Madoka no me pertenece.
Peligrosa Obsesión
Homura Akemi era una chica bastante singular, era la representación viviente de cuanto un ser humano puede cambiar, para obtener lo que su corazón desea. Desde ser una niña insegura, tímida y algo enferma…a un ser despiadado que lastimaba a sus seres queridos, con tal de obtener su más grande sueño. Ella no le importaba si a sus amigas, o aquellas que en algunas líneas del tiempo la quisieron, sobre sus deseos o si estaban de acuerdo en sus métodos.
No.
Ella solo quería dos cosas.
Que Madoka estuviera con vida.
Que Madoka fuera feliz.
O bueno, la felicidad que ella creía era correcta.
Ser un demonio no era difícil, había sido tan fácil tomar el poder cuando llego el momento, cansada de luchar una y otra vez sin obtener el final que quisiera. Pero ahora con ese poder mágico, ella podía hacer a Madoka feliz, en ese universo que ella había creado, donde todo seguía el rumbo que debía seguir.
No importaba que pensara Sayaka…o alguna de las otras.
No.
Solo importaba la felicidad de Madoka.
Ella solía reír en su mundo creado, a veces con diversión, otras con dolor. No entendía cuando su mente llego a destruirse a ese punto. No sabía que estaba bien o que era correcto, lo único que importaba era hacer lo que ella quería, cumplir sus sueños, y ese sueño era Madoka.
A veces también pensaba en la chica de coletas rosadas, no en esta que iba a clases ignorante de que sus poderes divinos eran robados o sobre toda la historia. No. Ella pensaba en la primera Madoka que conoció, que era la misma y a la vez no era la misma. Tal vez Madoka de saber qué hubiera pasado en el futuro, en lo que ella se transformaría, no la hubiera salvado esa primera vez.
También pensaba mucho cuando su amor se transformó en esa peligrosa obsesión.
Esa obsesión que provocaba que en las noches se asegurara que Madoka durmiera, que en clases la viera sonreír con sus amigas, que viviera en ese mundo como debía ser. No importaba si alguien moría, si alguien sufría, si ese mundo era una pesadilla para otros.
Solo importaba Madoka.
Rio de forma psicópata en esa tina que había creado, donde se estaba bañando en medio de un agua purpura y sus mejillas estaban algo rojas por el vino.
Tal vez su cordura hace mucho había muerto.
Y ahora el poder lo absorbía todo.
Aunque llegara a ser enemiga de quienes una vez cuido, no importaba, siempre y cuando Madoka estuviera a salvo.
Ese era su único propósito.
Fin
Esta es una de las pocas series de chicas mágicas que sin duda me cautivo de una forma, que cuando llegue al final de la serie estaba extasiada, luego llego a la película y mi cerebro hizo ¡PUM!. En fin, ocupaba aportar algo al fandom.
Nota:
Por si no lo saben en mi perfil tengo un link de mi página en Facebook donde publico mis actualizaciones y donde chateo con los chicos sobre temas de anime, manga, juegos, libros, series…etc por si alguno quiere comunicarse conmigo o visitar un rato para conocerme mejor.
Sayonara sexys lectores.
