¡Holaaaa Queridas y/o Queridos! Tamikafly ha vuelto después de un mes (y luego me quejo que no tengo tiempo para escribir o que se me va la inspiración) Bueno, este fic lo he estado pensando desde hace muuuucho por un sueño que tuve, en ese sueño los protagonistas eran unos amigos pero no me siento muy cómoda escribiendo de esa forma así que lo hice con personajes con menos historia que Super Seiyuuns Brothers! (en general Vocaloid) Rin y Len Kagamine, que en este caso serán Rilliane y León para que se acople más a la situación, puede que haya muchos o pocos términos que no entiendan pues no todos llevamos educación musical, me gustaría y me ayudaría bastante que comentaran sus dudas de os términos para darme una idea e ir poniendo las notas, espero que disfruten y que en verdad les guste, no diré cada cuanto subiré por que estando las cosas como están y que estoy a seis meses de salir de la escuela pues puede que hayan lapsos largos de tiempo sin subir algo, pero espero ser constante. Habrán dos canciones de por medio en violín, una es Rather Be y la toca Sam Smith (creo) y la otra es Love me de Indila, esa es la version de VEVO pero en velocidad 1.5 por si gustan escucharlas de acompañamiento, yo me encargare de señalar donde empieza, no prometo que vaya conforme lo lean puesto que yo leo a diferente velocidad que ustedes, pero igual espero que lo disfruten, o igual las pueden escuchar antes o después, solo es una sugerencia :) Por cierto, no le pondré nombre a los capítulos por que luego me parto la cabeza pensando, he pasado hasta dos días pensando un titulo y todo estará en POV NORMAL, sin más... ¡Comenzamos! :3

Disclaimer: Vocaloid no me pertenece, solo la historia y algunos personajes que invente a lo largo del fanfic.


Capitulo 1

Cualquiera con talento o incluso no teniéndolo daría mucho por vivir lleno de lujos y fama, la mayoría de personas piensan que por el simple hecho de nacer en una familia rica, famosa y llena de talento se es feliz, pero no es así, al menos no para un par de gemelos nacidos en una familia ejemplar, llena de actores, cantantes, pintores e instrumentistas. Como lo es la familia Kagamine.

Rilliane o mejor conocida como Rin, desde pequeña fue una niña extrovertida y mostró una excesiva pasión por la música al igual que su hermano (quien era más tranquilo)León o como le decía su gemela Len, pues no le gustaba que su hermano se llamara igual que su padre; su madre Lilian y su padre León eran famosos actores/cantantes, querían que sus hijos sugieran sus pasos así que se esforzaron para encaminarlos, y cuando por fin pudieron ver los primeros indicios de interés de los pequeños, centraron toda su atención para que pudiesen llegar a ser grandes artistas, estos eran en verdad exigentes, querían que sus hijos fueran perfectos, desde la edad de tres años a ambos les empezaron a dar clases de música incluso sin siquiera poder leer el abecedario, estaban prácticamente aislados de los demás niños, siempre les dieron prioridad a sus clases de piano, violín, canto, y preferían pasar todo un fin de semana ensayando que estando con personas que no sabrían de lo que hablaban, conforme fueron creciendo se volvieron fríos y muy exigentes consigo mismos, asistían a competencias de instrumento a tan solo la edad de ocho años y eran ganadores invictos, estudiaban con profesores particulares pues el ir y regresar a la escuela lo consideraban una pérdida de tiempo, imagínense cuantos profesores fueron despedidos por llegar diez minutos tarde, eran casi perfectos y exigían la perfección; sin embargo cuando estos cumplieron la edad de catorce años entraron a una secundaria privada pues sus padres últimamente no habían estado trabajando y en el tiempo que se dedicaron a criarlos dejaron pasar muchas oportunidades, su fama estaba disminuyendo y sabían que si no volvían al trabajo dejarían de existir.

Para encaminar a sus hijos como alternativa para ellos y también que se dieran a conocer como artistas en el mundo o más bien para que cualquier persona los conociera los metieron a una secundaria privada, cosa en que ninguno de los dos gemelos estaba de acuerdo, pero con tal de complacer a sus padres no les quedó de otra más que aceptar.

