Aclaraciones: bueno desde hace bastante que quiero escribir este cortito fic de dos cap. Aclaro para los q están leyendo mi otro fic q no lo pienso abandonar.
Está ubicado en la batalla de Ulquiorra e Ichigo que ahora está haciendo Tito Kubo. Quería escribir sobre lo que pensaba Ulquiorra e Inoue en ese momento. No es que crea que vaya a pasar algo entre esos dos realmente en el manga, hay q ser realista, no es romántico, aunq me encantaría q algo pasara! Pero bue justamente por eso me decidí a hacer esto. A cada momento vuelve al pasado recordando las partes en que los dos personajes estuvieron juntos. Espero que no sea confuso. Las letras en cursiva son los recuerdos de lo q dijeron.
Sin más que decir les dejo para que lean.
Lucha interna
No sabía porqué en realidad estaba peleando con tanto odio. Sentía que fluía de una forma que nunca lo había hecho. Siempre había pensado que las emociones no tenían cabida en su vida, sin embargo ahí estaba, sintiendo un terrible odio hacia ese shinigami. Sus espadas chocaron una vez más.
Ella era la culpable. Ella que desde la primera vez que la vio le sorprendió y lo intrigó terriblemente. Tal vez en ese momento sabía que algo andaba mal y por eso le ordenó a Yamii que terminara con su vida.
Había dudado en si dar la orden de matarla o no. Aunque no por mucho tiempo, él no dudaba, jamás lo hacía, la llamó "escoria", pensando que no tenía nada que fuera relevante, y la dejó en manos de Yamii.
Pero al instante su poder despertó su curiosidad. "Una mujer muy extraña". La sorpresa no era algo que experimentara a menudo, pero sí le había sucedido ese día al verla. La decisión en su rostro y la esperanza de que él llegara. Ahora estaba seguro de que ese día lo esperaba, por eso luchó con tanta energía, aún sabiendo que no tenía posibilidades. Porque creía en él, en ese shinigami. Y su sacrifico había tenido sus frutos…
Aunque le había sorprendido, la quería muerta, pero Kurosaki Ichigo llegó para protegerla. De todas maneras no fue suficiente y necesitaron de la intervención de Kisuke Urahara y Yoruichi Shihouin para hacer que volvieran a Hueco Mundo. Antes de ello golpeó a Yamii, le dijo que era porque debía ser más cuidadoso, pero en realidad por alguna extraña razón le había molestado el golpe que le había dado a la chica. Vio que Yoruichi se encargaba de ella y con eso se dio por satisfecho.
Ahora sabía lo que esa mujer era. Ella era su fin, su perdición. La culpable de que en ese momento sintiera tantas emociones encontradas.
Otro ataque del shinigami, sí que estaba decidido a rescatarla. Eso le daba aún más ira, aunque su expresión no cambiara, su interior era otro tema. Cortó su ataque por el medio, trató de atacarlo con la espada, pero él lo frenó, por lo que le lanzó un cero. La miró sólo una milésima de segundo y vio que sus ojos estaban fijos en el shinigami, quien había resistido el ataque.
-Oh, así que puedes resistir mi cero incluso sin tu máscara, te has vuelto muy fuerte. ¿Será porque derrotaste a Grimmjow?
Por supuesto que ella no quitaría su vista del shinigami, era por él por quien lo había dejado todo. También por sus otros amigos que ahora luchaban afuera con todas sus energías. Aún no lograba comprender a la perfección sus duros e inútiles esfuerzos. Más y más ira, tanta que pensaba que pronto explotaría.
-O… ¿será por ella? – quería ver su reacción al escuchar esas palabras y cuando observó sus ojos abrirse por la sorpresa supo que había acertado en lo que pensaba sobre ella- O quizá por tus amigos que están luchando abajo.
Volvió a mirarla. Le era imposible dejar de hacerlo. Ella se había convertido en parte de su vida. Aizen-sama le había dicho que la llevara a las noches y eso hizo. Fue a buscarla y con unas pocas palabras la ató para siempre a ellos. "Ven conmigo mujer", así fue como se la llevó. La dejó despedirse de una sola persona, sin que ésta supiera. Él la vigilaba desde lejos, tenía que asegurarse que no iba a hablar. Se sorprendió al ver que la persona que elegía para su último adiós era ese shinigami, ¿qué veía en él? Era un simple fracasado. Suspiró, eso no era importante, pronto acabaría con ese tonto. Y su trabajo habría terminado por ahora.
