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This Place is painted Blood
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1)
– Asuna…
La nombrada alzó la vista de la pantalla de su tablet, viendo la figura imponente de su padre que se encontraba frente a ella. Parecía avergonzado y en cierta forma culpable de interrumpirla.
– ¿Que pasa papá? –preguntó, dejando de lado el objeto que había mantenido atada su atención. Miró a su progenitor regalándole una hermosa sonrisa.
Era de público conocimiento lo mucho que aquella pelirroja amaba a su padre. Pues junto con Koichirou era el gran aliado que tenía dentro de esa casa que muchas veces parecía a punto de engullirla en un agujero negro y solitario.
– Te he notado algo decaída estos días… –siguió diciendo Shouzou con acento preocupado –¿Está todo bien entre Kirigaya kun y tú?
Ella abrió grandes sus ojos por un mero segundo, sorprendida de que él aún pudiera leerla como un libro abierto. Volvió a sonreír asintiendo con efusividad, despejando las dudas del caballero.
– K-Kazuto kun ha estado algo ocupado en su nuevo trabajo, y apenas nos hemos visto…
– Oh… Ya me parecía que existía alguna razón poderosa para que pasaras más tiempo dentro de la casa…
– ¡Eso no es cierto papá! –exclamó soltando un pequeño puchero que hizo reír mucho a su progenitor.
Este le revolvió el cabello con ternura, como solía hacer cuando ella era pequeña –Te había visto tan melancólica últimamente que me tomé cierto atrevimiento…
– Ya no puedes contentarme con toneladas de helado como antes papá… –le dijo haciéndole un mohín –Pero podría dar resultado.
– Tenía eso en mente, querida –le respondió –Y sabiendo lo mucho que actualmente disfrutas los juegos, me tomé la atribución de comprarte uno…
– ¿Tú? –no pudo evitar reír levemente, viendo como la fisonomía del pobre hombre se abochornaba parcialmente.
– ¿Que clase de padre sería sino puedo comprarle algo de agrado a mi pequeña hija?
– Ya no soy pequeña, papá.
– Al caso –la ignoró –Envié a mi secretaria… –Asuna alzó las cejas en escepticismo –A una tienda de videojuegos y le dije que comprara para ti el juego que estuviera en auge en este momento.
– ¿E-Es en serio?
Shouzou asintió con evidente orgullo y sacando su mano izquierda de detrás de si, le entregó un estuche rectangular y delgado de colores sombríos.
– Gun Gale Online… –leyó la pelirroja con asombro –¡Papá! ¡Me compraste un juego de guerra…!- exclamó estupefacta y divertida.
El pobre hombre fue tomado por sorpresa ante la exclamación de la chica, pareció levemente avergonzado –¿No es algo que las chicas como tú jugarían actualmente?
– Realmente no sé… –rió un poco más. Luego poniéndose de pie enlazó el cuello del caballero con un afectuoso abrazo –Pero muchas gracias papá, por pensar en mí.
– Puedo cambiarlo por algo más… delicado si quieres Asuna.
– No –ella meneó la cabeza en un gesto negativo, amplió la sonrisa – Creo que será divertido.
– Por supuesto, ¿acaso mi hija no era una grandiosa subcomandante que hacía temblar a todo el que la veía por su belleza y velocidad…?
Ella rió asintiendo –No infles mi ego…
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Asuna miró online algunos instructivos sobre el juego antes de conectarlo a la consola de su AmuSphere. En realidad se sentía bastante intimidada por lo que había visto: asesinato y muertes a granel… ¿en que estaba pensando su padre cuando decidió adquirir eso?
Volteó a mirarse en el espejo que estaba frente a su cama; se veía inocente y pequeña, con sus mejillas sonrojadas naturalmente, su cabello lacio cayendo sobre sus hombros, y su expresión sosegada de señorita de la alta sociedad. Viéndose así estaba lejos de parecerse a la grandiosa Destello Veloz de SAO, o la atrevida Bersek Healer, que era el apodo del cual renegaba en ALO.
Soltó un suspiro… ¿Inmiscuirse ella sola en un juego post apocalíptico? Quizás lo mejor era hablarle al resto, o quizás a Liz para no hacer inmersión ella sola en un mundo frío y desconocido.
Pero tampoco podía estar dependiendo de otros. Debía hacerse fuerte ¿que acaso no se repetía eso todos los días? No podía seguir tras su amado Kirito kun si no se atrevía a enfrentar nuevos retos.
Soltó un pequeño suspiro y tomó su móvil. Tiempo atrás Kazuto le había instalado varias aplicaciones para que pudiera acceder a algunos sitios de ALO sin necesidad de conectarse. Hablar con Yui era una de ellas.
– ¡Mamá! –la voz de la pequeña hada se oyó nitidamente desde el aparato al igual que su figura –¿No te conectarás hoy?
– Por eso te hablaba Yui…
– ¿Tienes mucha tarea?
