Título original: "Closer to the Sky"
Autor: Lumoa
Traductor: Una maleta llena de historias
N/T.: Todas las situaciones, escenarios, diálogos y en resumen toda esta historia pertenece a Lumoa. Como de costumbre, en mi perfil podréis encontrar enlaces a la historia original y al perfil del autor.
(Publicado por primera vez el 22 de marzo de 2012)
Más Cerca del Cielo
Cuanto más cerca estás del cielo… ¡mejor es la cobertura de los móviles! Namimori es una pesadilla para conseguir señal, pero con Tsuna alrededor, ¿quién necesita preocuparse por eso?
Aquí no hay parejas, aunque sí que hay motes cariñosos para irritarse los unos a los otros y sándwich de Tsuna. ^_0
EDIT.: Sólo quería arreglar algunas cosas que estaban mal. También quería decir que va a haber otro capítulo, ¡así que gracias por todas vuestras observaciones!
~REBORN!~
Tan pronto como Tsuna se despertó, supo que algo raro iba a pasar ese día. Quizá era su híper intuición diciéndole algo, quizá el hecho de que Reborn no le hubiese despertado golpeándole con un martillo… quizá era Gokudera sentado en el marco de su ventana, mandando mensajes desde su móvil.
-¡Buenos días Décimo! -Gokudera se percató de que Tsuna le estaba mirando y en un instante le estaba dedicando una sonrisa de un millón de kilovatios- ¡Hoy hace un día precioso! ¡Te espero abajo! ¿Salvo que necesites mi ayuda para vestirte?
Tsuna negó con la cabeza anonadado ante la cuestión de Gokudera, incapaz de hablar.
-¡Entonces estaré por siempre esperando tu presencia abajo, Décimo! -Gokudera hizo una torpe reverencia y salto del tejado. Tras unos momentos, Tsuna pudo oír el timbre y a su madre respondiendo a la puerta. Dejando escapar un largo gruñido, Tsuna trató de esconderse bajo las sábanas con la esperanza de eludir al día. Por desgracia, como siempre, Reborn tenía otros planes.
-Hora de levantarse Dame-Tsuna –Un fuerte golpe en la cabeza alertó a Tsuna de la repentina presencia de Reborn-, tu mano derecha está aquí para recogerte. Andando.
-¡Hiiiiee! ¡Ya estoy! ¡Ya estoy despierto, Reborn! –Tsuna salió apresuradamente de la cama, y casi al instante trastabilló con las sábanas, cayendo de cara en el suelo.
-Dame-Tsuna, ahora tienes dos minutos para cambiarte –Reborn sonrió maliciosamente y sacó su pistola.
-¡Pero me acabo de despertar y todavía tengo algo de tiempo!
-¿No te lo dije? Ayer retrasé todos los relojes media hora.
-¿Por qué has hecho eso? –gritó Tsuna, apresurándose en reunir su uniforme escolar. Reborn se rió por lo bajo ante el pánico de su estudiante.
-Por diversión. Por cierto Dame-Tsuna, ahora te queda un minuto y diez segundos para cambiarte.
-¡Hiieee!
~REBORN!~
Tras sólo una LIGERA lisión por parte de Reborn, Tsuna salió disparado hacia la escuela con Gokudera siguiéndole de cerca. Cuando la escuela apareció en su campo de visión, Tsuna casi creyó que por una vez llegaría a la escuela a tiempo.
Una creencia que fue rápidamente destruida cuando Yamamoto salió dando un traspié de la calle adjunta, levantando el móvil hacia el cielo sorprendido.
-¡Yamamoto, mira…! -¡Demasiado poco, demasiado tarde! De pronto Tsuna se encontró encima de Yamamoto con Gokudera, que iba justo detrás, cayendo encima de Tsuna. Tras un pequeño y vergonzoso momento de duda, hubo un movimiento de cuerpos seguido de Gokudera gritando a Yamamoto.
-¡Ja, ja! ¡Siento eso Tsuna! –Yamamoto sonrió y le revolvió el pelo a Tsuna- ¡No estaba mirando por dónde iba!
