Disclaimer: One Piece y Tsubasa Chronicle me pertenecen, así como sus personajes, sus plenas autorías corresponden a Eichiro Oda y las CLAMP respectivamente. No obstante, en este fic se contara con la participación de Ocs(original character, para quien no lo sepa todavía, y si lo digo es porque yo me entere hace poco xD), cuya única autoría es mía y de nadie más. PD: dos de los OC que aparecerán están basados en personas reales.

Advertencias: ¡aqui puede pasar de todo!

Parejas aparecidas: yaoi-ZoroxLuffy/KuroganexFay; heteros- FrankyxRobin/ ShaoranxSakura

Notas: y aquí esta el segundo fic que se me ocurrió en la vida :D eso si, lo escribí muchísimo después, y creo que eso lo hizo el fic que más complicaciones me ha dado en la vida, no puedo contar las veces que dije "la próxima vez un fic normalito, sencillito, simplón, y de cuatro capítulos", no hubo suerte en esa empresa. Pero también he disfrutado mucho escribiendo y dejando mi imaginación fluir a borbotones x3, en cualquier caso espero que este fic al que considero sumamente raro y algo extravagante os guste.

Recordad: pensamientos en cursiva.

Capitulo 1.

Mar en calma, día soleado y suave brisa que mecía al Sunny hacia su siguiente destino, la isla de los hombres peces. Sin embargo, esta bastante claro que aunque la brújula marque su ruta, el destino marca otro muy diferente, pero por ahora todo esta tranquilo... tranquilo teniendo en cuenta la rutina de los sombrero de paja.

-¡SANJIIII! ¡TENGO HAMBRE!-se oía a Luffy acercarse a la cocina.

-cuando te llama así el chaval me recuerda a Pedro Picapiedra- le dijo el cyborg al cocinero mientras cogía cola de la nevera.

-y yo, sinceramente, me siento como Bilma.- se quejó terminando de cortar unos puerros.

-¡Sanji!- entró alegre el monito.-tengo hambre ¿me preparas un aperitivo?

-con ese ya llevas tres aperitivos en una mañana.

-¿que dices? Si uno era el desayuno.

-¡has desayunado dos veces!- dijo arqueando las cejas.- te lo digo en serio, Luffy, si sigues jamando así nos mataras a todos de inanición.

-¿pero que hago si tengo hambre?

-¡y yo que sé! Hay cinco tripulantes más en el barco a los que les puedes dar la vara ¿porque precisamente a mi? ¡Joder ya!

-por que eres mi cocinero. Un momento... ¿cinco tripulantes? ¿Tú sabes sumar?

-¡lo digo por Nami y Robin cazurro! ¡Ni se te ocurra molestarlas con tus pamplinas! Y vete ya de mi cocina o te aseguro que me amotino.

-pero...

-¡que te largues!- dijo tirándole una sartén.

-¡aah!- salió escopeteado.

-¡ay, dios mi sartén!- se llevó las manos a la cabeza. Fue por ella y la tomo entre sus brazos- pobretica, porbretica- decía restregándola con su mejilla- perdóname, no quería hacerlo. Sana, sana, culito de rana, si no sana hoy sanará.. ¡Mañana!

-tío... tu necesitas una tia como el comé.-dijo Franky bebiendo de la botella.


Robin salió a la cubierta para leer con el agradable sol matinal.

-mm... que buen día hace...-inspiró alegre el aire puro.- ¿? ¿Capitán? - le llamó con una gotita en la frente al verlo bocabajo sobre el césped.

-oba obin (hola Robin).-dijo él levantando la cabeza, tenía la boca llena de hierba.

-¿juegas a ser un vaca?

-angui ommee a e omé (Sanji no me da de comer) o esho omo erva (por eso como hierva).

-¿no seria mejor olvidarte de que tienes hambre?- Luffy escupió la hierva.

-¿y como hago eso?

-mantén tu mente ocupada. Por ejemplo... podrías hacer ejercicio con el espadachín y así de paso le ayudas en la torre de vigía para que no de despiste.