-Esa chica ya es uno de los nuestros. Incluso si te las arreglaras para rescatarla eso no cambiaría nada. Rescatarla no tiene sentido -¿estaba seguro de ello? O simplemente era un deseo interno. ¿De verdad quería que se quedara allí y fuera como él?, no, como él no, pero que se quedara sí.
-¡No eres tú quien decide eso!
-Tienes razón, esa fue la decisión de Aizen-sama.
Desde su llegada a Hueco Mundo, lo único que había hecho fue dar vuelta su vida. Recordó su temor al presentarse ante Aizen-sama por primera vez. Estaba rodeada de Arrancar y sin embargo no dudó ni un momento ante la orden de Aizen-sama de curar el brazo de Grimmjow. Con la atenta y sorprendida mirada de todos sobre ella, logró recuperar todo su brazo en muy poco tiempo. "Rechazo de los eventos", algo muy valioso en verdad. Un poder que le había sido concedido a una frágil criatura. Volvió a ver su miedo ante la risa de Grimmjow luego de que mató a Lupi. Estaba temblando. En cierta forma sintió lástima por ella ese día. Otra tonta emoción.
En un momento de distracción, el shinigami tomó su brazo y lo cortó levemente en el pecho. Ulquiorra miró su propia sangre.
-Esa cosa… el hierro ¿no? Eres realmente resistente. Sin embargo, parece que puedo leer tus movimientos mucho mejor que antes.
-¿Qué?
-La última vez que luchamos no pude leer tus movimientos en absoluto. Tus ataques, tus defensas, tus reacciones, tu velocidad, tu posición. No pude ver absolutamente nada. Sentía como si estuviese luchando contra una máquina o una estatua. Supongo que el hecho de que ahora pueda ver tus movimientos, significa que me he vuelto un poco más Hollow o quizás, tal vez tú te hayas vuelto un poco más humano, quién sabe.
Abrió sus ojos un poco ante la sorpresa de escuchar esas palabras. Sentimientos… volverse más humano…
Al verla por primera vez con su traje blanco se quedó por un momento callado. Luego le dijo que "le quedaba bastante bien". ¿Cómo había respondido ella?, ahora lo recordaba, se había asustado y alzando la voz más de lo necesario le había preguntado cuándo había llegado. Mintió con su respuesta, por que no había sido "justo ahora", sino más bien hacía unos minutos. Decía que le molestaban sus reacciones, pero eso era todo lo contrario. Sentía una gran intriga hacia esa mujer. Ese día había ido a contarle que sus amigos habían ido por ella. No tenía ninguna razón para hacerlo, Aizen-sama no se lo había ordenado, pero quería ver su reacción. Observó su sorpresa, pero le quitó cualquier esperanza (o eso pensó) al decirle que en cuerpo y mente era uno de ellos.
-¿Por el bien de quién existe tu cuerpo y tu mente?
-Sí… para Aizen-sama y sus deseos.
Una chica fuerte de mente. No había dudado al responder y eso lo tenía aún más sorprendido. Poco a poco, ella empezaba a ocupar cada rincón de su mente. Estaba impresionado con su actuar. Noitra se atrevió en ese momento a insinuar que él se "entretenía con ella". Repugnante, jamás se le hubiera cruzado por la mente dañarla. Se tomó el trabajo de explicarle a Noitra la compleja red que habían puesto sobre ella. No para que ese corto de mente le entendiera, sino más bien para quedarse él tranquilo, para repetirse a sí mismo que era imposible que ella se fuera. No tenía la voluntad para luchar, ni la fuerza para hacerlo.
Partió en dos el suelo frente a él. Ese tonto shinigami no iba a hablarle de esa forma. No lo conocía, no sabía nada, él no podría estarse convirtiendo en un humano.
-¿Insinúas que me he convertido en algo parecido a ti? Ya veo… al parecer, el ser capaz de mantener este nivel de combate realmente te ha hecho perder la cabeza.
Desapareció de su vista y de un salto estuvo frente a él. El shinigami escapó de su ataque, pero no por mucho tiempo…
El momento en que sintió cómo un reiatsu enemigo disminuía, pensó que sería bueno ir a verla. Tenía que ver su estado, comprobar que aún seguía en pie. Anunció que era él para no volver a asustarla. Ella se giró a verlo con el ceño fruncido.