-¡Por supuesto que no! ¡Podías haber herido gravemente a Décimo! Décimo, ¿te encuentras bien? -Gokudera comenzó a cachear a Tsuna, buscando moratones nuevos.
Enrojeciendo de vergüenza, Tsuna se deshizo de él, tratando de no tartamudear del bochorno- ¡Estoy bien Gokudera! -tratando de salir de esa embarazosa situación, Tsuna se volvió hacia Yamamoto y preguntó- ¿Qué estabas haciendo, de todas formas?
Parpadeando algo confundido, a Yamamoto le llevó un momento darse cuenta de que Tsuna estaba hablando de su extraño movimiento de levantar su móvil a lo Rey León hacia el cielo- Oh, ¿eso? Estaba tratando de conseguir barras para mandar un mensaje a uno de los tíos del equipo de béisbol, para decirle que hoy no podré ir a entrenar –se quejó Yamamoto y bajó de nuevo la vista a su teléfono- En Namimori hay muy poca cobertura… ¡Ey! Ahora tengo un montón de barras. Qué raro…
-¡Eso es genial Yamamoto pero tenemos que llegar a clase! –Tsuna se lanzó disparado hacia la escuela, solo para detenerse de golpe a un grito de Yamamoto.
-¡Ahora vuelvo a no tener barras! –El guardián de la lluvia le frunció el ceño a su teléfono.
-¡Mira obsesionado del béisbol, puedes hablar con ese tipo en clase! ¡Décimo dice que tenemos que ir a clase, así que ya estás tardando! –Gokudera empujó a Yamamoto que estaba enfurruñado de nuevo en la dirección de Tsuna.
-Pero hubiera sido más sencillo mandarle u… oh vuelvo a tener barras –Yamamoto miró a su alrededor, confundido, hasta que sus ojos se posaron en Tsuna. Algo molesto por la demora, Tsuna se balanceó de un pie a otro con impaciencia.
-¿Qué pasa, Yamamoto? –Le preguntó malhumorado. Yamamoto le lanzó una mirada curiosa a Tsuna, y a continuación se fue alejando paso a paso. Yamamoto mantuvo la mirada fija en su móvil hasta que tras retroceder diez pasos, se paró. Entonces regresó junto a Tsuna, todavía sin levantar la vista- ¡Yamamoto dinos qué pasa para que podamos ir a clase! –Tsuna agarró a Yamamoto de la manga y tiró como un cinco-añero impaciente.
Yamamoto ladeó la cabeza curioso, mirando a Tsuna con cara rara- Oye Tsuna…
-¿Qué?
-Por alguna extraña razón tengo todas las barras cuando estoy a tu lado, pero cuanto más me alejo, menos tengo –Ahora fue Tsuna el que miró a Yamamoto extrañado.
-No te sigo.
-¡Ja, ja, bueno creo que eres como un área de servicio para móviles humana o algo así! ¡Parece que siempre puedo conseguir una cobertura genial si estoy alrededor tuyo! –anunció Yamamoto alegremente. Se acercó a Tsuna y mandó otro mensaje.
-¡Pues claro que estar cerca de Décimo te da buena cobertura! ¡Él es nuestro Cielo al fin y al cabo! –dijo Gokudera con orgullo. Tsuna sólo pudo seguir observándoles completamente perdido.
-¿Por eso estabas mandando mensajes esta mañana desde mi ventana Gokudera? –Tsuna preguntó lentamente.
Gokudera hizo una mueca, y sin la menor vacilación, se tiró al suelo en una dogeza, sorprendiendo tanto a Tsuna como a Yamamoto.
-¡Lo siento mucho Décimo! ¡Tenía que decirle a mi hermana que no me incordiase hoy en clase y sólo tenía cobertura cerca de ti!
-¡Hiiee! ¡Gokudera no hagas eso! ¡Está bien! ¡Está bien! ¡Por favor, levántate antes de que la gente se nos quede mirando! –Tsuna sacudió los brazos con frenesí, tratando de convencer al guardián de la lluvia para que dejase de prostrase en el suelo.