-¡claro!- dijo levantándose con mucho ánimo.- ¡a entrenar, a entrenar!- Repetía dando saltitos.

-cuanta energía...


El peliverde miraba por la ventana de la torre de vigía, ejercitaba su brazo izquierdo con una pesa de mano.

-¡Zoro!- exclamó el monito alegre.

-ah, hola. ¿Que haces aquí? A esta hora normalmente le estas dando la tabarra a Sanji.

-me ha echado- dijo haciendo un mohín.

-ah, eso lo explica todo.

-¿me dejas tus pesas?

-¿para que?

-para entrenar.

-pero tu nunca te entrenas así.

-pero tengo hambre...- lloriqueó.

-¿¡y que tendrá que ver la velocidad con el tocino!

-¡no! ¡No me hables de comida!- dijo tapándose los oídos.

-esta bien, esta bien...- dijo con paciencia.- puedes utilizar mis pesas.

-¡gracias! Que buena gente eres.-fue donde descansaba una de las enormes pesas del espadachín, la cogió con las dos manos y haciendo uso de su fuerza la intentó levantarla- ¡iaaaa!-cayó- ojú, con hambre es imposible.

-mejor déjalo. Si estas aburrido échate una siesta.

-que no, que no, que yo puedo... ¡iaaaaaaa!- consiguió levantarla hasta el cuello.- jajaja ¿lo ves, lo ves?

¡POM!

Cayó hacía atrás.

-¡Luffy!-fue corriendo hacia él- ¿Estas bien?

-jajaja, si no te preocupes. Pero me la pues quitar de encima, no consigo sacar la cabeza.

-ains...eso te pasa por cabezón-quiso levantar le enorme pesa, pero olvidarse de lo acontecido en Triller Bark le pasó factura. Al sentir el peso su brazo derecho se quejó y se le resbaló media pesa, al menos ponemos decir que no se rompió nada porque cayó en algo blandito...

-ah! Zoro! Mis hijos, mis hijos! Me los has matado!- se retorcía de dolor lloriqueando acurrucado dando vueltas por la habitación como una croqueta agarrando sus genitales o lo que quedaba de ellos por encima del pantalón con las manos.-¡desgraciado! ¡Me quiere convertir en una mujer!

-¡la culpa es tuya por hacer tonterías! ahg!-se quejó al volver a sentir el dolor del brazo. Se lo masajeó.

-ey, Zoro ¿que le pasa a tu brazo?

-no lo sé – mintió con un gesto de no darle importancia al asunto.- tal vez he dormido en una mala postura.

-por una mala postura te duele el brazo.

-si Luffy, no todos somos de goma, algunos tenemos huesos.

-¿y te duele mucho?- preguntó acercándose a él y poniéndole la mano en el hombro.

-¡si, quita!- dijo apartando su mano como si el moreno le diera calambre y desviando le la mirada.

-oye Zoro, creo que tus malas posturas te están dando fiebre también, porque esta como un tomate.

-¿¡que cojones dices! ¿Como me va a...?-Luffy juntó frente con frente- ah!- lo empujó a un metro de él- ¿pero que haces?

-¡miraba sin tenias fiebre o no! ¡Así es como lo hacía mi hermano conmigo!

-ya te he dicho que no tengo fiebre.

-¿QUE DEMONIOS ES ESO?- los gritos de Usopp se oyeron por todo el barco.

Los dos corrieron hacia la ventana. En un principio no encontraron nada por lo que asustarse, pero entonces lo vieron. Algo raro le pasaba al cielo, al menos a la parte que estaba encima de la proa el barco.

Era difícil de explicar, como si el cielo se deformara y cayera en forma de una enorme mancha de pintura.

-vamos a ver.- dijo Luffy. En segundos todos los tripulantes del Sunny estaban en al proa preparados para luchar si hacia falta.

