Título:Enfrentando el pasado
Sumary: Kyoko se fue hace cinco años del Japón, pero ha llegado la hora de su regreso. ¿Qué fue lo que la llevó a esa decisión? ¿Qué ha pasado en su ausencia? Todo ha cambiado y ella también, es momento de enfrentarse al pasado…
Ranking: K+
Género: Romance/Humor/Comedia/Drama
Advertencia/Recomendación: Quizás un poco de OoC/Rediciones molestas/Salto temporal/Semi-UA
Cantidad de palabras: 2,022
Disclamer: Skip Beat! No me pertenece, todos sus derechos de creación son propiedad de Yoshiki Nakamura-sensei…
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Regreso a Japón
Las palabras resonaron por todo el estrecho sitio, completamente repleto de gente, anunciando la partida del vuelo con destino a Japón sin escalas.
El altavoz había anunciado por fin que el próximo vuelo con destino al país de Oriente partiría dentro de veinte minutos. Suficiente tiempo para pensar y poder desesperarse tranquilamente por la distancia entre ella y su destino.
El movimiento de las personas comenzó a fluir aún más y el nerviosismo de ella aumentó.
Aunque la terminal del aeropuerto era grande abarcaba demasiada gente como para poder considerarse un lugar cómodo; el ir y venir de las azafatas, gente con suficientes maletas para suponer que planeaban mudarse en vez de viajar… Cualquier cosa parecía insignificante como para distraerla un rato de sus pensamientos.
Por fortuna estaba cerca de la salida a la terminal, a escasos metros de su puerta para abordar. A pesar de los nervios y uno que otro pensamiento fugaz de querer salir corriendo, en ojos se reflejaba la emoción por llegar finalmente, tenía varios días esperando ese momento desde que su manager se lo comunicara.
El saco color negro que ataviaba su cuerpo se sintió de pronto muy asfixiante, por la manera n que se apegaba a sus curvas naturales. Una ligera vergüenza la invadió al notar como, tanto hombres como mujeres, admiraban por igual su exquisito vestuario de diseñador. Joyas y collares de color lila, junto a su blusa del mismo color… Todo combinaba en un perfecto juego de luces que embellecían su silueta femenina.
Una sensación de nostalgia la invadió.
A veces extrañaba demasiado ser la incipiente Mogami Kyouko, quien no atraía más que desgracias y comodidad para su persona. Nunca pensó que la fama la abrumaría tanto.
Su mano llegó por instinto hasta su cabello, mucho más largo y sedoso de que lo pudiera haber sido alguna vez. Recordaba cuánto había peleado con su estilista para que lo dejara igual que antes, pero cuando aquél hombre quedó enamorado de su corte a capas y el rostro enmarcado, no tuvo más remedio que permitirle conservar su imagen.
Una sonrisa se escapó de sus labios sonrosados al pensar en todo eso, de la adolescente que alguna vez llamaron plana y sin chiste ya quedaba muy poco. Se había convertido en una verdadera mujer.
Las caderas estrechas, pero bien formadas, sus piernas expuestas debido al corte a los lados de la gabardina que llegaba sólo un poco más debajo de su muslo, bien torneadas y levemente bronceadas. Una mujer extremadamente hermosa, o eso escuchaba de los murmullos a su alrededor. El maquillaje levemente realizado, resaltando más sus ojos naturalmente dorados.
Mientras iba sumergida en sus recuerdos extrañamente el flujo de gente se paralizó, lo que le resultó raro a lo joven de mirada ámbar. Elevó un poco su rostro para observar la razón pero la multitud que se posicionaba frente a ella le sorprendió. — ¡Miren todos! —Escuchó gritar, poniéndose más alterada ante la posibilidad de que su temor se hiciera real. — ¡Es ella!
— ¡Si, es ella! —Gritó una voz en extremo aguda, de un hombre, provocando la alerta en todo su ser. No debía de ser cierto, es verdad que gozaba de fama y eso pero… ¿Podrían haberla reconocido?
Ante su nerviosismo la gente se comenzó a juntar a su alrededor, especialmente los hombres, creando un círculo perfecto del que no podría salir. Cuanto le disgustaba la situación, tenía tanto tiempo de que no pasaba por algo similar;ahora entendía el por qué renegaban tanto los artistas, una vez convertidos en súper estrellas.
Un hombre joven, de ojos color verde y muy apuesto se acercó a ella, con una pequeña libreta y un bolígrafo en mano.—Señorita…—Decía, mientras empujaba a la demás multitud para abrirse paso. — ¿Podría regalarme un autógrafo, por favor?
— ¡No! —Exclamó una mujer, alterada.
—¡Por favor, a mi primero! —Protestó otro de los hombres, esta vez uno de mayor edad. —Mi hija es su admiradora, por favor señorita.