Los rubios estaban despiertos desde una muy temprana hora, tenían absolutamente todo listo, bajaron y encontraron el comedor con sus desayunos, sus padres no estaban pues tenían trabajo fuera de la ciudad, al terminar, ambos se levantaron y se lavaron los dientes, la escuela quedaba un poco lejos así que se subieron al lujoso auto último modelo, y enseguida se puso en marcha; en el establecimiento se miraba un desfile de carros lujos y jóvenes con sus celulares caminando hacia la entrada. Cuando estos bajaron llamaron la atención de varios estudiantes.

Tenían un aspecto intimidante como si supieran todo a cerca de todo, no deseaban estar ahí y no les importaba hablar con alguien, entraron a su salón y se sentaron uno alado del otro, hasta el fondo, después de todo sabían que los cambiarían de lugar al iniciar clases; cuando el lugar se fue llenando sentían las miradas sobre ellos, les encantaba ser el centro de atención.

Si, somos nosotros en carne y hueso, compartimos salón, pero no significa que nos pueden hablar. Pensaban los gemelos,muchas personas que ya los conocían aprovecharon a sentarse a sus lados, para sacar algún tipo de plática, los rubios se centraron en sus celulares de nueva generación, cuando tocaron el timbre, todos se volvieron hacia sus lugares, Rin y Len solo bajaron sus celulares y los guardaron, el profesor llegó y empezó a hablar, todos se levantaron a excepción de los gemelos, hicieron una reverencia y se volvieron a sentar como si fuera de lo más normal, ambos se quedaron un poco desorientados, se vieron entre si y luego hacia el maestro que los miraba un poco enojado, les hizo una seña para que se levantaran y se dirigieran hacia él, todos los alumnos presentes se voltearon a ver a los gemelos quienes tenían una expresión inmutable, cuando ambos se levantaron entro corriendo un joven de cabello café y lentes de marco negro, venia cargando su mochila y el estuche de un violín, se detiene en seco y mira a los dos chicos y ellos lo miran con el ceño fruncido. Amatsuki su "rival" en competencias, el profesor se aclara la voz y también llama a Amatsuki, los tres se dirigen a paso lento hasta este y al menos por parte de los gemelos lo miran con desprecio.

-Nombres. – Les suelta el profesor furioso.

- Rilliane Kagamine.

-León Kagamine.

-Amatsuki.

-Kagamines, me podrían explicar porque no han hecho la reverencia, es una gran falta de respeto.- Ambos se quedan pensando y el que decide hablar es Len.

-Profesor, lamento nuestra falta de respeto, pero quiero que nos comprenda, nunca antes hemos asistido a una escuela y en verdad ignoramos todo el sistema. Esto no volverá a suceder. – Len le habla cordialmente pero con pisca de enojo. El profesor se le queda viendo ceñudo y niega con la cabeza.

-Esto es imposible, pero como es su primer día los dejaré en paz. En cuanto a usted Amatsuki, si llega tarde tiene que solicitar permiso para poder entrar, que no se vuelva a repetir, a sus lugares. – Los tres hicieron caso omiso.

Al final los cambiaron de lugar, en el centro del salón y justo atrás de Amatsuki, la clase siguió su curso normal hasta el primer receso. Amatsuki quien ya había compartido clase con todos sus compañeros durante los dos años anteriores había prometido llevar su violín para tocar un poco para sus amigos, Rin y Len no soportaron mucho estando en la presencia del "presumido" de Amatsuki, se negaban a convivir con otras personas aun que sus padres les habían dicho lo mismo.

-Rin, ¿crees que deberíamos traer nuestro violín nosotros también? – Len empezaba a sentirse un poco molesto por la atención que recibía Amatsuki.

-Nos estaríamos bajando a su nivel para conseguir… nada.

-Mamá dijo que en cuanto más atención tengamos mejor, sobre todo si es dotándonos y una buena forma seria dejar que Amatsuki coma tierra frente nosotros. Es a lo que venimos Rilliane.

-Pero se miraría extraño que de un día para otro traigamos nuestros instrumentos, es como si tuviéramos envida de él.

-Bueno, entonces lo retemos indirectamente, vayamos al salón.

-A veces pienso que tienes la mente más retorcida que yo Len. – Rin sonríe con malicia y es la primera en entrar al salón.