Asuna rió silenciosamente –En absoluto, es solo que… probaré un MMORPG nuevo.
– ¿Dejarás ALO al igual que papá?
– ¡No! – se apresuró a contestar viendo el rostro cabizbajo de su pequeña hija virtual – Me haré un PJ nuevo, en verdad no quiero perder mis items solo por entrar a un otro juego de realidad virtual.
– Oh, entiendo. ¿Papá lo sabe?
– En realidad no considero necesario decirle, está tan ocupado con su nuevo trabajo que no quiero sumarle otra preocupación.
– Mamá, puedo acompañarte a ese nuevo juego si quieres… ¿cómo se llama?
– Ni de chiste Yui chan, ese no es lugar para que una pequeña e inocente niña ande sola… – vio la mueca irónica que se coló en las facciones de la adorable pixie y agregó a regañadientes –Se llama Gun Gale Online, GGO.
– ¿GGO…? ¡Mamá ese el juego que…!
– ¿Qué? –Asuna preguntó con verdadera curiosidad notando que su hija de pronto empezó a reír con suma gracia interrumpiéndose a si misma.
– Es muy famoso mamá, si eres lo suficientemente buena puedes ganar dinero… –le dijo escondiendo los detalles jugosos que estuvo a punto de develar.
– ¿En verdad? Quiero decir, es extraño.
– A algunos jugadores les funciona muy bien… Papá podría hacer una fortuna si se lo propusiera…
– ¿Qué estas diciendo Yui chan? No digas tonterías –meneó la cabeza antes de sonreírle con ternura compartiendo su gesto por algunos segundos. Luego guardó silencio poniéndose seria –Serán solo unos pocos días, y siempre sabes que puedes encontrarme aquí ¿está bien? De todas formas al no convertir mi cuenta de ALO intentaré conectarme luego de que regrese de GGO.
– No te preocupes.
– Es que voy a echarte de menos… –le confesó con pesar. A lo que la pixie reaccionó con su característica sonrisa.
– ¡Ve a patear muchos traseros mamá!
– ¡Yui no hables así, no es correcto en un niña! –como toda respuesta la pequeña hada soltó una carcajada divertida –Y ni una sola palabra de esto a Kirito kun ¿de acuerdo?
– No creo que haga falta…
– ¿Eh?
– Que no se olviden de mí.
– Nunca Yui chan, tú eres nuestra pequeña hija. De tanto…
– Ayudaré a Leafa chan y al resto. Cuídate mamá.
– Me conectaré en un rato para verte.
Yui alzó su mano a través de la pantalla y la sacudió en señal de despedida, antes de que se desconectara automaticamente.
Asuna dejó su teléfono sobre la mesa de noche. Se reclinó en su amplia cama, y luego de colocarse el AmuSphere en su cabeza, y de que buscara una posición cómoda, esperó los pocos segundos a que el artefacto terminara de cargar y con voz resuelta exclamó.
– ¡Link Start!
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Anna caminó en medio de esa ciudad en ruinas. Espantada del mundo post apocalíptico que la recibió apenas abrió los ojos en la plataforma de inicio, ocultó lo mejor que pudo su pavor y se perdió por esa calle trasera rumbo a ninguna parte.
– ¡Hey bombón! ¿necesitas ayuda?
– ¡Dejaría que me llenaras el corazón de plomo si eres tú quien me dispara…!
– ¡Puedes enfundar mi pistola ahora mismo si lo deseas, preciosa!
Apretó el paso asqueada ante las insinuaciones de las que era objeto. Una de las tiendas al costado del camino aún conservaba su frente de vidrio por lo que se miró preguntándose internamente a que se debía tanto piropo.
… y casi que deseó no haberlo hecho. Su avatar tenía un aspecto escandaloso. ¿En verdad las mujeres debían de lucir tan desvestidas en ese horrendo lugar? Se tocó las mejillas intentando reconocerse en el reflejo; su piel era en extremo pálida, sus ojos color miel seguían igual de grandes y luminosos como los de su yo real, cejas delgadas se pronunciaban en un delicado arco sobre sus parpados. La nariz pequeña y respingada junto a esos labios carnosos y provocativos creaban una agraciada armonía en aquel rostro de óvalo perfecto.
Sin embargo el resto de su cuerpo no era mucho mejor, su pecho estaba parcialmente cubierto y se adivinaba sin recato bajo el escote del top rojo que apenas contenía tanta voluptuosidad. Su cintura diminuta daba lugar a la irreverente curva de su cadera enfundada por una minifalda muy corta y ceñida, estaba segura que ésta marcaba plenamente sus formas mientras caminaba. Medias grises y botas negras terminaban de crear el infartante efecto general sobre sus largas piernas desnudas.
