Capítulo 1: Recordando el pasado
El despertador sonó sacándola de su profundo y agradable sueño, era día viernes y debía levantarse para irse al trabajo, perezosamente se incorporó de la cama se dirigió a la ventana y abrió las cortinas, era un día precioso con un sol radiante. Tomó su ropa y se fue directo a la ducha, le encantaba darse un pequeño baño en las mañanas para poder despertar con ánimo e ir a ver a sus pequeños niños. Ya hacía dos años que se había graduado con honores de una de las universidades más prestigiosas del área de Kantou, la universidad de Saikyodai como maestra de primaria. Así es, Anezaki Mamori a sus 26 años de edad había realizado uno de sus más grandes sueños, ejercer la profesión de maestra y después de tanto tiempo podía volver a cuidar de niños pequeños con todo el amor de una verdadera mamá gallina… Salió de la ducha para prepararse el desayuno, aún era temprano por lo que se tomó su tiempo, cuando acabó lavó los platos y salió de su nuevo hogar.
Cuando llegó se encontró con el maestro de ciencias, Fujioka Daisuke. Un hombre dos años mayor que ella, de cabello negro y ojos castaños, cuerpo delgado y bien formado, siempre con una sonrisa amable en su rostro.
Buenos días Mamori-san – saludó el pelinegro a la joven de ojos azules.
Buenos días Fujioka-sama – respondió al saludo con una sonrisa.
Dime Daisuke por favor – pidió en tono de súplica mirándola a los ojos.
Daisuke-san… – corrigió algo avergonzada.
Oye Mamori-san, quería hacerte una pregunta – un leve color rosa subió a las mejillas del guapo maestro de ciencias – Hay un festival éste fin de semana y quisiera saber si te gustaría ir conmigo – terminó con una sonrisa de esperanza, sabía muy bien que esa mujer no era fácil de convencer puesto que desde que la conoció hace un año y medio cuando ella ingresó a ese colegio como maestra suplente le estaba pidiendo que saliera con él, pero la chica siempre se negaba diciendo que tenía un montón de trabajo pendiente y con una sonrisa de disculpa rechazando la invitación. El año pasado se enteró de que la castaña se quedaría como maestra definitivamente, por lo que se alegró mucho ya que podría continuar intentando salir con ella, tenía las esperanzas de que algún día ella cediera.
Lo siento mucho Daisuke-san, pero tengo una reunión con algunos amigos del Instituto – ahí venía nuevamente la sonrisa de disculpa y el rechazo, espero a que terminara la frase el maestro seguro de la negativa de la chica – pero si quieres puedes acompañarme – una sensación de triunfo se apoderó de él y respondió animadamente que con mucho gusto la acompañaría. Hace una semana aproximadamente, Mamori tomó la decisión de darle una oportunidad a ése hombre que tenía en frente, si no lo hacía tal vez terminaría quedándose completamente sola de seguir esperando al hombre de sus sueños. Minutos después, luego de darle los detalles de donde y a qué hora sería la reunión se despidió de él al escuchar sonar la campana, sus clases darían comienzo así que pidiendo permiso se retiró a su salón para ver a sus traviesos y amados niños.
Mientras los pequeños de tercer año de primaria rendían uno de los exámenes, la maestra Anezaki estaba perdida en sus pensamientos. Hacía unos cuantos días había recibido una llamada de Suzuna diciendo que habría una pequeña reunión de los antiguos miembros de los Devil Bats en su casa, después de todo hacía dos años que no los veía y los extrañaba mucho, alegremente la chica aceptó la invitación de su pequeña amiga y quedaron de juntarse ése sábado por la mañana para comprar todo lo necesario para la reunión que se llevaría a cabo más tarde en la casa de la ex-líder de las porristas de Deimon. Sintió un poco de melancolía al recordar esos años en el Instituto, cuando cuidaba del pequeño Sena de las garras de ése demonio… ése demonio, sus emociones pasaron de nostalgia a una gran tristeza, hacía mucho que no sabía nada de él, para ser exactos fue hace dos años cuando salieron de la universidad y él se fue a América para ser parte de la liga de futbol americano más importante del mundo, la NFL para cumplir su más grande sueño, y ella… sin poder decir nada lo vio marcharse con el dolor de su corazón, quiso pedirle que se quedara pero nunca sería tan egoísta, de todas formas él jamás aceptaría… simplemente deseándole lo mejor se despidió de ése chico tan extravagante, porque ella sabía que él se lo merecía y estaba segura de que lograría cumplir sus metas.
¿Mamori-sensei? – una aguda vocecita la sacó de sus recuerdos – ¿Se encuentra bien? – preguntó la pequeña Shizuka mientras la veía con cara de preocupación, de seguro su rostro la había traicionado mostrando sus pensamientos.