Ambos rubios se acercan al grupito de gente que rodea a Amatsuki, Rin por detrás y Len por delante, lo observan poniéndolo un poco nervioso, cuando los demás se percatan de la presencia del rubio les dan espacio para que puedan ver, una joven empuja un poco a Rin y esta le fulmina con la mirada, la chica la mira temerosa y se disculpa, cuando Rin volea de nuevo Amatsuki la golea cerca del ojo con el arco del violín accidentalmente mientras cambiaba de posición, para de tocar de inmediato y se voltea, Rin se tapa el ojo con la mano y se encorva, Len instintivamente la abraza y la empieza a revisar.

-Rin, perdón yo no quería. – Len lo fulmina con la mirada y a este le recorre un escalofrío por todo el cuerpo.

-¿Rin estas bien? – Le pregunta Len a Rin mientras le levanta la mirada.

-Creo que sí. – Ambos gemelos voltean a ver a Amatsuki.

-Rin, no quise…

-Rilliane.

-¿Disculpa?

-Mi nombre es Rilliane, solo León me puede llamar Rin.

-Oh, claro, discúlpame… Rilliane. – Amatsuki se siente confundido por la actitud tan severa de Rin.

-Creo que a ti no te dieron clases de verdad. – Le provoca Len. – ¿No te enseñaron que cuando toques nunca debes de estar detrás de alguien o algo peligroso? Pudiste haberle dejado ciega, siempre hacia una pared o espacio libre, y si alguien se llegara a poner detrás… para eso te sirven los ojos. – Amatsuki se quedo pasmado y enojado ante la reacción de Len.

-¿Qué les sucede? – Amatsuki les susurra, Len se le queda viendo inexpresivo y Rin se pone a su lado. – Se supone que debería ser algo divertido, ha sido solo un accidente, me he disculpado, no me había dado cuenta, cualquier persona se equivoca.

-Nosotros nunca lo hacemos. – Len le sostiene la mirada a Amatsuki, este hace lo mismo y a pesar de ser de menor estatura que Len parece estar a la par.

-Me gustaría comprobarlo. Mañana, traigan sus violines, me gustaría verlos de cerca. – Len sonríe porque ha funcionado su plan.

-¿Qué ganamos con eso? – Pregunta directamente Rin.

-Aceptaré que son perfectos y les deberé un favor, lo que sea. Y si yo gano…

-Eso no es posible. – Le interrumpe Len, Amatsuki los mira exasperado y continua.

-Y si yo gano, tendrán que aceptar que no existe la perfección y que solo son unos gemelos ricos y engreídos.

-Claro… pero no tocaremos en un escenario como este. – Rin alza las manos dando a señalar el salón de clases. – En el salón de música, en el segundo receso.

-De acuerdo. – Amatsuki se sorprendió la facilidad con la que aceptaron y no se quejaron.

Tocan el timbre y todos los alumnos entran apresurados al salón y se sientan, los gemelos se les dibuja una sonrisa por primera vez en el día. Al termino de clases los gemelos caminan pavoneándose por los pasillos al escuchar que están en boca de casi todos, sus compañeros de clases se les daba muy bien la tarea de expandir noticias, al llegar a la entrada el mismo auto que les vino a dejar estaba enfrente, ambos se subieron en la parte trasera y sacaron sus celulares; una vez llegando a casa se bañaron y se cambiaron rápidamente, se sentaron en el comedor y les sirvieron su comida, el comedor estaba literalmente vacio, solo estaban ellos dos en un lugar donde entraban veintiséis personas, comieron en silencio y después subieron a su habitación.

Ambos dormían en la misma habitación a pesar de poder tener una para cada uno, Rin empezó a revisar sus partituras, tenía como mínimo diez carpetas grandes llenas de partituras para violín y tenia aun más para piano y otros instrumentos, empezó a buscar las más conocidas y las sacó de las carpetas, las colocó ordenadamente en su cama y acomodó todo de nuevo. Estaba emocionada por poder tocar fuera de escenarios, sus padres nunca les dejaban tocar fuera por pretextos sin sentido, pero por el momento no estaban, Len miro las partituras y sonrió, salió de la cama de un brinco y fue por los violines.

