Declarativa: SMeyer es dueña de los personajes, DH78 escribió la historia y yo sólo traduzco.


.

"¡Entrando!"

La oficina despierta del letargo posterior a la hora del almuerzo y en un instante, los niveles de energía vibran a mi alrededor. Hay sólo una cosa en todo este lugar que incitaría la locura…

"¡Cullen viene subiendo!" Escucho la sutil voz de Mike desde algunos cubículos abajo.

"Mierda," siseo, rápidamente guardando mis revistas Inked y Tattoo y cerrando mis portales de chismes.

Jane revolotea en el cubículo de al lado como una gallina sin cabeza. Ella es la Asistente Personal de Cullen, y no una muy buena. Puedo escuchar el papeleo de documentos. Pobre chica. El rubio de su cabello fue cruel con ella.

Escucho algo caer y un "¡Oh mierda!" desde su lugar antes de asomar la cabeza por la división para vigilar la falla. Su taza media vacía de café está volteada, su contenido empapando documentos que seguramente eran de algún modo importantes en algún momento. Ya que soy su asistente no oficial de vez en cuando, me imagino que ahora es un buen momento para actuar como tal.

"Jane, relájate, yo limpiaré esto. Tú contrólate," digo tranquilamente, haciéndole señas para que se marchara.

Me mira con los ojos azules más temerosos, de alguna manera aliviada. "¡Oh Bella, gracias! ¡Toma, hazte cargo de esto!" Ordena, entregándome un bonche de servilletas de su cajón y mirando la taza y los documentos manchados de café. Hago lo mejor que puedo, quitando rápidamente el exceso de líquido, pero incapaz de quitar la mancha de café. Carajo.

Justo entonces el timbre del elevador suena como un presagio de muerte y todo mundo contiene el aliento y procede a parecer ocupado tecleando, el sonido imitando el castañeo de dientes.

La entrada de Cullen es como un momento de cámara lenta de película, en realidad. Esa es la única forma en que la puedo describir. Y sólo la he presenciado pocas veces desde que comencé a trabajar aquí hace tres meses.

Desde donde estoy sentada, lo único que puedo ver es el meneo de un desorden ingobernable de cabello bronce pasar por la división mientras él camina.

Y una quijada. Eso es todo.

Él está en la oficina de la esquina, por supuesto, ya que es el Director Ejecutivo de Cullen Energy Inc. Aparentemente, es algo reciente ya que reemplazó a su abuelo retirado un mes después de que yo comencé a trabajar aquí. No he visto mucho de él, habiendo presenciado sólo dos extrañas entradas a su oficina como esta que acaba de ocurrir.

La puerta de Cullen se cierra con fuerza y hay una exhalación colectiva de las abejas obreras.

El intercom de Jane zumba enérgicamente seguido por la voz retumbante y masculina del jefe.

"Srta. Voltur, por favor tráigame las propuestas que le pedí en la mañana…rápido, por favor."

Bueno, al menos él dijo 'por favor'.

"Sí, Sr. Cullen."

Jane rápidamente remueve más documentos, y juro que lo hace tan sólo para parecer importante. Toma los documentos que necesita, incluidos los de la mancha marrón.

Esto no va a terminar bien.

Cullen es conocido por ser un tanto perfeccionista y un tremendo dolor en el culo.

Oh, no. Esto no va a terminar bien, en lo absoluto.

Ella revolotea con un bufido hacia su oficina y desaparece detrás de la puerta cerrada.

Estoy sumergida hasta las rodillas en la captura de datos cerca de cinco minutos después cuando escucho abrirse la puerta de Cullen, seguida por una Jane con ojos llorosos caminando rápidamente hacia su escritorio. La miro, junto con el resto de nuestros compañeros de oficina mientras saca una pequeña caja y comienza a guardar sus pertenencias.

"¿Jane?" Susurro.

"No Bella. La cagué. Él me despidió. Fin de la historia," lloriqueó.

"Oh Jane… Humm, lo si…"

"Oh por favor, Bella. En realidad nunca te caí bien. Eso lo sé. No tienes que actuar como si te importara," sisea, aventando su calendario de One Direction en la caja y tomando su bolso.

Tiene algo de razón, supongo. No es que no me caiga bien, sin embargo; no tengo nada en común con ella.

Porque vamos…¿One Direction? Y he aquí el rodar de ojos.

Se marchó en un instante, despidiéndose de Lauren, la recepcionista a la vuelta de la esquina, antes de subir al elevador.

Bueno, eso es todo.

Casi todos alrededor de mí regresan a su trabajo, así que me imagino que el drama ha terminado.

Alrededor de las cuatro, mi celular vibra sobre mi escritorio.

- Hola mujerzuela. ¿Aún está en pie lo de esta tarde?

Mi mejor amiga, Rose.

- Seguro ramera. Tengo dos bocetos que mostrarte para tu torso que querías. –B

- Chévere. Ordenaré algo de vindaloo de ese lugar que te gusta. –R

- No te olvides de los lassis de mango. Mi boca morirá sin ellos. –B

- Eres tan dramática. Tres estrellas no es picante. –R

- Dice la chica que piensa que 5 estrellas es cosa fácil. –B

- Ja ja. Te veo más tarde mujer. –R

Estoy volteando a mi oh –tan –emocionante pantalla de datos justo antes de escuchar la puerta de Cullen abrirse. Es como una respuesta Pavloviana aquí y una vez más, todos contienen el aliento. Es usualmente alrededor de esta hora cuando Cullen sale por la puerta para hacer cualquier cosa que los pretenciosos de la alta sociedad como él hacen después de estar dando órdenes a diestra y siniestra todo el día.