La gota de pintura cayó y se deshizo dejando tras de sí a cuatro personas que cayeron bruscamente en el suelo y una especie de bola arroz con el tamaño de una cabeza, esta fue la primera en hablar.

-¡ya estamos en el nuevo mundo! Señores pasajeros gracias por confiar en viajes Mokona!

-¿como que por confiar?-gruño el que parecía mas mayor del grupo, era altísimo, moreno con los ojos rojos y con un cuerpo fortalecido por el entrenamiento, aun se lo tapaba la capa negra que llevaba.-casi nos matas con esta ultima vueltecita.

-no ten enfades Kurorin Kurorete que se te aprieta el cuelete- bromeó la bola de arroz.

-¡ah! ¡Te vas a enterar!- intentó cazarla como quien intenta cazar a un mosquito pero la bola de arroz le vacilaba.

-¿estáis bien, princesa?- pregunto el chico más joven a la única chica del grupo, ellos dos eran de la misma quinta. Él era de estatura media, castaño y grandes ojos marrones, tenia un gesto amable y servidor; ella era un poco más baja que él, también de pelo castaño y corto, y con unos preciosos ojos verdes, presentaba un aspecto delicado y parecía algo atontada.

-si.- contestó ella- gracias Shaoran-kun.

-uyu yu yu yui...- decía gracioso el último del grupo. Era el segundo más alto, rubio con los ojos azules. Llevaba un bonito plumón blanco, a juego con su bonita sonrisa.

-¡ahora que te pasa?- le gruñó el moreno.

-me parece que tenemos problemas Kuroponcio.-dijo señalando con el dedo índice la bandera negra que ondeaba en el mástil, y después a la tripulación pirata preparados para atacar.

-¡waa!- exclamó la bola de arroz.- ¡sanguinarios piratas! ¡Que miedillo! Seguro que quiere violar a la pobre Mokona... ¡Kurorin sálvame!- grito echándose a la cara del mas alto.

-¡ah!- se lo quitó de la cara agarrándolo de las orejas- Quítate de en medio y pásanos nuestras espadas estúpido globo relleno de aire!

-¡wa! ¡Kurorin da miedete!

-Luffy- le llamó su cocinero entre tranquilo y alucinado viendo el espectáculo.- estos tíos parecen majarones, tal ves si pasamos de ellos hagan como los osos y se larguen... ¿Luffy?- el monito estaba demasiado emocionado con la bola de arroz para contestar, un hilo de baba le salía por la boca.

-una... bola de arroz... ¡GIGANTE!- se lanzo a por ella- ¡comida!

-¡wa! ¡No! ¡Que me come!- los dos corrían por todo el barco "jugando al pilla-pilla", los demás miraba con miles de gotitas.

-bueno...-dijo casi un suspiro el peliverde.- a la bola de arroz no le teníais mucho cariño ¿no?

-naa... -dijo el hombre al que ya le habían llamado por varios nombre diferentes.- os lo podéis quedar.


Tras un breve explicación de que los dos bandos iban en son de paz, seguida de una presentaciones, todos se sentaron en la cocina mientras el cocinero hacía sus labores.

-viajeros de mundos...- dijo el narizotas- Gran Line nunca dejará de sorprenderme...

-¿Grand Line? ¿Así es como se llama vuestro mundo?-pregunto el rubio de ojos azules que decía llamarse Fay, no había que estar mucho con él para darse cuenta de que era un persona permanentemente sonriente y tranquilona.

-bueno, mas bien una parte de el.-explicó la navegante- es el inmenso mar que divide nuestro mundo en dos, ahora mismo surcamos sus aguas. Pero volviendo a vosotros... ¿cómo pasáis de un mundo a otro? No os hemos visto encima de ninguna nave.

-eso es gracias a mi- dijo la bola de arroz muy orgullosa.- gracias a mi pasan a otros mundo. Me los trago y me los llevo.

-jajaja ¡como mola el bicho!-reía Luffy- y si os entra mucha hambre os lo podéis comer.

-no sería mala idea- refunfuñó el de los ojos rojos.

