Los personajes de Naruto no me pertenecen.
Bienvenidos a esta serie de Shot que incluirá las parejas SasuSaku ShikaTema y NaruHina. En honor al final de Naruto he preparado esto. Espero les guste y quieran comentar. Nos estamos leyendo :D
Temari para Shikamaru
La primera vez que la vio sintió algo que rozaba en el temor. Ella era feroz e imponente, miraba a sus oponentes con desprecio mal disimulado. Por eso cuando supo que pelearía contra ella en la última etapa de los exámenes chunnin no podía estar menos feliz, no solo era mujer además le atemorizaba.
Pero el día llegó, como todo llega, y en la arena el temor pasó a ser respeto. Era la primera oponente brillante que tenía, calculaba sus movimientos y supo el alcance de su técnica con el largo de su abanico. Temari era ruda e impulsiva pero sus movimientos gozaban de un fino cálculo que pocos entendían. Ella hubiera ganado si no se le hubiera ocurrido ese truco final. Ella le hubiera ganado a cualquiera. Comenzó a respetarla.
Fue por eso que cuando el ataque de la Arena comenzó y vio que ella era participe en el sintió enojo y decepción, no había cruzado más de dos frases con la rubia pero no podía soportar la idea de que alguien brillante hiciera algo tan estúpido. No la alcanzó ese día y pensó que jamás la volvería a ver.
Pero no fue así y cuando el encuentro se volvió a dar Shikamaru se dio cuenta que seguía molesto. Ella llegó de la nada, alejando a su enemiga y mostrándole una sonrisa irritante de superioridad. De nuevo mostró su inteligencia, pidió solo un rápido informe de la situación y uso el ataque correcto, terminó el problema en un abrir y cerrar de ojos. Volvió a mirarlo y sonrío, era la primera vez que la veía sonreír y su enojo se disolvió al instante "¿Y? ¿Que tal estuve?" Sin darse cuenta él también le sonrió.
No duro mucho, por supuesto, el camino a la aldea fue lento y tortuoso. Sus amigos morirían por su culpa, porque no había sido un buen capitán. Ella no dijo una palabra en el trayecto pero soltó un sermón cuando estaban en el hospital "tienes miedo a ser herido" no era una pregunta, era una maldita afirmación y él se cuestionó como esa mujer, con la que apenas había hablado, lo había entendido tan bien. Se retiro y lloró, era la primera vez que lloraba y ella permaneció ahí en completo silencio. Cuando volvió al banco de espera ella seguía ahí, con los ojos cerrados y el camino de una solitaria lagrima marcada en su blanca mejilla. Entonces al miedo y al respeto se le unió la intriga ¿Quién era Temari de la Arena? Se despidió de ella pensando en esas cosas y a diferencia de la primera vez se preguntó cuando volvería a verla.
Pasó un buen tiempo antes de que sucediera. Ahora ellos necesitaban la ayuda, los hermanos de la arena estaban en desventaja y Konoha iba a su rescate. Él iba tras ella, no estaba seguro de porqué pero corrió aceleradamente para encontrarla y al encontrarla inconsciente no supo qué sintió pero toda su energía solo se enfocó que salvarla.
"Somos dos en uno" dijo ella cuando ganaron esa batalla, él volvió a sonreír. La sincronía era perfecta y nunca la habían trabajado, como dijo ella al estar juntos trabajaban como uno solo. Entonces Temari se volvió un acertijo y no tenía ni una pista de cómo resolverlo. ¿Por que todo funcionaba adecuadamente con ella? De nuevo la vio partir esa vez, ella siempre se iba.
La siguiente vez, él fue a ella. La arena era un lugar diferente a Konoha, era su territorio. Ella lo esperaba en la entrada con sus papeles de ingreso. Había crecido pero él había crecido más, aunque solo había pasado un año, vestía con una falda corta y una playera sin mangas. Shikamaru lo sabía, ella estaba en casa y estaba cómoda ¿Quien era Temari cuando no era guerrera? Eso tampoco lo sabía.