Pero no. Hoy no.

Hoy, noto incrédulamente como él camina hacia la parte de mi piso. Él no podría…

¿Qué demonios?

Está a mi lado un momento después, reclinándose sobre la partición que alguna vez dividió mi cubículo del de Jane. Mira el espacio vacío de Jane antes de volverse hacia mí, y por primera vez, capturo la imagen completa del hombre.

Bueno, quésabestú. El hombre está bueno.

La quijada resalta, piel perfectamente suave y ardientes ojos verdes. Hablando de ardiente, el cabello. El cabello es un derroche de color siena quemado…y tal vez un poco de óxido amarillo.

No puedo evitarlo, hablo en el idioma de tinta de colores.

Su traje negro está perfectamente confeccionado y le calza, como perfectamente. Es un poco demasiado para mis sentidos.

Oh espera. Está hablando. Mierda.

"¿Srta. Swan?"

"Lo siento. ¿Qué dijo?" Dios, sueno como una tonta.

Estrecha sus ojos y mira mi espacio de trabajo antes de repetirse.

"Dije," hace una pausa para respirar. Aparentemente, también es impaciente. "La Srta. Voltur ya no está empleada en Cullen Energy y por ende, usted será mi Asistente Personal temporal hasta que un reemplazo adecuado sea contratado."

¿Qué?

"Humm, Sr. Aprecio su confianza en mis habilidades, pero difícilmente estoy calificada para el puesto. Sólo soy una capturista."

"Tonterías. No crea que no me he dado cuenta que usted ha sido la responsable de limpiar los desastres de la Srta. Voltur una y otra vez. Como dije, es algo temporario hasta que pueda entrevistar y contratar a una nueva asistente. Dicho eso, necesito estas propuestas re-escritas. Estas están manchadas y es inaceptable. Confío en que las hará perfectas."

Es entonces cuando noto el archivo en su otra mano, y cuando lo coloca sobre mi escritorio justo al lado de mi teclado, miro hacia abajo.

Sus largos dedos descansan sobre el archivo, y mis ojos recorren hacia arriba hasta que veo algo que completamente friega mi cerebro.

Tinta.

Tan sólo una franja de tinta negra se asoma debajo de su demasiado caro reloj plateado y de su manga con mancuernilla, justo sobre la muñeca.

Cullen está tatuado.

Este es un nuevo descubrimiento. Y estoy completamente excitada.

"Para la hora del almuerzo mañana, Srta. Swan. ¿Sí?"

Mierda. Está hablando otra vez.

Cuando miro arriba, me está mirando como si estuviese loca.

Debo de estarlo.

Carraspeo nerviosamente antes de contestar.

"Si Cullen…digo, sí, Sr. Cullen. Tendré listo eso y me vendré por usted…quiero decir…iré con usted mañana con las propuestas. Puede contar conmigo, señor, Sr. Cullen… señor."

Mierda. Soy una imbécil.

Arquea su ceja antes de enderezarse y alejarse.

"Ay Dios mío," murmuro para mí, aún tratando encontrarle sentido a lo que acabo de ver.

Mi ardiente jefe está tatuado, y me muero por averiguar cuán tatuado está.

Esto está completamente mal desde cualquier punto de vista.

Un minuto después, él sale por la puerta caminando su habitual línea recta hacia el elevador, pero en esta ocasión, voltea alrededor antes de fijar su mirada en mí.

Es indescifrable, pero aún así es un reconocimiento hacia mí.

Bueno, eso es nuevo.

"Esto está completamente chingón Bella. ¿Cuándo podemos empezar?"

Rose le echa un vistazo a mis bocetos para el dibujo en su torso que hemos estado modificando durante los últimos dos meses. Bueno, empezó como un dibujo para el torso pero ahora ha evolucionado a un dibujo que va desde el torso, envolviendo la espalda hasta el hombro.

"¿Sí? ¿No crees que es demasiado? Digo, las flores de cerezo son muy populares ahora y yo tan sólo quería que tu dibujo fuera un poco diferente."

"No, no, esto es perfecto. Como que me gusta la idea de que las raíces sean más prominentes en la cintura y vayan creciendo así. Va quedar genial, chica," me asegura, tomando el último trago de su copa de vino.

Estoy malditamente orgullosa de mí. Rose ha sido mi lienzo durante el último año más o menos, empezando desde una pequeña llave con una calavera en su muñeca a conceptos más elaborados.

"Apuesto que tus profesores de pintura nunca imaginaron que usarías tu bagaje artístico para estas cosas ¿eh? Todos esos tipos de estúpidos de galerías de mente estrecha…" deja de hablar mientras pone los platos vacíos en la cocina.

"Bueno, para mí aún es arte; sólo que estoy usando piel en lugar de papel o lienzo," contesto, aún tratando de ajustar mi diseño.