-¡No! ¡No está bien! ¡Debería haberte pedido permiso primero!
-¡Gokudera! ¡Vamos! ¡Levántate!
-Herbívoros.
Tsuna se paralizó. Los pelos de la nuca se le pusieron de punta conforme se daba la vuelta con cautela para enfrentarse a una de sus peores pesadillas.
-H-H-Hibari.
-Herbívoros, ya llegáis dos minutos tarde. –El prefecto les miró ceñudo, entrecerrando los ojos mientras sacaba sus tonfas. Una sonrisa maliciosa y casi satisfecha apareció en su rostro al tiempo que estudiaba la situación.
-¡No espera! ¡Podemos explicarlo! –Tsuna trastabilló en su huida, poniendo tanta distancia como podía entre sí mismo y el más mayor.
-Te morderé hasta la muerte –Hibari avanzó dando zancadas.
Tsuna ni siquiera se molestó en tratar de huir. Sencillamente se puso en cuclillas y se cubrió la cabeza con los brazos preparándose para lo peor.
La verde estela ~ de Namimori. No es ni pequeño ni grande. ¡Nami es genial!
Lo peor no llegó. Al oír el tono con el himno de la escuela, Tsuna levantó la vista sorprendido para ver a Hibari abriendo la tapa de su móvil.
-¿Sí, Kusakabe? –Hibari les dio la espalda a los otros, escuchando a Kusakabe al otro lado de la línea -¿Entonces te ocupaste de ellos? Bien. Quiero que compruebes las actividades de los otros herbívoros en la escuela de la piña. Infórmame tan pronto como hayas terminado –Hibari cerró el móvil de un gesto-. Me sorprende que tengas cobertura aquí. Murmuró para sí mismo.
Una pequeña esperanza floreció en el pecho de Tsuna cuando se dio cuenta de que Hibari estaba distraído. Con cautela, Tsuna retrocedió enfilando hacia la escuela, deseando poder huir antes de que Hibari se acordarse de que estaba allí.
-Oh, ¡eso es porque Tsuna está aquí! -¡Maldita sea, Yamamoto! La mirada de Hibari se clavó en el trío.
-¿Qué tiene que ver el pequeño herbívoro con la cobertura?
-¡Bueno, él tiene la llama del cielo, y en consecuencia, cuanto más cerca estás del cielo, mejor es la cobertura de los móviles! –se rió Yamamoto. Tsuna sintió ganas de darse de cabeza contra el asfalto. Había estado tan cerca de no ser mordido hasta morir hoy… ¡tan cerca!
Hibari permaneció silencioso por un momento antes de gruñir- Ya veo… entonces me quedaré con el pequeño herbívoro por hoy.
Espera… ¿qué?
-¡Hieeee! ¿Por qué Hibari? –Tsuna dijo casi a voz en grito.
-Has oído mi conversación con Kusakabe, ¿no? Necesito su informe inmediato sobre la escuela Kokuyo, y para eso necesito tener buena cobertura. Dado que no es probable que me encuentre en un lugar donde se reciba bien la señal cuando llame Kusakabe llame, necesito estar a tu alrededor en todo momento.
Silencio… y entonces…
-¡Ja, ja! ¿Significa eso que Hibari va a almorzar con nosotros?
-¡Cierra el pico, obsesionado del béisbol! ¿No ves que Décimo está alterado?
-¡Hieee! ¡Gokudera, por favor no revientes a Yamamoto!
-Todavía no he olvidado que habéis llegado tarde herbívoros. Preparaos para ser mordidos hasta la muerte.
~REBORN!~
EL PEOR DÍA DE MI VIDA. Incluyendo el día en que Reborn apareció por primera vez en la vida de Tsuna para decirle de golpe y porrazo que iba a ser un jefe de la mafia.