-De algún modo ya te enteraste. Parece que ese idiota de Noitra se volvió un poco precipitado. Incluso tras haber recibido órdenes de esperar en su propio palacio.
-Sado-kun no está muerto.
Esa fue su respuesta, la recordaba a la perfección. También recordaba su rostro. Estaba segura de lo que decía.
-Él no está muerto.
-Entra. Es la hora de tu comida. Come.
-No la necesito.
-También es tu trabajo seguir con vida mientras Aizen-sama te necesite. Come.
Su orden directa no parecía funcionar en ese momento. Ella estaba preocupada, lo sabía con sólo mirarla. Por alguna razón ya podía interpretar cada uno de sus movimientos y miradas. Aunque eso no era suficiente para entenderla.
-¿Debería hacerla pasar por tu garganta a la fuerza? ¿O debería quizás atarte y alimentarte en base a nutrientes intravenosos?
-Sado-kun no está muerto –volvió a repetir irritándolo en cierta medida a pesar de que no lo expresó físicamente, ¿por qué creía tanto en ellos?, ¿de dónde sacaba tanta esperanza?
-Eres muy persistente, de todas formas no importa. ¿Qué quieres que te diga? ¿Algo como no te preocupes, él debe estar vivo? Es ridículo. No estoy aquí para consolarte. No lo entiendo –debía preguntarlo- ¿por qué te preocupa tanto si están vivos o muertos? De todas formas en poco tiempo tus amigos serán todos exterminados. ¿Qué se le va a hacer si ocurre algo más pronto? Ellos deberían haber pensado que esto ocurriría desde el principio.
-Para ya.
-Si ellos no podían entonces la responsabilidad de ellos recae sobre su propia estupidez. Reír diciendo que no eran más que un puñado de necios debería bastar. Así que… ¿por qué no puedes hacer eso? si fuera yo debería estar enfadado por la ignorancia de quienes entran en Hueco Mundo sin haber probado su propio poder.
Dio varios pasos casi corriendo hasta acercarse lo suficiente a él como para darle una bofetada en el rostro. La miró de reojo y vio su desesperación, su miedo. Tal vez esperaba que él reaccionara o quizá su miedo no era por ella. No lo sabía, pero tampoco podía herirla. No pudo hacer nada. Levantar una mano contra aquél frágil ser era un acto de suma crueldad. Y la crueldad era algo que él no poseía a no ser que fuera sumamente necesario (como lo era en ese momento contra ese tonto shinigami). La oyó llorar, esa fue la primera vez que oyó su llanto luego de cerrar la puerta tras él. Sintió tanta ira contra esos inútiles humanos por ser los culpables de su dolor… Pocas horas después otro reiatsu disminuyó y se enteró que Arroniero había muerto. Estaba cansado de esperar. Aunque había criticado a Noitra por ser impulsivo, él también terminó siéndolo y fue en busca de quien estaba lastimando a la mujer. Lo provocó para poder luchar contra él nombrándola. Su odio fue poco a poco aumentando al ver cómo él luchaba por ella. Lo mató, atravesó su débil cuerpo y acabó con ese despreciable ser. Pero en ese momento fue Grimmjow quién le jugó una mala pasada. Fue a buscarla y se la llevó para que lo reviviera. Todo su ser casi entra en ebullición al oír de esas dos mujerzuelas de Aizen-sama la historia. Luego se encargaría de ellas y su estúpida envidia sin sentido. Al llegar hasta donde el espada número seis y la mujer, sólo le dirigió una mirada a ella. Vio que trataba de no mirarlo, tal vez pensando que lo había decepcionado. ¿Por qué iría a importarle a ella lo que él pensaba? No supo qué sentir en ese momento. La ira lo era todo. Peleó contra Grimmjow, pero el muy tramposo usó una caja negación para mandarlo a otra dimensión. Allí permaneció por varias horas, meditando y esperando. Mientras todo su ser era consumido por sus sentimientos. "Tal vez tú te hayas vuelto un poco más humano"
Faltaba poco, estaba a punto de dar el golpe final. Ese shinigami no volvería a ver la luz de un nuevo día. Moriría a causa de su terquedad. Moriría porque era una amenaza para Las Noches y para ella. Ella… estaba seguro que estaba viendo todo con suma atención, rezando porque él se salvara, pero no sería así. Acabaría con esto ahora.