Sin embargo cuando volvió a mirarse, descubrió con horror el detalle que tontamente había pasado por alto antes… su cabello largo, su hermoso cabello mandarina había sido cruelmente sacrificado en un corte moderno y sexy, dejando su nuca al descubierto. Los mechones laterales, más largos que los de atrás, caían enmarcando su rostro con gracia en una lluvia de miel. Al menos daba gracias de conservar su color natural, quizás este era ligeramente más claro pero se asemejaba bastante al suyo.
– Parezco una cualquiera… –hizo un puchero con sus labios rojos y se irguió en tanto tironeaba el ruedo de su falda, y con su otra mano se tocaba consternada su corto cabello.
Oyó pasos detrás y descubrió un grupo de hombres que silbaban en su dirección. No era buena idea detenerse en un lugar desierto estando desarmada. Les mostró su mejor cara de pocos amigos y apretó el paso en dirección al norte, el grupo siguió tras ella a una considerable distancia pero diciéndole miles de atrocidades y comentarios de doble sentido.
A lo lejos diviso un puente que cruzaba la calle y se concentró en caminar rápido diciéndose que una vez que llegara a lo que quedaba de las escaleras, correría hacia el otro lado y se apresuraría a perderles el rastro. Por lo menos hasta que consiguiera un arma y pudiera hacerles frente.
Iba tan ciega a su deseo de poner distancia entre ella y sus perseguidores, que cuando alcanzó la escalera se chocó con otro cuerpo que venia descendiendo, perdiendo ambos momentáneamente el equilibrio. Ella fue la primera en recuperarlo gracias a que el desconocido sostuvo con delicadeza sus hombros.
– ¿Te encuentras bien? –la voz masculina sonó amable y consternada.
Alzó sus ojos en su dirección viendo a un simpático joven de complexión delgada y vestido de verde militar que cortésmente esperaba su respuesta.
– Estoy bien, gracias –le sonrió en agradecimiento, estudiándolo rápidamente; alto, delgado, tez blanca, ojos marrones, cabello castaño claro recogido en una coleta de caballo. Tenía un aire sosegado y muy tranquilo.
– Vi que unos hombres te perseguían… –le comentó en voz baja –¿Eres nueva en el juego, verdad? –ella asintió sintiéndose avergonzada –Jeje, tomaste la dirección equivocada. Normalmente cuando sales de la plataforma de inicio, debes tomar el camino contrario, allí encontraras muchas tiendas de armas, y la oficina central donde puedes informarte e inscribirte para el próximo torneo…
– Oh… supongo que hice todo al revés –rió también.
Los silbidos volvieron a oírse y ambos se dieron cuenta que el grupejo de antes les hubo dado alcance.
La muchacha frunció el ceño con fastidio.
– ¿Cómo te llamas?
– ¿Eh?
– Tu nombre, ¿cual es tu nombre? Yo soy Spiegel.
– Ah, etto… soy A-Anna.
– Bien Anna, conozco un atajo por allí para perder a esos idiotas ¿me acompañas?
– Con todo gusto.
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Corrieron una calle cuesta arriba, y Asuna se dio cuenta que su avatar era liviano y ligero casi como su versión de ALO. Luego de correr media cuadra más, Spiegel divisó un lugar donde rentaban motos (más tarde descubrió que en realidad se llamaban Buggys) y sin detenerse a preguntarle rentó un vehículo y con un gesto le instó a que subiera detrás de si, lo que la muchacha hizo sin perder tiempo, para luego arrancar a toda velocidad, tomando una diagonal y finalmente perderlos de vista.
Anna (y ese era el nombre que había elegido para su avatar, luego de que aprendiera que no debía usar su nombre real en el mundo virtual) sostenía los hombros delgados de Spiegel mientras viajaban a gran velocidad, el aire picándole el rostro le trajo cierta ola de añoranza, como cuando acostumbraba a viajar en la moto de su novio, y sin previo aviso se quitaba el casco para sentir la velocidad del aire golpeando sus mejillas y revoloteando sus largos cabellos, en tanto se aferraba con fuerza a la cintura de Kazuto y apoyaba la mejilla contra su espalda sintiéndolo suave y tibio. Y amaba enterrar los dedos en su pecho bajo la chaqueta, a sabiendas que lo provocaba sin remordimientos, entonces cuando llegaban a destino él siempre la regañaba por quitarse el casco a mitad de camino y por ponerse cariñosa cuando no tenia forma de corresponderle…
Sin embargo desde que Kikuoka san lo había contratado para el nuevo trabajo, apenas y le ponía atención. Por supuesto Asuna no se quejaba ni interfería con sus responsabilidades, entendía el lugar que le tocaba aunque a veces se sentía demasiado sola…
– Hey, que ya hemos llegado…- Spiegel le tocó la mano con cuidado de no sobresaltarla.
– ¿Dónde estamos? –se bajó del vehículo observando el enorme edificio de tintes futuristas donde se habían detenido.
– Pues primero para que puedas inscribirte, llegas tarde para el Bullets of Bullets pero existen algunos encuentros cortos para probar tu nivel y entrenar…
– ¿Probar mi nivel?