Rin se encargo de ponerle brea a los arcos y Len de afinarlos, como ya habían tocado las melodías antes solo era cuestión de agarrar velocidad, les salía bastante bien, pero como eran canciones conocidas no iban muy rápido y no eran cosa de otro mundo, así que se empeñaron en sacarlas a una velocidad sorprendente y perfectamente sincronizados, les dio la noche, bajaron a cenar silenciosamente, de alguna forma nunca hablaban mientras comían, pues siempre lo hacían con sus padres, estos eran muy estrictos con lo que eran horarios, modales y comportamientos, nunca eran ellos cuando llegaban amigos o incluso familiares, les obligaban a mantenerse en sintonía con cualquiera para no conseguir enemistades, después de todo en el mundo en el que vivían se basaba de conexiones sociales. Aun cuando no estaban presentes se incomodaban rompiendo las reglas, como si alguien les fuese a delatar, pues cuando llegan a desobedecer por mínimo que sea el castigo es severo, La perfección no se crea sola, se necesita constancia, dedicación y sobre toda las cosas disciplina, esa frase que les decía su madre durante sus años de formación, encerrar a un pobre niño de cinco años en el sótano a oscuras es un castigo poco severo para los Kagamine, pero así se han acostumbrado y criado.

Se lavaron perfectamente bien los dientes y se acostaron, apagaron las luces y cerraron los ojos.

-Len... – Rin le llamó suavemente a su gemelo.

-¿Qué sucede Rinny? – Le contesta adormilado. – Es hora de dormir.

-No puedo dormir. – Logra articular Rin con un pequeño hilo de voz.

-Me dormiría contigo pero me temo que no puedo. – Len se inclina hacia la cama de su hermana la cual está situada a su derecha.

-Por favor.

Len se levanta de su cama, caminó lento por el lugar tanteando donde pisaba y se acostó junto a Rin, esta se volteó y se acomodó en su pecho, Len la abrazó y besó su cabeza.

-Esta es la última vez que lo hago. – Len parecía un poco molesto.

-De acuerdo, gracias.

No paso mucho para que ambos quedaran dormidos, Rin quería mucho a Len y viceversa, sus padres nunca les ofrecieron una infancia cómoda y mucho menos divertida y amorosa, se trataban mutuamente, aunque sus padres nunca dejaron que durmiesen en la misma cama, alguno de los dos se pasaba a la cama del otro una vez las luces estuviesen apagadas.

Madrugadores como siempre los Kagamine acomodaron sus cosas y Rin como de costumbre echó del cuarto a Len para poderse cambiar en paz, después de desayunar alistaron sus violines, y un pedal electrónico, los pusieron en sus fundas profesionales que usaban normalmente para presentaciones y se los pusieron al hombro al salir de la lujosa casa, antes de entrar al automóvil vieron a sus padres bajar del suyo, intercambiaron miradas y se les heló la piel, se metieron rápidamente y pusieron los instrumentos a sus pies, el chofer los miro por el retrovisor y Rin al darse cuenta lo fulminó con la mirada, este se volvió al camino y empezó a avanzar, al pasar por donde sus padres solo los miraron de reojo y siguieron en sus actividades.

Al bajar del auto se encontraron con algunos compañeros de salón, se les acercaron al verlos con semejantes fundas, la de Rin era de un Rojo intenso, brilloso e inmaculado y la de Len era de un negro azabache igual de brilloso, la verdad es que tenían infinidad de estuches y de distintos colores, pero esos eran sus preferidos. Al entrar al salón se encontraron a Amatsuki quien había tenido la dignidad de traer también su estuche profesional.

Tocaron el timbre.

El primer profesor se había ausentado, vaya forma de empezar la primera semana de clases pensó Rin disgustada, lo único que le hacía pensar es que estaban malgastando su preciado tiempo, pronto seria invierno lo que significaba una sola cosa: CPIMI, Competencia Profesional e Internacional de Menores Instrumentistas.

Len se paró bruscamente de su asiento y salió del salón a lo que hizo que Rin le siguiera, se dirigía hacia la Dirección, Rin sabia su intención, o los ponían a hacer algo o se iban al salón de música a ensayar, el también tenía muy presente la CPIMI que se aproximaba. Cuando abrió la puerta entró tan autoritariamente que nadie protestó, se dirigió a una mujer de edad adulta quien era la encargada de ver las faltas y permisos de los profesores.

-Disculpe… – Empezó tranquilamente. – Nuestro profesor aun no llega, no es por ser arrogante, pero nosotros tenemos muchas otras cosas que hacer y sin embargo venimos a la escuela, ¿nos podría, de ser posible, enviarnos a algún prefecto o darnos un permiso para estar el modulo libre en el salón de música?

-¿Salón? – La mujer no hizo caso a la petición de Len lo que le molestó.

- 3A. – Le contestó Rin antes de que Len le empezara a gritonear. La mujer sacó una lista y miró nuestro horario.