-¡no! ¡Mokona no es comida! ¡Sakura sálvame que Kurotonto me quiere comer!-gritó la bola yendo a los brazo de la chica.

-jajaja-reía el rubio de los ojos azules- cálmate Mokona, aunque Kurorin hablara en serio no podemos comerte, si no nos quedaríamos atrapados en este mundo y no podría volver a su Japón ¿cierto?

-¡bah!-se alzo de hombros el enorme hombre.

-oye ¿y donde podríamos conseguir uno de esos?- pregunto el monito.- a mi me molaría viajar a otros mundo jiji.

-pues...es algo difícil- empezó a hablar el chico castaño, Shaoran- en principio tendrías que encontrar a alquilen en vuestro propio mundo que os pudiera llevar ente la bruja de las dimensiones.

-¡una bruja!- exclamó Chopper.

-así es, ella vive en un mundo conocido como Japón, pero no es el mismo Japón del que pertenece Kurogane.

-ni por asomo.- intervino este.

-también hay que tener en cuenta que esa persona que os lleve ante la bruja solo puede utilizar ese poder una vez en la vida- explicó el rubio.- sería como un viaje de no retorno.

-pero la bruja esa nos permitiría volver ¿no es así?- dijo el cyborg.

-no exactamente- siguió el muchacho.- la bruja es verdad que tiene el poder ese a su disposición pero...

-¡entonces vamos!- dijo el capitán incorporarse con los brazos alzado- yo quiero ir a otro mundos seguro que son una risa jajaja. Con ese bicho podemos ir a visitarla ¿no? ¡Vamos, vamos!

-pero Mokona no decide a que mundo vamos.-dijo Sakura.

-ademas- Añadió Kurogane- esa bruja siempre tiene que llevar algo a cambio. No me extraña que la llamen bruja ¡JA!- rió sarcástico.

-¿algo a cambió?- Interrogó la arqueóloga interesada.

-aja, para poder viajar entre otro mundos tienes que darle a cambio algo del mismo valor. Pero tendría que ser algo más preciado que la propia vida-explicó el chico.

-como nosotros éramos cuatro pues nuestro pago se redujo.-dijo Fay- Pero le tuvimos que entregar algo lo suficientemente valioso para que nos permitiera viajar por diferentes mundos. Si vosotros quisiera viajar también le tendríais que dar algo preciado.

-¡no! ¡mi oro!- dramatizo Nami- ah, no que todavía lo tengo.-respiró aliviada.- Perdón, es que me he visto en la situación.

-pero no tiene que ser algo material... también puede ser simbólico.-dijo el chico mirando de reojo la la muchacha de ojos verdes.

-¿simbólico?-dijo Luffy tratando de descubrir que querían decir.

-por ejemplo un sueño que cumplir.

-¡y un carajo!- exclamó toda la tripulación a la vez (menos Robín porque es muy fisna).

-vaya, sois gente de ideas clara jajaja- rió el rubio.

-¿y vosotros?- pregunto la arqueóloga- ¿por qué renunciasteis a algo ten importante para pasar de mundo a otros?

-para volver a mi mundo- dijo tajante Kurogane.

-¿pero entonces para que te vas de él? ¿Eres tonto o que?-dijo Usopp.

-¡porque una maldita mujer me echó de allí!-rugió.

-¡vale vale, lo siento!- lloriqueó el pobre narizotas echándose atrás completamente tembloroso.

-yo, es curioso, pero quiero exactamente lo contrario que Kuroponcio. Yo quiero ir de mundo en mundo mientras no sea el mio donde tenga que ir. Digamos que es por cuestiones personales jeje.

-yo tengo una misión.-empezó Shaoran- tengo que ir de mundo en mundo recogiendo.. digamos unas plumas mágicas de gran poder.

-¿y para que las quieres?-preguntó el espadachín- si es por fuerza nos sería mas fácil conseguirla por tu cuenta.

-no, porque no es por mi, de ese poder depende la vida de la princesa Sakura.