Se acostumbraron a la presencia del otro, en Konoha o en Suna solían caminar juntos sin decir palabra. Él descubrió que a ella le gustaba tararear una canción de cuna y él le mostró que le gustaba silbar una tonada pegajosa que su abuelo le había enseñado cuando era niño. Ella amaba los dangos y odiaba los huevos, rodeaba a las palomas para no asustarlas y las polillas no eran de su especial agrado. Pero seguía sin saber mucho de ella. Su curiosidad por ella crecía en cada visita.
Tenía buena memoria, pocas cosas se le escapaban y Shikamaru comenzó a fijarse más en lo que hacía "¿Por que me miraste tanto tiempo ayer?" Preguntaba de vez en cuando y él tenía que fingir no recordarlo, lo cierto era que siempre la analizaba pero hablar con ella era más difícil que el Go y el Shogi y pocas veces encontraba las palabras adecuadas para sacar información de su vida. Temari era muy cuidadosa y su constante estado de alerta comenzaba a desesperarle.
En su última misión como embajadores chunnin ella dejó ver un pequeño indicio de su pasado, cosa de la que nunca hablaban, "odiaba las muñecas pero tenía un oso... supongo que Gaara lo tiene ahora" comentó sin cuidado al pasar frente a una juguetería. No dijo más del tema y Shikamaru no preguntó supo bien que Temari había querido a sus hermanos toda la vida.
Se preguntó al día siguiente porqué la esperaba como un loco acosador fuera de su hotel a las seis de la mañana. Acepto que simplemente quería despedirse y tuvo su recompensa. Antes de marcharse Temari lo miró y le sonrió como aquella vez que lo había rescato. Él agachó la mirada con una sonrisa inquieta y se preguntó por primera vez si aquella mujer le gustaba de alguna forma especial.
Se imaginó su sufrimiento al ver a sus hermanos sufrir pero no pudo ir a su rescate. Mandó una carta, mando el sexto intento de una carta, con palabras sencillas deseándole que todo fuera bien. Recibió tres días después una respuesta. Un simple gracias. El conservó la carta.
Tiempo después Shikamaru recibió otra carta "no llores demasiado" decía y él se molestó. Ella sabía que él había estado llorando los últimos días y le reprendía por solo hacer eso. Salió a vengar a su sensei. Salió a hacer justicia. Shikamaru envió una respuesta "estoy vivo, mujer problemática"
Miedo, molestia, enojo, decepción y curiosidad. Todo eso le provocaba la rubia y ella parecía no darse cuenta o fingía no hacerlo.
El mundo se había vuelto loco, se preparaba para un gran ataque y cuando Naruto derrotó a Pain Shikamaru de dio cuenta que la aldea estaba destrozada. Su hogar estaba hecho cenizas. Los Nara comenzaron a levantar su hogar, tablón por tablón fueron reconstruyendo su terreno.
Una pequeña brisa le golpeó la cara, una brisa refrescante en un día soleado y caluroso. "Espero no estés cansado. Acabo de llegar" le dijo la princesa del viento. Agradecimiento se unió a las palabras que asociaba con Temari. Juntos reconstruyeron su casa. Su madre amo a Temari y él supo que estaba condenado.
Desde el inicio él sabía que estarían en el mismo escuadrón, combate a distancia y a su vez el refuerzo del combate de inteligencia. No hubo sorpresas cuando la vio de pie en las filas del escuadrón de batalla, esa vez él camino hacia ella "¿lista?" Le dijo la respuesta de ella fue una característica sonrisa "no te alejes demasiado" le dijo sin poder censurarse "estaré a tu lado" fue su respuesta honesta.
Entonces Shikamaru tuvo miedo pero un miedo diferente al que había sentido cuando la conoció. Tenía miedo de no volver a verla. Tenía miedo por ella no de ella.