-Les tocaba Orientación Sexual su profesor a pedido un permiso por toda la semana, nuestros prefectos están ocupados así que esperen y no hagan ruido. – La señora devolvió la carpeta a su cajón y se concentrar en la computadora.

-No se si no me escucho, pero le pedí un favor que al parecer no tomó en cuenta, apreciaríamos bastante que nos diera el estúpido permiso para ensayar. – Len apoyó las manos en el escritorio, signo de posesión. La mujer se le quedo viendo a Len con indignación, sacó un paquete de hojas pequeñas muy bien cortadas con alusión de un formulario. Frunció el ceño y sacó un lapicero el cual azotó contra el escritorio, se había enojado por el comportamiento de Len, y eso que la estaba tratando bien, Rin solo observaba un poco divertida por sus adentros sin demostrar ninguna expresión, les encantaba hacer enojar a la gente ajena a ellos, aunque eso les costase una buena regañada y alguna hazaña de parte de sus padres.

-Señor, en esta institución no permitimos las faltas de respeto ni al personal ni a los mismos compañeros, su actitud es bastante reprobatoria, y no podemos permitir ni darnos el lujo de que un alumno ande por ahí insultando a los demás. Así que…

-Señora, no sé si escucho con atención pero le hemos pedido atentamente un favor, no nos gusta desperdiciar nuestro tiempo, venimos a la escuela solo por convenio, la institución ni las reglas y mucho menos los "compañeros" nos importan, para nosotros solo nos están haciendo un favor, además, me sorprende como puede hacer lío por una simple palabra, según el Diccionario de la lengua española "Estúpido" es igual a inservible, tonto, así que eso no es una ofensa, tampoco se lo dirigimos hacia usted si no a un simple papel con letras escritas, no puedo creer que en una escuela donde fundamentan el trabajo arduo nos tengan sin hacer nada, ¿Cómo es posible que alguien pida permiso justo después de un mes de periodo inactivo? Si, se dé más que nunca faltan los imprevistos, pero ¿que no pueda haber alguien atendiéndonos?, por favor, creo que tienen mucho de donde sacar para poder contratar a más personal, digo, no cobran semejantes cantidades de dinero con muchos ceros para que nos dejen sin clases. – La trabajadora solo podía fruncir el ceño y sentirse retraída e intimidada. Todos dentro de la oficina observaban a Rin quien era la que no le paraba la boca. – Ahora, si nos disculpa hemos perdido el tiempo suficiente para habernos aprendido o perfeccionado nuevas piezas, se lo agradecemos de antemano. – Rin le hizo una seña a Len y empezaron a caminar hacia la puerta cuando escuchan que una silla chilla al deslizarse por el suelo lo que les retumba en la cabeza.

-Ustedes dos. – Ambos rubios se pararon en seco. – Vengan ahora mismo y denme sus nombres. – Ambos se dirigieron furiosos al escritorio.

-Kagamine Rillian.

-Kagamine León.

La mujer levanto la vista después de anotar los nombres en distintos papeles, anoto el grupo y firmó los papeles.

-Acompáñenme. – Estaba furiosa, pero ninguno de los dos le sigue. – ¿Qué esperan?

-¿Disculpe pero nos puede al menos decir que es en lo que nos está involucrando? – La oficina entera pausó todas sus actividades para ver a los Kagamine en acción.

-Es un reporte. Por falta de respeto al personal.

-Nos va a disculpar, pero nosotros nunca le faltamos al respeto, solo estábamos dando nuestro punto de vista, defendiendo nuestro vocabulario y nuestro derecho de ser atendidos académicamente. – Agregó Len. A la pobre mujer solo quedaba boca abierta. – Hay cámaras por todo el sitio. Podemos comprobarlo con el director de la escuela y con nuestros padres. Aunque… sería bastante alboroto por algo que sabemos cómo va a terminar, nunca ofendimos a su persona políticamente hablando, así que como usted desee, ¿nos ahorramos esta larga discusión? – Había un silencio de triunfo hacia los Kagamine. – Si nos disculpa, tenemos que seguir perdiendo clase en nuestro salón… después de todo no tenemos un permiso para estar fuera.

Ambos chicos se fueron dejando a la trabajadora en medio de la oficina, las personas los siguieron con las miradas hasta que desaparecieron de la vista. Al entrar al salón todos estaban charlando y parados fuera de sus lugares, ambos gemelos se sentaron con aire triunfante y un tanto molesto por la exhaustiva discusión.

