Agente Kennedy al teléfono….- Contesto León

-Basta de formalidades, ¡soy Claire!-

-Reconocería esa voz en todas partes- Dijo León un tanto pícaro

-¿Ya desayunaste?-

-No, ¿Por qué?- Dijo León con una sonrisa divertida mirando su desayuno

-¿Qué tal si nos encontramos en el café que queda en la avenida central?, ya sabes para ponernos al día-

-Claro, ¿quieres que pase por ti?-

-No hace falta, estoy cerca de la cafetería, ahí te espero- Dicho esto corta la llamada.

León tomo un trago de su jugo, se levantó de la mesa, se dirigió hasta la sala tomando las llaves de su coche que se encontraban sobre la chimenea, salió de la casa, y fue hasta su coche, una vez adentro intento arrancar el motor pero este no le contestaba. -¿Qué te pasa amigo?, ¡arranca!- León intento arrancarlo unas cuantas veces pero no tuvo resultados- ¡No lo puedo creer! Es de paquete…- Susurro incrédulo, probo una vez más, y sorprendentemente arranco. Manejo por la estrecha carretera que lo rodeaba de árboles, miro su reloj de muñeca, marcaban las 8:15, puso un poco de música.

Simplemente déjate amar,

No cierres tu corazón, tengo tanto

Amor que ofrecerte, simplemente deja….te

a…..cora….tanto

Fantástico ahora la radio del coche comenzaba a fallar, le dio unos leves golpes a la radio para que volviera a funcionar, pero fue peor, un desagradable sonido comenzaba a sonar, León bruscamente apago la radio, era obvio que hoy no era su día. Llego hasta la cafetería donde se habían citado, aparco su coche en el aparcamiento de la cafetería, bajo del auto y entro a la cafetería buscando con la mirada a su amiga a quien enseguida la encontró ya que no habían tantas personas, era Domingo, y las personas por lo general se llevaban el desayuno a la cama. Claire levanto la mano en señal de que se encontraba en una de las mesas. León sonrió de lado y camino hasta la mesa en donde se encontraba su amiga.

-Buenos Días León- Saludo con una sonrisa Claire

-Buenos Días Claire- Saludo de igual manera León sentándose en la mesa

-He pedido dos cafés con unas rosquillas de chocolate- Se apresuró en decir Claire

-¿Esperaste mucho?- Se preguntó un tanto alarmado mirando su reloj, marcaban las 8:42

-Solo unos minutos más, nada del otro mundo- Dijo Claire con una sonrisa comprensiva

-Lo siento, es que hoy no fue mi día, ¡el coche no arrancaba!-

-Si he notado que tienes un coche nuevo…- Dijo Claire señalando a través de unas grandes ventanas de vidrio el coche oscuro que se encontraba aparcado

-¿Quieres dar una vuelta luego?-

-Me encantaría, pero tengo unos papeles que llenar, ya sabes, ¡trabajo es trabajo!-

Una mesera se les acerco con una pequeña bandeja de madera donde traía sobre un plato unas rosquillas de chocolate con dos tazas de café. –Señorita…- Extendió una de las tazas cargadas sobre la mesa. – Señor…- Sonrió la muchacha algo coqueta al notar lo apuesto que era León, extendió la taza de café, pero en un pequeño descuido se le cae la taza sobre la ropa de León.

-¡Ah!- Se quejó un poco León. – ¡Esta caliente!- Se levantó apresuradamente sacudiendo el café que se había derramado sobre su sudadera.

-¡León!- Dijo Claire un poco alarmada poniéndose de pie, la camarera pronto fue por un trapo y comenzó a secar algo la sudadera de León.

-¡Lo siento mucho señor!- Dijo la joven camarera quien no podía hacer mucho con su pequeño trapo.

-No, no te preocupes…- Dijo León amablemente alejando la mano de la joven quien aún seguía intentando limpiar la sudadera –Ya déjalo, no importa- Sonrió amablemente

-Le repondré el café señor- Dijo la camarera

-¡No! No, no, así está bien…-Dijo León volviendo a sentarse en la silla, la camarera se retiró muy apenada.

-Vaya que hoy no fue tu día, ¡enserio!- Dijo Claire algo divertida volviendo a sentarse

-Bueno, pero no hay que dure 100 años ¿no es así?-

-Así mismo, y dime, ¿cómo te la estás pasando en tus cortas vacaciones?-

-Pues bien, como veras. –Dijo León Señalando su coche - luego del rescate de Ashley me dieron una buena remuneración – Concluyo su oración

-Claro, debes aprovechar y recorrer un poco con tu coche, no lo se, conocer a alguien…- Claire no logro terminar ya que la interrumpieron bruscamente

-¡Estoy bien solo!- Dijo un poco irritado León, una de las cosas que más odiaba es que tuvieran pena por su soledad

-Lo siento, no quise ofenderte…- Dijo Claire agachando la cabeza algo avergonzada

-No te preocupes-

León y Claire se quedaron por unas largas horas en la cafetería charlando de sus cosas, claro León era muy reservado con muchas cosas al igual que Claire pero eso no les impidió echar algunas risas que otras, sin darse cuenta, marcaban las 12:00 hs. León la invito a almorzar en un restaurante no tan lejano de donde estaban, al finalizar el almuerzo León la había llevado a su casa, se quedaron a platicar por corto tiempo. León regresaba de la casa de Claire, estaba cruzando la carretera rodeado de árboles, cuando de repente su la radio del coche comenzó a encenderse solo.


N.A: Si les gusto avisenme asi subo el proximo capitulo n.n, sus comentarios me inspiraran!