Disclamer: Mai hime no me pertenece ni ninguno de sus personajes

Si preguntaran cual sería la imagen de una mujer mientras siente placer seria esta misma, su espalda se arquea y cierra sus ojos con fuerza, sus manos en las sabanas se aprietan un poco mientras sus labios se abren levemente dejando escapar un suspiro, permitiéndole respirar ahora que sus aliento se empieza a entrecortar, unas gotas de sudor nacen en su frente y ella abre mas sus labios para poder gritar, su espalda vuelve a su posición normal mientras sus caderas son tomadas con fuerza por su amante, levantándolas un poco para facilitarle el trabajo.

Muerde sus labios con fuerza provocando incluso que estos sangren, comienza a morderse uno de sus dedos para no dañar sus hermosos labios mientras siente como todo su cuerpo comienza a tensarse, ambas manos vuelven a las sabanas para apretarlas con fuerza, abre un poco sus ojos pero no logra ver nada por la oscuridad, mientras su amante si puede ver como todo su cuerpo se mueve de una manera muy hipnotizaste producida por ese vaivén que tanto placer le otorga.

Susurra por lo bajo que ya está a punto de llegar permitiéndole escuchar a su amante una voz muy femenina y delicada repleta de placer, su espalda se arquea de nuevo y sus ojos se ponen en blanco, echa su cabeza hacia atrás mientras grita por última vez mientras un delicioso orgasmo recorre todo su cuerpo.

Su cuerpo se tumba en la cama completamente agotado, el aliento caliente se deslizaba por sus labios a gran rapidez y si se presta atención se puede escuchar su corazón muy acelerado, como queriendo escapar de su pecho. Su cuerpo se encuentra tan caliente que siente con claridad las mínimas gotas frías de sudor que se deslizan por este.

Por fin la luna deja de jugar a esconderse entre las nubes lo cual le permite ver a su amante pero se decepciona al ver a alguien desconocido y no a la chica que esperaba, el hombre se separa de ella, toma su ropa que estaba tirada en un rincón y se pone su pantalón, se sienta un momento en el borde de la cama para encender un cigarro que ha sacado de su bolsillo, la mira por última vez y antes de marcharse ella le susurra que el dinero está en la mesa del comedor y él se va.

Ella esconde su cuerpo entre las sabanas y unas lagrimas empiezan a correr por sus mejillas, le duele tanto… aunque quiera olvidarla siempre le sucede lo mismo, una vez que abre los ojos espera verla a ella pero no… siempre encuentra a alguien diferente. Porque es tan cruel el amor? Porque es tan cruel la vida? Ya le ha dicho adiós pero su recuerdo aun no le permite salir adelante, no la ha podido olvidar y solo la busca inconscientemente en cada uno de sus amantes, sus días son grises… sin brillo alguno, sin motivo, no tiene razón para levantarse cada día y sabe que no puede hacer nada porque es un simple amor no correspondido.

Cada vez que esto le sucedía comprobaba lo que todos le habían dicho "No se acaba el amor, solo con decir adiós. No anula el recuerdo, ni compra el olvido, ni nos borra del mapa". Aunque se había largado a miles de kilómetros lejos de ella eso parecía no haberla apartado de su lado, al contrario, al parecer solo había logrado que pensara mas en ella. Cada día ese amor que sentía por ella no le permita olvidarla solo la obligaba a pensar más en ella, a desear regresar a su lado aun sabiendo que no era correspondida.

No lo entendía, le parecía tan cruel, tan injusto… y no podía hacer nada. Porque aunque ella ya no estuviera ni en la misma ciudad su recuerdo estaba ahí, clavado en su ser, recorriendo cada rincón de este dañando todo a su paso.

Tomo con una de sus manos su cabeza, presionándola con fuerza, creyendo que así el resto del dolor se marcharía, comenzó a llorar amargamente pero en silencio, mientras se preguntaba ¿Por qué tenía que ser de esta manera? ¿Por qué simplemente no pida ser feliz? Tal vez ni siquiera a su lado, simplemente feliz, se quería sentir amada, pero no por otro si no por ella…

-¿Por qué es tan cruel el amor?- hablo en un hilo de voz a la nada, suspiro largamente… -Natsuki…-

¿lo continuo? ¿lo quieren feliz o igual de triste?