Desde el momento en que Hibari declaró sus intenciones de quedarse cerca de Tsuna por el resto del día, el prefecto no se había apartado de su lado. Incluso cuando Tsuna había ido al baño, Hibari estaba junto al urinario. Fue tan incómodo que Tsuna lo agradeció cuando Gokudera apareció de pronto y empezó a gritarle a Hibari por invadir su espacio. No es que hiciese mucho más que dar a Gokudera un ojo morado por cortesía de Hibari, pero la pequeña interrupción le permitió a Tsuna terminar sus cosas.
Pero si eso hubiera sido lo peor, probablemente entonces Tsuna hubiese conseguido superar el día sin perder la cabeza. Pero no, las cosas se habían puesto aún más molestas. Hibari, por supuesto, se presentó en sus clases. En el momento en que Tsuna no era capaz de contestar a una pregunta, o que el profesor le pillaba cabeceando, Hibari tenía que comentar. "¿Ni siquiera puedes hacer eso, herbívoro?" o "La próxima vez que te duermas en clase, te morderé hasta la muerte." Estos comentarios, por supuestos, eran inmediatamente rebatidos por Gokudera, que iba a terminar hecho una masa sangrienta al final del día.
Pero incluso entonces, las cosas no estaban TAN mal. Vale, Tsuna estaba a punto de arrancarse todo el pelo, pero las cosas eran manejables… hasta la hora del almuerzo… cuando Mukuro se presentó de repente.
-Kufufu. Hola Tsunayoshi –Mukuro sonrió maliciosamente y le dio golpecitos a Tsuna en la cabeza.
-¡Mukuro! ¿Qué estás haciendo aquí? –gritó Tsuna, apartándose del ilusionista de un salto.
-He sabido por una de mis fuentes que quizá podrías ayudarme con un problema –Mukuro se aproximó a Tsuna, móvil en mano.
-¡Tú también no! –refunfuñó Tsuna.
Mukuro no le respondió, demasiado ocupado mandándole mensajes a alguien por el móvil. Ni siquiera se molestó en levantar la vista cuando Hibari, que estaba en una zona algo más alta lejos de los demás pero todavía próximo a Tsuna, bajó de un salto y le lanzó rayos por los ojos a Mukuro.
-Tú. Prepárate para ser mordido hasta la muerte.
-Ahora no cariñín, estoy hablando con mi querida Chrome –Mukuro se alejó de Hibari, evitando las tonfas por un pelo. Al oír el mote, Hibari tuvo un tic en el ojo, y comenzó a atacar a Mukuro con renovado vigor, mientras el guardián de la niebla se limitaba a esquivarle.
-¡No! ¡Parad ambos dos! ¡Hieee! ¡Chicos, haced algo! –Tsuna se volvió bruscamente hacia Yamamoto y Gokudera, sus ojos tomando el brillo de un cachorrito.
-Yo no estoy haciendo nada malo, tu alondra es la que causa problemas –se rió Mukuro al tiempo que esquivaba, ahora provocando al guardián de la nube a propósito.
-¡EXTREMO! –Oh Dios mío, por qué…- ¡TSUNA! ¡TENGO QUE ESCRIBIRLE AL MAESTRO PAOPAO!
¿Quién estaba propagando el rumor de que Tsuna tenía algún tipo de poderes telefónicos mágicos?
-¡ME HAN DICHO QUE ABRAZARTE ME DARÍA LA MEJOR COBERTURA! –Ryohei se abalanzó contra Tsuna por la espalda para abrazarle, pasando los brazos alrededor su cuello y juntando las manos para sujetar el móvil.
-¡Hiee! ¡Onii-san, suéltame!
-¡NO PUEDE SER HASTA QUE TERMINE DE HABLAR CON EL MAESTRO PAOPAO!
Tsuna ni siquiera se dio cuenta de que Hibari y Mukuro habían dejado de pelear hasta que se encontró con Hibari en frente de sus narices- ¿H…Hibari?
-Puede que la razón por la que Kusakabe todavía no ha contactado conmigo es porque no estábamos lo bastante cerca –El labio de Hibari se curvó con desagrado-, normalmente no me gusta la multitud, pero estoy dispuesto a hacer una excepción por esta vez.