"Entonces, ¿qué hay de este chico?, tu jefe." Está junto a mí de nuevo con una segunda copa de vino viéndome dibujar. "Detuviste la historia cuando la chica fue despedida, ¿qué pasó después?"

"Ugh, aún es completamente irreal para mí Rose. Resulta que mi jefe, el Sr. Cullen, sale de su oficina hacia mí, lo cual nunca hace, y me dice que soy su nueva Asistente Personal hasta que él contrate a alguien más."

"Mierda, espero que eso venga con un aumento."

"¿Sabes? Ni siquiera sé. Supongo que tendré que preguntarle. Pero Rose, eso no fue lo mejor. Dejó un archivo en mi escritorio justo a tiempo para que yo notara que está tatuado. No pude distinguir que era, pero definitivamente se estaba asomando debajo de su manga." Tiemblo, reviviendo el momento mientras le cuento mi historia.

"Jódeme. ¿Es lindo?" pregunta, con los ojos muy abiertos e interesados.

Tomo un profundo respiro y luego suspiro. "Santa mierda Rose. Es ridículo cuán ardiente es. No sé por qué no lo noté antes. Oh, espera, si lo sé. Es porque él nunca puso un pie en mi lado de la oficina hasta hoy," recargo mi cabeza sobre mi bloc de dibujo abierto.

"Bueno, ¿qué demonios estás esperando? Vas a ser su Asistente Personal ahora, al menos por un tiempo. Tal vez te conviertas profesionalmente personal con él y le podrás preguntar abiertamente sobre su tatuaje."

Giro mi cabeza, que aún descansa sobre las hojas, y estrecho mis ojos hacia ella.

"¿Profesionalmente personal?"

"Sí, ya sabes. Cuál es su orden de Starbucks, qué le gusta en sus sándwiches, qué días recoger sus trajes de la tintorería. Sabrás su calendario social completamente y tendrás que pasar a su megalomaniaco pent-house a regar sus plantas mientras esté de viaje," dice, meneando sus perfectas cejas.

"Rose, ves demasiadas películas. Jane nunca hizo ninguna de esas cosas. Bueno, excepto por el café y la tintorería. Pero principalmente se trata de redactar cosas para él y agendar citas y sincronizar su iPhone."

"Bueno pues, ahí lo tienes. El acceso a su iPhone podría darte información valiosa sobre el chico. Probablemente él querrá tu número también, para que pueda contactarte. Tal vez uno de estos días te llamará después del trabajo, deseando que vayas a su casa y 'sincronices su iPhone…en la cama'." Dice la última parte casi sin aliento, como la tonta que es. No puedo evitar reírme.

"Suenas como una operadora de sexo telefónico. Deberías de considerar un cambio de profesión."

"¿Estás bromeando? ¿Y desperdiciar este paquete fantástico?" Se endereza, señalando su cuerpo como Vanna White.

"Tienes razón. Estás mejor capacitada para dirigir un bar, pateando culos, y coleccionando nombres."

"Por supuesto que sí, mujerzuela. Bueno, ahora vamos hablar sobre la rosa que quiero en mi pie."

Mientras profundizamos en los nuevos bocetos miniatura para otro tatuaje de Rose, mi menté está trabajando a marcha forzada.

Profesionalmente personal.

¿Puedo hacer eso? ¿Con él? El tipo me hizo desear arrancarle su costoso traje de su hermoso culo con sólo el atisbo de tinta en su mano.

Mañana va ser interesante.

"¿Srta. Swan? A mi oficina, por favor," la voz de Cullen retumba a través del intercom sobre mi escritorio.

Inhala y exhala profundo Bella.

Había pasado la mayor parte de la mañana dándole los toques finales a aquellas propuestas que Cullen quería y justo había sacado la última copia de la impresora cuando él me llamó.

"Espero que todo resulte bien," murmuré para mí, alisando las no existentes arrugas de mi falda a lápiz y caminado hacia la oficina del jefe.

Su oficina es estilo minimalista con detalles en frio acero y cuero. Ninguna sorpresa ahí. Su espalda está hacia mí mientras está revisando algo. La silla enfrente de su escritorio luce atractiva, pero no estoy segura de cuál es el protocolo a seguir. ¿Permanezco de pie? ¿Me siento? ¿Me anuncio?

"Tome asiento, Srta. Swan."

Bueno entonces, ya está resuelto.

Me siento calladamente y espero a que él termine lo que sea que esté haciendo en esta habitación estéril. Echo un vistazo alrededor rápidamente, escaneando el espacio alrededor de mí. No hay absolutamente nada personal aquí: nada de fotografías, ni diplomas, ni plantas…nada.

El sonido de su silla girando atrae mi mirada al frente y al centro, trabándola con los profundos ojos verdes de Cullen. Me mira expectante.

"Bueno, ¿tiene algo para mí?"

Aclaro mi garganta. "Sí Sr. Cullen, aquí tiene," coloco los documentos redactados sobre su escritorio, empujándolos hacia él. Estira su mano y como malditos imanes, mis ojos son atraídos a su reloj – más negro y cromado- y el negro rabillo de tinta debajo de este.

Su mano desaparece en un parpadeo y sacudo un poco mi cabeza para aclarar mi mente aturdida. Frunce el ceño y su boca hace un pequeño y lindo puchero mientras lee mi trabajo.

