Toda mi vida me ha gustado mirar a las estrellas.

Una de las razones es que mi familia rara vez se juntaba. Claro, hasta esa noche.

Mis padres trabajan todo el día.

Otra de las razones que tengo para mirar las estrellas es porque mi pueblo estaba a la orilla del mar, aquí no había edificios tan altos, solo unas pocas casas y el laboratorio principal.

Por eso me gustaban tanto las estrellas: aliviaban la soledad de mi miserable vida.

Durante el día hablaba con mis amigos. Durante la noche, miraba a las estrellas.

Pasaba largas horas haciéndolo, mientras esperaba a mis padres mi pequeño Pidgey era mi compañero en esas largas noches.

Las estrellas podían hacerme olvidar, pero no podían darme lo que en verdad quería.

Lo que quería era alguien con quien pudiera contar.

Una "familia"… un lugar para ser yo misma.

Lo necesitaba tanto.

Sin embargo…