Mini fic dedicado Angie xD :3 ¡Feliz cumpleaños, bella! Espero que te guste :D
Alerta Lemmon :p
Introducción: Esta historia comienza en el Tropical Land, Shinichi nunca fue convertido en Conan ni se encontró con los hombres de negro :p Puro shin-ran :p
¿Cómo podía ser Shinichi tan insensible?
Nada salía bien cuando salía con él.
No podía contener las lágrimas.
− Ya para Ran... No es para tanto −Shinichi se dio vuelta hacia ella y con torpeza le tendió un pañuelo.
− Tú.. No tienes sentimientos − aceptó su consuelo desanimada −. ¿Cómo crees que podría llegar a acostumbrarme a ver asesinatos por todos lados? Supongo que nunca podré tener una cita normal contigo. Siempre todo sale mal.
− Oye, oye. No tuve la culpa de que sucediera algo así. Sé que te impresionas fácil, pero no es para tanto − repentinamente se sonrojó −. Además no tenía ni idea de que esto fuera una cita…. Pensé que te estaba pagando por haber ganado tu torneo de Karate, aunque prácticamente tú me obligaste a hacerlo.
Ahora fue el turno de Ran de ponerse más roja que un tomate.
− Tú… Eres un completo insensible. ¿Acaso no entiendes nunca como me siento? ¡Pues lamento haberte echo perder el tiempo conmigo! − más lágrimas corrían por su rostro y lo miró entre furiosa y avergonzada mientras le tiraba el pañuelo a la cara − Quizá la hubieras pasado mejor con una de tus tantas admiradoras…
− Hey, no me mires así. ¿Cómo se supone que te entienda si no me dices nada? No soy adivino, sabes − al ver que ella comenzaba a caminar, ignorándolo, su enojo floreció y le gritó −. ¡De acuerdo! Si eso es lo que quieres… Claro que la próxima vez invitaré a una de mis fans para salir, ellas sabrán disfrutar más mi compañía que tú y me entenderían.
Ran no tardó en volverse, pero su mirada ya no trasmitía nada. Eso lo preocupó
− Por mí, haz lo quieras. No tienes por qué darme ninguna explicación. Puedes salir a "verdaderas citas", con quien se te de la gana, yo haré lo mismo.
Si Shinichi podía vivir su vida sin ella, podía hacer lo mismo.
¿Cómo podía haberse enamorado de alguien que no tenía en cuenta sus sentimientos? ¿Cómo se atrevía a insinuarle que saldría con otras chicas?
Shinichi no lograba entender lo que ella le estaba diciendo. ¿Acaso le estaba diciendo que tenía a alguien que le gustaba? Nunca se le había pasado por la cabeza que eso podría llegar a suceder.
Inconscientemente, sus celos aumentaron.
− Ya veo, con que así son las cosas. Haz tu vida entonces, te deseo suerte. La verdad que no creo que nadie quiera estar contigo, siendo como eres, tan caprichosa, llorona y demandante. Y yo que me preocupaba por ti…
Ran no podía soportar ser más humillada de esa manera. Se adelantó y sin más le estampó un golpe que le dio vuelta la cara.
− Lo mismo te digo. No sabes la cantidad de cosas que he tenido que soportar de ti Shinichi Kudo. No te creas que te será tan fácil encontrar a alguien que te aguante como yo lo he hecho por tantos años.
Shinichi se volvió sorprendido, mientras se masajeaba la mandíbula. Ran ya había salido disparada hacia la salida.
Por supuesto que él le demostraría que estaba equivocaba. Ninguna chica podría resistirse al gran Detective, Shinichi Kudo.
…..
− Oye, Ran ¿Qué sucedió entre ti y Kudo? Hace una semana que no se dirigen la palabra y esto ya me esta alarmando − Sonoko estaba sumamente preocupada por su amiga −. Además ¿quieres explicarme por qué ese idiota ahora vive rodeada por sus admiradoras? Es realmente asqueroso…
Se encontraban en la escuela, a la espera de que tocara el timbre.
Por lo que sabía, su amiga había salido con Shinichi al Tropical Land, pero no todo había salido como lo esperaban. Sonoko sabía lo mucho que su Ran se había preparado para esa salida.
Al parecer ese idiota de Kudo, se las había mandado.
Desde que habían vuelto, Ran se veía cada vez más pálida y apenas comía, además sus ojeras denotaban que no estaba durmiendo bien.
− ¿Por qué tendría que explicarte, lo que hace Kudo con su vida? No me interesa…
− Pero tú eres su mejor amiga, ¿no?
Ran justo levantó la vista y vio como Shinichi se acercaba por el pasillo; como desde hace unos días, dos perfectas chicas lo acompañaban. Una rubia y otra con un brillante pelo castaño, se colgaban de sus brazos.
Él les sonreía y les susurraba cosas que la hacían reír tontamente.
− ¿Yo amiga de Kudo? No lo creo… Jamás sería amiga de alguien tan arrogante con él.
Shinichi, aunque parecía distraído dirigió su vista hacia ella. Parecía que había estado escuchando.
Ja, como si le importara.
Luego de la cita al parque, Ran (aún enfadada con él) no lo había esperado para ir a la escuela juntos. Pero no se había esperado verlo más tarde, totalmente despreocupado, rodeada de sus fans, como si no le hubiera importado nada que lo hubiera dejado atrás.
De echo, se habían ignorado completamente… Hasta ese momento.