—Disculpen, me encantaría pero…—Alzó las manos, realizando movimientos exagerados de negación con ellas en el aire, se sentía increíblemente nerviosa cada vez que esto sucedía, aún no lograba acostumbrarse por completo a la fama que había obtenido en estos cincos largos años de ausencia. —De verdad lo lamento, pero perderé el avión…
—No se preocupen señores…—Explicó una voz femenina que se abría paso entre todos, con una falda demasiado corta como para no prestarle atención. Un suspiro relajado escapó de sus labios carmines, menos mal que quien estaba frente a ella podría hacerse cargo de la situación. —Todos por favor formen una fila, que la gran actriz que ustedes adoran les regalará una autógrafo y una foto…—Sonrió, avergonzada. ¡¿Por qué esa mujer siempre exageraba sus palabras?!
—Ningyou…
—Pero debo advertirles algo primero…—La gente puso gran atención a la refinada mujer que ya todos los fans de la chica conocían. La representante japonesa más solicitada del medio artístico en Estados Unidos. —No creo que ustedes quieran que ella retrase su trabajo…
— ¡No! ¡Por supuesto que no! —Gritó uno de los hombres amontonados.
— ¡Jamás le haríamos eso a nuestra ídolo! —Exclamó eufórica una fan, su voz dulce e infantil.
La mujer de cabello anaranjado alzó un poco más su mirada para enfocar a la dueña de la voz.
Un pequeño y sonriente rostro que la veía con total satisfacción, causando el regreso de un sentimiento que creía enterrado en el pasado. Con un gesto de su mano le ordenó a su manager que acercara a la pequeña niña de cabello negro; por alguna extraña razón le recordaba mucho a esa persona…
Sus ojos verdes, el cabello negro, incluso había un toque de arrogancia en su mirada.
Al parecer iba acompañada de un hombre, tal vez su mayordomo por el traje que vestía.
—Acércate pequeña…—Le dijo con una sonrisa gentil lo que provocó una reacción inesperada, se lanzó a los brazos de la mujer y la abrazó con efusividad. La ambarina le correspondió al abrazo con cariño, mientras todos sus fans miraban enternecidos la verdad se le hacía bastante familiar, aunque ella era muy alegre y comprendía bien a pesar de la poca edad que tenía, contrario a esa persona.
—Muy bien, tal como se espera de la gran actriz Mogami Kyouko…—La pelirroja de labios carmines se apoyo con la mano derecha sobre su cadera, adoraba esas expresiones de su representada, incrementaban tanto la popularidad… —Todos por favor, abran paso que ella es muy responsable y no quiere perder el avión, pero como siempre considera a sus admiradores…—Informó la pelirroja.—Formen una fila y recojan el número de papel que les será otorgado, cuando ella regrese…
— ¿Yo también, Kyouko-sama? —Preguntó inocentemente la niña, a la vez que formaba un puchero en sus labios. Su representante continúo hablando como voz de fondo en el lugar, dando indicaciones. Sí, definitivamente era idéntica a cunado él aún era normal… ¿Sería posible que ella fuera…? —Pero yo quería platicar con Kyouko-sama en este momento…
— ¿Cómo te llamas? —Preguntó cordialmente con una sonrisa delineada de sus labios, era tanta ternura hacia esa niña que olvidaba por momentos su deber de alcanzar ese avión a toda costa. —Eres muy linda, me recuerdas a alguien…
—Mi nombre es Enju, me encanta como actúa usted, Kyouko-sama. —Sus ojos verdes destellaron de emoción y eso le provocó una gran nostalgia por el pasado, le recordaba tanto a esa persona y, ala vez, la infancia tan cruda que vivió en Kyoto. —Yo voy a viajar con usted…
—Es hora de abordar, Kyouko. No te preocupes, el problema está resuelto —La pelirroja regresó después de haber arreglado el inconveniente con las personas. —Despídete de tu amiga tan linda y vamos. —Con una mano le acarició la coronilla, provocando un poco de molestia en la jovencita de corta edad. Ella la miró desafiante, lo que impactó a ambas, esa gentileza y ternura se esfumó en cuestión de segundos. Pero cuando se dio cuenta de que su adorada actriz se abrumó, volvió a sonreír. —Tu nueva amiguita es muy… Diferente.
—Gracias Ningyou. —Le agradeció a su representante, para después dirigirse a la nena que tenía entre brazos. —Tengo que irme Enju, fue un gusto conocerte…—Kyouko se levantó de su sitio para avanzar, pero la pequeña mano que la tomaba del borde de su falda intentó detenerla, temblaba. —Pero… ¿Qué sucede? —Se colocó en cuclillas, acercándose a la meno para detallar mejor sus ojos color verde almendra que lucían brillosos, su carita angelical con un leve tono de carmín en sus mejillas. Estaba completamente avergonzada.