Si Shizuka-chan, no te preocupes. Continúa con tu prueba – sonrió para no preocupar a la pequeña niña.
Una vez terminado el examen los niños salieron a recreo y ella volvió a la sala de maestros donde nuevamente se encontró con Daisuke-san quien amablemente le ayudó a corregir algunas pruebas, sin evitar comentarle lo feliz que se encontraba de que ella le hubiera permitido acompañarla a su reunión, un poco avergonzada le contesto que no era gran cosa.
Cuando terminó el día, volvió a casa para tomarse un merecido descanso, se dio una ducha rápida y se puso su pijama, comió un poco y se fue a la cama, mañana debía levantarse temprano para comprar lo necesario para la reunión de los Devil Bats. Sin poder evitarlo muchos recuerdos aparecían por su mente, recuerdos que había decidido guardar en lo más profundo de ésta, no quería recordar las cosas por las que había pasado sus últimos años en el Instituto ni los años de universidad, no quería recordarlo a él, a su amado tormento… al dueño de su corazón: Hiruma Youichi. Aún podía recordar el día en que volvió a convertirse en su maldita manager al ingresar a la universidad.
~* Flash – Back *~
Estaba muy triste por separarse de sus amigos de Deimon pero a la vez se sentía muy emocionada de las nuevas cosas que le esperaban en la Universidad, podría dedicarse a sus estudios y volver vida a la normalidad luego de estar durante tanto tiempo cumpliendo los caprichos de ése demonio rubio. A pesar de que el último año en el Instituto los de tercero no podían realizar actividades extracurriculares ése chico de aspecto demoníaco se las había arreglado para que el director accediera amablemente a permitir que los de tercer año ayudaran a asesorar a los alumnos de primero y segundo en los respectivos clubs deportivos, por lo que ella tuvo que continuar con su labor de manager de los Devil Bats e ir todos los días después de clases a limpiar el club, revisar estrategias y editar videos para ayudar a sus pequeños amigos. Pero ésta vez sería diferente, ahora Hiruma no estaba ahí para hacerla perder su valioso tiempo, aunque debía admitir que extrañaría compartir esos pequeños momentos de silencio en donde ambos se quedaban solos en el club. De pronto escuchó un gran alboroto provenir del patio en donde se encontraban las canchas para los respectivos clubs y la curiosidad la invitó a ver qué era lo que estaba ocurriendo.
Cuando llegó observó como un gran grupo de chicos corrían desesperados como alma que se las lleva el diablo mientras gritaban cosas cómo "No puede ser, viene tras de mí" o "Estamos muertos, definitivamente estamos muertos" no comprendía nada hasta que de pronto escuchó unos fuertes disparos y su rostro palideció, disparos y personas aterrorizadas sólo podían significar una cosa…
¡Ya-Ha! Escúchenme bien malditos debiluchos, desde ahora yo seré al quaterback del equipo y obedecerán mis órdenes para que podamos ir al Rice Bowl – gritaba un chico de cabello rubio y despeinado que ella bien conocía – Claro que si a alguien no le gusta la idea puede venir a conversarlo conmigo y mi AK-47, siempre estamos dispuestos a oír sugerencias kekekeke – comenzó a reír maniáticamente mientras todos lo miraban espantados y sin poder articular una sola palabra.
Mamori estaba sorprendida, Hiruma Youichi, el ex demonio de Deimon había ingresado a Saikyodai a estudiar al igual que ella, esto debía ser una broma o bien Dios estaba en su contra y no quería que su relación con el demonio desapareciera y a pesar de que de cierta forma se sentía feliz por la presencia del rubio dio media vuelta e intentó huir de ahí, pero como todos saben... una vez se hace un pacto con el demonio no hay forma de deshacerlo por lo tanto Hiruma se percató de su presencia.
Oye tú, ¿Dónde demonios crees que vas? –cuestionó mientras giraba su cabeza en 180° asustando aún más a los jugadores de amefuto y a los alumnos que se encontraban por el lugar.
Yo… Hola Hiruma-kun – se giró nerviosa mientras veía cómo él se le acercaba – ¿Cómo has estado? – a lo que Hiruma sólo sonrió divertido notando su nerviosismo, se acercó a Mamori quedando no muy lejos de su rostro y sonrió.
No me digas que querías huir de mi – cuestionó ignorando totalmente la pregunta de la chica, la observó durante unos segundos y se percató de que ahora llevaba el cabello largo, eso la hacía lucir jodidamente más madura, cosa que no le molestó a nuestro guapo quaterback – Maldita Manager – Mamori se sorprendió, ¿por qué la llamaba así si ya no era la manager de Deimon?
Ya deja de llamarme así, ya no estamos en el Instituto – comentó en tono de reproche mientras inflaba los cachetes, cosa que le pareció muy divertida a Hiruma "La maldita manager y su jodida cara…" pensó.
