Título: Destino Incierto
Autor: Lady Maren (Foolforspike en Livejournal)
Resumen: Después de la muerte de Fred, Spike se comienza a replantear su real situación en W&H y los sentimientos que lo une hacia Buffy. Mientras tanto el Nuevo Consejo se ha reorganizado, y la cazadora trabaja para ellos. Hasta que es descubierto una alteración en las energías y el balance, que podría traer el fin del mundo. Y duras decisiones tendrán que comenzar a tomar todos, si quieren sobrevivir.
Tiempo: Se sitúa en la quinta temporada de Ángel después del capitulo 15 "A hole in the world" ("Un hoyo en el mundo"). De ahí en adelante me tomare todas las libertades creativas.
Género: Romance / Angst
Pairing: Spike / Buffy
Advertencia:Muerte de varios personajes
Descargo de responsabilidad: Los personajes no son míos pertenecen a Joss Whedon, Mutant Enemy, la WB, UPN y FOX, solo los usan para contar esta historia. La cual si me pertenece, y por la que no persigo ningún fin comercial.
DESTINO INCIERTO
PRIMERA PARTE
Fred ha muerto. Y todo lo que lo unía a W&H se había ido con ella. Ya no tenía que seguir fingiendo, era inútil permanecer en ese lugar. Ella era lo único que lo retenía allí. Su muerte se había llevado sus tontas excusas. Si quería seguir viviendo, tendría que tomar una decisión de inmediato. Su visita con Ángel a Inglaterra, le confirmó lo que en el fondo ya sabía, debía verla. Estar tan cerca y a la vez tan distante. Volver a su tierra, después de tantos años lo afectó más de lo que admitía. No, no podía huir por más tiempo. ¡Debía saber! ¡Necesitaba saber! El siempre fue un luchador. Seguido su sangre no importara donde esta la condujera. Todos estos meses desde su regreso intentó ignorar eso. Retener ese impulso por la tonta idea, y el miedo de que sólo fuera un sueño. Ángel se encargado de demostrarle a él esto. Se lo repetía a cada instante; "Yo sigo permaneciendo en su corazón". Pero…. ¿por qué dudaba? Si el mismo no le había creído a ella. ¡Y Ángel se veía tan seguro! Pero él la dejó, no luchó por ella. Y aún así, seguía como una sombra entre ambos. Tal vez, el debería hacer los mismo darle una oportunidad. La posibilidad de una vida normal que junto a él jamás tendría. ¡Pero él no era así! Él siempre había luchado por lo que quiso, peleado aunque fuera contra el mismo. ¡Debía verla una vez más! ... ¡Y saber! Y sólo así, podría dar vuelta la página.
No iba a ser sencillo. Ángel no estaba a dispuesto a perder tan fácil. Pero últimamente su relación con Buffy se había deteriorado. El trabajaba ahora para W&H y esto por ende lo convertía en malo. Lo cual no dejaba de tener su cierto grado de ironía. Su buena imagen se estaba quebrando como recientemente todo en la vida de Ángel. Primero Cordelia, luego sus amigos, sus deseos, su fuerza y ahora Fred. Tal vez estaba siendo egoísta y a lo mejor debería quedarse, pero en el fondo sabía que parte de los miedos de Ángel eran por su causa. El moreno odiaba la competencia. Y su sola presencia le recordaba por lo que había dejado de luchar ya hace tiempo.
Oficinas de W&H
Los Ángeles California
El ascensor se abre y el vampiro desciende caminando apresurado hacia la oficina. Pasa por entre los empleados ignorándolos por completo. Últimamente no está de humor para nadie. Se siente vacío y sin ninguna razón por la que luchar. Abre la puerta. Un gesto de disgusto se dibuja en sus labios. El vampiro sentado tras el escritorio levanta la vista cuando el entra. No hay nada de amistoso en su persona.
―¿Qué quieres Spike? ―pregunta mientras cierra la puerta detrás de él―. ¡Y saca tus pies de mi escritorio! ―dice Ángel mientras se acerca.
―Te estaba esperando. ―contesta Spike e ignorándolo por completo se acomoda más en el sillón―. Necesito un auto.
―¿Para qué? ―dice Ángel avanzando hacia él. ―No es tu asunto. ¿Me lo vas a dar sí o no? ―interroga sin dejar de mover un papel entre sus dedos.
―¡Haz lo que quieras! Francamente Spike, ya me estoy cansando de tus jueguitos. ―y bajándoles los pies de un manotazo―. ¡Sal de mi oficina!
―¡Bloody Hell! ¿Cuál es tu problema Peach? ―grita molesto.
Ángel ignora por completo a Spike y yéndose hacia la puerta la abre―. ¡Harmony! Dale un auto a Spike para que se largue. ―volviéndose―. Ahora si eso era todo, puedes irte.
―No. ―dice Spike y levantando la vista para mirarlo―. Quiero su dirección.
―¿Qué? ―pregunta Ángel sorprendido.