Las Noches le fue encargada a él. Él cuidaría que ese lugar no fuera destruido por nadie. Pero también tenía otro objetivo, uno que era propio. No dejaría que nadie se acercara a la mujer. Al volver lo primero que vio fue a ella. Sus ojos abiertos por la sorpresa y el temor. Sabía que él vendría por ella, estaba seguro de ello.
-¿Tienes miedo?
Una pregunta ridícula pero que tenía que hacer. Era obvio que ella tendría miedo. Estaba seguro que temía por su vida. Pensaría que él la iba a matar. Que tontería.
-Ya no eres de ninguna utilidad para Aizen-sama. No hay nada que te proteja ahora. Vas a morir aquí, sin que ni una sola persona te tienda su mano. Simplemente encontrarás la muerte sola.
La estaba provocando. Quería que le respondiera con la pura verdad. Hablaba mientras se acercaba a ella. Y frenó al estar a un brazo de distancia de la mujer.
-Te he preguntado si tienes miedo.
-No tengo miedo.
Otra vez volvía a sorprenderlo con sus respuestas. Observó sus ojos con atención, tratando de buscar alguna pista que le señalara que le estaba mintiendo. Pero no encontró nada. Ella lo miraba sin titubear. Su respiración era tranquila. Nada le señalaba que sus palabras eran falsas.
-Todos han venido aquí para salvarme… y ahora… mi corazón…está con todos ellos.
-Ridículo. No sientes miedo por que tus amigos están aquí? No me digas que realmente lo estás diciendo en serio.
-Sí.
No dudó ni un segundo. No temblaba. Estaba parada con la espalda recta y el mentón levantado mirándolo fijamente.
Cuando escuché por primera vez que habían venido a salvarme fui un poco más feliz… y a la vez muy triste. Sólo vine aquí para protegerlos a todos… ¿por qué tenían que venir después por mí? ¿Por qué no podían entenderlo? Eso es lo que pensaba.
La observaba atentamente sin perder ni por un momento el hilo de sus palabras. Quería entender, quería entenderla.
-Pero… cuando sentí el colapso de Kuchiki-san, cuando vi luchar a Kurosaki-kun, de repente nada más que eso parecía importar. Sólo esperaba que Kurosaki-kun no fuese herido. Sólo esperaba que todos estuvieran a salvo. Y fue cuando me di cuenta… "ahh" pensé… "así es como los demás deben haberse sentido" porque si cualquiera de ellos desapareciera de repente, de la forma en que yo lo hice… estoy segura que también hubiese hecho exactamente lo mismo que ellos. Quizá sea imposible sentir exactamente lo mismo que siente otra persona. Pero… es posible que las personas que se preocupan por los demás sometan sus corazones lo más cerca uno de otros… estoy segura que eso significa hacer que sus corazones sean uno.
-¿Corazones?
No lo entendía, no podía comprenderlo. Ella estaba hablando como si todos esos sentimientos fueran reales. Él jamás había sentido eso. Ella le había generado curiosidad y sorpresa, había sentido también odio hacia aquellos que intentaban alejarla de Las Noches. Pero nunca había sentido lo que ella quería expresar. Que dos corazones fueran uno…
-Ustedes los seres humanos siempre hablan de los corazones como si los tuvieran en las palmas de las manos. Pero mis ojos pueden verlo todo, nada escapa a ellos. Aquello que no pueden ver es porque no existe. Así es como siempre he peleado. ¿Qué es un corazón? Si abro tu pecho ¿podré verlo? –preguntó extendiendo su mano hasta ella y rozándola levemente con sus dedos en donde se encontraba su corazón- si abro tu cráneo, ¿lo encontraré ahí?
No pudo obtener respuesta porque él llegó. La batalla comenzó y ahora iba a finalizar. La espada descendió, él no llegaría a detenerla, lo sabía, pero algo lo hizo, algo que no fue el shinigami. Un escudo que se partió en mil pedazos. Abrió sus ojos impresionado. Ella… ella lo había hecho para salvarlo. La miró y vio que estaba triste, vio su dolor. Esa mujer odiaba las batallas, por ello aunque lo intentó no logró dañar a Yamii el día que la vieron por primera vez. Por eso lo estaba deteniendo. Ahora podía comprenderlo…
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Aclaraciones: bueno falta un cap más que sería de Inoue. Espero subirlo pronto, antes de que salga el manga jeje. Espero q les haya gustado, escriban si tienen alguna duda y a ver q les pareció, saludos!!!