Cullen finalmente termina su revisión y suspira.

"Perfecto. Gracias. Puede irse."

Humm, ¿eso es todo? Ah bueno entonces. Lentamente me pongo de pie para marcharme mientras él dirige su atención a su laptop.

Antes de llegar a la puerta él habla de nuevo.

"Oh, ¿y Srta. Swan?"

Me volteo inmediatamente. "¿Sí señor?"

"¿Va salir a almorzar ahora?"

"Humm, justo pensaba hacerlo, señor."

"Bien. Quiero un pastrami en pan de centeno de Norm's," dice, y sus ojos nunca abandonan la pantalla.

Profesionalmente personal. Está bien, aquí vamos.

"¿Algo más Sr. Cullen?"

"Sí. Quiero un café venti, negro."

"Sí señor," dubitativamente concedo, con mi mano en la perilla de la puerta.

"Oh, Srta. Swan," dice con cierta tonada. Me giro de nuevo y lo miro expectante.

"¿Usted va invitar?"

"¿Qué?" ¿Está hablando en serio?

Una comisura de su boca se levanta formando la más deliciosa sonrisa que jamás he visto. Nunca lo había visto sonreír. La imagen es debilitante.

"Entonces querrá llevarse esto con usted," dice mientras me da un vistazo y empuja una tarjeta de crédito sobre el escritorio.

"¡Oh! Oh, sí, por supuesto. Tonta de mí," camino y tomo la tarjeta de su mano mientras sus dedos rozan los míos por una milésima de segundo más de lo normal…creo.

¿Acaso hizo eso a propósito? Estoy delirando. Eso es. Soy un desastre calenturiento.

"Dese prisa. Me estoy muriendo de hambre." Su voz de comando regresa y sí, estoy delirando.

Salgo rápido y estoy de vuelta en treinta minutos con su orden, su café y mi ensalada. Dejo mis cosas antes de dirigirme hacia su oficina para entregarle su comida.

"Disculpe Sr. Cullen, ¿dónde pongo esto?"

Su silla gira y él está al teléfono. Me señala que espere.

"Sí, sí, comprendo que fue de improvisto, pero ¿necesito recordarle que ha sido negligente con los dos plazos anteriores? Necesito éste terminado para el final del día. No hay peros que valgan. ¿Me explico? Bien. Adiós."

Su voz de jefe es aterradora.

"Perdóneme Srta. Swan, puede ponerlo ahí sobre la mesa de centro." Señala otra pequeña área en la oficina con un sofá de dos plazas y dos sillas rodeando una básica mesa de centro de vidrio. Dejo ahí la comida y me preparo para irme cuando él habla.

"¿Dónde está su almuerzo Srta. Swan?"

"¿Humm? Ah, está en mi escritorio señor. Provecho señor," digo antes de salir por la puerta. Alcanzo a ver lo que parece una mirada decepcionada de Cullen. Qué raro. Y así de rápido, desaparece, reemplazada con la endurecida expresión de un hábil Director Ejecutivo.

"Bueno, Srta. Swan, puede traer su almuerzo aquí. Vamos a tener un almuerzo de trabajo. Necesito finalizar mi calendario y necesito que usted esté completamente actualizada y preparada. La quiero de vuelta aquí en dos minutos. Y traiga su laptop y su teléfono. Confío que es un Smartphone ¿cierto?" Se gira dándome la espalda sin siquiera darme una segunda mirada, y me precipito a salir tratando de encontrarle sentido a lo que acaba de pasar.

Cuando regreso con mi ensalada, él me apresura hacia el sofá y comemos mientras sincronizamos y coordinamos eventos, citas, reuniones. Veo atisbos de su tatuaje cada vez que le da un gigante mordisco a su sándwich. Todo acerca de él es atractivo- su quijada cuando mastica, su nuez de Adán cuando pasa bocado, sus dedos cuando limpia su boca con su servilleta, y por supuesto, la tinta en su mano. Me está tentando. Mierda, necesito saber qué es.

Después de comer, toma mi teléfono e introduce su número de celular y la guarda bajo el nombre de E. Cullen. Su propio teléfono timbra.

"Allí está. Ahora tengo su número. Estará siempre atenta a mis llamadas pero no la llamaré a deshoras…mucho."

"¿Mucho, señor?"

"Habrá ocasiones cuando su asistencia sea requerida, aunque éstas serán esporádicas y muy lejanas entre sí, si es que la llamo. Y recuerde Srta. Swan, esto es temporal. Recursos Humanos ya me está mandando algunos currículos para el reemplazo permanente de Jane."

Repentinamente hay algo que necesito hacerle saber. Recuerdo lo que Rose dijo la noche anterior.

"Sr. Cullen, yo, humm, hay algo que quizás necesita aclaración."

"¿Y qué es eso?"

"Humm, aún trabajo principalmente como capturista de datos, y sé que acepté este trabajo como un puesto interino, pero humm, ¿cómo se reflejará esto en mi pago?"

Y, respira Bella.

Cullen fija su ilegible mirada en mí una vez más, y quiero apartar la mirada pero simplemente no puedo.

"Tiene derecho a preguntar eso, Srta. Swan. No se sienta incómoda en lo absoluto. Ya consideré mi plan de pago para usted y deberá ver el cambio en su talón de pago el viernes. Confío en que será satisfactorio."