– Te lo explicaré adentro, además que debes conseguir un arma…
– Ah, es que yo… no tengo ni la más remota idea de eso… –se excusó con pena revolviendo su corto cabello.
– Yo… bueno puedo ayudarte con eso, si no me consideras demasiado invasivo… – miró hacia otro lado mientras le hablaba –No es muy habitual encontrar una hermosa mujer divagando sola por estos lugares, y por alguna razón puedes creer que quiero ligar contigo, así que no deseo incomodarte.
Anna rió levemente, y le dio un ligero golpecito en el hombro –Si hubiera creído eso, no hubiera aceptado montarme contigo en un…
– Buggy – completó él sonriendo, luego extendió la mano hacia adelante como cediéndole el paso –Después de ti.
Ella asintió y adoptando una pose altiva que le sentaba de maravilla entró al lugar. A medida que sus propios pasos la guiaban al centro de la inmensa plataforma sus hermosos ojos color miel se iban abriendo de asombro ante lo que veía.
Casi que podía decir que era la única chica en ese lugar. Y eso le gustó sobremanera.
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– Allí debes poner tu nombre y tu dirección.
– ¿Real?
– Bueno, es lo que dice ahí, Anna.
Ella lo miró como pidiéndole privacidad a lo que Spiegel se alejó unos cuantos pasos.
'Que extraño, es la primera vez que veo que un juego te pide los datos personales…' pensó la pelirroja dudando. Pero si su padre había insistido que era un juego de mucho prestigio, obviamente también debería de ser seguro. Y Asuna estaba convencida de que el caballero no la expondría a un nuevo peligro.
De un rápido impulso completó la ficha y le dio al aceptar.
– ¿Terminaste?
Anna se giró hacia el costado y se acercó a su reciente compañero que la esperaba con un par de refrescos en las manos.
– No te preocupes – refirió viendo el rostro desencajado de la chica y tendiéndole la bebida –Como aquí también puedes ganar dinero, necesitan de todos tus datos para las transferencias bancarias…
Eso hizo que los ojos miel de la pelirroja se iluminaran ¿Acaso Yui no le había dicho que podrías ganar dinero? Era obvio, entonces porque debía llenar tantas formas.
– Y ahora necesitas un arma, ¿tienes idea…?
– No –lo cortó antes de que continuara. Desplegó el menú y observó el crédito que le habían asignado –Y con esta cantidad dudo que pueda obtener algo interesante…
– Es el saldo que le dan a todos los ingresantes.
Ella sorbió despreocupadamente de la pajilla de su refresco, notando por el rabillo del ojo que un par de sujetos la estaban mirando con obvias intenciones.
– ¿Hay alguna forma de ganar dinero fácil?
– Si la hay pero no sé si será fácil para ti.
– Deja que sea yo quien decida eso.
– Como gustes.
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– ¡Realmente eres increíble! ¿Sabes que antes de ti una muchacha se llevó una enorme fortuna con este juego?– el joven castaño exclamó alborozado mirando con respeto a la hermosa pelirroja que con una gran sonrisa de orgullo miraba el pequeño monto que había obtenido.
– ¿Sí? ¿También en Untouchable?–preguntó modulando en un perfecto inglés –Bueno, es que no es un juego tan dificil.
– ¿No?– volteó a ver la enorme fachada del imponente juego y al NPC pistolero que seguía repitiendo como un mantra 'Hey loser, come on!' y más allá la legión de estupefactos hombres que se había reunido para verla actuar. Obviamente nadie creyó que la belleza que tenía al lado sería dueña de una velocidad y agilidad asombrosa, haciéndose acredora de 150.000 créditos, lo cual no era poco. –Eres increíble Anna, parecías volar allí dentro.
– Por favor, no ha sido nada– manifestó con su ya típica expresión avergonzada. Y es que en verdad no había sido nada de otro mundo, el minijuego era bastante lógico; se basaba en ser veloz y ágil, y predecir las acciones del pistolero. Y luego tratar de evitar las balas que como lluvia se precipitaban sobre quien osaba acercarse. Aunque también poseía una trampa, y Asuna la habia adivinado y ganó a pesar de ello.
– Eres genial –La voz de Spiegel salió con otro tono ahora, más ronca y pausada como si hubiera descubierto algo. Más cuando Asuna lo miró éste le devolvió la expresión calmada y sosegada de siempre.
– ¿Alguna vez lo has intentado? –le preguntó arqueando las cejas.
– Yo no, pero fui testigo de como ganaron la fortuna anterior. La chica era rápida, pero no tanto como tú.
– Vaya, estoy deseando conocerla.
– Y lo harás, ella participa en el Bullet of Bullets, y es una de las favoritas junto a mi amiga Sinon.
– Pensé que no había muchas mujeres aquí.
–No las hay realmente. Por eso cuando aparece alguna, siempre se trata de una maravilla, como es tu caso.
