Disclaimer: Saint Seiya no me pertenece. Todos los derechos son de Masami Kurumada.
Aclaración: Narrativa en primera persona. Punto de vista de Saori.
El lamento de Saori
Trece años…
Es el tiempo que ha transcurrido desde tu partida.
Seiya, me gustaría saber… cuáles fueron tus pensamientos en aquella ocasión, la vez en la que nos protegiste a Kōga y a mí del malvado Mars.
¿Es raro que no lo sepa? Posiblemente para muchos sí…
Muchos piensan que por el simple hecho de ser la reencarnación de Athena, sé todo lo que sucede en el mundo y el por qué. Pero la verdad es que están equivocados. Yo sólo soy un embace para el espíritu de la Diosa de la Guerra y de la Sabiduría, nada más…
La verdadera esencia de esta vida se llama Saori Kiddo, nieta del ya difunto Mitsumasa. Esa es la verdad.
Y hay otra verdad que estoy segura muchos ya debieron descubrir… y es que como la reencarnación de Athena he desobedecido las ordenes, pues le entregué mi corazón a un solo hombre; lo que se supone está prohibido para quien sea la Diosa de la Guerra en cualquier época.
Y no es secreto para muchos que ese hombre eres tú, Seiya. Tú eres el único que no se ha dado cuenta, o eso creo.
Y es por eso que me atormenta más el no saber por qué te alejaste de nosotros, de mí…
Te extraño mucho Seiya… No sabes cuánto desearía que regresaras con nosotros, a mi lado; así podríamos estar los tres juntos de nuevo, ser felices mientras intentamos ayudar a Kōga a que se convierta en un caballero, y que sea igual de valiente y noble que tú.
Pero a pesar de mis deseos, sé que eso no es posible; lo sé porque ya no puedo sentir tú cálido cosmo, aquel que siempre era capaz de percibir, aún estando lejos. Y no sólo eso me lo dice. De hecho, mi corazón fue el primero en darse cuenta de que algo estaba mal, y que estaba relacionado contigo.
Fue doloroso comprender la situación. Lloré mucho. Ni Tatsumi, incluso Shina, fueron capaces de consolarme en mis momentos de debilidad. Ese es el efecto que tienes en mí Seiya, haces que la mujer que en realidad soy salga a flote. No la Diosa, sino la humana.
Lo único que me mantiene en pie ahora es Kōga.
¿Puedes verlo Seiya? Él, aunque no quiera, cada vez se está volviendo más fuerte. El entrenamiento de Shina puede ser un poco pesado, pero estoy segura de que ella hará un gran trabajo con Kōga. Estoy segura de que él será un excelente caballero, así como lo fuiste tú.
¿Sabes qué es lo más gracioso de todo esto? Su constelación protectora… Así es, su estrella guardiana es la de Pegaso, tal y como la tuya.
¿Destino quizá? Quién sabe.
¿Deseo de los Dioses? Posiblemente.
Realmente no sé por qué este pequeño joven haya venido a mí en su momento, y que sea precisamente Pegaso su constelación guardiana.
Sólo sé, que esa enorme coincidencia hace que no deje de pensar en ti más de lo que ya lo hacía. Si en algún momento había superado tu ausencia, él me la vuelve a recordar.
Te extraño, Seiya. Te amo. Y eso nunca, aunque tenga una razón por la cual vivir a pesar de la maldición de Mars, cambiará...
Fin
Suki: Y bueno, después de escribir "Pequeñas esperanzas" con la Mangosta, a.k.a Princesa Saiyajin, se me vino esto a la cabeza. Es algo similar a lo que fue "El lamento de Pegaso" sólo que ahora en versión Saoriesca Jejeje.
Espero que les haya gustado. Nos vemos en próximas entregas.
.
.
.
Suki90, presentó.
Y tú, ¿has sentido el poder del cosmos?