Ambos sabían que era estúpido lo que estaban haciendo. Nunca podrían estar separados, habían sido los mejores amigos desde los cinco años y Shinichi la había protegido desde pequeños, a pesar de que ella no siempre lo había sabido. Siempre iban a depender uno de otro.
Sus miradas se cruzaron, y ambos pudieron notar el sufrimiento del otro. Pero no iban a admitirlo.
Además, que Ran fingiera que no quería saber nada de su amistad con él, le dio pie a su orgullo para que actuara.
Aprovechó que todos les prestaban atención para atacarla.
− Oh, con que ya veo…. Yo tampoco sería capaz de ser amiga de alguien tan llorona y caprichosa.
Ran no iba a soportar esa ocasión para ser humillada. El corazón se le encogió en cuanto escuchó como las chicas que rodeaban a Shinichi se reían de ella mientras la señalaban.
Salió corriendo, sin hacerle caso a Sonoko que la llamaba a gritos.
− Tú, idiota. − Sonoko no tardó en enfrentarse a Shinichi y lo señaló con el dedo −. ¿Qué se supone que estás haciendo? ¿Acaso no entiendes como Ran se siente en este momento?
Él, incómodo de que lo regañaran, se le adelantó.
− Otra vez con eso ¿Por qué tengo que andar entendiendo lo que pasa por la cabeza de esa chica?
− Pues la verdad que no eres tan buen detective como crees. Eres bastante ignorante, la verdad − repentinamente se le ocurrió una idea −. Creo que ya es hora de que Ran se olvidé de ti, definitivamente. No pienso verla llorar por ti, nunca más. Si…. − lo miró sonriendo, sabiendo que había captado su completa atención −. Creo que no le hará nada mal acompañarme este fin de semana al campo. Cerca hay unas canchas de tenis de una universidad, capaz que tengamos suerte, y podamos conseguir compañía de algún estudiante. ¿Quién sabe? Seguro que son guapos, adorables, y muchos más atentos que tú.
Sonoko enseguida notó como sus palabras hacían efecto en él. Sus ojos ahora brillaban, furiosos.
Para ella, la única manera de hacerlo reaccionar, era por los celos. Y pensaba disfrutar mucho de ese punto débil.
No dijo nada más y, triunfante salió del aula.
Ahora para poner en marcha su plan, tendría que convencer también a Ran….
…...
Shinichi no podía creérselo.
Estaba en la biblioteca de su casa, intentando concentrarse en la lectura, pero no podía.
Sonoko… Esa maldita…
Sabía que se traía algo entre manos, para burlarse de él. Pero no había esperado con que Ran aceptara a la primera. Aunque quizás ella también era parte del plan.
Lo inquietaba enormemente que las dos chicas se fueran a pasar el fin de semana solas, a la casa de campo de Sonoko. Era un lugar bastante apartado, quien sabe qué cosas podrían pasarles o con quienes podrían encontrarse…
Además si decidían salir a dar un paseo por el bosque, seguramente se perderían, porque ninguna de las dos tenía gran sentido de la orientación, sobre todo Ran.
No pudo evitar sonreír al pensar en ella.
¡Diablos!
Frustrado, tiró el último libro de Doyle que había intentado leer, sobre una pila.
No podía dejar de pensar en ella, su rostro se le había aparecido en todos sus sueños. La extrañaba, más de lo que había sospechado.
Ya ni se acordaba de por qué se habían enojado, sólo quería verla sonreír de nuevo, quería volver a su lado.
Lo había comprendido durante esos días.
Ninguna de sus admiradoras, que habían alegado estar locas por él, lo habían animado. No había logrado sentir nada por ninguna de ellas.
Nadie podría reemplazarla, Ran era la única para él, nunca habría otra chica, estaban destinados a estar juntos.
Se complementaban, se conocían demasiado bien como para saber cuando se necesitaban. Con tan solo gestos, ya sabían lo que estaba pasando por la mente del otro.
Shinichi había estado siempre a su lado para cuidarla y protegerla.
Cuando Ran se lastimaba en las prácticas de karate, él enseguida lo notaba y personalmente curaba sus heridas; del mismo modo que ella hacía cuando él jugaba al fútbol.
Sabía desde hace años, que lo que sentía por esa chica, era mucho más que una amistad.
Estaba perdidamente enamorado de Ran pero no se había animado a decírselo, era demasiado vergonzoso. ¿y si se llegaba a burlar de él?
Además para Shinichi estaba prácticamente estaba implícito que siempre estarían juntos… Hasta ese momento…
No podía dejar que otros chicos llegaran a conocer lo maravillosa que podía llegar a ser Ran. Le pertenecía solo a él.
Rayos, sabía que estaba celoso, pero nada le iba a impedir ir en su busca.
Le pediría disculpas de rodillas, si era necesario, pero no dejaría que algún estúpido universitario la tocara.
Tenía un plan en mente…
Llamó a sus padres, seguro que no tenían ningún inconveniente en dejarlo pasar el fin de semana en la casa que ellos tenían en el bosque. Casualmente quedaba a unos metros de la de Sonoko.
Se aseguraría de que fuera un fin de semana inolvidable para ambos.
Pero tenía que darse prisa.
Cuando llamó a la casa de su Ran, le atendió su padre y le avisó que chicas ya habían salido. Un auto de la compañía Susuki había ido a buscarlas esa misma mañana.
…