– Por favor – sonrió y luego hizo sus hombros hacia atrás haciendo sonar sus músculos tensos –Ahora ¿porque no salimos de aquí? Me siento como carne en exhibición.
El joven miró por sobre su hombro y entendió porqué lo decía. El grupo de hombres que veía anteriormente a la pelirroja se hubo multiplicado en gran manera. Algunos le silvaban desvergonzadamente, y otros le gritaban obcenidades varias. Se sintió asqueado por tal muestra de testosterona y resopló indignado.
– Vamos por tu arma, el primer paso de importancia si quieres sobrevivir en este juego.
– Estoy de acuerdo.
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– La Beretta px4 Storm tiene un buen diseño y un cañón giratorio –Le explicaba el castaño señalándole la pistola en el monitor y el precio. Asuna lo veía con ojos grandes y sorprendidos –¿O que tal esta SIG-sauer P226? Tiene una capacidad de 15 tiros, y es una de las mejores armas de combate que existen.
– Pero, también me gusta la Walther P99... –manifestó volviéndose hacia la otra pistola que decía, cuyo diseño quizás era un poco más llamativo a juzgar por el calado delicado de la culata.
– Realmente no es algo que yo elegiría para una lucha cuerpo a cuerpo...– murmuró en voz baja pero ella lo ignoró.
Asuna observó su elección y de un rápido impulso, presionó el botón de compra, luego apoyo la palma sobre el holograma designado para que concretara la transacción. Al segundo siguiente tenía el arma materializada entre sus manos. Un arma pequeña en comparación de otras, elegante y mortal. Una Walther p99 que se sentía demasiado grande, y extraña a su tacto.
– Es más pesada de lo que creí ¿no dijiste que era ligera? –la tomó con sus dos manos y la inspeccionó torpemente.
– ¿Con qué la estás comparando?
– Olvídalo– ella sonrió y alzando la pistola la aproximó a su rostro mientras separaba un poco las piernas y apuntaba a un enemigo imaginario 'Lo que diría mi padre si me viera, o los chicos... ¿que pensaría Kirito kun?'
– En primer lugar tranquilízate Jessie James –le dijo a modo de broma –Este no es un polígono de tiro –le tocó el hombro –Estás muy tensa, debes relajarte.
– Nunca tuve un arma en mis manos.
– Te acostumbrarás, todos lo hacen. Ahora es un buen momento para ir a un polígono de tiro y liberar tensiones.
– Eso suena bien para mí.
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Tiempo después Asuna se encontraba examinándose a si misma. Con su vestido rojo de escote redondo y profundo, falda diminuta que apenas le tapaba los inmencionables, y la chaqueta negra de cuero que le llegaba a la cintura. Sus piernas seguían igual de desnudas cubiertas por las botas cortas, y las medias grises que la estilizaban en gran manera.
– Te ves bien –sonó la voz a su lado, y ella se sonrojó al hallarse descubierta viéndose.
– Me siento como si estuviera en exhibición.
– Es que realmente pareces estar en exhibición.
– ¡Eso no ayuda! ¿Sabes?
El joven castaño soltó una risita y alzó las manos pidiéndole perdón. La miró levemente como quien hace un examen rápido a algo y le sonrió con confianza -Te ves muy bien Anna. Creo que podrías distraer fácilmente a tu enemigo.
– ¡No es esa mi idea! –Exclamó volviendo a sonrojarse.
– Lo sé, solo no podía dejar de decirlo –rió otra vez mientras volvían a adentrarse al edificio imponente del que salieron antes –¿Entonces te quedó claro todo lo que te expliqué, verdad?
– Es más fácil decirlo que hacerlo... –suspiró resignada.
– Con la práctica verás que tengo razón –le dijo mientras caminaban dentro de las instalaciones. No habia mucha gente a sus alrededores. La causa era las múltiples pantallas ubicadas en lugares estratégicos, y los jugadores reunidos ante éstas viendo algo con muchisima atención.
Asuna caminó con bastante curiosidad y se detuvo ante una de las pantallas notando con desagrado, como los que estaban allí dejaban de ver el visor para mirarla a ella con atención y hasta admiración. Soltó un suspiro resignado e hizo de cuenta que aquello era de lo más normal del mundo. La pantalla reproducía en esos momentos la imagen de una preciosa mujer de largo cabello negro y ojos amatistas que corría esquivando las balas con extrema agilidad.
– ¡En verdad es muy rápida!
– Y muy hermosa, aunque un poco huraña.
– ¿La conoces?
– Vi como ganó Untouchable, además que tiene una legión de fanáticos. Y junto con Sinon sama son las grandes favoritas del concurso.
Asuna observó hacia su costado oyendo los cuchicheos con curiosidad. Volteó a mirar la pantalla reconociendo que en el verdad esa mujer de cabello negro se veía hermosa e implacable. Sonrió, sintiéndose extrañamente orgullosa de encontrar a alguien de su mismo género digna de admiración.
