Me hiciste amarte
Mi corazón llora con mis ojos, las lágrimas saladas se deslizan triunfantes por mis mejillas sonrosadas.
Ya no quiero llorar más por ti, me niego, no quiero sentir de nuevo que me desgarro por dentro.
Me hiciste conocer el dolor.
Me hiciste odiar el amor.
Me hiciste creer y luego me arrebataste todas las esperanzas que brillaban sublimes en mis ojos.
Me hiciste soñar y luego me recordaste que los sueños no se hacen realidad.
Me hiciste admirar el sol para luego mostrarme un día sombrío.
Me hiciste falsas ilusiones para que después la realidad se burlara de mi en mi cara.
Me hiciste creer que era feliz, pero luego se desvaneció toda felicidad.
Me hiciste sonreír y luego, hiciste que llorara lágrimas de dolor.
Me hiciste llorar, sollozar y lamentarme, pero nunca secaste mis lágrimas.
Pero te perdono, no te guardo rencor.
Excepto por que me hiciste amarte, con el amor más puro que jamás he sentido. Ese amor que hace que te sientas en la mas alta nube del cielo y que tus ojos siempre sean candidos y sinceros, ese amor que mezclado con la rebosante inocencia hace que pierdas la cordura, ese amor que es tan fuerte que nadie puede arrebatártelo, ese amor que te arranca sonrisas hasta en el día mas deprimente, tal vez por eso el dolor es tan fuerte.
Me hiciste amarte tanto que confundí mi vida con fantasías, me creí una princesa y te vi como un príncipe azul, pensaba que íbamos hacer felices por siempre, alimente aquel chispeante amor con mi ilusión.
Pero como siempre nada dura para siempre, todo termina, excepto mi amor por ti, que aun perdura ardiendo en mi interior, esperando a ser correspondido.
Ahora ya no me creo una princesa, ni te veo como un príncipe azul… ya dudo que mi vida sea una fantasía y que seamos felices por siempre.
Pero aun así te aguardo, espero que vuelvas, después de que me lastimaste tanto, quiero que vuelvas, por que hasta tal punto llega mi contradicción que ya no puedo hacer nada mas que amarte.
Y te espero, con algunas lagrimas saladas y recuerdos tormentosos, pero nunca lo olvides… no perdono que me hayas echo amarte.