En el receso.

Todos estaban alborotados, comprando sus desayunos rápidamente para ir al salón de música, los Kagamine fueron los primeros en entrar, sacaron sus violines y comprobaron la afinación de estos, cuando terminaron cada uno empezó a tomar leche de frutilla para esperar a Amatsuki. Cuando este llegó se sorprendió al verlos tan relajados.

-Siempre hay que estar cinco minutos antes de la hora acordada, no diez, ni dos, cinco… esa es la puntualidad exquisita.- Rin recito las sabias y torturadoras palabras de su padre para Amatsuki, este solo se ruborizó y se enfado un poco.

-Como si fuesen perfectos. – Murmuró muy por debajo.

-Lo somos. – Amatsuki sacó su violín violentamente sorprendido por el buen oído de Len.

-¿Qué van a tocar? – Preguntó Amatsuki mientras le ponía brea al arco de su violín.- Algo de Mozart ¿tal vez? ¿O de Chopin? – El mismo rió por lo bajo, algo digno de una familia rica y ostentosa.

-Nada de eso. – Contesto Rin por las sugerencias del castaño.- Mozart y Chopin están muertos, nos acoplamos a las circunstancias, para ganar esto se basará en el publico, después de todo nuestros queridos compañeros se encargaron de que toda la escuela venga, además no podemos tocar algo clásico cuando los espectadores ni siquiera sabe que tocamos, tocaremos Love Story de Indila, no es muy conocida, pero a cuerda suena hermoso y a cualquiera le encantaría.

-La conozco, es bastante inspiradora. Yo tocaré…- La sala se comienza a llenar y los tres se tienen que subir a la tarima para no terminar aplastados. Cuando la sala está súper llena hasta los pasillos, Len le hace una seña a Amatsuki para que el sea el primero. Este asiente y mira un poco a Rin.

-¿Alguno de ustedes me puede ayudar con el piano? – Rin asiente y destapa el piano de cola que quedaba a la derecha de la tarima. – Es Rather Be de…

-La conozco… supongo que acompañamiento.

-Sí, me he ajustado el tempo…

-Me acoplaré, no te preocupes, tú empieza.

Todos se quedan callados esperando el momento donde las cerdas del arco toquen las cuerdas, Rin se sienta erguida y con los dedos huesudos sobre las teclas de en medio esperando indicación.