"Gracias señor."

"Bueno, entonces, creo que hemos terminado. Puede regresar a su escritorio Srta. Swan. Tenga un buen día."

Y he sido despachada.

Regreso a mi cubículo, notando las miradas de Mike y el resto de los compañeros. Apuesto que ellos se están preguntando cuándo la cagaré.

¡Ja! Joder, no lo haré. Voy hacer estremecer este trabajo y con surte, el mundo de Cullen…

Profesionalmente personal, por supuesto.

La mañana siguiente, camino hacia el trabajo preguntándome por qué de repente hay un escritorio colocado frente a la oficina de Cullen, pero no le presto atención ya que hoy tengo demasiado trabajo si es que voy a tener que cumplir los caprichos de Cullen.

Enciendo mi laptop y noto un correo de Cullen.

De: ECULLEN mail . com

Para: BSWAN mail . com

Asunto: Asignación de Escritorio

Hora: 8:35 A.M.

Srta. Swan,

Por favor tome nota que necesita trasladar sus pertenencias al escritorio disponible enfrente de mi oficina. Es imperativo que mi Asistente Personal esté cerca en caso de que necesite asistencia. Espero que se traslade completamente para cuando regrese mañana. Hoy estaré fuera de la oficina. Re-agende mis citas para la siguiente semana.

Edward A. Cullen

Director Ejecutivo Cullen Energy, Inc.

¿Qué? Miro y re-leo el correo una y otra vez. ¿Por qué quiere que me traslade? Jane nunca tuvo que hacerlo. Hasta donde sé, el abuelo de Cullen en realidad nunca tuvo una asistente fuera de su oficina. Así que, ¿por qué el cambio repentino?

En realidad no puedo cuestionar sus decisiones hasta este punto, así que simplemente le contesto haciéndole saber que he recibido su mensaje y que acataré sus órdenes.

Después de haberme trasladado completamente y de sentirme suficientemente descolocada porque todo mundo me mira o con curiosidad o con sorpresa o con ambas, el viernes pasa sin novedad. Re-agendo todas sus citas tal como me lo pidió y para las cuatro y media, estoy lista para recibir el fin de semana.

Me reúno con Jasper el sábado por la mañana, un cuate que conocí en una convención de tatuajes el año pasado. Él me ofreció un entrenamiento en su estudio para que pudiera acumular mis horas en práctica. Es asombroso –un artista fantástico con una lista de espera de clientela de diez meses y, encima de todo eso, es un chico genial.

"¿Qué onda Bella-chica? ¿Cómo estuvo tu semana?"

Dejo caer mis cosas en mi estación y jalo una silla junto a él mientras trabaja. Está trabajando en un diseño en una pierna de Marlene, una de sus clientes regulares. Ella es realmente genial. Una fotógrafa profesional, toma fotos estilo pin-up de sus clientes. Es hermosa con un estilo Rockabilly, y esta vez, él está rellenando el contorno de una geisha pin-up.

"Mmm, trabajo es trabajo," contesto, observándolo con absorta atención.

"Bueno, me temo que te daré más trabajo, pero dudo que tengas queja." Sus ojos brevemente encuentran los míos por debajo del armazón de sus lentes y sonríe antes de regresar a su diseño.

"Tienes razón en eso. Prefiero esto a mi trabajo de día en cualquier momento. ¿Qué tienes para mí?"

"Un par de chicas vendrán en alrededor de veinte minutos. Son primerizas, así que quieren tatuajes pequeños. La hoja y el boceto están encima del mostrador. Confío en ti. Trabaja en ello."

"Claro que sí."

Las siguientes horas pasan felizmente mientras tatúo las dos chicas que quieren corazones iguales en sus caderas, con "BFF" grabado dentro. Sí, no es algo que yo haría, pero oye, ¿quién soy yo para juzgar?

Rose entra danzando para su primera sesión después del almuerzo. Estoy demasiado emocionada como para comer. Este es mi primer gran tatuaje, y mi mejor amiga me está permitiendo marcarla permanentemente con mi propia creación.

"¡Hola Jas! ¿Qué onda?" Le grita a mi jefe al otro lado del estudio mientras la preparo en mi estación.

"No mucho güerita. ¿En verdad vas a dejar que ésta te marque?" Bromea, señalándome con la cabeza.

"Ja ja, muy gracioso Jasper," digo secamente.

Rose ríe y luego cambia la conversación cuando se pone cómoda.

"Entonces, ¿algo nuevo con el jefazo?" Menea sus cejas.

"Ugh. El idiota ni siquiera se presentó el viernes. Me mandó un correo ordenándome que me trasladara al escritorio enfrente de su oficina y me dijo que no iba a ir a trabajar…y todo sin previo aviso. Estuve haciendo malabares para re-agendar todo. Todo mundo me estaba mirando. Extraño mi pequeño cubículo."

"Oooh, te quiere cerca. Te desea, nena, Oh sí…" dice, con voz completamente sofocada, como operadora de hot line.

Con una puesta en blanco de mis ojos, trazo el diseño en el lugar acordado y, después de su aprobación, me pongo a delinear todos los contornos durante las siguientes tres horas.