Cuando se dio la orden de dividir al escuadrón en dos se miraron por unos segundos, ninguno quería irse pero era su deber. Ninguno dijo nada pues no querían despedirse. Shikamaru tragó saliva y asintió con una media sonrisa ella le sonrió ampliamente como solía hacerlo. En esa ocasión él la dejó atrás.
Cuando todo acabó el corrió por todos lados, no sabía dónde buscar pero estaba desesperado. La encontró sentada en una roca tomando agua y mirando al cielo. La sangre un rastro de sangre seca marcaba su mejilla pero parecía estar bien.
Él se sentó junto a ella sin decir palabra y miraron juntos el cielo "hoy hay lindas nubes" dijo ella de pronto él solo asintió "deberíamos tomar unas vacaciones" dijo con cansancio. Shikamaru se inclinó hacia atrás y miro al cielo, Temari puso su cabeza en su estómago y miro hacia dónde él veía. Se durmieron, en el estado de paz y tranquilidad más grande que ninguno hubiera experimentado.
Miedo, molestia, enojo, decepción, curiosidad, agradecimiento y después se unió paz y tranquilidad.
No duro mucho, y jamás tomaron esas vacaciones. Ambos, como embajadores, fueron absorbidos por el trabajo y aunque se veían con regularidad sus encuentros eran cortos. Ella parecía haber levantado de nuevo el muro entre ambos y él estaba tan ocupado que no tenía tiempo de derribarlo.
Se volvieron solo compañeros de trabajo y Shikamaru estaba irritado de nuevo, desde su punto de vista Temari le había dado la espalda.
Pero no fue así, ella siempre llegaba cuando debía hacerlo y al estar a punto de caer en el genjutsu que podría cambiar su vida por siempre Temari llegó con la fuerza de un tornado y lo salvó de nuevo. "¿Eres el hombre con quien puedo contar o no?" Dijo furiosa. Él sonrió de felicidad, no estaba sólo y ella había vuelto. Compañía.
El nerviosismo le cayó en la cabeza como un piano, la había invitado a comer, después de una primera salida terrible y llena de malentendidos por fin pudieron tener una cita adecuada. Fue solo una cena, Temari sonreía y él la miraba con fascinación.
Las charlas se volvieron de horas y horas, la hermana del Kazekage le contó su pasado y él le reveló secretos y sentimientos que pocas veces pronunciaba en voz alta. Cuando las despedidas se volvieron dolorosas y la necesidad de verse diario fue demasiada él le propuso vivir juntos. Ella aceptó y se volvieron inseparables.
Miedo, molestia, enojo, decepción, curiosidad, agradecimiento, paz, tranquilidad, compañerismo, nervios y fascinación.
Habían llegado hasta ese momento, ella de blanco y él de traje. Decidieron intercambiar anillos en un collar, algo que no pudieran perder en batalla y estuviera más cerca del corazón. En la comodidad de su hogar los estrategas solían recordar su boda como la mejor de todas. Tal vez no la más famosa pero si la mejor.
Miedo, molestia, enojo, decepción, curiosidad, agradecimiento, paz, tranquilidad, compañerismo, nervios, fascinación, unión y amor.
Amor no era lo último que había sentido por ella pero era la suma de todo lo que sentía por ella.
Así habían llegado hasta ese punto.
Shikamaru los miro.
Temari caminaba con el pequeño Shikadai por los terrenos del clan Nara y acariciaban juntos a un ciervo pequeño que comía con tranquilidad.
—¡Papá, ven— gritó su hijo. Shikamaru se levantó con pereza del pasto y fue hacia ellos. Shikadai solo era caprichoso pues cuando llegó junto a él el niño siguió concentrado en el ciervo.
—¿En que pensabas Nara?— preguntó ella con genuina curiosidad. Él ya no se sorprendía pues sabía que Temari podía leerlo con una facilidad casi aterradora.
Shikamaru sonrió y besó la frente de quién sería por siempre la indica para él —En ti.