(N.A. Aqui empieza la de Rather Be ;) Amatsuki empieza, se le mira feliz, todos quedan en silencio, toca unas notas agudas y se libera de la tensión de su cuerpo, se empieza a mover por el escenario, sonriendo y guiñándole un ojo a unas cuantas chicas, mira a todas las personas que lograron entrar al lugar y se voltea a ver el pasillo, atascadísimo, después de unos segundos de silencio Rin empieza a tocar lo que normalmente seria el sonido de… un ¿xilófono? Se le mira tranquila, pero en realidad está nerviosa, toca con rapidez en movimientos repetitivos con una sola mano mientras sus dedos se acoplan al tempo de Amatsuki, tenía los dedos engarrotados por no haber calentado, nerviosa por fallar una nota, tenía que ser perfecto, no porque fuese su rival lo arruinaría, donde la música toma su brillo empieza con las dos manos, cada una a su tempo, repetitivamente, sabía que nunca había practicado la melodía de acompañamiento en piano, pues todo era clásico, no tocaban para divertirse, confiaba en su memoria musical, y en todos los años de haber tocado improvisadamente, sus padres la castigarían seriamente se proponía tocar algo como eso en casa, o al menos con ellos presentes, se concentra en el violín, a los cambios de cada nota, escalas, y a los silencios intentando recordar la pieza, cambia el tempo de nuevo, recuerda la hermosa voz con la que escucho por primera vez la canción y sonríe levemente, se afianza y empieza a tocar unas notas graves dejándolas con un leve aire de suspenso y algunas agudas traviesas; después de un pequeño lapso repitiendo las mismas notas Rin vuelve al ritmo del principio y se queda ahí por un buen tiempo hasta que la canción agarra otra vez rapidez y luego empieza a tocar sin siquiera darse el tiempo de ver las teclas que presiona, no es que lo estuviese disfrutando, sino que quería demostrarles a todos como tocaba, demostrarles que, aun siendo un tonto acompañamiento podía sobresalir mucho más que a melodía, confiada y concentrándose mucho, mira un poco a Amatsuki el cual se movía libremente sin limitarse a quedarse en un solo lugar, balanceaba su cuerpo conforme al vaivén del arco, Rin deja unas cuantas notas al aire, llega el momento donde no hace más que tocar notas unas exquisitas graves acompasadas pero no es por mucho tiempo, lleva un pequeño lapso de tiempo tocando una repetitiva secuencia de teclas, no más de cuatro en un orden, vuelve a dejar notas al aire y por parte de ella hay un silencio de lapso corto, toca algunas notas graves y opacas, regresa al alegre juego de escalas agudas y juguetonas, como buena música de acompañamiento, relajándose y dándose el tiempo de pensar un poco, no podía creer que estaba ayudando a un "rival" y lo estaba haciendo con gusto, Len se enojaría, y ahora que reflexionaba se sabía muy bien la melodía, empieza de nuevo a tocar rápido en cuanto siente la presión del violín, Amatsuki se da cuenta de su juego y se apasiona mirándola, mientras toca las armoniosas notas graves, un pequeño silencio de parte de Amatsuki deja al piano solo y todo vuelve a empezar, el juego de notas y el frio en las manos de Rin, le recuerda cuanto le gusta tocar el piano cuando no está en clases, toca rápidamente y se da cuenta del silencio de los alumnos, lo están disfrutando, chasquea la lengua; su música no lleva acompañamiento de piano, solo son dos violines, en ese momento se le cruzo algo por la mente, no es que no pudieran ganarle, después de todo lo que contaba era el violín, llegando al desenlace de la canción, se siente confundida pues Amatsuki empieza a tocar más rápido y corta las melodías para seguir con otra diferente entrelazando lo que serian las voces del coro con la solista haciendo una total mezcla, no se escuchaba mal pero sacaba de sus casillas a Rin, no podía comprender como es que podía hacer aquello , era simplemente molesto, pero aun así no se detiene y sigue tocando rápidamente hasta que para y Amatsuki sigue tocando hasta finalizar la canción con una nota larga y en diminuendo. Cuando la pieza a acaba Rin tiene el instinto de tronarse los dedos pero se contiene, pues no es muy conveniente que le de dolor en las articulaciones en ese momento, se los soba y vuelve al lado de Len. (N.A. Aqui se supone que termina)

Su hermano le dedica una sonrisa aprobatoria y la abraza levemente, Amatsuki guarda su violín y se sienta en el banco del piano mientras cierra la tapa del mismo, deja el violín en el suelo y se acomoda para el espectáculo, siempre había admirado a aquel par, desde que era muy pequeño y esta sería la primera vez que los escucharía tocar tan cerca de él y algo que no fuera clásico, por la noche se preocupó pensando que ellos no se lo tomarían muy en serio y que lo tratarían como basura, pero al ver sus caras en el escenario mientras se preparan mira que no es así, a pesar de que se considera bueno, en competencias oficiales apenas es un competidor más sin ningún brillo a comparación de ellos, cuando a los gemelos no se les deja competir juntos, ni si quiera llega al tercer lugar, si es que no se permiten los empates.

Len saca el pedal y la pequeña bocina que compraron a escondidas de sus padres, la conectaron en la corriente más cercana y volvió hacia su violín, Rin y Len comprobaron la afinación y se pusieron en el centro de la tarima.