—Podrías… ¿Llevarme de la mano? —Sus dedos buscaron con fervor aferrarse a los de ella, con sus manos arregladas y las uñas pintadas de un lila suave. Los entrecerró para después mirarla fijamente. —Yo también viajaré en ese vuelo…
—Señorita…—Un hombre de tez morena se acercó a las mujeres. La complexión de él era musculosa, sus facciones maduras, seguramente el encargado de la jovencita, supuso Kyouko debido a la forma tan respetuosa en que le hablaba. —Su vuelo ya está por salir.
—Pero Kei, yo quiero ir con Kyouko-sama. —La pequeña realizó otro berrinche más, mientras sus ojos se cristalizaban por algunas lágrimas, de cocodrilo, claro estaba. Pero el único que no podía notar esa diferencia era él, quien estaba desesperado por la reacción de la pequeña señorita que debía cuidar. — ¿Verdad que podemos ir juntas, Kyouko-sama?
—Claro que sí, Enju…
—Esta niña es de cuidado. —Comentó la pelirroja. Volteó a ver al joven que seguía preocupado por su trabajo, riéndose de su total ingenuidad ante el chantaje de la mocosa. Claro que era más divertido verlo sufriendo de ese modo, además de que si materializaba sus palabras la mocosa saldría ofendida y a juzgar por el fuerte carácter que demostró con ella, eso no sería muy conveniente. —Ya tranquilízate… Kyouko-chan se encargará de su nueva amiga por tu bien.
—Pero es que su padre me asesinará si dejo sola a la señorita. —Expresó preocupado el moreno.
—Kei, por si no lo sabías… Papá me compró un boleto de avión junto a Kyouko-sama, o de lo contrario no aceptaría ir a verlo…—Su mirada de niña se tornó algo oscura y siniestra, causando escalofríos en los presentes. Era obvio que Enju estaba acostumbrada a obtener lo que quería siempre, pobre del padre de ella, pensaban mentalmente los tres. Pero saliendo del impacto Kyouko sonrió, le recordaba tanto a María-chan cuando estaba a su lado. —Entonces, ¿vamos Kyouko-sama? El avión nos va a dejar…
—Esta bien…—Pronunció apenas Kyouko, saliendo de su impresión. Una sensación de fuerza al apretar más la pequeña mano le recorrió el cuerpo entero y la confianza que siempre la caracterizó se hizo presente en sus rasgos femeninos. Se alegraba de nunca haber perdido esa actitud llena de vida, que varias veces le ayudaba a salir de los problemas. — ¡Adelante, Enju!
— ¡El último que llegue es una tortuga a punto de ser sopa! —Y ambas arrancaron en una carrera de gran velocidad, perdiendo fácilmente a los demás, quienes gritaban desesperados por su loca actitud. Su manager diciendo algo sobre la imagen y reclamando que la olvidara y el niñero de Enju, que corría detrás, tratando desesperadamente de alcanzarlas.
La ambarina sonrió al ver la escena y por las palabras de la pelinegra. De verdad era una niña muy inteligente, pero algo ingenua. —K-Kyouko… s-sama—Decía entrecortadamente, por culpa de la carrera y el cansancio.
—S-sí…—Contestó igual de cansada la actriz.
— ¡Vamos a Japón! —Exclamó con toda la energía del mundo, animando a su adorada chica de cabello naranja. Aunque ella bien ignorara las causas de tal adoración.
—Claro… Por fin volveré después de tantos años…—La niña la observó alegre, el brillo de sus ojos dorados se había intensificado, como si en verdad estuviera feliz de volver. —Te volveré a ver… Tsuruga Ren…—La jovencita volteó a verla, intentado preguntarle lo que había murmurado, pero al ver cerca la entrada del vuelo y a los que dejaron atrás a punto de darles alcance, desistió.
Ya tendría oportunidad en el vuelo. Por lo pronto, en unas horas estarían de vuelta en Japón.
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N/Kou: Después de tanto tiempo en el abandono, he decidido reditar este fic con la completa determinación de terminarlo. Me imagino que a muchas les sorprenderá, molestará, recordarán que antes lo había dicho o será una nueva oportunidad para que lectoras que acaban de entrar a este hermoso y sexy fandom conozcan una historia más de KyoukoxRen.
Lamento mucho cuánto abandoné este fic, pero pasé más de un año (de hecho, casi dos) sin computadora y sin actualizar otros fics. Pero ya que tengo una pienso aprovechar para volver a actualizar y reeditar todas mis historias. Espero que me perdonen, y ya que este fic estaba hasta el cap siete aproximadamente las actualizaciones serán seguidas. Les mando un enorme saludo y besos de galleta ;D