Anda, haz algo útil y prepárame un jodido café – ella lo miró extrañada mientras el ojiverde buscaba algo en su bolso – también quiero que limpies la casa club, está asquerosa – mencionó de forma despreocupada y sin prestar la más mínima atención a la extrañeza de la chica, encontró lo que buscaba y se lo entregó.
¿De qué se supone que estás…? – Mamori no pudo continuar al ver lo que el muchacho frente a ella le estaba entregando, era su delantal rosa… el mismo que usaba para limpiar la casa club de los Devil Bats, no podía creer que él lo hubiera guardado durante todo éste tiempo, lo tomó entre sus manos con delicadeza recordando los momentos en los que ambos pasaban horas frente al computador viendo videos o aquellos donde simplemente él trabajaba en su portátil y ella limpiaba bajo el manto de un cómodo silencio, sonrió… pero al escuchar la demoníaca risa de Hiruma recordó que ahora estaba en la universidad y no tenía tiempo que perder como en el pasado – Claro que no – dijo entendiendo por fin lo que Youichi le estaba tratando de decir, porque definitivamente lo que le dijo no era una pregunta – No volveré a ser tu maldita manager, ahora tengo muchas cosas que hacer: estudiar, realizar trabajos y no puedo perder mi tiempo con tus caprichos egoístas – todo el equipo miraba sin poder creer lo que estaba pasando, ésa linda chica de ojos azules estaba enfrentándose al demonio ¿Es que acaso no sabía que podía volarle la cabeza con un solo disparo?
No fue una pregunta "Mamori-neechan" – dijo burlándose de ella como siempre solía hacerlo – Ahora ve y prepárame mi maldito café antes de que me hagas enojar – agregó en tono amenazante mientras con su arma apuntaba a la cabeza de la joven, la chica sólo lo miró con molestia… ése hombre nunca iba a cambiar, se puso su antiguo delantal y se fue a prepararle un café a Hiruma, al perecer la historia se repetiría y con una sonrisa entró al club, a pesar de que sabía lo difícil que sería no le molestaba tanto la idea… después de todo eso significaba que el rubio realmente la valoraba y ella podría estar cerca de él al menos durante cinco años más y tal vez, sólo tal vez un día se armara de valor y le declarara sus sentimientos.
~* Fin del flash back *~
"¿Por qué? ¿Por qué justo ahora que decido continuar con mi vida me vienen tus recuerdos a la mente?" hacía poco menos de un año Anezaki Mamori había pensado cada día de su vida en Hiruma Youichi, ¿Estaría comiendo bien? ¿Estaría sobre esforzándose con el entrenamiento cómo siempre? ¿Pensaría en ella? ¿La extrañaría?. Luego de que él se marchara, todos los días durante 14 meses ella encendía el televisor para ver las noticias de la mañana y de la noche, no porque le interesara qué era lo que ocurría en su país o a nivel mundial, sin importar lo tonto que sonara para todos ella esperaba ansiosa ver la sección de deportes y ver si esa noche habría alguna noticia que hablara de él, también compraba los periódicos y las revistas de futbol americano. Espero que la llamara, incluso que le enviara algún correo electrónico… pero nunca llegó nada. Le envió un correo cada semana durante esos largos meses, pero él nunca respondió. Lo llamó por teléfono a 30 de sus 169 celulares, pero él no le contestó ni llamó de vuelta. Después de esos 14 eternos meses Mamori terminó por rendirse… ya no lo llamaría ni enviaría mensajes por correo, ya no vería el noticiero ni leería los periódicos o revistas, si él no quería saber de ella entonces… ella tampoco intentaría saber nada de él.
Los siguientes tres meses trató de olvidarlo, de borrar esos sentimientos que sentía por él… pero era inútil. Mientras más trataba de olvidarlo más lo recordaba, por lo tanto poco a poco fue escondiendo ése gran amor, ocultándolo lentamente en lo más profundo de su corazón… hasta que lo logró.
Hace algunos cuantos días decidió darle una oportunidad a Fujioka Daisuke, ése chico era muy lindo con ella y siempre estaba al pendiente de lo que necesitaba, además de que se veía un buen hombre… así que ¿Por qué no intentarlo? Y por eso le propuso que la acompañara a la reunión de Deimon, esperaba que todo resultara cómo ella quería y que así pudiera continuar con su vida y no esperar eternamente a su primer y único amor.
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Hola a todas y a todos, espero que les haya gustado el primer capítulo de mi nueva historia, ésta vez decidí escribir algo más largo que lo anterior, creo que serán unos seis capítulos aproximadamente. Espero sus hermosos comentarios y recuerden que las críticas son siempre bienvenidas :D nos leemos pronto!