-¡PRINCESA!- saltaron Sanji y Brook.

-oh perdóneme su alteza mi descaro. -Se arrodillo el cocinero ante ella haciéndole obsequio de un rosa.-acepte este humilde obsequio como muestra de mi arrepentimiento.

-que.. esto..- balbuceó la chica aturrullada.

-disculpe su alteza.- dijo el esqueleto muy formal reverenciándose y quitándose el sombrero.- ¿me enseñas sus reales bragas?

¡CLON!

Sonó la sartén en la huesuda cabeza.

-¡mierda de esqueleto! ¡como te atreves a preguntarle eso! ¿no se das cuenta de que es de sangre azul y que esta por muy encima de ti?

-¡YOHOHOHO! tiene razón, tiene razón, dejame que rectifique.-se aclaro la garganta- perdón su alteza- dijo en la misma postura.- ¿me puedes dejar algo de dinero?

¡CLON! ¡CLON! ¡CLON!

El esqueleto quedó inconsciente con miles de chichones el en la cabeza.

-¡jodido esqueleto! ¡Mira lo que le has echo a mi pobre sartén!-le gritaba derramando lagrimones.

-a este hay que buscarle ya un buena novia-afirmó Franky- si no acabara empezando una relación formal con la sartén.

Las risa de dentro de la cocina se apagaron al zarandearse el barco. Casi instantáneamente la navegante dio la orden de ponerse todos a sus puestos.

Se enfrentaban a un repentina tormenta. Los viajeros de mundos se quedaron impresionados de la concentración y el trabajo en equipo que mostraba la tripulación, hubieran jurado minutos antes que eran personas totalmente diferentes.

-¡eh! ¡vosotros! ¡moved y culo que no estáis en un crucero!- le grito la navegante.

El tiempo no era nada a lo que no se hubieran enfrentado ya, pero al cabo de unos minutos la tormenta empezó a coger mas fuerza y las ola cada vez eran mas grandes.

-¡UN TSUNAMI! ¡VAMOS A MORIR TODOS!-gritaba el artillero.

-¡Franky! ¡tenemos que salir de aquí volando!

-ya lo se niña, esta listo, pero esto nos salvara el pellejo un vez y no se si nos sacara de la tormenta.

-¡tu hazlo y punto!

Volaron en el Sunny dejando atrás la gran ola que se les venía encima, desgraciadamente la perdiciones del cyborg fueron correctas y no solo no salieron de la tormenta si no que al aterrizar...

-¡NO ME JODAS!-lloriqueaba el narizotas con las manos en la cabeza.- ¡AHORA UN REMOLINO!

Un remolino capaz de tragarse cien gigantes como si nada.

Lucharon contra la fuerza del agua con todas sus energías mentales y psíquicas, pero ni ta siquiera quedaba cola para salir. Y así si mas fueron arrastrados a las profundidades del mar...


Aún mareados se fueron levantado uno a uno.

-¿ya es de día? ¿Digo...se ha muerto alguien?

-¡YO! ¡que desgracia la mía! ¡a no, que ya estoy muerto YOJOJOOO!

-¡Nami-swan, Robin-chwan! ¡como están mis preciosas damas!

-¿pero donde estamos?

-¿no nos había tragado un remolino?

-Mokona esta mareada... Mokona echa la... buaj.

-¡ahgg! ¡que asco! ¡maldita bola de arroz!

-¿cuanto tiempo llevamos durmiendo? porque juraría que era de día.

-pues ahora no se ve un pijo.

-tampoco estrellas.

-ey, ahí hay una isla.

Todos miraron al frente, entre la oscura y espesa noche se podía vislumbrar la figura de un islote.

-¿es un poco tétrica nos os parece?-dijo el mago.

-chicos...-empezó Usopp con voz ahogada.- mi enfermedad... me viene mas fuerte que nunca.

-pues te la aguantas- le ordena la navegante.- no tenemos otra. Chicos, preparaos para el desembarque.

Continuará...