Paso el domingo en pijamas leyendo novelas de pacotilla y trabajando en mis bocetos. También me da curiosidad y googleo a mi jefe porque no tengo vergüenza.

Fotografía tras fotografía en eventos de fundaciones, ceremonias de inauguración y galas. Incluso puedo ver el tatuaje en su mano en algunas de éstas. Pero no puedo descifrar qué es.

Lo veo sonreír en un par de imágenes y completamente me atrapa. Es ardiente, todo mundo lo sabe. Pero cuando el hombre sonríe, manda todo tipo de sensaciones revoloteantes a mi pancita.

Nunca va acompañado a estos eventos. Eso es algo más que noté.

Tal vez sea gay.

Es posible. No me sorprendería ni tantito que alguien tan hermoso bateé para el otro lado.

Con un suspiro, cierro mi laptop y me alisto para ir a la cama. Justo antes de apagar la lámpara sobre mi buró, escucho un zumbido proveniente de mi celular.

- E. Cullen

Inmediatamente estoy alerta. Son las once y media. Creí que él había dicho que nada de llamadas a deshoras a menos que fuese necesario.

Tomo el teléfono para ver el mensaje que él considera ser tan necesario en un domingo por la noche.

- ¿Trasladaste tus pertenencias?

¿En serio?

- Buenas noches a usted también, señor. Y sí, lo hice. –B

- Bien. –E

- ¿Bien? ¿Hay algún tipo de asunto urgente que necesita ser discutido, señor? –B

- ¿Por qué lo preguntas? –E

- Son las 11 : 30 pm del domingo. Usted menciono que las llamadas a deshora serían casi nulas a excepción de una emergencia. ¿Hay alguna emergencia? –B

No hay mensaje después de este y me imagino que se aburrió de escribirle a un peón y se fue a dormir.

El resto de la semana pasa con Cullen pasando mucho tiempo fuera de la oficina con un mensaje de texto ocasional o un correo enviado a mí para confirmar citas. Algunas veces, cuando él nos agracia con su presencia, es un verdadero jefe frío, ni siquiera mirándome mientras me ordena a diestra y siniestra. El resto de mis compañeros aún se aturden cada vez que él está aquí, pero he aprendido a ignorarlo. Se vuelve algo pasado de moda. Digo, tan sólo es un chico, ¿cierto?

Cierto. Tal vez. No lo sé.

Hay otras veces –muy raras ocasiones- cuando juro que él está coqueteando conmigo, casi como si no tuviera control sobre ello. Simples y pequeños gestos, la manera en que me mira cuando de verdad lo hace…es casi como si se estuviera conteniendo. De qué, no lo sé.

Roces de dedos cuando le entrego su café. La manera en que me mira cuando le estoy recitando sus mensajes telefónicos.

¿Qué estoy diciendo? Es una locura. Es mi jefe: no está escondiendo nada. No querría tener nada que ver con una insignificante capturista de datos como yo.

Cierto, Bella. Esa es la actitud. Mantenlo Profesionalmente Personal. Tú eres su Asistente Personal y nada más…Y ni siquiera permanente, si a esas vamos.

El zumbido de mi celular en mi escritorio redirige mi atención.

- Dejé un importante documento de respaldo en mi oficina. Por favor recupérelo de mi escritorio y envíemelo por fax al 555-476-8452.

"Sí señor," hago un saludo, dirigiéndome a su oficina.

Cuando abro el cajón de su escritorio, el documento está justo donde dijo que estaría. Tomándolo, sin embargo, se revela algo que me hace detenerme a secas.

La esquina de una revista que conozco demasiado bien sobresale de entre archivos guardados al azar.

El más reciente número de Inked Magazine.

El corazón casi se me sale del pecho. ¿Cómo es que algo tan simple me provoca escalofríos? ¿Cómo?

Y porque soy una perra metiche, cautelosamente muevo los archivos y noto un Post-it pegado a la revista.

Jasper

555-764-8899

El nombre de mi mentor escrito con los garabatos de Cullen.

¿Qué putas? ¿Por qué tiene el teléfono de Jasper?

Inmediatamente, un millón de teorías flotan en mi mente. Cada una de ellas se desvanece en una diferente, y más elaborada, y es ahí cuando sé que necesito dar un paso atrás y usar la razón.

Rápidamente reacomodo todo donde estaba y le mando por fax las cosas que probablemente está esperando impacientemente mientras entra en pánico. En instantes, hay otro mensaje de texto.

- Gracias. Vaya a casa temprano. Tenga un buen fin de semana.

¿Ven? Entonces él hace cosas como estas, y yo tan sólo no sé qué pensar de él. Pero esta chica no se va a quejar por empezar mi fin de semana antes de lo esperado. Me marcho a prisa de ahí y llegó a casa en tiempo record. En verdad deseo llamar a Jasper y preguntarle si conoce a Cullen, pero no estoy tan familiarizada con él, así que tengo que esperar hasta mañana cuando vaya para la siguiente sesión de Rose.

"¿Oye, Jas?" Pregunto, preparando mi estación para la llegada de Rose. Él está en el escritorio al frente poniendo al corriente las cuentas.

"Dime, Bella."

"¿Conoces a un Edward Cullen, de casualidad?"

