¡Hola!
Hace demasiado tiempo que no publicaba nada para este fandom. Prácticamente como 3 años, creo. Pues bien, a veces me da por revisar mi carpeta de historias inconclusas para ver que puedo rescatar de allí y poder subir algo, y encontré esto xD es cortito, pero no por eso menos bueno (?)
Disclaimer: Los personajes son de Kubo, no míos, porque si fueran míos, bueno, cambios habrían en su obra xD
Encargos de madrugada.
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Al final, decidió Ichigo, su vida miserable no valía la pena.
Tratar con los enemigos que querían matarle constantemente ya era bastante malo, pero comparado con tener que tratar con una Rukia con seis meses de embarazo y psicóticamente hormonal, lo anterior sonaba como el cielo. Incluso escuchar los disparates que salían de la boca de su estúpido padre valían la pena.
Si, claro, en él existía ese sentimiento de alegría por la pronta paternidad y la llamada satisfacción de saber que él ayudó a traer otra vida a esta Tierra.
Pero, objetivamente hablando, él sería un padre horrible y la Tierra no era tan buena de todos modos.
Sin embargo, no se le podía negar nada a Rukia, oh no; no si él aun deseaba mantener los miembros y apéndices de su cuerpo intactos—o los más importantes, por lo menos—. Y no especialmente cuando ella entraba en aquellos llamados "estados de ánimo". Pero, pensándolo mejor, ¿Cuándo ella no estaba en esos estados?
Y eso fue lo que le llevó a su situación actual.
Ella quería helado.
A las tres de la mañana.
No importaba que tuviera que caminar alrededor de Karakura en busca de una maldita heladería que estuviera abierta esa hora. No importaba que el único lugar que encontró abierto le cobraran el doble de la cantidad original por la estúpida golosina. Ah, y como olvidar que hizo todo aquello en sus boxers color rosa con fresas estampadas—un regalo muy ingenioso de Renji—, porque Rukia no lo dejó "perder el tiempo" en ponerse algo de ropa.
Pero bueno, lo consiguió. Oh, dioses, lo consiguió, y eso era todo lo importante. Tal vez así por fin lograría que ella se callara de una vez por todas y entonces él podría simplemente arrastrarse de regreso a la cama y dormir lo que restaba de la madrugada.
O tal vez ella lo miraría como si él fuera el idiota más grande del mundo y a su percepción se escapara algo que para ella era totalmente lógico. No le gustaba que ella jugara así con su cerebro.
Algunos días, realmente pensaba que estaba en el infierno.
—¿Ahora qué? —preguntó entonces, de mala gana.
—Esto es vainilla —respondió Rukia simplemente, mostrándole el contenido de popote.
Ichigo rodó los ojos. —¿Y…?
—Quería de chocolate.
Y por supuesto, él solo tenía que usar sus habilidades psíquicas para adivinar que ella quería helado de chocolate.
Simplemente se cubrió con las mantas, deseando dormir un poco. —Has uso de tu imaginación.
Él no sabía que una almohada podía causarle tanto daño a una persona. Aunque, conociendo a Rukia, debería haberlo sabido.
Y eso ha sido todo. Espero que lo hayan disfrutado, les haya gustado leerlo y me disculpo si hubo algún tipo de error o incoherencia narrativa, que a veces se me va el dedo :v
Espero pasarme por el fandom más seguido x3
¡Besos, flores y chocolates! Kiry les desea paz, bye.