―Ya sabes su dirección. ―mirándolo y como ve que el otro no reacciona―. ¡Hello!... la de Buffy.
―No la tengo. ―seco―. Y si la tuviera no te la daría. ―La voz de Ángel se endurece con cada nueva frase―. Así que pierdes tu tiempo.
―¡Oh, eso que siento son celos! ―dice Spike sonriendo―. ¿Tienes miedo que te la quite de nuevo? El gran Ángel, no es tan bueno para retener a una chica a su lado.
―¡Mira quién habla! ―exclama Ángel cruzándose de brazos―. ¡Y tú no eres capaz de buscarte ninguna que no haya tenido yo antes! ¡Eres francamente patético Spike!
El rubio se levanta molesto del asiento y con cara de odio le propina una trompada en el rostro a Ángel. Este reacciona devolviéndosela y mandándolo contra el escritorio. Spike le da una patada que lo hace volar hacia la pared.
―Eso duele verdad. ―se burla Ángel―. Ella no te ama ¡entiéndelo!
―¡Tú que sabes de eso! ―dice Spike mientras se limpia la sangre de un costado de su boca―. ¡Uhhh, habló el señor huida! Él es demasiado malditamente depresivo para quedarse a su lado a luchar. Es más cómodo huir ¿no?
―Y tú crees que por que se acostó contigo, significas algo para ella. ―dice Ángel mientras se levanta del suelo―. Buffy me ama. ¡A mí! ¡Tú no la conoces Spiky!
―¡Oh, claro porque tú sí! ―lo mira burlón mientras enciende un cigarrillo―. Déjame decirte una cosa. ¡Tú no tienes ni idea de cómo es Buffy! Pero yo sé lo que es,… lo que quiere, lo que desea. ¡La conozco! Conozco su oscuridad, su poder, su fuerza, su corazón. ―exhalando una bocanada de humo―. Tú ni te acercas a ello. La dejaste Ángel, ―mirándolo―. la dejaste cuando era una niña, pero ella creció… sin ti. No le fue fácil, pero lo hizo. ¡Es infernalmente buena en eso! ―y sentándose en un extremo del escritorio―. Y ahora pretendes volver con tu brillante armadura para….¿rescatarla?. Pero déjame decirte algo, ella no necesita que la rescaten. ¿Dime, quién está más jodido?
―¡Ya cállate! ―grita Ángel, con los ojos como dos carbones.
―Eso duele verdad. ―dice Spike―. Sólo quiero su dirección y me iré. No volverás a ver mi bloody figura por acá nunca más.
―Ya te dije que no la tengo. ―mirándolo―. Es la verdad. Está en Europa, Italia, pero eso ya lo sabes. ―y acercándose hacia él― ¿De verdad piensas que te hará caso cuando llegues? –pregunta Ángel con la mirada en la alfombra―. ¿Y si rehízo su vida con otro?
―Me arriesgaré. ―contesta Spike
―Italia es grande. ―dice Ángel
―Tengo buen olfato. Ya sabes vampiro. ―y mirándolo mientras da otra pitada a su cigarrillo―. ¿No intentarás detenerme?
―No. ―hace un silencio―. Pero deberías pensarlo, si de verdad la amas. ―dice Ángel mirándolo.
―No mucha reflexión ya sabes. Y si la amo. ―dice Spike mientras aplasta la colilla en el cenicero―. Me iré dentro de unos días. ―luego se levanta dirigiéndose hacia la puerta.
―Suerte. ―susurra Ángel.
―¿De verdad me la deseas? ―interroga Spike de espaldas.
―No. ―contesta Ángel.
Spike hace una media sonrisa y se marcha, cerrando la puerta tras de sí.
Roma. Italia.
Colegio de cazadoras
Un grupo de jóvenes se encontraban sentadas en un extremo del amplio salón de ejercicio. Escuchaban con atención las palabras de la cazadora. En realidad todas ellas lo eran, pero su inexperiencia las había vuelto blanco fácil. El miedo y el temor eran en gran medida lo que provocaba sus dudas.
―Deben conectarse con sus instintos. Sentir los que estos le dicen ―mirándolas a todas―. Ellos lo hacen ―dijo Buffy―. Serán sus presas. Vampiros, demonios, no tendrán piedad. Todas morirán si no lo hacen. ―cruzando los brazos―. ¡Y yo, les enseñaré!
―¿Y por qué tendremos que hacerte caso? ―dice una joven morena―. Ya sé que eres una especie de leyenda, pero a mí… ―mirándola―, no me pareces gran cosa.