Pone pausa a lo que está haciendo y piensa durante un instante, antes de negar con la cabeza y de regresar a su trabajo.

"No me suena conocido, ¿por qué?"

"Oh, por nada en especial, en verdad. Aunque es gracioso, él es mi jefe ¿sabes? Y me encontré tu nombre en un pedazo de papel en su oficina y sólo me estaba preguntando." Sacudí los hombros, fingiendo indiferencia.

"Hmm, qué raro. No recuerdo haber conocido a ningún Edward. Pero me muevo en diferentes círculos sociales que los culos estirados y trajeados para lo que trabajas," dice con una astuta sonrisa.

Me echo a reír, porque sí cuate, si tan sólo supieras.

Si tan sólo Yo supiera.

La segunda sesión de Rose es todo un éxito. Mientras me doy una palmadita a mí misma en la espalda, uso el domingo para sólo sentarme al aire libre y disfrutar el grandioso clima.

Tengo un lugar en Central Park. Es un lindo y grande roble que ofrece la mejor sombra en el mundo y una maravillosa vista de los elevados condominios, situado justo al lado de un pequeño campo donde un montón de personas sacan a pasear a sus perros y juegan. Me siento y saco mi bloc de bocetos y un lápiz y simplemente dibujo.

A veces, dibujo diseños complicados en los edificios, a veces una pareja sentada sobre una manta haciéndose ojos de amor uno al otro, tal vez un niño volando un papalote con su papá. Y otras veces dibujo un nuevo diseño para clientes que aún no existen.

No estoy demasiado tatuada. Definitivamente prefiero marcar a otras personas en vez de tatuarme por todas partes. Mis tatuajes son personales, no para ser mostrados para que las personas los vean. Pero extrañamente, adoro absolutamente ver hombres y mujeres mostrando completamente su piel.

Estoy empezando un nuevo diseño abstracto inspirado en patrones tribales y célticos, cuando escucho una voz que se ha grabado en mi cabeza y ha sido archivada bajo la etiqueta de 'favoritos'.

"Leah. ¡Ven aquí chica!"

Miro hacia arriba, buscando al dueño de dicha voz sexy, porque tal vez finalmente he perdido la cordura y estoy escuchando cosas.

Pero ahí está él. Luciendo muy, pero muy diferente en una playera henley de manga larga color tipo avena y vaqueros de talle bajo. Hay una linda labradora negra corriendo hacia él, con un palo colgando orgullosamente de su hocico.

No sé si él me ha visto porque estoy muy ocupada como para ocultarme. No sé por qué me pongo nerviosa y de inmediato me pongo el gorro de la sudadera y las gafas de sol. No es que no quiera hablarle, si no que no sé cómo debo de comportarme con él en este ambiente. Es mi jefe. Existe dentro de los confines de mi trabajo de nueve a cinco. Esto- tener que comunicarme con él aquí con gente común y corriente- me pone los pelos de punta por la incomodidad.

Creo que exitosamente he logrado mezclarme con el árbol, así que continúo dibujando, notando que ya no escucho su voz. Bien, tal vez se ha marchado.

"¿Srta. Swan? Creí haberla reconocido."

Mierda. Mierda mierda mierda mierda.

Lentamente arrastro mis ojos de sus Adidas negros, a sus vaqueros y hasta su pecho, notando que había recogido sus mangas hasta sus antebrazos. Mis ojos danzaron en sus tatuajes: éstos se extendían desde sus muñecas y desaparecían debajo de sus mangas. Santo Dios.

Cuando finalmente miré bien su rostro, su expresión me hizo desear hacerle cosas malas justo allí, en el parque…en frente de todas estas personas. Está sonriendo traviesamente, y estoy segura que es obvio que lo estaba admirando.

"H..hola, hola Sr. Cullen. ¿Cómo está?"

Bien. No sueno como una imbécil…en lo absoluto.

"Srta. Swan." Inclina su cabeza tan sólo un poquito en señal de saludo. "por favor, crees que podamos dejar de lado eso de Sr. Cullen, al menos fuera de la oficina?" Dice mientras silenciosamente ordena a su perra que se siente a su lado. Ella es adorable.

"Uh, está bien, señor."

Rueda sus ojos, y sí, incluso eso es algo sexy. Lo hace…humano, supongo.

"Sólo Edward. Nada de señor, ¿estamos? ¿Puedo?" Señala el lugar en el suelo junto a mí, y me estoy muriendo de los putos nervios justo ahora. Le indico que si, tan casual como puedo. Con suerte no podrá darse cuenta que las mariposas en mi estómago se han transformado en pinches pingüinos emperadores saltando en trampolines.

Cuando se sienta, su perra hace lo mismo a nuestros pies. Me imaginé que hablar de la perra era un tema seguro.

"Es linda. ¿Cuál es su nombre?"

"Leah. Tiene un año, la tengo desde que era una cachorrita."

"Obedece muy bien las órdenes."

"Sí, eso me tomó bastante tiempo." Se ríe, y el sonido de su voz es ridículamente sexy.

"La adopté de una perrera cuando era una cachorrita. Era la más bajita y todos sus demás hermanos habían sido adoptados."

Como si no pudiera ser más atractivo. Rescató un perro.