– Aquí estabas, no te distraigas– Spiegel le susurró al oído golpeándole el hombro con suavidad. Ella se giró en el preciso instante en que la mujer de la pantalla desenfundaba un elegante sable de luz, y con su hoja delgada frenaba las balas que le lanzaban como si estuviera sujetando un escudo frente a ella. Un coro de exclamaciones de sorpresa y admiración siguió a su accionar, en tanto Asuna se concentraba en salir del medio de toda esa gente y seguír a su reciente amigo, quien se dirigía otra vez a una zona donde monitores más pequeños se encontraban abiertos al uso público.
– ¿Que era eso de allá?– le preguntó señalándole el torneo que se reproducía en los televisores gigantes.
– Oh, te refieres al Bullet of Bullets. Es un torneo PvP, en otras palabras es un duelo donde todos compiten contra todos para clasificar. Ahora está en la fase preliminar... –ella lo miró con ojos grandes y expectantes. Él adivinó su gesto –Lamentablemente llegas tarde para anotarte, Anna.
– ¿No hay posibilidad?– preguntó con decepción, diciéndose para sí que sería lindo encontrar otras chicas dentro del juego. Quizás a esa hermosa guerrera de largo cabello negro y pedirle algunos consejos. Spiegel le había ayudado mucho, pero no era lo mismo que compartir dudas o consejos con alguien del mismo sexo. Sobretodo a la hora de explicarle el manejo del arma, él había colocado caballerosamente sus manos en las muñecas de ella mientras le enseñaba como apuntar. Fue un gesto de lo más impersonal, pero hasta la fecha ningún chico que no fuera su querido Kirito le había puesto un dedo encima, se sentía raro. Él le había dicho también que debía que tranquilizarse para disparar, ya que su ritmo cardíaco dependía de cuan certera quería ser. Por supuesto eso era aún más difícil de lograr; sobretodo porque cada vez que disparaba una bala, la inercia la hacía irse para atrás, y el golpeteo que sufrían sus manos ante la violencia del disparo era una sensación que hasta ese momento le perduraba. En verdad manipular un arma de fuego se sentía en extremo raro y fascinante.
– No hay posibilidad, lo siento –le dijo el joven castaño encogiéndose de hombros –Pero para quienes aún no se sienten listos de participar en el BoB, o para los que empiezan existe este pequeño torneo... –así diciendo tocó la pantalla y una ventana holografica se abrió ante ella –Esto se llama Battle Special, consiste en un pequeño entrenamiento, y luego enfrentarte a un duelo con seis retadores.
– ¿También es PvP?
– Todo aquí es player versus player, es uno de los rasgos característicos de Gun Gale Online... Entonces que dices ¿te anotas?
Asuna ni lo pensó, antes de que él acabara de hablar ya había apoyado su palma pequeña dando su confirmación para participar de aquel evento.
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Kazuto Kirigaya se sentó en su cama, era noche cerrada y allá afuera se desataba una ventisca de agua y nieve. Estaba cansado, a esa hora de la noche las presiones del día (de la escuela, su vida diaria, y las exigencias del juego que estaba explorando) lo consumían de tal manera que sentía que no podía mantener los ojos abiertos por mucho tiempo.
Sin embargo hizo un esfuerzo, luego de tres días exhaustivos donde apenas había visto a su preciosa novia en la escuela, sentía que había pasado una eternidad desde que hubo hablado con ella, por lo que tomó su móvil para saludarle.
Miró la pantalla viendo como sonaba una y otra vez '¿Será demasiado tarde...?' se preguntó con decepción mientras se pasaba la mano sobre sus cansados ojos grises, cuando estaba por cortar un sonriente y algo pálido rostro apareció frente a él en su móvil.
– ¡Kirito kun...! ¡Hola!
– ¿Dónde andabas? ¿Dormías? –le preguntó con suavidad notando su aspecto y sintiéndose un poco más despierto ahora que la veía. Asuna tenía su cabello atado en una coleta baja, una camiseta de tirantes de color rosa pastel parte de su pijama de dos piezas. Se veía luminosa y alegre, aunque las ojeras bajo sus ojos color miel denunciaba un arduo cansancio.
– Aún no, terminaba mi tarea para mañana.
– Vaya niña aplicada –se burló sonriendo al ver el puchero conque ella le respondió.
– ¿Que tal tu trabajo? ¿Descansas?
– Descanso tanto como puedo, mamá – rió levemente. Luego la miró fijo bebiendo de su gestos, de su apariencia siempre impecable, del rubor apenas perceptible en sus mejillas –Te extraño –le soltó con una sonrisa vergonzosa.
Asuna se sonrojó aunque no ocultó la vista de esos ojos grises que la veían con la misma ternura y cariño de hace ya poco más de un año desde ese primer beso dentro del castillo flotante.
– También te extraño Kirito kun –le respondió con idéntico acento, su voz muy suave como si fuera a decir algo más.
– No veo la hora de terminar con esto... –le confesó soltando un suspiro.