Buffy se acerca hacia la chica, se la queda observando por un segundo y antes que nadie se pueda dar cuenta le tuerce el brazo y aplasta su cuerpo contra el piso. Y mirando a las demás dice:
―¡Ven que fácil es! ―le retuerce más el brazo, un gemido de dolor escapa de la garganta de su víctima. Ni siquiera la mira―. Creen que tendrán piedad de ella, o de ustedes. Que yo la tendría. ―aprieta más fuerte―. No, no lo tendrán. No la tendré. ¿Para qué? ―y apoyándole una rodilla contra la espalda. La chica se retuerce de dolor bajo la presión. Varios pares de ojos asustados son su único auditorio―. Veo que tengo su atención. ―dice Buffy con una media sonrisa―. ¡Porque me cansé de hablar con idiotas! ―soltándola―. No gastaré más saliva en niñitas estúpidas. ¿Quieren vivir? ―asienten todas con sus cabezas―. ¡Entonces escuchen!
―Creo, que ya captaron el punto Buffy. ―dice Giles apareciendo por un costado del gimnasio. Y dándose vuelta hacia Andrew―. ¡Trae esas armas por favor! ¡Dáselas! Será mejor que se vallan familiarizando con su uso. ―y acercándose a Buffy―. No tienes porque ser tan ruda con ellas. Son sólo niñas.
Buffy lo observa en silencio. Guarda sus cosas y comienza alejarse en dirección a la puerta. Giles agacha la cabeza tristemente. Volviéndose a Andrew.
―Hazte cargo del grupo.
―¡Cool! Seré como Obi Wan.
―Como quieras. ―y yéndose por donde se fue Buffy―. ¡Espera! ¡Buffy espera por favor! Tenemos que hablar.
―No hay nada que hablar Giles. ―dice deteniendo su marcha―. ¿No es lo que quería que las entrenaras? ¡Es eso lo que hago! Las entreno ¿No?
―¡Asustándolas no es la forma! ―sentándose en un banco―. Hay otras maneras.
―Sí, ¿cuáles? ―dice Buffy enojada.
―Las sabes perfectamente ―alzando la cabeza para mirarla.
―Obviamente no. ¡Así que ilústrame! ―dice Buffy soltando su bolso y moviéndose hacia él―. ¡Vamos Giles! Sé que eres bueno para eso.
―Eres la líder Buffy. Tu deber es enseñarles. Te necesitan. ―dice Giles―. Tienes una gran responsabilidad con ellas. Tú más que nadie sabe por lo que están pasando. No entiendo por….
―¿No entiendes, qué? ―interrumpiéndolo―. ¡Que no les mienta! ¿Qué quieres que le diga? –enojada―. ¡Que los poderes son wow geniales, que no van a morir! ―su voz se vuelve sombría―. Que el mundo no es oscuro y sólo. Que no hay dolor. ¿Eso quieres que le diga? ¡Pues no lo haré! Lo siento.
―¡No todo tiene que ser así! ―sacándose los lentes―. Tú lo sabes. Tienes todo ese poder. Siempre haz luchado, nunca te rendiste. Eso debes enseñarle.
―Conocen su poder. ―dice Buffy amargamente―. Y eso las hace débiles. Creen que es suficiente pero no lo es. Nunca lo es.
―Entonces enséñales a vivir con él. ¡Como tú! ―dice Giles mientras se coloca los anteojos.
―¿Vivir? ―interroga Buffy con un dejo de ironía en su vos―. Sólo sobrevivo. Eso es lo único que hago. ―y cerrando los ojos por un instante toma una fuerte respiración y dice―. ¿Quieres que le enseñe? Les enseño. ¡Pero no vengas a decirme como!
―¿Qué demonios te sucede? ―pregunta mientras se levanta enojado de su asiento―. ¡Pensé que disfrutabas de esto! Ya no estás sola, esas chicas pueden hacer el trabajo por ti, ¿no es eso lo que querías?
―¡Las viste! Porque estamos hablando del mismo grupo no. ―recostándose contra una pared―. No sirven. Son sólo estúpida comida. ¿Crees que disfruto esto? ¡Dios daría cualquier cosa porque fuera diferente! ―suspirando―. Pero no puedo. Debo ser fuerte. La cazadora. El deber sagrado bla, bla, bla. ¡La misión es lo que importa Giles!
―Buffy. ―dice tristemente
―No importa. ―dándole una leve sonrisa―. Trataré de ser menos dura la próxima vez. Te lo prometo. ―y recogiendo sus cosas―. Ahora debo ir a buscar a Dawn al colegio.
―Nos veremos más tarde. ―dice Giles mientras la observa. Una mirada de desconcierto se asoma en el rostro de la joven―. La cena en mi casa ¿La recuerdas?
―¡Oh si! ¿es hoy? ―pregunta y al ver la cara de preocupación del vigilante dice―. ¡Claro! ¡Hoy! Ahí estaremos listas a eso de las…
―Nueve. ―dice Giles
―¡Nueve bien! No hay problema puedo con eso. ¡Ah!, bueno ahora debo irme. ¡Nueve! ¡Adiós! –dice mientras se aleja por el pasillo.
―Adiós. ―susurra Giles y se vuelve a sentar en el banco. Quitándose los lentes se restriega con una mano los ojos. Su cabeza se hunde pesadamente entre los hombros y con un fuerte suspiro se queda pensando.
Continuara ...