"¿Qué estás dibujando ahí?" Se inclina un poco hacia mí, tratando da echarle un vistazo a mi bloc. La acción es extraña para mí, ya que es un tanto cabrón en el trabajo. Teniéndolo tan cerca está afectando mi cerebro, dificultándome formar sentencias completas.

"Uh, umm… tan sólo es, nada en especial. Sólo bocetos que hago para…" dejo de decir cuando mis ojos encuentran su antebrazo cubierto de tinta.

"Lucen como diseños de tatuajes," dice.

"Um, sí, lo son más o menos. Eso es lo que hago…o lo que quiero hacer, supongo," replico, sutilmente tratando de cubrir y cerrar mi bloc. Sus manos repentinamente cubren las mías, interrumpiendo todo movimiento y dejándome paralizada.

"¿Puedo mirar? No tienes por qué esconderlos, ¿sabes? Como puedes ver, no soy particularmente adverso a los tatuajes."

Es la mirada en sus ojos y la pequeña sonrisa en sus labios cuando dice eso, lo que provoca que mis rodillas tiemblen. Está allí, manteniéndome cautiva con su mirada.

Gentilmente toma el bloc de mis manos y lo empieza a hojear, deteniéndose en varias páginas asintiendo con la cabeza y emitiendo ocasionales mm-hmms.

"Estos son muy, muy buenos. Tienes habilidad con las líneas y el sombreado. ¿Por qué no estás trabajando en un estudio?" pregunta, colocando el bloc abajo entre nosotros dos.

"Más o menos lo hago, en realidad. Estoy practicando durante los fines de semana."

"¿Por qué no de tiempo completo?"

"Uh, porque…" ¿Por qué les estoy contando todo esto? Y más importante, ¿por qué él necesita saber esto con tanta urgencia?

Parece genuinamente interesado en lo que tengo que decir. Es tan diferente que en el trabajo.

"¿Por qué?" Me urge a continuar después de que tardo demasiado en contestar. Bueno, aquí va.

"Quiero abrir mi propio estudio algún día, y teniendo un trabajo estable de nueve a cinco me permite ahorrar un poco de mi sueldo. Soy paciente. Llegaré a mi meta."

Me mira una vez más como si estuviese tratando de decodificarme. Es un poco excitante, especialmente porque es tan putamente apuesto.

"No tengo ninguna duda que lo lograrás, Srta. Swan."

"Bella," se me sale decir antes de que lo piense.

Entonces sonríe. Y yo también.

"Llámame Bella, por favor. Como tú dijiste, no estamos en el trabajo."

"No, definitivamente no lo estamos." Baja la voz un poco cuando dice esto, y allí vamos, pingüinos otra vez.

Esto podría ser potencialmente peligroso. He escuchado todo tipo de historias y leído novelas de romance y fan fiction acerca de asistentes personales y sus jefes. Por mucho que no me importaría que él me besara en este momento – o me hiciera otras cosas- esto comprometería nuestra relación profesional.

Eso es, asumiendo que él desea besarme. Se siente como si lo deseara, pero una vez más, puede que yo sólo sea un desastre lujurioso y esté imaginando cosas.

Toso nerviosamente y finalmente aparto la vista, rompiendo cualquier momento que pasó entre nosotros.

"Probablemente debería irme. Tengo que, uh, hacer algo…sí."

Brillante, Bella. Totalmente brillante, boba.

Me pongo de pie, sacudiendo las hojas de mi trasero y mirando hacia abajo.

¿Él está…me estaba viendo el culo? Pasó tan rápido que no me pude dar cuenta.

Ya se está levantando y recogiendo la correa de Leah, así que una vez más me estoy imaginando cosas.

"Comprendo. Esto fue…lindo. Fue un gusto platicar contigo, Bella."

Oh mi Dios, mi nombre de sus labios…

"Te veré mañana, se puntual," declara, con un poco de su voz de mando regresando.

"Sí, señor…digo, Edward." ¿Por qué el pronunciar su nombre me hace pensar en otras actividades donde digo su nombre, repetidamente?

"Genial. Adiós, Bella."

"Sí. Te veo mañana."

Esta debe de ser la más extraña tarde que jamás tuve.

Algo pasó entre nosotros hoy.

Y después de todo eso…¿cómo actúo mañana? ¿Cómo se comportará él? ¿Me ignorará de nuevo? ¿Admitirá que en realidad lo de hoy pasó? ¿O sólo me estaba llevando la corriente?

¿Aún puedo ver las cosas profesionalmente personal?

Una vez en casa, dejo todo en el comedor y tomo mi celular.

"¿Oye, Rose? ¿Tienes un minuto? Necesito ayuda. Mi jefe…lo vi hoy."

.

.

.


N/T: Hola de nuevo. Dicen que la tercera es la vencida y es por eso que les traigo aquí esta nueva traducción. Espero que ésta historia no esté siendo ya traducida por alguien más. Y si lo está, háganmelo saber porque obviamente la autora no está enterada y por lo tanto, es una traducción NO autorizada.

Ojalá les guste tanto la historia como a mí. DH78 es una chica muy talentosa y su historia es digna de ser compartida también con quienes leen sólo español.

Es un fic de tan sólo diez capítulos y trataré de actualizar tan pronto como pueda.

Gracias por leer.

Xoxo

CIN