Antes de que Tsuna pudiese preguntarle a Hibari de qué estaba hablando, se encontró envuelto de pronto por sus brazos. ¡Ahora estaba espachurrado entre Ryohei y Hibari!- Hiieee…
-Herbívoro, si sigues haciendo ese fastidioso sonido agudo te morderé hasta la muerte.
-Eeee… -Tsuna se sobresaltó y cerró la boca, tratando desesperadamente de contener el grito de pánico por ser abrazado por Hibari.
-Kufufu, no puedes quedarte con el pequeño Tsunayoshi todo para ti –Mukuro se acercó a ellos y pasó los brazos por la cintura de Tsuna-. Hasta que mi querida Chrome me devuelva la llamada, me voy a quedar con Tsunayoshi.
-¡Ja, ja! ¿Vamos a hacer un abrazo de grupo? –Oh por qué no, que se una todo el mundo al abrazo extraño. Tsuna puso los ojos en blanco cuando Yamamoto le abrazó por el lado opuesto a Mukuro.
-¡Décimo! ¡Me voy a unir al abrazo yo también! –Gokudera miró mal a todos los demás y rápidamente se colocó a su lado, echando un poco de lado a Yamamoto para acomodarse junto a Tsuna.
-Chicos en serio, no creo que nos haga falta abrazarnos así… -Tsuna se sentía increíblemente incómodo con todos mirándole.
-¡ESTO ES LO QUE REBORN ME DIJO QUE HICIERA HASTA EL EXTREMO! –Tsuna hizo una mueca de dolor cuando el volumen de la voz de Ryohei le taladró la oreja. Entonces comprendió lo que el otro había dicho.
-¿Reborn te dijo que hicieras esto? –Tsuna estaba a punto de sacudir los brazos y perder los nervios, pero por desgracia los brazos de sus guardianes le impedían moverse.
-¡SÍ!- sonaba como si Ryohei estuviese sonriendo.
-¡Pero onii-san, te das cuenta de que si nos quedamos así esperando a todas vuestras llamadas, llegaremos tarde a clase! –La esperanza se propagó por el pecho de Tsuna. ¿Le soltarían sus guardianes?
- Herbívoros, mientras estéis conmigo no habrá problemas. Nos quedamos así hasta que me llame Kusakabe –La esperanza nunca murió más rápido que cuando Tsuna oyó la orden de Hibari. Las cosas no podían ir peor.
-¡Ja, ja! ¡Dame-Tsuna, yo también quiero un abrazo! -¡Oh, por el amor de…! ¿Por qué pensaría esas palabras? ¡Todo el mundo sabe que las cosas se ponen peor cuando dices o piensas, "las cosas no podrían ir peor"! ¿Por qué había atraído a ese dolor sobre sí mismo?
Un pequeño tirón en su cabeza alertó a Tsuna de la presencia de Lambo. El pequeño niño vestido de vaca se estaba abrazando a su pelo, poniéndose cómodo entre sus mechones castaños.
-Lambo, ¿cómo llegaste hasta aquí?
-Le traje yo –Tsuna desvió la vista al origen de todos sus problemas, su tutor.
-¡Reborn!
-Hola, Dame-Tsuna –Tan chulo como siempre, Reborn saltó de la barandilla para colocarse frente al montón de guardianes- Veo que has descubierto las ventajas de tener una llama del cielo.
-¿Qué ventaja? –Tsuna luchó por ver a Reborn a través de la barrera de guardianes. El sádico tutor sonrió endiabladamente antes de contestar.
-Cómo no, conseguir una cobertura perfecta sin importar dónde estés, por supuesto.
-¡Yo no llamaría a esto ventaja, Reborn! –Tsuna trató una vez más de escaparse del abrazo de sus guardianes, pero ellos se limitaron a sujetarlo más fuerte, y al cabo de un rato Tsuna se rindió.