– ¿Tienes problemas en tu trabajo? Puedo ayudarte...
– No –le interrumpió tajante. Luego su gesto ceñudo se suavizó –Ya hemos discutido esto ¿quien cuidaría de Yui?
– Yui chan puede cuidarse sola, es una niña grande y muy responsable –le dijo con orgullo mal disimulado, a lo que él soltó una risita.
– ¿Entonces vas a verme?
– ¿En dónde?
– ¡Asuna entré al torneo de...! ¿No me estás siguiendo?
– ¿Ehhh...? ¡Ah sí, sí! Ya sabes estoy un poco desorientada a estas horas...
– Sí, y yo aquí molestándote. Ve a dormir...
– ¡No me molestas!Adoro platicar contigo, sobretodo en estos últimos tiempos donde nos hemos visto tan poco...
– Lo sé, lo sé. Y te lo compensaré pronto lo prometo. Me pegaré tanto a ti como una garrapata, que luego me rogarás que te deje respirar...
– Eres un tonto, jamás podría cansarme de tenerte cerca Kirito kun...
– Y lo sabes ¿cierto? Llegará el día cuando ya no tengamos que separarnos nunca más. Y podremos hablar largas horas de la madrugada vistiendo pijama... o nada... Lo que tú prefieras...
– ¡Pervertido! –ocultó la risa tras su mano y se acercó un poco más a la pantalla de modo que pudiera ver sus ojos color miel –Espero ansiosa que llegue ese día, solo no me hagas esperar demasiado...
– No lo haré– susurró –Si lo que más deseo es poder pasar todo el tiempo del mundo contigo.
– Baka, mira que ponerte romántico a esta hora de la madrugada.
– No es mi culpa que mi novia sea tan hermosa que me quede como idiota mirándola y diciendo cuanta tontería se me venga a la cabeza...
– Kirito kun...
– Te quiero Asuna, ve a dormir. Esto acabará pronto.
– También te quiero. Oyasumi.
Ella hizo un gesto con su mano y la comunicación se cortó. Kazuto observó la pantalla muerta de su móvil antes de soltar un suspiro. Se quitó las zapatillas con sus propios pies y aún vestido se dejó caer cuan largo era sobre la cama. Dejó el teléfono sobre la mesa de noche y poniéndose de costado sintiendo como la tormenta golpeteaba contra los vidrios de la ventana se quedó parcialmente dormido con una pequeña sonrisa en los labios.
Hablar con Asuna siempre traía aquella consecuencia de paz y serenidad a su espíritu. Sin duda la bella muchacha desconocía el grado de poder que tenía sobre el ánimo del espadachín.
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- ¡Felicidades por tu triunfo!- un violento golpe en su hombro lo tomó por sorpresa antes de girarse a su costado y ver quien lo había provocado. La joven francotiradora de cabello aguamarina le devolvió una sonrisa sarcástica.
- Gracias Sinon, felicidades a ti también -le respondió volviendo su atención a lo que veía antes de ser interrumpido.
- Te dije que iba a clasificar para llenarte de balas -afirmó la peliverde con una sonrisa de superioridad. Sin embargo su acompañante no parecía haberla escuchado. Veía con atención la pantalla frente a ambos donde un enfrentamiento se llevaba a cabo entre un militar imponente y una ágil pelirroja -Oh, veo que el Battle Special dejará algo bueno esta vez.
- ¿Battle Special?- repitió viendo de reojo a la francotiradora la cual asintió energicamente antes de volver a la pantalla.
- El Battle Special es un torneo para principiantes, o aspirantes al BoB. Los que no se sienten muy seguros de sus niveles dentro del juego participan de ese mini torneo para adquirir experiencia...- comentó alzando su dedo índice -Normalmente los ganadores de este evento se encuentran preparados para participar del próximo Bullet of Bullets...- miró la pantalla con curiosidad viendo como la grácil pelirroja de antes desaparecía en un abrir y cerrar de ojos, para aparecer detrás de su oponente y a quemarropa dispararle en la nuca. Soltó una exclamación de sorpresa -¡Woah, si que es rápida!
- ¡Anna hime es genial...!
- ¡Y tan hermosa! ¡Con gusto dejaría que descargue su Walther p99 sobre mí...!
- ...Y yo sería feliz de que ella enfundara mi arma...
Ambos miraron a donde las voces provenían. Dos hombres de anteojos oscuros y armamento imponente cuchicheaban entre si ajenos al par de jóvenes que los veían con reprobación. Sinon hizo un gesto de desagradó y comentó algo inaudible mientras chasqueba la lengua.
- ¿Anna Hime?- preguntó su acompañante en voz alta, y recién entonces los dos militares repararon en ellas.
- ¡Kirito chan!- exclamó el más osado, rascándose la nuca nervioso.
El aludido peinó su largo cabello hacia un lado y se tocó la mejilla -Estaban hablando de esa chica -señaló con un gesto la pantalla donde la mencionada pelirroja besaba su arma antes de guardarla en su cinturón.
