Kingdom Hearts; El Resurgir. Roxas&Axel
KINGDOM HEARTS; EL RESURGIR
Extraños sueños atormentaban mi ser al caer la noche. Entre sábanas húmedas despertaba sin ser consciente de que los extraños seres de mis sueños, aquellos seres oscuros y lejanos, resurgían para atraparme de nuevo entre sus feroces fauces.
Los sueños… siempre han sido presagio del por venir, pero… ¿qué se hace cuando presagias la destrucción de tu propia existencia sino no puedes recordarlos?
— Yo te guiaré.
Prólogo
Era un leve cosquilleo en su nunca, un aliento frío y húmedo sobre su cuello, una sensación… conocida.
Resultaba realmente extraño a la vez que turbador. Llevaba varios días notando aquella sensación tan escalofriante y familiar que le ponía los pelos de punta pero aquella vez… oh, aquella vez sobrepasaba los límites creídos por este.
En varias ocasiones se vio tentado de darse la vuelta y cerciorarse que detrás de él no había nadie, tan solo las solitarias calles por las que solía frecuentar a medianoche. Caminaba por no quedarse en su casa sin poder dormir, caminaba para olvidar pero en realidad, no podía olvidar. Los recuerdos de una vida pasada asolaban su mente impidiéndole descansar por las noches, impidiéndole pensar en otra cosa que no fuese aquellos rostros de facciones aristocráticas, esos ojos oscuros y aquellos cabellos del color del negro azabache junto con unos cabellos rojizos y unos ojos verde, esmeralda.
Aceleró el paso sintiéndose cansado de repente, como si sus fuerzas se desvanecieran aquella noche, como si aquellos recuerdos le diesen un respiro dando lugar al sueño. Dobló la esquina y su abrigo negro ondeó en el aire como si de una capa larga se tratase para luego, perderse en la esquina.
Una silueta oscura y esbelta vigilaba todos sus movimientos desde la azotea de uno de los pisos más cercanos. Varias noches había seguido sus movimientos pero ninguna de ellas se había atrevido a dejarse ver, se contentaba con verlo pasar y perderse en la vuelta de la esquina. Pero eso se iba a acabar, las órdenes eran claras y concisas, debía llevárselo de vuelta. Sus ojos verdes relampaguearon en la noche y, con un ágil movimiento, se internó en las sombras.
Breve introdución de lo que será un intento de historia.