-Qué tontería. ¿Qué pasaría si estuvieses perdido en lo salvaje con un teléfono, pero no hubiese torres para pasar tu llamada?
-Todavía no veo cómo el tener llamas del cielo me convierte en una especie de torre telefónica… ¡Ay! ¡Oye, Reborn! –Tsuna se trastabilló cuando el pie de Reborn hizo contact con su cara. Lo que pasó a continuación fue tan patético como gracioso. La fuerza de la patada de Reborn tiró a Tsuna hacia atrás, quien por supuesto, arrastró a todos y cada uno de sus guardianes consigo. Todos salvo Reborn se dieron de bruces contra el suelo, unos contra otros.
-¡Ayyy! ¡Lambo-sama se ha hecho daño! ¡Tsuna dale un beso para que se pase!
-Kufufu~ esto es interesante.
-¡Panda de imbéciles, no aplastéis a Décimo!
-Cálmate Gokudera, ¿no dijo Tsuna una vez que quería que estuviésemos más unidos? ¡Ja, ja!
-Estáis muertos, herbívoros.
-¡EXTREMO!
-Um, ¿me has llamado, Mukuro-sama? –Una voz indecisa les llamó sobre la confusión de voces y extremidades resultado de intentar desenredarse. Todos se detuvieron por un momento, mirando a la puerta donde Chrome les observaba con timidez.
-¡Mi querida Chrome, ven aquí y únete al abrazo colectivo de guardianes! –Mukuro consiguió desenredarse lo bastante como para darle la mano a la otra guardián de la niebla.
-Ah, vale… -Chrome se acercó con gracia y se apoyó en los brazos de Mukuro, sonrojándose un poco al encontrarse rodeada por los demás.
-Oh, ¿ahora vamos a hacer que estos abrazos colectivos sean una tradición? –Yamamoto les sonrió de oreja a oreja, incluso con Gokudera golpeándole insistentemente en la espalda.
-No toleraré más aglomeraciones –Una aura de enfado se desbordaba alrededor de Hibari.
-No, ¡dejad de discutir! ¡Hibari levántate de encima de mí y Gokudera por favor deja de golpear a Yamamoto! –Tsuna trató de gatear fuera del montón, pero un tirón en si cabeza le recordó que Lambo todavía estaba pegado a él- ¡Lambo por favor suéltame!
-¡Nooo! ¡Buaaa! –Lambo rompió a llorar.
Tsuna estaba dispuesto a romperse la crisma contra el tejado. Al final, se conformó con golpearse la frente contra el suelo.
-Veo que lo tienes todo bajo control –Reborn dijo conforme salía por la puerta-, que te diviertas –Tsuna casi le pidió ayuda, pero un brillo maligno en los ojos del Arcobaleno le hizo replantearse su súplica desesperada. Reborn le sonrió con aire de superioridad y se fue, dejando a Tsuna solo con sus guardianes.
-Suficiente, todos vosotros vais a ser mordidos hasta la muerte.
-Kufufu, gracias con venir con tanta presteza Chrome.
-Me alegro de poder participar en la diversión, Mukuro-sama.
-¡Lambo-sama quiere caramelo de uva! ¡Dame-Tsuna quiero caramelos!
-¡Ja, ja! ¡Hoy ha sido un día divertido!
-¡Os lo estoy advirtiendo como no os quitéis de encima de Décimo ahora mismo…!
-¡ESTO HA SIDO EXTREMADAMENTE DIVERTIDO!
¿Por qué no se había quedado en la cama? Todo habría sido mucho más sencillo…
~REBORN!~
N/A.: Esto es lo que ocurre cuando se ve demasiado Hitman Reborn en videos satíricos… ahora quiero escribir un fic de Sailor Moon Katekyo Hitman Reborn!... 8D
A lo Rey León= Sujetar tu móvil hacia el cielo para conseguir cobertura como Rafiki hizo con Simba al principio. ¡Metí a Chrome al final porque me di cuenta de que iba a terminarlo sin que apareciese! *grito ahogado* ¡Eso era simplemente inaceptable!