- ¡Oh es que Anna Hime es genial!- exclamó el otro, perdiendo aparentemente la compostura -Es tan hermosa, y peligrosa... una mujer de pocas palabras y de armas tomar.
- ¿Anna Hime?- repitió Sinon con perplejidad abriendo sus ojos mientras la cámara enfocaba a la nombrada en unas tomas osadas que sin duda a ella no la favorecerían nunca.
- O Anna, The Princess. No sé quien le haya puesto ese apodo pero así la conocen en el Battle Special... Hermosa y peligrosa, es como todos la definen. Se abrió camino sola y desafió a cuanto jugador se le pusiera en frente gracias a su agilidad y velocidad... En poco tiempo su forma de actuar se hizo famosa...
- ¿Y esa es?- Kirito preguntó con curiosidad.
A lo que ambos militares le respondieron con idéntica sonrisa lasciva -El ataque directo.
Sinon volvió a decir algo entre dientes que sonó a '¡Imbéciles!' y dándoles la espalda, se alejó de ellos para tomarse un descanso. Su acompañante de largo cabello negro se mantuvo un poco más estudiando a esa linda pelirroja que acaparaba todas las pantallas del salón. La observó con detenimiento diciéndose a si mismo que en verdad era muy bonita, y no se debía solo a sus labios rojos y llenos, sus ojos grandes de color miel, o su cuerpo similar a un reloj de arena... Había algo en su corto cabello entre castaño y anaranjado que le resultaba familiar. Y más aún con ese gesto ceñudo que oscureció aquel pálido semblante cuando se dio cuenta que una de aquellas molestas cámaras voladoras estaba enfocándola. Kirito alzó sus cejas cuando la muchacha, Anna o como sea que se llamara, tomó su revolver de la cintura y apuntando al impertinente objeto volador le disparó sin titubear. Muy pronto todas las pantallas del gran salón se volvieron oscuras al haber perdido la señal de transmisión.
- ¡Vaya que tiene carácter!- comentó uno de los improvisados compañeros del pelinegro soltando una divertida carcajada.
Pronto la imagen se restableció mostrando la espalda de la chica mientras se alejaba por el desierto.
- ¿Imaginas lo que debe ser ese fuego en otras circunstancias más... placenteras?
- ¿En una lucha contra cuerpo? Daría lo que fuera para que imponga su férrea voluntad dentro de mi cama.
Kirito los observó de soslayo con ojos entrecerrados frunciendo los labios para no soltar ningún comentario ácido.
- Pero hey, ¿puedes decirme dónde hallar otra mujer semejante? ¿Con tanta fuerza de carácter, ágil y veloz como un destello...?
Destello.
Destello...
Y esa palabra tabú para él hizo un quiebre en su mente de tal forma que se dio la vuelta poniéndose extremadamente pálido. Comenzó a caminar hacia donde Sinon se encontraba pero sin verla realmente pues había convocado con rapidez la ventana de su menú.
- ¿Kirito?- Sinon lo llamó con curiosidad, pero antes de decir algo más la silueta delicada del joven de hermoso cabello negro desapareció ante sus ojos.
Sí, había cerrado sesión.
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- ¡Yui!- Kazuto salía de la habitación ignorando los gritos histéricos de Aki, su enfermera quien le pedía que volviera con ella. Veía la pantalla de su móvil casi con desesperación -¡Contesta!
- ¡Papa! -la pequeña pixie apareció frente a él con su sonrisa característica.
- ¿Tu mamá se encuentra en ALO?
- ¿Ehhh...? ¿Papa que clase de pregunta es esa?
- ¡Yui solo dime dónde está Asuna!
- ¡Estoy aquí, no tienes que gritarle a la niña...!
Y Kazuto volvió a respirar con alivio al ver el rostro de la hermosa Undine de cabello azul a través de su móvil.
- Bien ¿que te pasa?- sonó la demandante voz de Asuna desde el otro lado de la línea.
Él se apoyó contra una pared dentro del hospital donde todavía se encontraba y se permitió reír con evidente vergüenza - Nada, una tontería sin razón evidente cruzó por mi cabeza y necesitaba oírte.
- ¿Qué? No te oí bien.
- Nada, que te quiero. Y te extraño.
Continuará.
Nota:
Primera parte del reto que organizamos con las escritoras de este lindo fandom titulado Asuna en GGO (o KiriAsu en GGO)
Inicialmente este iba a ser un one shot, pero viendo que las páginas se acumulaban sobremanera decidí dividirlo en dos. La siguiente parte vendrá pronto (espero)
¿Quien diría que llegaría el día donde investigaría sobre armas para escribir una historia? Loco, muy loco.
Anyway, gracias por leer, comentarios se agradecen!
Sumi Chan
-Spiegel era el amigo de Sinon, muajaja creo que ya saben a donde apunto con eso xD
