Nota de la autora: Los personajes de Hetalia no me pertenecen, les he tomado prestados para escribir esta historia que de corazón espero les guste.

Capitulo 1: Medio pie en la tumba.

Lovino se tiro al sofá tratando de calmarse, hace unas horas había llegado a casa pero no había descansado en absoluto, no había probado bocado y ni siquiera se retiro la ropa con la que llego. Se encontraba profundamente perturbado sin saber qué hacer.

-Maldizione! – grito a la sala vacía, en estos momentos era donde más echaba de menos a su stupido fratello, probablemente Feliciano estaría llorando a moco tendido y el estaría tan ocupado consolándole y diciéndole que era un idiota que él estaría llevando mejor la situación. Quería llamarle pero hasta no saber la gravedad del asunto no lo haría.

Pasado los minutos que a él se le hicieron eternos, sintió la puerta de la habitación abrirse y su madre apareció tras ella. Tenía los ojos hinchados y se le veía acongojada. Su madre era una hermosa mujer que siempre parecía mucho más joven de lo que realmente era pero en ese instante a Lovino le pareció que los años ya le estaban pasando factura.

Se puso de pie de un salto y tomo a su madre en brazos, ella le estrujo un poco torpemente pues rara vez él tenía esos detalles. Lovino era más reservado que su esposo y eso era mucho decir. Lovino le tomo de la mano y se sentaron en el sofá.

- Y bien?- pregunto con voz hosca. La señora Vargas soltó un suspiro que no auguraba buenas noticias.

-Tu padre tiene cáncer cariño, cáncer de colon.

Lovino echo la cabeza hacia atrás y cerró los ojos para no llorar, su padre y el nunca estaban de acuerdo en nada, se la pasaban discutiendo, mayormente por el futuro de él pero ¡Joder!, tampoco quería que le pasara algo así, en su familia nunca habían lidiado con un enfermo pues todos sus parientes muertos lo habían hecho de causas naturales. Y el jodido abuelo Romano era un roble para sus ochenta y tanto.

- Al parecer tu padre estaba presentando los síntomas con anterioridad pero no me había dicho nada, hoy ha colapsado no solo por eso sino que al parecer el estrés, sumado a unas bajas defensas le han hecho desmayarse.

-Viejo tonto, mira que ocultar algo así, es que acaso no se preocupa por el mismo, carajo.

-Cariño ese lenguaje-le reprocho su madre- la enfermedad está bastante avanzada pero aun hay esperanza, con los cuidados adecuados tu padre podrá llevar una vida tranquila.

-Entonces no morirá?- pregunto con franqueza, el siempre había sido directo con todo.

-Es un 50/50, si él se cuida, toma la medicina y realiza la quimio puede aumenten sus probabilidades.

Lovino se levanto del sofá y se dirigió a la cocina, iba a preparar algo rápido de comer, para ellos dos, de seguro que su madre no había comido nada en el puto hospital por estar pendiente del viejo. Su madre se dispuso a ayudarle, aunque no era necesario. El solo que bien podría sacar todo, pero era bueno estar juntos mientras asimilaba todo, el realmente no tenía amigos con quien descargarse, solo estaba su familia.

-Cariño- su madre hablo con voz temblorosa- hay algo que quiero que hagas por tu padre- Lovino hizo un ademan con la cabeza para que continuara- el quiere… bueno, más bien los dos queremos que te contactes con Feliciano y le diga que venga a casa.

Al terminar su oración, a Lovino se le resbalo el cuchillo y se cortó el dedo.

-Joder! Maldición!- puso el dedo bajo el agua mientras pensaba que decirle a su madre. Cerró el grifo y hablo sin darle la cara.

-No sé si sea una buena idea- hablo con voz neutral- como crees que Feliciano se sentirá si sabe que la única razón para querer verle después de tantos años es porque el viejo tiene medio pie en la tumba.

-Lovino- le censuro su madre- no digas semejantes cosas, tu padre simplemente quiere verle debido a la situación actual, le hemos extrañado un montón y habíamos hablado de contactarle pero nos animábamos, ahora con lo sucedido queremos verle lo antes posible y…

-Y qué? Hacer las paces y hacer de cuenta que no le han echado de casa como si fuera un perro y que en cinco años no han querido verle, para que lo sepas, la situación de Feliciano es la misma, ahora van a aceptarle así sin más, madre jamás hablamos de esta mierda porque para todos es difícil pero para él ha sido aun peor.

-YA LO SE- su madre le había gritado a todo pulmón- yo, esto, nosotros solo queremos verle y pedir por su perdón, TU NO TIENES IDEA, claro que le hemos extrañado, es solo que no supimos como lidiar con la situación en su momento…

-Pero eso no cambia un carajo, el sigue siendo lo que es y ustedes igual, si no lo han querido ver es porque no le han aceptado.

-Pero lo vamos a intentar, Lovino entiende, necesitamos toda la familia junta para pasar por este difícil momento.

-Incluso si el traerlo de nuevo a la familia implica que con el venga alguien, no quería decirlo pero Feliciano está casado, y si quieres verle eso tal vez implique ver a su pareja.

-Mi Feli, e-esta ca-casado?- a su madre nunca le temblaba la voz, pero al parecer le había dejado en shock.

Cuando miro a su madre ella lloraba, Lovino vio que su dedo sangraba nuevamente y dejo la cocina, de repente ya no tenía hambre. Fue a su habitación, mejor dicho a su baño a ver si le quedaba una puta cura que no le hiciera preocuparse por su dedo sangrante, que bien tenía otras cosas en la cuales invertir su angustia.

Sintió a su madre entrar a su habitación sollozando y salió a enfrentarle.

-Aun quiero verle Lovi, si eso implica también ver a Antonio- le dijo su madre entre lagrimas. Soltó un suspiro, para responderle.

-Yo nunca dije que Antonio fuera el marido.