(N.A. Aquí empieza Love me, si la ponen y leen a una velocidad considera un tanto rápida pónganla en velocidad 1.5, si no, pues normal ;D ) Rin quien ha sido la que conectó el violín al pedal empieza a tocar una cuerda a un ritmo acompasado, todos se quedan un poco extrañados, todos pensaban que tocarían algo clásico, los alumnos estaban en absoluto silencio, Rin pisa el pedal y empieza con otro pero esta vez más rápido, espera un poco y pisa de nuevo el pedal, empieza otra vez con el mismo ritmo pero una octava arriba de la nota anterior, cuando Len se asegura de que todos tienen la mirada en Rin empieza a tocar notas largas y sonaba tan nítido que sonaba casi como una voz, Rin pisa de nuevo el pedal y el acompañamiento vuelve a la primera fase, Len para unos segundos y empieza a tocar una hermosa melodía, suave y juguetona llena de vibratos, Rin descansa un poco el brazo izquierdo que es donde tenía el violín y vuelve a pisar el pedal llevándolo a la segunda fase, Len sigue tocando, el tiempo de Len es bastante rápido, pero sin ninguna imperfección, ninguna nota en falso ni desafinada, Rin vuelve a acudir al pedal y se prepara poniéndose el violín al cuello, espera el momento en el que Len le voltea a ver y empieza a tocar con pequeños estoques haciendo un pequeño "papa, papa, papa, papa" Len guarda silencio por un momento y queda Rin tocando sola, aprieta nuevamente el pedal pero esta vez mantiene el pie ahí y lo único que se escucha es lo que está tocando en ese momento, no pasa mucho para que Len empieza otra vez a tocar pero ahora haciendo más vibratos que antes, Rin suelta el pedal y el acompañamiento vuelve, pero Rin no sale de posición, voltea a ver al público y todos están callados atentos a ambos pero sobretodo a Len quien es el de la melodía, prepara el arco y empieza a tocar notas largas y suaves, presiona dos veces el pedal y acompaña a Len en la melodía, ahora todos se fijan en ella al igual que a Len, pero no pasa mucho para que pase a segundo plano de nuevo, tocando lo que sería una nueva y suave voz a pesar del tempo rápido, cuando se repite el acompañamiento Len deja de tocar y Rin se apodera del escenario tocando notas largas, con vibratos, cambiando rápidamente de cuerdas y de posiciones, mira a un par de chicos que están frente a ella y la miran con una sonrisa embobada, Len vuelve a tocar y Rin deja la melodía y cambia a la de Len, que ahora es lenta, poco a poco van disminuyendo y acaban. (N.A Creo que es obvio que aqui termina.)

Hay un lapso de tiempo y los Kagamine hacen una reverencia, se voltean a guardar sus cosas y todos siguen en silencio, Amatsuki se levanta para observar a todos, le pasa un escalofrío por la espina dorsal al ver las caras de los estudiantes cuchicheando, un alumno empieza a aplaudir y se le unen otros hasta que se hace una multitud de aplausos, se le cae el alma a los pies, le había costado dos años construirse la seguridad y un pequeño club de fans, y los Kagamines solo tocan una canción y se ganan a toda la escuela, no estaba deprimido al cien por cien pero le dio impotencia y frustración Nosotros nunca lo hacemos recordó las palabras de Len al parecer en verdad eran perfectos, reacciono y se dio unas palmadas en rostro. No hay nadie perfecto Amatsuki se aferró a ese pensamiento, agarró su violín y se acerco a ellos, quienes estaban con una cara seria como reacción a los aplausos, después de todo no están acostumbrados a recibir aplausos y menos que los califiquen con estos.

-Supongo que ganaron. – Amatsuki es dedica una leve sonrisa.

-Sí, lo hicimos. – El castaño frunce el ceño. Ahí está esa reacción fría de nuevo pensó Amatsuki.

-Deberían estas felices. – Ambos gemelos se quedan en silencio.

-Bueno, lo del favor… esperaremos a que se presente la oportunidad, ahora ¿nos podrías decir lo que somos? – Amatsuki se queda boquiabierto.

-Perfectos. – Susurra muy bajo.

-Perdón no te escuchamos, dilo más fuerte. – Le provoca Len.

-Perfectos… ¿Felices? Son perfectos. – El sentimiento de impotencia se apodero nuevamente de Amatsuki. – Al menos conforme a la música. – Susurró, se bajo de la tarima y se fue caminando.

Ambos gemelos se sonríen mutuamente complacidos, terminan de guardar sus cosas y bajan con cuidado, se dirigen a su salón a esperar que el día llegara a su fin.


Bueno, bueno... espero y les haya gustado, un poquito corto pero el siguiente capitulo se viene bueno, ya lo escribí pero si les gustó los dejaré sufrir, hueheuheheuh, algo que se me olvidó poner al principio, el fic no sera todo de buen ojo, puede que hayan coas subiditas de tono, por eso lo de la clasificación M, creo que es todo,coman frutas y verduras.

P.D. Dejen reviews, son gratis y se regalan capitulos lo más pronto posible ;3 y también les invito (a los que no lo han leído) a leer mi primer fanfic, se llama El chico que cambió mi vida. (extrañaré mi pequeñisimamente grande fic *se va a llorar al rincón*)

Se despide

Tamikafly

Cambio y fuera :3